Partida Rol por web

… Podéis ir en paz, y que la cosecha os sea favorable.

La misa ha sido mas larga de lo habitual, como es de esperar del último día antes de la cosecha, se supone que es una ocasión especial para los rezos dirigidos, en principio, a que el luchador sea uno mismo, un gran honor y una gran responsabilidad que puede tocarle a cualquiera, o bien para que toque a la persona más cualificada posible, sin embargo, estoy segura de que mas de uno pide porque su familia este a salvo un año mas de este evento en el que las probabilidades de sobrevivir son casi nulas… bueno, y mas de una también-pienso con un escalofrío.

Una vez terminado el acto, me quito la toga y me miro al espejo, ya hace años que he pasado por este trance, y por suerte no he tenido necesidades demasiado importantes, por lo que es absolutamente imposible que me toque, así que estoy tranquila, la probabilidad, calculada con antelación, es exactamente de una entre un millos, lo dicho, absolutamente imposible.

Por otro lado tampoco estoy cualificada y estoy segura de que una sacerdotisa que esta en su ultimo año en la urna no interesa a los espectadores, a fin de cuentas si sé usar un cuchillo es porque me ha tocado sacrificar algunas vacas y por tonterías así, la urna seguro que esta amañada para que la gente realmente poco interesante no entre en el sorteo.

Así que como tranquilamente, hace años que vivo sola, desde que mi padre murió de fiebres al comer algo en mal estado, lo recuerdo con nostalgia como siempre, era una de esas personas que aprobaban los juegos del hambre y siempre espero que me tocase y rezó por ello, espero que cuando esta noche no salga mi nombre no este muy decepcionado en el cielo. Yo por mi parte, estoy muy feliz de salir del rango de edad y quitarme un peso de encima, ligero, pero un peso a fin de cuentas.

Bueno, es el momento del último día de tensión Faile, vamos a por todas.

Aunque no lo demostraba, los nervios carcomían a Jonas cada día que se acercaba la Cosecha. Había cometido varias veces la estupidez de meter su nombre en la urna para saldar deudas de juego. Era un idiota, lo sabía, y si su padre se enteraba se iba a comer la paliza de su vida. 

No era que lo pusiera muy nervioso recibir una golpiza, total sería una mas. No, lo que lo asustaba era ponerse en el lugar de aquellos muchachos y chicas que veía año tras año en los malditos Juegos. Tal vez esas eran las razones por las que pasaba el menor tiempo posible en casa, vivir una vida normal era absolutamente imposible. Tal vez por eso se pasaba dias enteros a la intemperie, por mas que eso le trajera de recompensa un ojo morado o peor, mas de una vez. De cualquier forma, había aprendido técnicas para curarse solo. Tal vez por eso se metía en tantas peleas, en tantas apuestas, se juntaba con esos muchachos que por mas duros que fueran, eran mas familia para él que aquel viejo borracho y estúpido. Su madre había muerto hacía mucho y su pequeña hermana había salido seleccionada para la cosecha hacía ya tres años. La había matado un muchacho del distrito 1 con un hacha. Todas las lagrimas de su vida las lloró aquel día, y desde allí se convirtió en una roca. Menuda suerte tenía la familia Dex. Jonas odiaba a su padre, odiaba a los malditos tributos profesionales, odiaba a los agentes de la paz, y su odio se salía de todas las escalas contra los malditos gobernantes del capitolio. Casi esperaba salir sorteado, así acabaría todo.

Camino a la cosecha se encontró con sus amigos. Fueron todo el camino bromeando, como si fueran a otra de sus aventuras, como si aquel sorteo de la muerte no existiera.

Camino a la cosecha se cruzó con Faile. Si bien no eran lo que se podría llamar amigos, ella siempre le había aconsejado, con bastante razón, en contra de cambiar aquellas teselas de comida para pagar con eso sus deudas. Sabía que era ilegal apostar, pero también lo era guardarse piezas de carne de las reces que sacrificaban, y él lo hacía de todos modos. Sólo así podía mantener su estado físico, si no sería apenas piel y huesos, como muchos otros. Sabía que ella lo hacía con buena intención, pero Jonas hacía su propio destino, las reglas que le imponían eran demasiado duras. De cualquier forma, ya no podía hacerlo mas, su madre y su hermana ya no estaban.

- Hola Faile, ya la última cosecha para ti, verdad?

Mientras voy camino a la cosecha perdida en mis pensamientos la voz de un chico me sorprende, su postura es cómoda y se le ve menos famélico de lo que es normal en el distrito, la verdad, no se como lo hace, a fin de cuentas esta en el mundo de las apuestas y más de una vez le he pillado vendiendo sus teselas de comida adicionales para pagar deudas. Bueno, aun así es un chico bastante simpático y si no recuerdo mal un poco mas joven que yo, el año pasado por un momento pensé que le habían elegido en la cosecha, el nombre del tributo se parecía y la verdad me asuste.

Hola Junas, ¿que tal todo? ¿Tu fa…? ¿…se de cambio de teselas ya ha pasado?

Sé que la pregunta es totalmente inapropiada, pero he estado a punto de preguntar por su familia, y si no recuerdo mal están todos muertos. De hecho su hermana fue seleccionada hace un tiempo o algo así.

Si, perdona, estaba a mis cosas, es mi último año de estar aquí. ¿A ti te quedan aun un par no?

Jonas se sorprende de lo directa que es Faile con respecto a sus deslices pasados, pero después de todo él fue quien se lo confió, así que no le da importancia, de cualquier forma, no los escuchaba nadie.

- Si, si -contesta despreocupado-, eso ya no lo hago mas. Y si, otra vez aquí, todavía falta para poder estar tranquilo. ¿Y tu que, vas a festejar o algo esta noche? Yo tengo un licor casero que conseguí la semana pasada, podría llevarlo.

La atracción empieza mientras aun estoy pensando que responder a Jonas, así que me calló y presto toda mi atención a la urna. La presentadora, una chica más teñida y pintada que nada de lo que haya visto, se alza y saca las dos papeletas, una de cada urna.

Y nuestra tributo femenino de este año será... ¡Faile Abassan!

La presión se deshace a mi alrededor y casi todo el mundo rompe en vitores, probablemente alegrándose de que alguien como yo, sin familia, haya sido elegida, la verdad, no creo que nadie me eche de menos.

Sin embargo, la sentencia a muerte me sienta mejor de lo esperado, una fría garra me atenaza las entrañas, pero como siempre que salgo a escena en la iglesia mi cara muestra una pasividad total y sonrio mientras alzo la mano… “Ya has muerto Faile, solo que tu cuerpo aun no lo sabe, así que dale tiempo y disfruta mientras tanto”

Y nuestro tributo masculino de este año será... ¡Jonas Dex!

“Maldita sea, ves como eres idiota”.- yo ya estaba muerta, pero, por qué tenía que morir el conmigo. Mi cara, se vuelve hacia Jonas y sonríe triste. Los nombres no se pueden quitar, pero por lo que lo conozco, no creo que se vaya a romper.

Al final, tras un breve vistazo a mi compañero, me vuelvo hacia la tarima mientras una fachada de alegría tapa mis rasgos. Moriré con una sonrisa en los labios, no hay porque hacer que los hijos del distrito lloren más de lo necesario.

“Felices últimos juegos del hambre... Faile”

La conversación con Faile se interrumpe porque hay que formar para el sorteo. Jonas mira todas las caras y se pregunta quien de ellos estará muerto en breve.  Está tranquilo solo por fuerta, trata de relajarse, de que los que están a su alrededor no se den cuenta del tormento que significa ese momento. 

Mientras habla el alcalde trata de poner la mente en blanco. Hide Evanet, esa caricatura de mujer que se parece sospechosamente a un hombre, comienza su estúpido discurso, que finaliza con eso de la suerte. Jonas siempre odió esa maldita frase. Le recordaba demasiado a cuando eligieron a su hermana.

Hide saca papel y ...   mierda!  Sale el nombre de Faile. La mente de Jonas comienza a dar vueltas, no puede quitarse de la cabeza que le pegó su mala suerte con esa estúpida conversación que habían tenido minutos atrás.

 - Y nuestro tributo masculino de este año será... ¡Jonas Dex!

El tiempo se detiene. El muchacho mira toda la escena como si estuviera fuera de su cuerpo, en camara lenta. Mira a Faile, que le sonrie al Jonas que no es él. Mira a su padre, allá atrás, que baja la mirada, se da vuelta y se va.

Y finalmente el tiempo vuelve a alcanzarlo. Comienza a caminar hacia la tarima y alcanza a Faile.

- Lo siento Faile -susurra cerca de ella, mientras mira la maldita sonrisa de Hide, que los espera ahi arriba. 

¡Uy, vienen juntitos! ¿Serán pareja? pregunta al público, haciendo un movimiento de las manos de manera exagerada señalándolos. Al ver cómo el público no les responde, se encoge de hombros y se acerca a los dos jóvenes.

Sois los representantes de este distrito en estos Juegos. ¿No es emocionante? dice excitada.

Como el público no parece muy animado, no pide aplausos ni nada.

Muy bien, queridos, entrad por esa puerta os señaló una Allí podréis encontraros con vuestros padres y hablar con ellos para despediros. ¡Sólo por si las moscas! ¡Jajajaja!

Jonas mira por la ventana el distrito que comienza nuevamente su movimiento. Todos los chicos y chicas que que estaban formados con él seguramente están volviendo a sus hogares, contentos de no ser él. Otro año más que han esquivado aquel sorteo de la muerte.

Una o dos veces mira la puerta, de vez en cuando escucha algún ruido y parece que va a abrirse, pero nada. La puerta se queda cerrada y silenciosa.

Jonas se queda ahí, solo, esperando. Pero mientras espera una llama va quemando su interior, poco a poco. El no va a consumirse asi, sin mas. No va a dejar que ese mundo puerco y maldito que lo ha estado pisoteando sin dar pelea. Allí mismo, mientras se le enrojecen los ojos de odio, jura que se debatirá como un animal acorralado, que en definitiva, es la mas pura verdad. 

La sonrisa se me hace añicos mientras miro las paredes vacías de la sala de espera donde deberíamos encontrarnos con nuestra familia, las lágrimas ocultadas de cara al público me llenan los ojos y noto como las piernas dejan de sostenerme un segundo antes de caer al suelo.

“Genial, ahora solo me falta aprender a suspirar románticamente mientras me quejo de la injusticia del mundo y espero a mi caballero andante”… “espera, ¿Qué es un caballero andante?”

La sonrisa vuelve un poco a mis labios entre las lágrimas, al parecer sigo recordando como ser sarcástica, y por poco que sea me aferro a ello, no se a que estarán jugando, ni porque han amañado mi candidatura ya que no sé que espectáculo puedo dar yo, pero mi personalidad no me la pueden quitar. Y aunque pierda, pienso luchar para mantenerla.

Me aderezo un poco y me coloco la ropa, sinceramente tengo que tener una pinta horrible, así que me dejo caer en la silla y pienso en mi padre, lo orgulloso que estaría, su niña, elegida para representar al distrito, elegida para el “mayor honor” que puede conceder el capitolio. Si el estuviese allí sé exactamente lo que me diría.

“Recuerda hija, hay chicas a las que les quedan bien las lágrimas, pero tu no tienes esa suerta, así que no llores delante del publico”

Lo peor es que es cierto, eso es exactamente lo que me diría…

“Bueno, al menos has llegado hasta aquí Faile, ahora tu prioridad ha cambiado, así que céntrate en ella. Nueva prioridad: Terminar con vida, si lo haces te hornearé y prepararé una tarta.

…Buena suerte”

Dos mensajeros irrumpieron en la habitación y se quedaron apostados en la puerta. Se quedan extrañados al no ver a nadie en la despedida, pero les da igual. Esos hombres te escoltan hasta la entrada del tren. Allí puedes ver doce vagones, sin contar el del maquinista. Uno por distrito. Allí estarán tus futuros compañeros y rivales.

Al entrar en vuestro vagón, un hombre está totalmente serio esperando al lado de la puerta. Cierra y apoya una mano en vuestro hombro.

Mi nombre es Alejandro, soy vuestro mentor. Siento mucho que hayáis salido elegido, recuerdo que yo no pude dejar de llorar durante un par de días. Y fijáos, gané los Juegos y ahora estoy aquí con vosotros. ¿Quién dice que no os va a pasar igual?

Alejandro Romero..  si, le sonaba el nombre. Una vez lo había visto de lejos. Jonas lo respetaba. Cualquiera que haya sobrevivido a aquella carnicería era digno de su admiración. Escucha la bienvenida del hombre. Sabe que él tampoco tiene opción, debe acompañarlos y soportar que al menos uno, y lo mas probable los dos tributos no regresen. Sin embargo Jonas no hizo el comentario apocalíptico ni sarcástico que le salía de las entrañas, no quería deprimir ni a su mentor ni a su compañera. En cambio miró el tren.

- Hola Alejandro. Así que viajaremos en este tren, parece lujoso. 

Bueno Alejandro,  creo que las reglas lo dicen si estas usando el plural en la frase. Ya sabes, no NOS puede pasar a los dos.

No había podido evitar el tono mordaz de mi frase, pero estaba harta de que todo el mundo asumiese que que feliz eran los juegos y que todo podía salir bien. No, no podía, y mejor que nos lo endulzasen lo menos posible, era mejor no tener esperanzas en este momento.

Además, para que cualquiera de los dos gane tendría que dedicarse a matar personas, bueno, de hecho ganemos o no tendremos que hacerlo. ¿no?, así que perdona, pero no nos trates como si tuviésemos la edad mínima para entrar en los juegos.

Vale, no había podido callarme, normalmente era bastante tranquila, pero esta vez creo que podía permitirme no serlo, total, tampoco es que tuviese mucho publico aun y ya tendría tiempo de poner buena cara luego para la actuación. 

Alejandro escuchó con seriedad a Faile. Cuando terminó de hablar, se levantó y se acercó a ella. Al llegar a su altura, la abrazó. No esperó que ella le respondiera, simplemente la abrazó.

Entiendo lo que piensas y entiendo como te sientes. Sólo uno puede salir vivo de allí, y yo quiero que seáis uno de vosotros dos. ¿Me dejaréis ayudaros para que ganéis uno de los dos?

- Si, claro -contestó Jonas-, disculpa mi humor, pero comprenderás que no es el mejor día de mi vida. De estar libre a condenado a muerte sólo habían pasado unas horas y no estaba en el mejor momento.

- Hay algo que deberíamos saber antes de llegar? - añadió luego de una pausa. Como que nos conviene hacer, con quien ser amable y con quien no? Se que nuestras posibilidades de supervivencia no son buenas, pero no voy a irme sin dar pelea -sentenció con algo de frustración y también rebeldía en su voz.

El abrazo sorprendió a Faile tanto que por extraño que parezca no se apartó ni rechazó a Alejandro, en vez de eso poco le falto para echarse a llorar.

Una vez que su compañero hubo hablado y ella pudo serenarse, recuperó la sonrisa habitual y miro a Alejandro.

De acuerdo Alejandro, da tu mejor esfuerzo.- Dicho lo cual se levantó y esperó a que su acompañante hablase, si es que había algo más que decir. Por su parte ya era hora de ir empezando con la sentencia…

No es cuestión de ser amable dijo negando con la cabeza es cuestión de impresionar. Destacar lo suficiente en el entrenamiento para que los patrocinadores se interesen por vosotros, y también en la entrevista que os harán, para que decidan ayudaros. Pero es complicado, tenemos que conocer vuestras habilidades antes de decidir nada.