Partida Rol por web

No dejo de sorprenderme desde que montamos en el tren, vamos pasando por distintos distritos hasta llegar al Capitolio. Una vez allí todo es fastuoso, luces que brillan por todos lados, grandes edificios... todo es muy diferente a nuestra casa... la echo de menos... también a mis padres. Tengo que verle el lado positivo a toda esta situación, al menos Sean está aquí conmigo, no me sentiré sola, pero me disgusta.

Llegamos a nuestro hotel y tras subir muchos pisos, llegamos a la planta en la que está nuestra habitación, separados de los demás participantes, no quieren que nos veamos hasta el gran día. Aquí no escatiman en lujos...

No tengo fuerzas para nada ahora mismo, así que escucho lo que Penny nos dice y digo que no con la cabeza... podría hacerle miles de preguntas sobre todo esto, pero no quiero, solo pienso en Sean.

Sean se acerca a mí para darme un beso de buenas noches, le pongo la mejilla y se lo devuelvo -Buenas noches, descansa si puedes -y me meto en mi habitación para intentar dormir un poco. Me tumbo boca arriba sobre la cama sin ni siquiera quitarme la ropa. Intento dormir pero mi cabeza no hace más que dar vueltas a todo lo sucedido y a lo que nos espera aquí. Después de muchos intentos y de haber pasado por lo menos dos horas, sigo con los ojos abiertos como platos. Después de pensarlo un rato, decido levantarme e ir a ver a Sean a su cuarto -¿podrá dormir o estará tan desvelado como yo? ¿qué pasará por su cabeza?

Me muevo sigilosa, no quiero que nadie sepa que me he levantado. Abro mi puerta despacio y la cierro tras de mí, abro la puerta de enfrente con cuidado, la que le corresponde a Sean, puede que duerma, aunque creo conocerle un poco y seguro que estará tan despierto como yo. Está tumbado en su cama, no sé si está dormido... me acerco hasta él y me arrodillo en el suelo al lado de su cama. Tiene los ojos cerrados, con lo que me es difícil saber si está despierto o no. Le susurro suavemente -¿Sean?

Asiento con la cabeza a las palabras de despedida de mi hermana, y me dirijo hasta la habitación. Ya allí lanzo la chaqueta contra el suelo y me dejo caer en la cama, entrelazo mis dedos en la nuca y clavo la mirada en el techo.

Maldita suerte la de los Brown, si al menos Sam no hubiese sido la escogida, y si... Malditos y si, que no sirven de nada.

Intento conciliar el sueño pero es difícil, cierro los ojos pero no puedo dormir, y entonces escucho la voz de mi hermana a mi lado. Abro los ojos y me giro hacia donde creo que esta, encendiendo la pequeña lámpara de noche que esta en la mesilla. Y la veo a mi lado, se que no ha dormido nada, en su rostro se ven las marcas de la preocupación y del cansancio.

- Ey, ven aquí – digo agarrándola de la mano con suavidad haciendo que se levante del suelo y se siente en la cama a mi lado - ¿Qué te pasa? ¿Tú tampoco puedes dormir? – pregunto con rostro preocupado.

-Me levanto agarrándome a la mano que Sean me tiende y me deposita en la cama para que me siente a su lado. Le noto la preocupación por todo esto. Y la mía es evidente. Hay algo que me ronda la cabeza desde que salí elegida en la plaza y no puedo aguantarlo más. -No puedo seguir así, Sean. No podemos seguir fingiendo como si no hubiese pasado nada. Tienes que hablar conmigo, tienes que comunicarte... necesito saber por qué lo has hecho...

Miro a mi hermana a los ojos, me esta pidiendo explicaciones por lo que hice, respiro profundamente y comienzo a hablar…

- Es lo que debía hacer… Soy tu hermano mayor y no iba a dejarte a tu suerte en los juegos del hambre, tú has estado siempre para mí y hoy era mi turno. Tal vez pienses que sea una estupidez lo que he hecho, puede que lo sea, no estoy seguro al cien por cien  – mis manos comienzan a temblar ligeramente – pero – noto la garganta seca, cierro los ojos y continuo hablando - prefiero perder la vida salvando la tuya que verte morir sin poder hacer nada. Nadie elige mi destino, ya sea el capitolio o la guardia de paz… Eso lo hago yo y elijo estar a tu lado en estos días, además sabes que me echarías de menos si no estuviese aquí – Sonrío ligeramente, mis manos dejan de temblar, creo que decirlo en voz alta hace que este mas seguro de mi decisión.

Padre, madre, os prometo que cuidare de ella.

Miro a mi hermano fijamente a lo ojos, sé que le está costando toda esta situación, decirme lo que siente y los motivos por los que ha puesto su vida en peligro, y a pesar de que puedan parecer obvios no por ello hace que los comprenda. Agarro sus manos con las mías mientras habla y mientras se suceden su palabras, una tras otra, no puedo evitar emocionarme con lo que me dice, sé que me quiere, sé que sus motivos son buenos, al menos él creo que así es, pero como si no hubiésemos tenido la suficiente mala suerte de que yo saliese elegida, él también se ha puesto en peligro.

Espero a que termine de hablar, y con los ojos llenos de lágrimas intento no derramar lágrimas -Sé que crees que así me proteges, pero ésto tenía que hacerlo sola. Es lo que me ha tocado, llámalo destino, llámalo suerte o azar, pero era yo... desde casa no me ibas a poder ayudar, pero aquí tampoco, ¿crees que nos dejarían vivos a ambos llegado el caso? al menos uno de los dos morirá, lo más probable es que los dos... -me cuesta mucho decir estas palabras y reconocer que lo más probable es que ninguno de los dos salga de ésta con vida, pero tengo que empezar a aceptar la realidad -¿has pensado en mamá y papá? ¿cómo se lo habrán tomado?

Veo las lágrimas en los ojos de Sam mientras intenta hacerme ver su postura y la mala decisión que tome al presentarme como voluntario. Antes de responderla paso el dorso de mi mano por su rostro acariciándola con ternura.

- Nunca nos hemos puesto de acuerdo en nada y dudo que lo hagamos ahora, Sam. Esta batalla aún no ha comenzado no te rindas antes de empezar, recuerda que ese siempre ha sido mi papel. Además nunca se sabe que puede ocurrir. Sonríe, que no te vea tener miedo, ahora toca ser fuerte por los dos aunque por dentro estés aterrado – Esbozo una sonrisa convencido en que tenemos opciones de ganar - Llevo pensando en ellos desde que salio tu nombre en el sorteo, no se como se lo tomaran, seguramente que mal pero ha sido mi decisión. Prometí a papa que te cuidaría y eso es lo que voy a hacer. Estoy completamente convencido de lo que hago, es más si he de combatir en la arena de los juegos del hambre no puedo desear mejor compañera, hermanita – digo golpeando con el dedo índice su nariz con suavidad - Nos toca sobrevivir a estos juegos, contamos con una ventaja, confiamos el uno en el otro, es mucho más de lo que tienen el resto de tributos, además recuerda que yo se curar y a ti te enseño papa todo lo que sabe – termino diciendo para abrazarla intentando tranquilizarla.
 

Miro a mi hermano con rostro ingenuo, esperando que me dé una respuesta... un respuesta diferente a la que me espero. Conozco sus motivos de sobra, es muy loable por su parte y no puedo decirle que en el fondo me siento, por decirlo de algún modo, "contenta" de que esté aquí conmigo... -¿habría hecho yo lo mismo de estar en su situación?... creo que no... eso le convierte en mucho mejor persona que yo, no se merece estar aquí... debo hacer todo lo posible por lograr que él sobreviva, aunque con ello vaya en contra de sus intenciones, que son mantenerme a mí con vida... ¡¡¡está claro, esto es un asco!!!

No puedo evitar derramar alguna lágrima mientras me habla, le abrazo con fuerza cuando termina, así no podrá verme llorar e intentaré recomponerme...

En cuanto me siento más entera, me suelto del abrazo, le miro a los ojos, le sonrío y le coloco un lado del pelo hacia atrás -Mi hermanito guapo... -le miro fijamente unos segundos y le doy un beso fuerte en la mejilla derecha y le digo una única palabra -Gracias... -y vuelvo a abrazarle hasta quedarme dormida.

Me quedo mucho más tranquilo tras hablar con Sam, en verdad que lo necesitaba, ella sigue abrazada a mi apoyando su cabeza en mi pecho - No hay de que – contesto mientras me recuesto sobre la cama, cojo una manta y nos cubro con ella. En apenas unos minutos comienzo a quedarme dormido igual que le ha pasado a ella unos instantes antes – Buenas noches y descansa Sam – murmuro cerrando los ojos.

Los rayos del sol me golpean la cara, por un momento estoy a punto de saltar de la cama y dirigirme hacia el hospital del distrito, pero con solo observar la habitación donde me encuentro me sirve para recordarme donde me encuentro. Estoy en un hotel listo para enfrentarme a 22 tributos del resto de distritos, con mi hermana medio despertándose por el sol y en parte por culpa mía, estaba tan cansado que ni siquiera baje las persianas.

- Hora de despertar – digo estirando mis brazos bostezando ligeramente para incorporarme de la cama y lavarme la cara para despertarme por completo o al menos intentarlo. Antes de entrar en el baño le lanzo un cojín a mi hermana para que se levante de la cama a modo de broma, aunque estemos a punto de enfrentarnos a la muerte, no hay que perder la sonrisa.

El agua fría golpea mi cara y aunque estoy acostumbrado a dormir poco, pero no a una cama tan mullida, con gusto me quedaba durmiendo unas horas más. Pasados unos minutos salgo de la habitación y veo a Penny sentada en la mesa con el desayuno sobre ella. Dios, con esa comida podríamos alimentarnos durante varios días – pienso al ver ese derroche de alimentos.

- No tengo problemas en que mi hermana lo sepa - comienzo a decir guiñandola un ojo-  En el distrito 7 ayudaba en el hospital, por lo que me defiendo bien curando y suturando heridas, soy bastante competente manejando cuchillos, ya que no disponíamos de muchos bisturís a decir verdad, y mi hermana me enseño a pelear cuerpo a cuerpo. Eso es en lo que destaco, Penny – respondo mientras vierto un poco de leche en un tazón.

En contra de lo que pensaba he tenido un sueño profundo y plácido, creo que influye bastante el hecho de haber aclarado ciertas cosas con Sean y el tenerlo a mi lado. Siempre me ha gustado dormir con él, me relaja y me da seguridad ¿quién sino él iba a cuidarme mejor?

Tras una noche tranquila comienzo a despertarme con los primeros rayos de sol que entran por la ventana y con el movimiento de Sean, que se ha despertado antes que yo y ha comenzado a levantarse. -Me gustaría quedarme un poco más en la cama, ahora que estaba tan a gusto... abro los ojos poco a poco intentando que se me quite la modorra, cuando de repente un cojín golpea mi cara. Me encanta pasar el rato con Sean, es muy divertido y me río mucho con sus bromas, pero esta no ha sido la mejor -La madre que te... -le digo mientras corre hacia la ducha y le tiro el cojín sin acertar, ya que ha sido muy rápido entrando en el baño -Mmmmmm... esto no va a quedar así... -Espero a oir el agua correr, señal de que ha entrado en la ducha, me acerco sigilosa, entro en el baño y tras correr la cortina de la ducha al grito de banzaaaaaaaaaaaaaaaai le devuelvo el cojinazo. Con la distracción aprovecho para salir corriendo hacia mi cuarto, riéndome, y cerrando con pestillo la puerta, porque nunca se sabe cómo me la podría devolver Sean, no le gusta quedarse con ella.

Aprovecho yo también para darme una buena ducha y vestirme para salir a desayunar. En cuanto estoy lista y salgo a la sala principal, veo a Sean y Penny disfrutando de una opípara comida, hay todo lo que te puedas imaginar y más, incluso cosas que nunca había visto en el distrito 7. Penny nos pregunta sobre nuestras habilidades, Sean y yo nos conocemos sobradamente como para ocultarnos cosas, además el hecho de que nos llevemos tan bien creo que hace que juguemos con ventaja con respecto a los demás. -Sean y yo somos uña y carne, Penny. Todo lo que tenga que decirte lo puede oir perfectamente, no hay nada que no sepa de mí, es mi mejor amigo. Yo soy más de acción y de la vida al aire libre. Se me da bien la supervivencia en el bosque, soy bastante ágil y hábil a la hora de moverme, y como bien dice Sean, yo le enseñé a pelearse. Se puede decir que soy un poco masculina.

- Si me enseño bastante bien. Dejaron de molestarme, no se si por que no querían recibir más o porque yo tenia que curarles en el hospital y temían represalias o por no sufrir la ira de Sam. A grandes rasgos, ella siempre fue el ojo derecho de nuestro padre mientras que yo decidí seguir el camino de mi madre y colaborar en el hospital del distrito. Solo un poco dices – comienzo a reír – Te recuerdo como lloraba Jonah tras darle su merecido por golpearme en el colegio, o como dejaste a Billy y sus amigos, cuando comenzaron a molestar a Jean - añado con una sonrisa en mi rostro - Penny, aún es el día que la ven pasar y siguen temblando, y eso que no era muy grande, pero eso si, dura como ella sola – digo mirando a mi hermana con orgullo.

- ¿Qué posibilidades tenemos de sobrevivir si nos mantenemos desde el inicio como un equipo? – pregunto a nuestra entrenadora.
 

Escucho todo el relato de Sean sobre mi maestría en el arte de la lucha y pelea callejera. Me enorgullece el saber defenderme por mí misma en estas lides y él debería estar contento por tenerme cerca, porque siempre ha ido de hermano mayor, aunque naciese solo unos minutos antes que yo, pero no es muy varonil que te defienda tu hermana pequeña...

Cuando de repente le oigo reírse de mí, insinuando que soy bastante masculina... que lo diga yo pase, ¿pero él? Le miro atónita y le lanzo el trozo de pan que tengo en la mano a la cabeza y... -bingo!! -le doy en toda la testa -te está bien empleado por reírte de mí, ¡a ver cómo te las hubieses arreglado de no ser por mí, pupitas!

Aunque después de eso recapitula y parece sentirse orgulloso de mí, aunque claro, le gusta hacerse como si no fuese así. Le encanta hacerme rabiar, es su don.

Espero atenta la respuesta de Penny a la pregunta de Sean sobre nuestra posible estrategia -¿alguna vez ha pasado que hubiese dos hermanos en la arena?

Formáis un buen equipo djio Penny lanzando chispas por los ojos y empezó a mover los labios al son de una música que sólo ella escuchaba. Uno que sabe curar y la otra que da buenos guantazos, muy bien, muy bien añadió mientras enseñaba sus dientes en una sonrisa, extrañamente afilados.

Recordad que siempre viene bien tener a alguien más... Usar un cebo es muy interesante y más en estos juegos. Si no, os será complicado sobrevivir.

Se quedó pensativa ante la pregunta de Sam, golpeándose el mentón con su dedo.

Mmm... La verdad es que no lo se, jijiji. Me suena que había dos hermanos, pero se odiaban tanto que fueron los primeros en morir, porque se lanzaron el uno a por el otro nada más sonar la señal.

Escucho las palabras de nuestra entrenadora con atención, si sobrevivió a los juegos no fue por comportarse como una niña pequeña, tiene que haber algo más. Estoy seguro de eso.

- Penny va a ser complicado lo de intentar que alguien mas se nos una, prefiero contar solo con Sam y saber que puedo descansar sin temor de que intenten matarme a la minima ocasión, pero tengo en cuenta tus palabras si llegado el caso en la arena debemos fraguar alianzas temporales para sobrevivir – doy un trago al vaso de leche – Curioso – es lo único que digo al escuchar las palabras sobre los dos hermanos – No entiendo como es posible que dos hermanos que han convivido juntos durante toda su vida sean capaces de lanzarse uno contra el otro para arrebatarse la vida – Con ese pensamiento en la cabeza extiendo mi mano hasta que encuentro la de Sam y entrelazo mis dedos con los suyos – ¿Y como sobreviviste y fuiste la vencedora en tus juegos del hambre? En verdad siento mucha curiosidad al respecto y cualquier consejo nos sera útil- termino diciendo con la mano entrelazada en la de mi hermana.
 

Escucho atentamente las palabras de Penny mientras que pienso que puede que tenga razón en lo de necesitar a otros para sobrevivir. Es una buena técnica la de usar un cebo, supongo que muchos de los otros tributos la usarán, sobre todo los profesionales, pero creo que no es mi estilo. Estoy acostumbrada a sacarme las castañas del fuego sola, o como mucho con ayuda de Sean, así que... trataré de evitarlo, pero cuando esté en la arena no tengo ni idea de cómo voy a reaccionar o qué tendré que hacer. Continúo pensando mientras escucho como Sean comenta con Penny sus impresiones sobre el tema y son las mismas que las mías -Estaba a punto de decir algo muy parecido a Sean, en el fondo nos parecemos más de lo que pensamos a pesar de nuestras riñas.

Mientras Penny responde a mi pregunta sobre otra pareja de hermanos en la arena, siento como Sean coge mi mano con la suya y me agarra fuerte. Inmediatamente dirijo mi mirada hacia la suya y sonrío, para seguir escuchando a Penny -Es una pena que una pareja de hermanos se lleve tan mal como para querer matarse el uno al otro. Sean y yo discutimos a veces, pero es lo que más quiero en este mundo. ¡Qué iba a ser de mí sin él! Hasta se ha venido aquí conmigo. Es un cabeza hueca, pero creo que me quiere tanto como yo a él -respondo mientras le suelto una pedorreta a Sean.

Tras la pregunta de Sean, que me parece tan interesante como a él, el hecho de saber cómo pudo Penny ganar unos juegos del hambre, le formulo otra por la que siento también mucha curiosidad -A mí también me encantaría saber más sobre tu estrategia para ganar los juegos del hambre, pero siguiendo con el tema de los hermanos... ¿qué opinas de los hermanos del distrito 2? Es raro contar con dos hermanos de un distrito profesional en el que se presentan voluntarios para participar ¿por qué crees que se presentarían voluntarios ambos? ¿tanto se odian?

Escucho las palabras que me dedica mi hermana y asiento ligeramente con la cabeza apretando su mano con dulzura, mientras se forma una sonrisa en mi rostro al ver su pedorreta. Es uno de sus gestos habituales y que siempre consigue sacarme una sonrisa.

- Para mi también lo eres, Sam – digo ruborizándome levemente - Ya sabes lo cabezón que soy, además no iba a dejarte sola, que clase de hermano sería si hiciese eso – termino diciendo con una sonrisa con el rubor desapareciendo del rostro esperando la respuesta de Penny a nuestras preguntas.

Así que hay otra pareja de hermanos en esta edición de los juegos del hambre, y encima profesionales, las palabras de Sam han sido muy acertadas, yo se porque me ofrecí voluntario pero ¿ellos?

Espero las respuestas de Penny y tras ellas, me incorporo de la mesa, noto el cansancio en mi cuerpo tras tantos días de entrenamiento, cansancio físico pero es mas duro el cansancio mental, aunque no quiera mi cabeza piensa en la situación que estamos viviendo Sam y yo. En unos pocos días entraremos en la arena de los juegos del hambre…

- Voy a mi habitación un rato, quiero desconectar y descansar un poco. Te veo más tarde Penny. Cuidate hermanita – digo para dar un beso en la mejilla a mi hermana y andar en dirección a mi habitación, estirando los brazos.

Me retiro la chaqueta de entrenamiento y observo los diversos moratones que tengo tras mis sesiones de entrenamiento cuerpo a cuerpo. No son graves pero me dio bastante bien el ayudante. La deposito en una de las sillas de la lujosa habitación y me dejo caer en la cama, con la mirada clavada en el techo, y con un único pensamiento en mi mente. Sam.

Veo como mi hermano se va de la sala y me deja sola con Penny. No acaba de darme buena espina esta mujer, no nos está siendo de mucha ayuda con nuestras dudas y se supone que es la persona en la que tenemos que depositar nuestra confianza para sacar lo mejor de nosotros en estos juegos. Diría que no lo está consiguiendo. Prefiero no quedarme aquí con ella, yo también estoy cansada y decido retirarme a mi habitación -Nos vemos, Penny, yo también voy a descansar un rato.

Me dirijo a mi habitación y justo cuando me encuentro delante de mi puerta y la de Sean, decido entrar en el cuarto de mi hermano. Golpeo suavemente con los nudillos su puerta y la abro a continuación -¿Puedo hacerte compañía? Prefiero estar aquí contigo.

Estoy tumbado en la cama intentando relajarme pero es complicado a decir verdad, de repente escucho como golpean la puerta. ¿Quién será?  Esta se abre, me incorporo de la cama y veo a Sam aparecer.

– Claro que puedes quedarte, yo también prefiero pasar las horas a tu lado – respondo sonriéndola levantándome de la cama - ¿Estas bien? ¿Necesitas algo? – pregunto mientras voy a su encuentro.

Al llegar hasta ella, la abrazo con ternura apoyando mi cabeza sobre su hombro y me quedo en silencio notando como mi corazón late con fuerza.

Sean me da permiso para entrar en su habitación mientras veo que se levanta de la cama y se acerca hacia mí. Cierro la puerta de la habitación tras de mí mientras le respondo a sus preguntas -Estoy bien, pero prefiero estar aquí contigo. Es el mejor sitio en el que puedo estar ahora mismo.

Cuando llega a mí, me abraza y yo le respondo de igual forma, de modo que nos fundimos en un abrazo mientras acaricio su pelo tiernamente. Mientras nos estamos abrazando noto cómo el corazón de Sean está muy acelerado -Tú corazón late con fuerza, ¿te encuentras bien?