Partida Rol por web

Parece que nos tienen miedo, hacen bien... Continuo el caminar junto a la comitiva trasga en busca de Grunja.

Tras unos minutos de incertidumbre, donde sois observados por todos los presentes, esto abren un pequeño pasillo entre ellos y veis aparecer una de las trasgas más grandes y feas que jamás hayais visto. Esta, por lo menos un palmo más alta que el resto, muestra un cuerpo orondo y fuerte, muy diferente a lo que suele ser normal es las hembras. Vestida con mejores ropas que el resto, la que imaginais es Grunja, da varios pasos al frente, hasta situarse justo un paso por delante de los pocos hombres armados del poblado. En su gruesa mano, empuña una maza de aspecto rudo pero mortal, pues varios y afilados pinchos de acero sobresalen de la cabeza de hierro.

Sonriendo, y por lo tanto mostrando una dentadura amarillenta y falta de varios dientes, la trasga hace oscilar su arma de una mano a otra mientras os observa fijamente.

Es un honor conoceros, Daenerys, la del corazón que ya no pertenece únicamente a Aelyn, Zenram, portador de aquella aquí conocida como la mentirosa y causante de la debilidad de Daenerys, Lucius, el del corazón herido y la hermana perdida, y Ugluk, hermano del fallecido Rasguz. - os saluda, en un perfecto común, mientras inclina su cabeza a medida que os va nombrando. - Sed bienvenidos a Artseuv Etreum. - agrega, abriendo sus brazos a ambos lados para con su gesto abarcar todo el poblado antes de guardar silencio, sin duda esperando algunas palabras por vuestra parte.

Me quedo perpleja ante el trato obsequiado por Grunja, pero reacciono con rapidez, como sabe tanto de nosotros?, el honor es mío, veo que estás bien informada respecto a nosotros, e imagino que sabrás los motivos que nos conducen a nuestro destino, mi mente trabaja con rapidez asimilando toda la información recibida hasta el momento, Zenram, la mentirosa, y Lucius el corazón y la hermana, creo saber de que va, por Aelyn, eso no es nada bueno.

El guerrero sonríe, la pequeña granuja le ha sorprendido con su desenvoltura, pero su inteligencia esta lejos de ser igual a la del resto de guerreros con los que la goblin a tratado por lo que lee perfectamente entre lineas. Vaya, veo que Aelyn a iluminado tu alma y te ha dado la bravura necesaria para darnos la bienvenida a Nuestra MuerteEstas ultimas palabras las marca de un ribete de desprecio y odio.

Zenram desenvaina lentamente su daga, mostrando que no lo hace con fines bélicos. Si sabes tanto sabrás también que nuestro destino no esta en esta aldea, sabes perfectamente que avanzaremos a través de ella hasta que esta daga este completa...

Nuestra Muerte? Maldita sea, claro, Artseuv Etreum es... mierda, y yo no me había dado cuenta!!

Sorprendido y muy enojado conmigo mismo ante algo tan obvio que he dejado pasar ante mis propias narices, enfurezco mi rostro, más por que haya sido Zenram el que lo dedujera que no por el hecho en si, e imito los movimiento de este, desenfundado mi arma de mi espalda y situándola frente a mi.

Esta daga esté completa?? Vaya, cuantos secretos desvelados en tan poco tiempo...

Vale, ya sabéis lo que hay, ahora ¿que?

¡Atchís!,cof...me sueno el moquillo.

y Ugluk, hermano del fallecido Rasguz.....de qué me conoce este trasgo?,y como sabe que murió mi hermano,extraño...

La trasga sonrie abiertamente, al parecer sumamente divertida, cuando el guerrero deja al descubierto el verdadero significado del nombre del pueblo, y sin dejar mi observarlo fijamente, cabecea levemente mientras los trasgos armados situan sus lanzas de forma claramente ofensivas, pues las puntas de estas se orientan hacia vosotros.

No, no, no enfadar!! - exclama Meepo, al ver como primero Zenram y luego Lucius desenvainan sus armas, desafiantes. - Ese nombre poner Sacerdotisas tiempo mucho atrás, nosotros no querer hacer daño. - agrega, situandose frente a la Daenerys, sin duda sabedor de que la drow es quien más confia en su palabras. - Creer a mi, yo digo verdad.

Asi que completarla? - pregunta, sin perder la sonrisa y sin inmutarse ante las palabras de Meepo. - Vaya, entonces es por eso por lo que estaís aquí? - pregunta, a la vez que mueve uno de sus brazos, indicando al resto de trasgo que bajen sus armas, los cuales obedecen, aunque sin duda sin estar muy convencidos.

El bastardo tiene razón, no os queremos ningún mal, al menos nosotros. Otra cosa es ellas, aunque sospecho que tampoco, pues si no ya os lo habrian hecho. - afirma, haciendo desaparecer sus sonrisa. - Yo creo que buscan algo de vosotros, de ahí que aún sigais con vida. Así que elegid vosotros mismos, podeis quedaros y descansad, podeis luchar contra nosotros si pensais que estamos aliadas con ellas o podeis iros ahora mismo. ¿Y bien?

Yo confio en vosotros.No deséo ningúnmal al pueblo trasgo.Pero tampoco deseo que insultes a Meepo,he de decir que se conportó como todo un héroe y debería ser respetado...COF cof cof cof.AGHHH siento, me pica la garganta,a penas puedo ha...bl..ar.digo con voz queda,un tanto afónica.

Agarrándome la garganta,como muestra de mi dolor.Dejo de hablar,de forma momentánea,debido a mi enfermedad.

El guerrero sabe que podría caminar aun durante largo rato antes de sentirse cansado, ademas de que no duda en que tarde o temprano terminará por encontrar algún lugar medianamente seguro donde descansar, sin embargo por lo que puede ver sus compañeros no están en las mismas condiciones y la ayuda prestada por las criaturas puede ser vital para ellos.

Si te he mostrado esta daga es por que confió en ti, de otro modo no te hubiera hablado de ella, sin embargo estoy seguro que sabrás indicarme el camino a seguir.. Claro, después de atender a tu hospitalidad...

Sigo asimilando las palabras dicha por Grunja, cuando se desencadenan todo los acontecimientos, Meepo ante mi suplica por las vidas de sus congéneres, le poso una mano tranquilizadora al escuchar hablar a mis compañeros.

Bien, parece ser que nos quedamos, necesitamos el descanso y algunos remedios para Ugluk, le digo a Grunja mirándola a los ojos, también cuanta información nos puedas proporcionar, curiosa daga, y debe ser completada, con que?.

Maldita sea, pero no os dais cuenta de que son tragos, pero como es posible que os fiéis de ellos!!!!??? - pienso, en silencio, pero expresando tanto mi sorpresa como mi incredulidad en mi mirada, la cual dirijo a cada uno de mis compañeros, aún sin creerme que aquello esté pasando.

Habláis en serio? De verdad vais a confiar en ellos? - murmuro, en apenas un susurro, mientras mantengo mi arma alzada, dispuesto a que mis compañeros se replanteen la situación. - Son trasgos. - afirmo, ya que no tengo ninguna prueba que sustente mi teoría, que se basa, simplemente, en una intuición.

Al sentir el contacto de la drow así como las palabras del resto, con excepción de Lucius, Meepo parece relajarse lo necesario como para mostrar una leve sonrisa dirigida,primeramente a la drow, y acto seguido a su madre.

Ellos buenos con Meepo, nosotros hacer mismo. - le propone a Grunja, inclinando sumisamente la cabeza. - Casa de Jorr, ¿aún estar vacía?. Ellos poder dormir. - agrega, señalando una de las casas de madera, bastante cercana al pozo.

Si, aún está vacía. - responde la trasga a Meepo, aunque sin dejar de observar a Lucius y su actitud hostil hacia ella y su pueblo. - Si su amigo Lucius decide calmarse, no habrá ningún problema en que descansen en ella, e incluso yo misma me encargaré de la enfermedad del drow. - agrega, desviando su mirada hacia el resto.

Entended que, si vuestro amigo no cambia de parecer, os solicite que os marchéis. Como podéis ver aquí hay niños y mujeres, y no queremos que se derrame la sangre, así que a menos que se calme...

Bien, parece que disponemos de alojamiento, al escuchar la advertencia de Grunja, giro mi rostro hacia Lucius, querido, hemos dormido y luchado codo con codo con Meepo, a que viene ahora esa desconfianza, ellos son trasgos, tu eres humano, y yo soy drow, ninguno brillamos por nuestra confianza que digamos, avanzo hacia él, además necesitamos un lugar donde charlar tranquilamente, en este tendremos comida y un techo, debemos prepararnos a lo que se avecina, le miro con ojos tristes, casi suplicantes dada la información recibida últimamente.

Esto es diferente,.... aquí hay algo no huele bien, no sé el que, pero lo hay. - mascullo, mientras sostengo la mirada de la sacerdotisa. - Si queréis confiar en ellos, hacedlo, pero yo, como ya dije antes en varias ocasiones, no pienso hacerlo, ni en Meepo ni en ninguno de los otros. - agrego, aunque acompaño mis palabras bajando mi arma, rendido ante la mayoría.

Vale, si ella no cambia de opinión tampoco lo harán los otros, así que estoy solo..

Vosotros ganáis, solo espero que no tengamos que arrepentirnos.