Partida Rol por web

Tras desistir de hablar con el ama del castillo, Claudiu deja una nota escrita al jefe de los criados, con la posicion en la que cree se encuentran los bandidos y sus mejores deseseos.

Decide continuar su viaje por el itinerario marcado.

Claudiu el Veloz abandona el Castillo de Rimnicu Vilcea y la región de la Tirsa de Valcea y se dirige hacia el norte a la región de Hermanstad.

     -- Presento mis respetos y  con los mejores deseos de prosperidad, continuo mi camino, pasando a la region de Pitesti

Una vez completadas las despedidas Dariu el Mensajero abandona el castillo para dirigirse al sureste hacia Pitesti.

Todo el grupo de duendes, encabezados por Shigraat y Malgorzata llegan a la Tirsa de Valcea.

La Tirsa de Valcea es una región al pie de los Cárpatos y en general el terreno es bastante escarpado sobre todo al Norte y al Oeste, hacia el Sur y el Este abundan los llanos donde se cosecha algún cereal, pero la región es famosa por su comercio y artesanía en madera y cuero y también por sus soplados de cristal.
Su población principal es Rimnicu Vilcea y a unos pocos kilómetros se encuentra el castillo regentado hasta ahora por la familia Basarab.

Shigraat el Portador del Odio abandona la región de la Tirsa de Valcea con la hueste de Hadas, dejando atrás a Malgorzata Sheil Aerell, la Bruja de las Estaciones, a la que perdió de vista cuando esta se entretuvo a hacer algunas investigaciones, por lo que todo el grupo asumió que andaba en búsqueda de hongos u otros ingredientes alucinógenos.

Mientras la fila de hadas siguen su camino con Shigraat a la cabeza te desvías para observar ciertos grupos de plantas y hongos que podrían serte útiles para tus hechizos. Cuando te das cuenta el grupo ha desaparecido así que te propones alcanzarlos lo antes posible, aunque te encuentras con una bifurcación.
¿Tomas el camino de la derecha o de la izquierda?

El Hermano Daniel, junto a su guardaespaldas llegan a la Tirsa de Valcea.

La Tirsa de Valcea es una región al pie de los Cárpatos y en general el terreno es bastante escarpado sobre todo al Norte y al Oeste, hacia el Sur y el Este abundan los llanos donde se cosecha algún cereal, pero la región es famosa por su comercio y artesanía en madera y cuero y también por sus soplados de cristal.
Su población principal es Rimnicu Vilcea y a unos pocos kilómetros se encuentra el castillo regentado hasta ahora por la familia Basarab.

-Por fin hemos llegado a nuestro destino, este viaje se me ha hecho interminable. Debemos dirigirnos al castillo lo antes posible.

-Al fin, el cansancio del viaje, se une con el deseo de llegar pronto a descansar, las ganas son insoportables. 

Sin perder tiempo recorremos la distancia que nos separa del castillo. Hace tanto tiempo que estoy fuera que no quiero perder ni un solo minuto. Pasamos cerca del pequeño pueblo, pero sin meternos en él para acortar distancia. A pesar de ello puedo comprobar que algo ha sucedido puesto que alguna de las casas se encuentran en muy mal estado y parecen con signos de fuego. ¿Se habrá producido un incendio?. En cuanto lleguemos al castillo tendré que ponerme al día.
Al llegar veo no sin sorpresa que las puertas se encuentran cerradas, algo muy poco habitual durante el día. Tras dar la voz a uno de los guardias me reconocen sin problema y nos dejan entrar. Parece que algo no va bien por la región.

-Llamad a los señores y a su hija. He vuelto con el monje tal y como se me había encargado. Decidles que les esperaremos en la antesala.

Sin más preámbulos dirijo al Hermano Daniel hasta allí. Las respuestas y las caras de la gente no me dejan lugar a dudas, aquí está pasando algo.
Esperamos en la antesala a que nos reciban.

Una de mis criadas llega hasta mis aposentos. Al parecer el criado que mandaron mis padres hasta Braila para conseguir un monje ha regresado con él.
Termino de arreglarme con desgana y voy a su encuentro, ahora no me apetece ver a nadie pero no quiero entretener al religioso más de la cuenta. Llego a la antesala donde se encuentra mi servidor junto al hermano.

-Sed bienvenidos ambos. digo a modo de saludo para después dirigirme al monje Soy Sveta Basarab, hija de Garlu y Iovanna Basarab, señores de Rimnicu Vilcea. Habéis sido llamado para traer el conocimiento y la enseñanza a este castillo, pero me temo que la situación ha cambiado desde entonces y que sus servicios no son necesarios aquí. Disculpe si resulto maleducada o poco acogedora pero últimamente las desgracias se ciernen a mi alrededor: mi madre ha fallecido recientemente y mi padre fué requerido en la corte del Voivoda y no hemos vuelto a tener noticias de él. Además la región está siendo asediada por la temible banda de la Ensartacorazones. En estas circunstancias tan solo puedo ofreceros el cobijo para que descanséis antes de vuestro regreso al monasterio y proveeros de comida para la vuelta.

Mientras espero la reacción del monje mi mente comienza a rememorar todos los trágicos sucesos que han acontecido en estos últimos meses y que me han dejado en una situación tan delicada.

Inclino mi cabeza como señal de respeto hacia la mujer. Escucho sus palabras y por cada una que dice, mi cabeza se imagina las últimas que iba a decir.

-Para nada me esperaba estas palabras, Señorita Basarab. Debo aclarar ciertos puntos: ¿De cuantos días dispondré para prepararme?, ¿Me guiará de nuevo mi compañero de esta vez?

Sheil se acerca a los hongos que había observado desde lejos. Sin duda, sería útil cualquier aportación que pudiera prevenirlos sobre cualquier imprevisto que se pudiera presentar, o que permitiera abrir el abanico e posibilidades a la hora de hacerle frente. Toca con ternura inusitada las verdes hojas y los terrosos fúngidos, acariciándolos con mimo al paso de su mano pálida. Finalmente, descubre con decepción que su apreciación inicial es inane, y que los seres que tiene ante ella sirven únicamente de sirena. Su mano, antes acogedora y amable, se curva en una garra frustrada y daña con implacable frialdad las tiernas hebras de tejidos. Al instante, se para avergonzada de su arranque irracional de ira. Mia alrededor, temerosa de que alguien pudiera sorprenderla en una reacción tan, por otra parte, íntima. Pero no hay nadie sorprendiéndola. No hay nadie. Se han ido. Trastornada, cae en la cuenta del grande e innecesario riesgo que ha tomado. En una tierra extraña y hostil, sola. se pone nuevamente en pie, intentando seguir la estela del grupo. Pero es difícil seguir el rastro. y llega a una intersección. se detiene, dirige la mirada anhelante a un lado y a otro. Sienten ganas de llorar. Pero sus ojos están secos.

-Podrá usted quedarse el tiempo que crea necesario para descansar y preparar su vuelta, aunque ahora mismo este no es un lugar seguro para nadie y si esta situación se alarga mucho yo misma tendré que abandonar estas tierras también. En cuanto a mi servidor... me temo que ahora mismo necesitamos de sus servicios más que nunca y tendrá que regresar solo. Hago una pequeña pausa. Pobre hombre, después de haber llegado hasta aquí ahora se encuentra con que tiene que regresar de nuevo. Esta época convulsa no perdona a nadie. Durante el tiempo que esté con nosotros le asignaré como su servidor, para que no se pierda por el castillo o por si necesita volver a hablar conmigo antes de partir. A su regreso le acompañará hasta los límites del territorio, eso es todo lo que puedo hacer por usted. Ahora si me disculpa me retiraré a mis aposentos a guardar el luto por mi madre.

Doy unos pasos hacia la puerta y antes de salir me giro hacia el Hermano Daniel.

-No quiero abusar de su paciencia pero... ¿Sería posible que realizara una ceremonia fúnebre en honor a mi madre? Cuando murió tan solo pudimos enterrarla.

Tomas la bifurcación hacia la izquierda esperando poder reincorporarte al grupo de hadas nuevamente. Caminas durante aproximadamente una hora sin encontrar a nadie, aunque comienzas a darte cuenta que las huellas son cada vez más frescas lo que significa que estás alcanzando tu objetivo.
Aceleras el paso y tras un recodo te encuentras con un pequeño claro, las huellas acaban allí, pero no son hadas con lo que te encuentras, si no con un pequeño campamento de leñadores.

 -Sería lo mínimo que podría hacer- respondo, asintiendo- Se fuerte, pues después de una caída se vuelve a remontar aún más el vuelo.

La verdad, la idea de volver ahora a mi convento no me convencía, en realidad, yo ya no pertenecía a allí, podría servir como religioso del lugar para poder establacerme aquí.

-Gracias por su comprensión. Creo que no me ha dicho su nombre todavía... Si le parece mañana al medio día llevaremos a cabo la ceremonia, para dar tiempo a avisar a los campesinos que quieran asistir. Hace mucho que nadie de la iglesia se aparece por aquí y seguramente todos querrán asistir. No dude en pedir cualquier cosa que le sea necesaria. Ahora me retiraré a mis aposentos.

Sveta da órdenes para que avisen en toda la región que al día siguiente a medio día se celebrará un pequeño funeral por su madre. Varios sirvientes salen a dar la noticia.