Partida Rol por web

Slaan

Recién abiertos sus ojos a la luz de la creación, los nuevos habitantes de Slaan se encuentran perdidos. Miran alrededor, viendo a sus hermanos, observando sus propios cuerpos. Comprobando sus dientes, parpadeando lentamente. Respirando el aire caliente del desierto, observando su reflejo en el agua y tratando de atacarlo. Algunos comienzan a pelear jugando, descubriendo el dolor. Otros sisean para mantenerse apartados. La vida comienza en el oasis.

Ha llegado el momento, he bajado al plano material de mi territorio. Aparezco en medio del lago y me pongo a nadar en las cristalinas aguas. Tener un cuerpo físico es una sensación indescriptible, disfrutaré un rato más la frescura del agua hasta salir a la superficie...

Bueno ya es suficiente voy ha echar un ojo a mis pequeños, esperemos que no se asusten. Cual cocodrilo dejo salir parte de mi cabeza al exterior y observo por primera vez mi territorio con ojos mortales. Es muy bello, la naturaleza se ha abierto camino gracias al agua y los míos han podido sobrevivir alimentándose de los cocos de las palmeras y comiendo cactus, son duros  y se adaptan bien.

Ha llegado el momento de que me presente, gasto parte de mi poder en hacer que los gruñidos y silbidos que producen empiecen a crear un sentido en sus primitivas mentes. Hago mi gran entrada emergiendo del lago y poniendo mi mirada sobre el pueblo que ahora vive allí y proclamo:

-Entended, hablar! Yo soy Resmentor y os cuidaré de ahora en adelante- digo transmitiendo confianza con cada una de mis palabras.

Según apareces la mayoría de los hombres lagarto se apartan asustados por tu tamaño y tu súbita aparición. Algunos de los más valientes se ponen entre ellos y los demás. Sin embargo la mitad de tus hijos se mantienen alejados.

Emiten sonidos más agudos hasta que tu rugido lo copa todo, silenciándolos.

-¿Es peligro?- Preguntan unos.- ¿Jefe, tal vez?

Al verte chapotear perezoso, algunos pierden el miedo y se acercan a la orilla.

-¿Tu cuidar nosotros?- Al descarado que habla, le hacen sitio y le dejan pasar. -Tu un Resmentor ¿Qué nosotros?

No es un mal comienzo, podrían haberme considerado hostil y atacar-me, me alegro que prefieran la diplomacia. Su reacción ha sido bastante lógica los más débiles han huido, mientras que los fuertes se han quedado a cubrir la retirada, me alegro que haya esta cooperación es muy útil. Aunque los que más me han sorprendido han sido los primeros en hablar, ellos son los más inteligentes entre todos y me han hecho las preguntas correctas.

-Eres sabio hijo mio, vosotros soys Kre-gor, mi pueblo.- digo orgulloso- Yo ser vuestro dios, Gran Jefe, jefe del agua, Resmentor, mi poder hacer hablar.- sueno ridículo hablando así, pero garantizo que todos me entiendan. Quiero conocerlos un poco mejor. Un momento me acabo de dar cuenta que estas criaturas no tienen nombre y no saben como referirse entre ellos, su existencia debe estar bastante vacía, empezaré por eso para poder acercarme- Ahora os daré un nombre a cada uno, un nombre es quien eres y te diferencia de los demás. -hago un gesto para que el descarado se acerque (*)- Tu has echo las preguntas correctas y por eso serás el primero, serás Chie-ma. Ahora el siguiente, tu serás...- a algunos temerosos les doy su nombre desde cierta distancia, ninguno se acerca tanto como el primero.-

Me alegro de que todos recibieran un nombre, esto reforzará mi vinculo con ellos y espero que haga que esto sea como una bendición de padre a hijos, espero conseguir esa relación con ellos.  Parecían contentos con el hecho de poder nombrarse a si mismos, les he oído repetir varias veces su nombre con ilusión, parecían niños con un juguete nuevo. Creo que he creado los inicios de la sociedad. Han aprendido ha hablar y ya se pueden llamar a si mismos, ha sido un día ajetreado. Por ahora me retiro al fondo del lago, mañana volveré a la superficie haber que se les ofrece.

He dormido, bien haber que tal...

Cuando asciendes a la superficie, los Kre-gor te saludan. La mayoría están tumbados a la sombra de los árboles o refrescándose en las aguas poco profundas de la orilla. Se han formado algunos grupos, de forma que los Kre-gor, se encuentran en círculos. El más grande de ellos es el que se ha formado en torno a Chie-ma. Varias hembras y también otros machos parecen esforzarse en divertirle o complacerle.

 Otros se han separado en parejas. Uno de ellos, se encuentra apartado. Dol-hag, lo recuerdas porque es un macho que no ha participado en las competiciones de fuerza entre ellos, es menos musculoso y más alto espigado que los demás.

Los hombres lagarto se acercan a la orilla a recibirte. Te presentan a cuatro crías para que les des nombre, tres son nacidas de Chie-ma con diferentes hembras. 

Que bien parece que los Kre-gor han olvidado como me recibieron ayer y ahora lo hacen con ilusión, eso esta bien. Mientras vienen a recibirme veo como han empezado a organizarse en grupos pequeños o en parejas, el orden social esta bien y parece que buscan a lideres fuertes. Chie-ma resulto ser el más valiente entre todos al dirigirse a mí, pero veo a lo lejos a Dol-hag, parece ser que no le gustan las peleas, se dedica a contemplarme, parece ser que es bastante curioso porque su vista no para de revisarme de arriba abajo una y otra vez.

Los Kre-gor me presentan a las crías esperando que las bendiga con un nombre como hice con ellos el día anterior. Lo hago y las nombro: Ka-ma, Re-ma, Zar-ma y Ri-lo. Veo que tanto Dol-hag como Chie-ma son los dos que más se acercan y más intentan hablar conmigo, aunque todo el pueblo siente curiosidad sobre mi. Dedico mi tiempo a contestar-les algunas dudas y ha observar como se comportan, aprendo un poco de su rutina y costumbres.

Paso unos pocos días siguiendo esa rutina y empiezo a conocer mejor a esos dos, son los dos más inteligentes entre el pueblo y Chie-ma a aumentado su grupo y parece ser un gran guerrero, ahora ha derrotado a su rival en un combate amistoso (disfruta de la pelea), mientras que Dol-hag aun se niega a combatir. Después de ver eso observo al pueblo y me doy cuenta que esos 2 destacan, hago un gesto para que Chie-ma y Dol-hag se acerquen. Una vez han llegado a la orilla me dirijo a ellos:

-Chie-ma, eres un buen guerrero y parece que has reunido gran grupo, eres un buen líder si sigues así llegaras lejos, pero hazlo por el buen camino.-digo sintiéndome orgulloso de el- Por otra parte Dol-hag, tu eres diferente, no eres un gran guerrero, pero has demostrado la misma curiosidad y inteligencia de Chie-ma, tu serás mi primer sacerdote.- recojo un palo más o menos de su altura y se lo entrego- Los sacerdotes son tan importes como los guerreros, ya que gracias a ellos los guerreros y el pueblo siguen el buen camino, Chie-ma puede ser un líder, pero tu serás un guía respetado. Les enseñará todo lo que sabes y criará a las futuras generaciones y seras un enlace entre el pueblo y yo, ahora somos pocos pero espero que prosperéis y cuando eso pase no podre estar con todos, además cuando viaje necesitarán a un guía que muestre el camino correcto. Para demostrarme de que sois dignos de estas alabanzas, os encargo una "Misión" a los dos: Debéis decirme que necesita el pueblo para prosperar.-hay que ponerles pruebas y desafíos, no debo consentirlos mucho-.

El hecho de quien sería el primer líder era bastante obvio, pero seguro que ha Dol-hag le ha pillado por sorpresa, en una sociedad basada en la fuerza (como lo son todas las sociedades primitivas) se le abría otro camino, el camino del saber y enseñar, seguro que le gusta, así conseguiré que los inteligentes pero débiles sean útiles para Slann.

Una vez cumplan la Misión ayudaré al pueblo y proclamaré el titulo de Dol-hag y les diré en que consiste y que deben respetarlo.

Espero que cumplan

Aunque te relacionas con ellos durante unos días, hay una veintena larga de Kre-gor que te ignoran y no hacen ningún esfuerzo en ocultarlo. Pero el día que llamas a Chie-ma y Dol-hag a tu presencia, todos muestran curiosidad por el suceso. Tus creyentes, tras el bautizo, permanecen en el agua del oasis mientras que aquellos que te ignoran están entre las palmeras.

Cuando hablas de Dol-hag y su título, aquellos que te han aceptado como jefe empiezan a sisearte hostilmente, Chie-ma alza las manos y pide silencio mientras los que se encuentran más atrás se ríen entre dientes de lo que ocurre. 

-Nosotros no entender Jefe. Dol-hag un cobarde, Dol-hag solo, nadie quiere Dol-hag. Dol-hag no listo.- Cada vez que termina un insulto, los suyos le corean.-Dol-hag no es Kre-gor.

Una treintena de Kre-gor jalea a Chie-ma, a medida que el ruido aumenta, Dol-hag suelta la rama y se aparta corriendo. 

Una hembra del grupo de no creyentes se acerca a Dol-hag y tras murmurar algo con él, lo toma de la mano y se acerca a su grupo.

Soy absolutamente idiota, he ido demasiado rápido y he echo las cosas sin pensar en ello. Como se me ocurre darle poder a un miembro solitario y sin reconocimiento, mis ilusiones me han cegado y no he podido ver lo que me rodeaba. Ahora veo que no todos estaban atentos de lo que hacía y algunos ya no creen en mi. Cambiaré eso iré poco a poco y haré que mi pueblo vuelva a confiar en mí, pero para ello voy a tener que entenderlos, por algún motivo no respetan a los que no luchan y no los consideran uno de los suyos, eso es interesante. 

Empezaré observando que hacen y como se relacionan, también observaré toda la fauna y flora. Dedico mi tiempo a esa tarea. Pero ahora que las cosas se han calmado quiero hacerle unas preguntas al que parece ser el líder. Le preguntaré sobre que es un Kre-gor, que comen, porque es el lider, que soy yo para ellos y si necesitan algo, también haré insinuaciones sobre el grupo de no creyentes para intentar sonsacar algo. Mi objetivo es aprender.

Chie-ma se convierte en el referente de tus conversaciones. A lo largo de los días observas que no parecen necesitar comer, o dormir. No hay animales puesto que no los has creado y las plantas no tienen la esencia vital que percibes en los Kre-gor. Los vegetales, ni crecen, ni dan fruto. Son inertes, mera decoración producto de imaginarte el oasis con este aspecto.

Los círculos se han formado principalmente en torno a Chie-ma y los otros que se interpusieron entre el resto de los hombres lagarto y tu en el momento de tu aparición. Aunque Chie-ma no es el mejor combatiente, siempre esta dispuesto a participar en las peleas con las que el pueblo se entretiene, hasta que el agotamiento o las magulladuras le vence. Sin importar hombre o mujer o cuán injusto sea el enfrentamiento, participar aunque se pierda está mejor valorado que no participar en absoluto. Al  haberte cuestionado abiertamente, y haber sido el primero en enfrentarse a ti, consideran que Chie-ma es el más valiente de los Kre-gor.

El valor que demuestran los individuos determina su posición. Hombres y mujeres mantienen relaciones sexuales con cualquier posible pareja, indistintamente. Las mujeres más fértiles y los hombres y mujeres que más placer otorgan a sus compañeros sexuales son mejor valorados por los demás.

El grupo de no creyentes, está integrado en el resto de la sociedad y parece estar liderado por una mujer lagarto, llamada Ika-la. Aunque no son hostiles hacia ti, ridiculizan a Chie-ma por pensar que eres su jefe. Sin embargo, al no haber nada más alrededor las dos facciones conviven en una tensa paz.

Pasan los días y voy conociendo un poco más a Chie-ma con el que mantengo conversaciones, empiezo a entender que su sociedad se basa en el coraje y no en la fuerza como pensaba antes. De momento me preocupa un poco el hecho de que no duerman ni coman eso no es natural, parece que algo más poderoso que yo los mantiene así de momento. Tendré que ponerme manos a la obra haber si creo un ecosistema. No tengo conocimientos sobre como crear plantas o seres vivos, para poder hacerlo tendré que investigar en la Niebla o podría arriesgarme y intentarlo. No creo que merezca la pena el riesgo, ya me equivoque una vez al ir demasiado ràpido, creo que debo ir a investigar. 

Hablo con Chie-ma sobre el echo de que me tengo que ir durante un tiempo y le digo esto:

-Chie-ma, tengo que irme durante un tiempo, pero volveré. Viajaré porqué quiero daros algo mejor, lo haré por vosotros, mi objetivo será daros plantas de verdad, no estas decoraciones y quizás algún animal, ya veras que te gustarán. Pero antes de irme quiero darle a mi pueblo una bendición. Durante mi ausencia espero que mantengas las cosas como ahora, creo que eres un buen líder y te voy a pedir dos cosa: que no olvidéis quien soy y que tu te encargues de dar los nombres a las futuras generaciones, para hacerlo tendrás que sumergirlos un poco en el lago donde vivo para que les llegue mi esencia y yo sepa que creen en  mi. -le digo todo esto con un tono serio en mi voz- Me iré mañana al atardecer y intentaré volver pronto.

Por la noche una vez sumergido en el lago, me dedico a crear un milagro para hacer que los que tengan fe en mi aunque sea un poco sean más fuerte y más resistentes, espero que así sus peleas sean más interesantes y duraderas, también degradará a los no que no creen en mi haber si así aprenden que quien soy, soy su dios.

Antes de irme le diré a mi pueblo que el del milagro he sido yo. Volveré a la niebla y me aseguraré de que el viaje sea provechoso. 

Notas como tu bendición se extiende en el agua, infundiéndola de poder. Pero te das cuenta de que con la energía que has invertido, el efecto no va a ser duradero, ni tan complejo como deseabas. Aproximadamente una veintena de Kre-gor podrían aprovecharse del efecto antes de que su poder se pierda. Además, dado que va en contra de tu naturaleza degenerar a los seres vivos, no consigues que el agua se convierta en una toxinas para los no creyentes. 

Como todas las veces que vas a dar un anuncio todos el pueblo se acerca al agua

-Jefe Resmentor, yo coger trabajo. Honor en tu nombre

Sin embargo, sois abucheados por los que están detrás. Ika-la se acerca y alza la voz, a diferencia de Chie-ma tiene una voz rasposa.

-Tu no ser jefe, gran Resmentor. Tu no ser Kre-gor. Tu otra cosa. Tu no poder decir quién ser jefe.

-Calla, mujer. Resmentor traernos cosas. Tú no hacer nada, solo hablar, solo insultar.- Chie-ma le enseño los dientes de forma hostil. 

-Chie-ma. ¿Quieres luchar por líder? Si yo ganar, Resmentor no volver. Si tu ganar, mi gente y yo irnos. 

Chie-ma está dispuesto a entablar combate.

-Chie-ma, eres un guerrero valiente y audaz. El agua de este lago es un símbolo de mi poder, sumérgete en ella para purificarte y prepararte para el combate. Quiero que a partir de ahora ganes, muestra el camino correcto del valor.

Ahora me dirijo a todos:

- Kre-gor no creyentes y sobre todo tu Ika-la, os doy otra oportunidad, podéis arrepentiros y os perdonaré. Pero si seguís con esto solo acabará mal. Tenéis hasta que me vaya para tomar la decisión.

Me dispongo a observar el combate.

Chie-ma se baña en las aguas del oasis, sus escamas relucen y sus músculos se hinchan. Su tamaño aumenta ligeramente. Ika-la y sus seguidores os abuchean desde la orilla, la líder te habla directamente.

-Tu poderoso Resmentor. ¿Necesitar trampas para ganar?- Ika-la empieza a prepararse haciendo estiramientos.- Nosotros somos más, no amenaces.

Chie-ma sale de las aguas confiando en su victoria y te guiña un ojo con descaro.

-Ika-la, yo no querer hacer daño a ti. Resmentor no querer hacer daño a ti. Retírate.

- Yo no dejar que Kre-gor ser guiado por mentirosos. Lucha.

Chie-ma se lanza al ataque, pero su oponente se dobla hacía atrás con agilidad. Apoyando las manos en el suelo golpea su mandíbula con los pies. El hombre lagarto agarra la cola de la hembra y girando su cuerpo la levanta por encima de espalda y la estampa contra la arena. 

Ika-la se retuerce para ponerse boca-arriba en el momento en que tu elegido salta sobre ella para descargar un puñetazo en su cara. Sin embargo, ella le lanza un puñado de arena en la cara y se aparta a un lado. El sonido de los nudillos del guerrero contra el suelo, revela que ha sufrido por el impacto. La hembra descarga una patada más en la entrepierna de Chie-ma, que cae a un lado retorciéndose de dolor.

Ika-la se pone en pie.

-Chie-ma ¿Poder combatir más?.- Chie-ma se retuerce en el suelo de dolor y niega con la cabeza.- Resmentor, ¿Ser honorable? Si saber honor, ir y no volver. Tú no Kre-gor. Tú no jefe. Tú no volver. 

-Ika-la tienes razón, no soy un Kre-gor, soy un dios!, y  si crees que vas a tratar así a mis creyentes te equivocas!- digo lleno de furia con un poderoso rugido- Estas molestando a todos los Kre-gor y tú ya no eres una de ellos, eres una traidora que molesta la paz. Yo quiero daros una mejor vida y tu solo te entrometes. Lo único que quieres es ser la líder porque eres fuerte, pero soy el más fuerte aquí y por eso tienes que derrotar a alguien más débil que yo para poder echarme. Así que ya me has hartado, has hecho daño a mi amigo y osas desafiarme, a mí! - digo irguiéndome en mi totalidad y sobresaliendo del lago, acercándome hasta estar en frente de la traidora, intimidando-la- Puede que vivas aquí, pero este sitio siempre a sido mi territorio y estás aquí porque yo lo permito y soy generoso. Se acabó, desafías a los míos y el orden que hay aquí.

Concentro mi poder en el pueblo y hago que sientan repulsión y ira hacia quien acaba de derrotar a su líder. Entonces también uso mi poder sobre ella para paralizarla mientras la parto por la mitad de una dentellada.

Tu magia hace que la mayor parte de la población se vuelque en contra de Ika-la, sin embargo ella y algunos de sus seguidores más fieles se mantienen en sus posiciones. Se desata una batalla campal. Te abalanzas al combate con ansias asesinas, sin embargo tus dientes chocan entre sí sin encontrar resistencia, y no se debe a la vulnerabilidad de la Kre-gor. Con agilidad se ha apartado de tu dentellada.

Unos y otros comienzan a golpearse, esta vez sin piedad y con ansias homicidas. 

- ¡Tu no ser dios, tu ser mentiroso!- Grita Ika-la, mientras su garra arranca uno de los ojos de los Kre-gor.

Sin embargo su victoria es fugaz, entre los que están de tu lado y los que has afectado con tu magia, tenéis mayoría en el combate. Dirigidos por Chie-ma que se recupera al ser afectado por tu magia, matáis a golpes a los infieles, pero las bajas son brutales.

Pasado el frenesí de sangre, los no creyentes supervivientes,al despertar de tu efecto de control, se miran las manos ensangrentadas y comienzan a llorar. Incrédulos de lo ocurrido, sin ser capaces de comprender, comienzan a mecerse en el sitio en el que se encuentran. 

Chie-ma alza la voz:

-Sacrificios para Resmentor. ¿Qué hacer con otros no creyentes?

- Vosotros los no creyentes os doy 2 opciones: podéis arrodillaros y cambiar vuestra fe o seréis desterrados. -proclamo frente a todos-No es culpa vuestra lo que habéis echo Ika-la os a engañado y yo os redirijo hacia el buen camino. - ahora hablo a todos- Mis valientes guerreros habéis derrotado al enemigo y probado la gloria del combate conseguiréis una recompensa por acabar con los enemigos. 

En privado le digo a Chie-ma que coja a los Kre-gor en los que más confía y los meta en el lago para que se vuelvan más fuertes como el (supongo que el efecto aun dura).

-Ahora con los muertos en combate echad fuera de mi territorio a todos los no creyentes, no descansarán aquí. Mientras que a los que lucharon por mi se les enterrará aquí para que su alma sea uno con la tierra del oasis y los seres que lo habitan.

Hablo con Chie-ma y le digo que pase lo que pase tiene que mantener la paz de los creyentes durante mi ausencia y que durante el combate los que han luchado por mi han ganado mucha gloria y que les recompensaré como se merece.

Esperó un día más antes de irme para asegurarme de que todo esta en orden.

Los no creyentes, tal vez más por miedo que devoción agachan la cabeza y siguiendo tus órdenes entierran a los suyos fuera del territorio. 

Mientras tanto Chie-ma y los suyos, entienden cual es tu posición y la suya. El único que se sigue atreviendo a llamarte Jefe de forma jocosa es Chie-ma, aunque dada su derrota a manos de Ika-la junto a no respetar las condiciones del duelo, han hecho que pierda su posición privilegiada en la tribu.

En vuestras conversaciones te informa que los Kre-gor, creyentes y no creyentes, te llaman Tirano sin Honor, cuando creen que no son escuchados y desaprueban tu abuso de poder. Donde antes te admiraban, ahora tu pueblo te teme. No vuelven a recibirte con saludos y sonrisas, a excepción de Chie-ma. En poco tiempo, esa conducta hace que quede apartado del resto del grupo.

Elije a nueve hombres y mujeres que se bañan en las aguas encantadas recibiendo la bendición. No hay discusiones, ni hay peleas, pero tampoco hay agradecimiento alguno. 

Ha pasado un largo tiempo desde que me fui de mi territorio, no se que puede haber pasado en mi ausencia, así que de momento para comprender la situación no me materializaré, sino que permaneceré en mi forma incorpórea para observar mi territorio para ver como les va a mis pequeños. Me centraré en el oasis a ver que me espera al volver a casa, lo dejé todo bastante mal al irme aunque creo que me gané el titulo de dios de momento.

Desde mi forma incorpórea me muevo hacia el punto verde en medio del desierto, ese punto es lo único de lo que me puedo sentir orgulloso, de momento. 

Desde tu forma incorpórea observas el mundo. Al acercarte al oasis, aunque ves que el viento ha ido acumulando arena al encontrar un obstáculo, los cuerpos de aquellos que se oponían a tu fuerza persisten sin descomponerse. De hecho, con hojas de palmera y flores de cactus, parece que alguien deja de vez en cuando una ofrenda.

Superada la muralla externa de vegetación, se halla el resto de la tribu. Parece que las cosas han cambiado mucho desde tu partida. Chie-ma se encuentra apartado del resto de los Kre-gor, cerca de la orilla y mirando el agua. Por lo demás continua la distribución en círculos, sin embargo el que incluye a la mitad de la población aproximadamente es aquel que lideran las mujeres que fueron elegidas para bañarse en tus aguas fortalecedoras. El resto se asientan a su alrededor, y parece que no son tan cerrados como antes. Los Kre-gor van y vienen charlando, pero si surge algún conflicto lo resuelven por la fuerza. 

No hay día ni noche, sólo una luz propia del ocaso que lo baña todo. Los hombres lagarto ni duermen ni comen, como si no tuvieran esas necesidades. Aún así parecen marcar el tiempo de alguna forma, basada en cuando los machos están listos para copular o según el tiempo de gestación de las hembras. Cada vez que una de ellas da a luz, los Kre-gor representan tu llegada, la batalla contra Ika-la y el baño de sangre. Chie-ma observa todo mientras se baña en las aguas, represetándote,  y sale cuando termina el teatro. Se acerca al recién nacido y le da nombre. Sólo en esas ocasiones, el resto de los hombres lagarto aceptan su compañía. Después le vuelven a dar la espalda.

Su comportamiento es más que interesante, el hecho de que empiece a formarse un grupo principal me parece bien y que me recuerden es maravilloso. Lo que me empieza a preocupar es el hecho de que no tienen necesidades para vivir, bueno no se cuanto durará esto, pero me estoy preparando para crear lo que necesiten en el momento en que sean vulnerables.

Empezaré por crear plantas útiles y provechosas para su desarrollo, lo primero es comida y luego recursos.

Así que me pongo manos a la obra para diseñar las primeras plantas y prepararme para colocarlas en mi territorio.

Una vez hecha la observación me materializo en mi forma física en el fondo del lago, donde no puedan verme, de momento.