► Zhi Yi, el Legislador Celestial, encarnación de la justicia y la rectitud (también conocido como el Burócrata Supremo). Alineamiento: legal-bueno. Dominios: templanza, gloria, ley, orgullo, nobleza. Arma predilecta: maza de armas
► Long Lin, dios de la naturaleza y los seres vivos (también conocido como el Espíritu del Bosque). Alineamiento: caótico-bueno. Dominios: naturaleza, animales, arbórea, planta, caza. Arma predilecta: kama
► Xiong Ren, dios de la compasión y la benevolencia (también conocido como el Protector Benevolente). Alineamiento: neutral-bueno. Dominios: protección, curación, bien, esperanza, caridad. Arma predilecta: lanza
► Huang Yu, dios de la armonía y el equilibro entre las fuerzas opuestas (también conocido como el Equilibrista Divino). Alineamiento: legal-neutral. Dominios: artesanía, purificación, ancestro, comunidad, entropía. Arma predilecta: katana
► Hun Daolu, dios de la la fuerza vital, el cosmos y la aleatoriedad (también conocido como el Vagabundo Cósmico). Alineamiento: caótico-neutral. Dominios: destino, fuerza, suerte, oráculo, concimiento. Arma predilecta: sai
► Tarkhan, dios de la magia (también conocido como el Gato Sonriente de Anza, señor de la Burocracia). Alineamiento: neutral. Dominios: Magia, conjuro, superchería, viaje, suerte Arma predilecta: bastón
► Hei Ya, dios de la oscuridad y la ambición desenfrenada (también conocido como el Señor Oscuro). Alineamiento: legal-maligno. Dominios: ley, codicia, guerra, avaricia, ejército. Arma predilecta: kusari-gama
► Lán Hu, dios de la sangre y la creaividad descontrolada (también conocido como el Espíritu Incontrolable). Alineamiento: caótico-maligno. Dominios: sufrimiento, caos, pestilencia, lujuria, corrupción. Arma predilecta: cervatana
► Zhou Mo, dios de la astucia y las conspiraciones (también conocido como el Planificador Siniestro). Alineamiento: neutral-maligno. Dominios: hambre, limbo, oscuridad, engaño, sed. Arma predilecta: wakizashi
► Otras encarnaciones: también conocido como: el Devorador de Almas y Señor del Vacío.
► Alineamiento: caótico-maligno.
► Frase: "El final que todos temen, la sombra que todo lo consume."
► Dominios: no-muerte, muerte, corrupción, entropía, sufrimiento.
► Arma predilecta: duom.
► Símbolo sagrado: presenta una calavera desgastada rodeada por un anillo de sombras, que simboliza la descomposición y la corrupción inevitable. Las espirales descendentes dentro de la calavera representan la caída hacia la putrefacción y el vacío eterno, mientras que los tonos grises y verdes apagados reflejan la decadencia y la oscuridad asociadas con la deidad.
El Signo del Vacio
Su forma es la de una figura esquelética y en constante putrefacción, envuelta en un manto de oscuridad que devora todo lo que toca. Su cuerpo es una amalgama grotesca de carne en descomposición y huesos expuestos. La carne se desintegra y regenera constantemente, dando la impresión de un organismo en perpetuo estado de putrefacción. Sus articulaciones están cubiertas de venas negruzcas y exudaciones corruptas.
La cabeza de Vyrkas es una calavera parcialmente descompuesta con una mandíbula prominente, adornada con cuernos retorcidos. Los ojos son vacíos pozos de oscuridad, desde donde emergen luces verdosas y perturbadoras, como almas perdidas atrapadas en el abismo.
Vyrkas está envuelto en un manto de sombras densas y turbulentas que parecen devorar la luz y el calor. Estas sombras se arremolinan alrededor de él, creando un aura de desesperanza y desesperación. Su presencia provoca un olor nauseabundo a descomposición, y las plantas y animales cercanos se marchitan instantáneamente en su proximidad.
Vyrkas, El Devorador de Almas, es el dios demoníaco que personifica la descomposición, la muerte y la corrupción inevitable. Es el encargado de recolectar las almas de los muertos, despojándolas de toda esencia de vida y arrastrándolas hacia su reino de sombras eternas. Su dominio abarca la muerte, la putrefacción y la no-vida, marcando el ineludible destino que todos los seres vivos deben enfrentar. Temido por muchos, su culto atrae a aquellos que anhelan la inmortalidad a través de la no-vida, con la esperanza de convertirse en lugartenientes del dios y recibir vastos dominios sobre los muertos vivientes, gobernando en su reino tras la muerte y transformando su mundo en un paraíso para sus devotos.
Como antítesis de Mammon, Vyrkas representa el vacío absoluto, la destrucción de la vida y la disolución final de toda existencia. Mientras Mammon personifica la codicia y la acumulación de riquezas, Vyrkas encarna la decadencia total, la corrupción y la aniquilación tanto de la vida como del alma. Es una manifestación aterradora del final inevitable que espera a todas las cosas, vivas o no-muertas, dejando tras de sí solo la desolación y la ruina.
La Maldición de los Reinos Desolados: Según la leyenda, Vyrkas lanzó una maldición sobre un reino próspero que intentó desafiar su dominio. El reino, una vez vibrante y lleno de vida, se convirtió en una tierra estéril y desolada, con sus habitantes transformados en criaturas no-muertas que deambulan sin descanso. La maldición condenó al reino a una existencia perpetua de descomposición, con la esperanza de que los habitantes capturen nuevas almas para ofrecerlas a Vyrkas en un intento de aliviar su condena.
La Guerra de las Sombras: En una antigua y épica confrontación, Vyrkas se enfrentó a Mammon, el dios de la codicia y la riqueza, en una guerra de influencia y poder. Mientras Mammon buscaba acumular almas y riquezas, Vyrkas deseaba despojar a los mortales de toda esencia de vida. La batalla culminó en una confrontación colosal en la que el reino de sombras de Vyrkas chocó contra el reino dorado de Mammon. La lucha fue feroz y devastadora, con el campo de batalla envuelto en una mezcla de oscuridad y codicia. Aunque Vyrkas logró reclamar una parte de las riquezas de Mammon, la batalla demostró ser un empate, dejando a ambos dioses con cicatrices de su enfrentamiento y marcando el inicio de una tensa coexistencia.
El Ritual del Fin Eterno: En un desesperado intento por apoderarse de las almas que Vyrkas había reclamado, un poderoso hechicero organizó un ritual para invocar el poder del dios de la descomposición y desatar una plaga que arrasara toda vida. Sin embargo, al realizar el ritual, el hechicero fue arrastrado a un reino de sombras, donde Vyrkas lo condenó a una eternidad de tortura y descomposición, convirtiéndolo en uno de sus más temidos servidores en el inframundo.
Motivo: PG nivel 1 clerigo
Tirada: 1d8
Resultado: 2 [2]
51
Motivo: PG gárgola
Tirada: 4d8
Resultado: 16 [5, 2, 6, 3]
Motivo: PG 2 a 4 guerrero
Tirada: 3d10
Resultado: 20 [3, 7, 10]