Partida Rol por web

Observo el lugar con ojos analizadores sin perderme detalle de lo que existe y ocurre, además de que con bastante tranquilidad. Es entonces cuando nuestro caballero de brillante armadura arremete contra la joven Yocasta. Queda tendida en el suelo y lo primero que se me ocurre es ir a buscarla. Recogerla y salvarla, porque sé que puedo intentarlo.

Pero todos me apremian, al tiempo que observo la sangrienta y triste escena. Doy un paso en dirección de la grave herida pero me freno. Si voy lo más probable es que no vuelva y ser atravesado por tan cutre caballero no me apasiona en absoluto.

Me giro una vez más para mirar a la grieta. Camino con seguridad y tranquilidad al tiempo que me guardo en el bolsillo la cajetilla de tabaco y me coloco bien a la espalda la mochila.

Ya al lado de lady Jones le tiendo el brazo para que se sujete, caballeroso.

- Vamos, lady Jones. Es nuestro turno al parecer. Tenga cuidado no se tropiece.

Mi última mirada va hacia Deckard. Hemos tenido suerte en esta ocasión y no puedo evitar que mi Deckard ahora se ha convertido en el sustituto de Watson en este lugar. Al fin y al cabo tiene pistola y fidelidad. Los dos factores que más valoro.

Hay que organizarse.

En cuanto Julieta pasa por la grieta busca a Romeo para abrazarlo y permite que la ayude cargando con la mochila. - Oh, Romeo. Mi amor, mi vida, mi sol... Por un momento temí no poder llegar a tu lado, pues Yocasta alzó su jabalina contra una mujer indefensa junto a mí. Salgamos de aquí cuanto antes, pues ahí fuera la gente se ataca sin cuidado ninguno... 

Tras el abrazo busca la mano de su amado para entrelazar sus dedos y con la otra mano ayuda a la anciana a caminar por la gruta. - Apartémonos de la entrada, señora, tenemos que dejar sitio para que pasen los demás. Y camine con cuidado, el suelo es pedregoso y podría tropezar.

Abandono a Yocasta, Victoria y Don Quijote y corro lo más rápido que puedo hacia Rincewind. Uso dos puntos de fuerza de voluntad en la tirada de Destreza+Atletismo. Una vez allí, le curto.

Recorro aquella gruta junto con aquella jovencita y asisto a aquel azucarado reencuentro con su amado, que acaba por arrancarme una sonrisa encantada. Aquello era propio de las mejores novelas romanticonas que gustaba leer en aquellas tardes invernales en las que no se puede hacer nada más interesante en nuestra aldea.

-Si que te echaba de menos, hijo, yo doy fe de ello... - acabo por reir, dirigiéndome a Romeo, ante la perorata de Julieta. Y me dejo ayudar por ella, mientras me encamino hasta la salida de la cueva. Mi vista ya no es lo que era, y está claro que no está mal dejarse ayudar en una circunstancia como aquella- Esperemos a los demás al otro lado. No pienso marcharme de aquí sin el señor Holmes y el señor Deckard. - dejo claro, antes de nada, para luego sonreir a aquella joven, - Y muchas gracias, hija... Tienes los modales que les faltan a los de ahí adentro... Habráse visto panda de desalmados amigos de la barbarie... Nunca había visto nada igual, oiga... Que empeño en matar por matar...

Niego, horrorizada con todo aquello. Y es que sé que en circunstancias como aquellas, el ser humano tiende a sacar lo peor de uno mismo. El problema es que, en el caso de los que han quedado peleando en la cornupia, ni siquiera habían dado lugar a que les apretaran las tuercas... Y si algo no quería, era estar allí cuando comenzaran a sentirse amenazados.

¡Apártate de ella, perra pagana! -rugió Juana mientras se aproximaba a Yocasta espada en mano. A pesar de haberse puesto en guardia después de sacar la javalina del cuerpo de Victoria, no es capaz de rechazar el ataque en su totalidad y recibe un corte en el abdomen. Es en ese instante cuando se oyen -peligrosamente cerca- unos cascos golpear con fuerza el suelo. Un paso atrás es todo lo que pudo dar Juana antes de que Don Quijote incrustara su lanza en la cabeza de Yocasta, la cual se desploma en el suelo. No hay gritos, sólo unos leves espasmos y una respiración a la que no quedan muchos alientos.

Gracias, chevalier. Su intervención ha sido de lo más providencial, ha salvado a un alma pura. Ahora, si me disculpa, tengo que acabar con un siervo del demonio. 

¡Victoria -dice tras volver la vista atrás por un momento- estamos aquí por algo! ¡Resiste!

Cambio los dos puntos por uno y añado que me enfrento a Don Quijote si este pretende atacarnos a mí o a Victoria antes de que haya acabado este turno.

Rincewind esta frente a una salida, es casi imposible que llegues antes de que salga, podrías meterte detrás de él por la grieta y perseguirle, pero dejarías atrás la cornucopia. 

Antes de salir de la cornucopia Sherlock echo un vistazo a su alrededor fijándose en todos los detalles. Concluyo que Odiseo estaba en la cima abriendo algún tipo de caja o cofre porque entre los objetos extraños (del sector 2a) vislumbró una llave oculta y si habían dejado una llave ahí tenía que abrir algo. También concluyo que la emperatriz infantil (Elayne) quería algo de Rincewind y que por miedo o alguna otra compulsión no iba a utilizar la fuerza para conseguirlo. También se dio cuenta de que una mochila y un contenedor de agua habían desaparecido, y no recordaba que nadie los hubiera cogido, hasta Watson habría deducido que se trataba del joven bajito que se volvió invisible. Por último se dijo en los libros, cualquier otro los habría ignorado, pero no Sherlock Holmes. No tuvo mucho tiempo para fijarse en ellos antes de salir, pero uno de los libros de la pila llevaba escrito su nombre en un lado, en el titulo.

Aprovechando que estoy en la salida y solo en mi zona (y por ello lejos de mis adversarios), no detengo mi carrera y termino por deslizarme por una de las grietas para salir corriendo de allí.

¿Podría usar mi Fe para incapacitarle momentáneamente o bloquear la salida?

Levanto la mirada justo para ver cómo Yocasta es embestida por el caballero. 

Me ha salvado...

Juana ha acudido en mi ayuda, pero ha sido el caballero quien ha acabado con mi agresora. Le debo la vida. 

- Gracias, caballero - consigo murmurar, mientras me llevo las manos a la sangrante herida -. A usted también, Juana... 

Me veo obligada a callar, y a centrarme en mi propio cuerpo. Debería de arrastrarme a algún punto donde pueda ocuparme de ellos sin que me hieran más. 

Tengo que... sellarla cuanto antes, o no tendré que preocuparme nunca más por las deudas de gratitud que no voy a poder saldar. 

- Vayan a por el resto, estaré bien. Podré ocuparme de mis heridas - aprovecho para dirigirme exclusivamente a Juana -. Espero que pueda quedarse con nosotros, como nuestro aliado. Ha salvado mi vida, creo que podremos confiar en él. 

Hombre, pues poder puedes.. pero solo tienes tres usos de tu fe y con ella podrías hacer cosas mucho mas vitales para tu supervivencia, como anular efectos de magia (podrías por ejemplo anular la invulnerabilidad de robin, que no te interesa pero para que te hagas una idea) curaciones milagrosas (puedes curar a Yocasta por ejemplo, que tampoco quieres, pero puedes)

Y no se me ocurre ningún motivo para que te tomes tantos esfuerzos en matar a alguien que huye herido y que no ha atacado a nadie xD

Si alguien mata, deja inconsciente o en coma a rincewind, le quito el auryn y me alejo en dirección contraria (hacia donde no hay gente)
Si se me acerca con animo ofensivo, echo a correr en dirección contraria.
En caso de que rincewind huya de forma satisfactoria, y no me conteste antes, corro al sector 2b y cojo ungüentos curativos para ayudar a victoria.

Me preocupa lo que haga una vez repuesto, que no es flojo el chaval xD Anyway, con un poco de suerte fuera no le espera ninguna fiesta, sudando como parece haber sudado de todo el mundo. Tiro (esta vez sí) a por Deckard, que está muy quietito en el borde con su cuchillo. De salir este por la grieta, me interpongo entre ella y Sherlock para que no pueda escapar y le ataco.

El libro es uno de los libros gigantes que forman la pila, no podrías llevartelo fácilmente.

Los libros de la pila están en dos columnas de 12 libros y sobre ellos están Robin y Ulises. Tienen aproximadamente 2 metros de largo, 1 de ancho y entre 20 y 30 centímetros de grosor. No solo os costaría llevarlo por lo que pesan, si no por el pequeño detalle de que hay gente sobre ellos xD aunque el libro en el que se ha fijado sherlock esta encima de una de las dos pilas, justo debajo de ulises.