Partida Rol por web

Por curiosidad inocente se quedó un poco más para comprobar la manera de atacar que tenía Drew. Lo primero que le llamó la atención es que de todas las armas posibles también escogiera las hachas, un utensilio pequeño a la par de difícil de manejar por su fisionomía. Se acercó a la vitrina de armas para dejar las suyas en la misma posición que las había encontrado, asegurándose que el filo no se hubiera deteriorado con los lanzamientos o golpes, una manía que tenía al tratarlas como útiles de trabajo y no como máquinas de matar.

No le quitaba los ojos de encima y, cuando terminó, lo último que esperaba era que la siguiera a esa zona para acompañarla. Se quedó unos instantes muda sin saber que decir, ¿gracias? ¿Lo siento? Nunca se había encontrado en esa tesitura y estaba segura de que si su mentor de distrito la observara en esos momentos, posiblemente la regañara.

Espera Drew.- Espetó justamente cuando se estaba marchando, esperando pararlo por el camino. Caminó rápidamente para ponerse a su altura y, una vez que estuvo al lado, no pudo evitar echar una mirada tanto a los guardias como a las personas que observaban sus entrenamientos desde el palco vip.- No busco enemigos, los juegos son… bueno.- No se atrevía a continuar hablando a saber que posiblemente habría cámaras y micrófonos por todos lados y estarían enfocándolos.- Es difícil aceptar todo esto.- Extendió las manos, señalando retóricamente a los juegos en genérico.- pero me gustaría tener aunque sea un amigo con el que hablar antes de que comience todo.- Bajó la mirada sin saber exactamente qué le estaba proponiendo, mordiéndose el interior de la mejilla, nerviosa.- Y gracias, gracias por acompañarme.

La miro a los ojos y entiendo sus palabras. - Entiendo, en mi distrito creen que los odio y que ire por poder. Tan solo ire.. - Me calle y me acerque suavemente a su oido para susurrar. - A por derrocar los juegos, asi nadie mas sufrirá. - Me quede mirando sus ojos.

- Siempre puedes contar conmigo Gretchen y no hay de que, lo mio no es fuerza sino la destreza. - Me quede sonriendo y luego sin miro hacia atras. - Sabes en el campo de batalla si te veo tan solo te sonreíre. - Dije mientras tome su mano. - De nada, tan solo se lo que es sentirse y alejarse de todos. 

Me quede unos segundos ahi sin mas. - De noche si nos dejan salir quieres salir por aqui?. Capaz podemos conocernos mejor si quieres claro.

Era agradable saber que había encontrado alguien que, aparentemente, compartía su visión sobre los juegos. Era difícil sacar el tema, sobre todo teniendo en cuenta que eran dos tributos que tendrían que verse las caras en la arena, aunque agradeció despojarse de esa pegatina durante unos minutos.

Le observó mientras se acercaba a ella sin saber qué iba a decir, pestañeando varias veces cuando la analizaba con la mirada. No sabía muy bien qué pensar. ¿Derrocarlos? ¿Cómo? Eso es imposible.- De nuevo miró a los guardias y jueces, esperando comprobar si habían sido escuchados.

Estaba de su lado. Tampoco quería que todo el sufrimiento, noches en vela y padres llorando por sus hijos terminara de una vez por todas, pero sabía que el hecho de pensarlo podría traer consecuencias nefastas a su familia o al distrito completo. Apretó los labios en una fila línea mientras pensaba que estaba loco siquiera por tener esa idea y exponerla en voz alta, esperando que el resto estuvieran tan distraídos como para no percatarse en su conversación.

Le agarró del brazo para llevarle a una esquina tras las vitrinas, buscando algún hueco con puntos muertos.

Ten cuidado, pueden oírte.- Hablaba en susurro, mirando a todos lados antes de soltarle. Estaba realmente preocupada por su “nuevo amigo”, temiendo que le liquidaran por sus palabras antes de tiempo.

Suspiró mientras se rehacía la coleta, nerviosa, asegurándose que ningún cabello desbocado se saliera de la misma antes de cruzarse de brazos.

¿Esta noche? – No estaba del todo puesta sobre la preparación de puertas para dentro. Había visto todas las retrasmisiones de los juegos, pero siempre era una vez salían en la arena, nunca antes.- No sé si nos dejarán salir, tampoco he podido preguntar. Le preguntaré a mi mentor pero, si se puede, estaré encantada. Dudo que pueda dormir esta noche, dar un paseo me ayudará a despejarme un poco.

Stupp has pasado la tirada. Rolea el entrenamiento.

Allí estaba Stupp intentando pasar unas pruebas de Supervivencia obligado por el sistema y no lo hizo mal en un principio, pues por suerte aquello no era luchar ni matar a nadie, parecía más bien que se hallaba en clases de educación física.

Asiento y sonrío. - Me parece perfecto, si podemos salir nos vemos para poder recorrer un poco y conocernos antes de la arena.

Tome otra hacha aunque pesaba un poco mas esta vez, notaba como podía levantarla pero no era mi arma preferida para estas cosas. - Enseñame a lanzarla así si en algun momento debo cuidarte podré hacerlo bien y no temer. - dije riendo mientras recordaba como la había lanzado.

No tenia miedo de morir y había cortado mis lazos con todos para que no sufrieran si llegaba a morir, no quería a nadie llorando por mi existencia y mas cuando estos juegos son los culpables. Tributos para recordar una guerra sin cuartel, eso no nos hace mejor que antes sino somos iguales de asesinos.

- Gracias por todo, es lindo conocer a alguien que puede pensar y no se queda con una idea que inculcan. - Dije riendo un poco.

-A-a-ah, ya.- Respondió nerviosa a la joven que se había dirigido de primero a ella, volviendo a ponerse las gafas. Escuchó como el resto iba escogiendo, o soltando comentarios incómodos. Una chica rubia se dirigió a ella, a quien miró de reojo antes de bajar la mirada.

Eventualmente todos tomaron un camino, y la joven se alejó con los otros tres que iban con ella. Se preguntaba de que consistirían aquellas prácticas.

Está bien hecho. Puedes rolear el resultado.

Enfundada en aquel uniforme que le habían proporcionado se sentía extraña, menos libre. Aunque siendo sinceros, su libertad habia quedado sentenciada en el momento en que aquella mujer sacó su nombre de aquel bol de cristal.

Se sintió torpe y lenta durante el entrenamiento de superviviencia. Quizás porque intentaba ayudar a la pequeña de cabellos pelirrojos cuando veia que algo le costaba o quizás porque su mente aún se negaba a admitir que aquello estaba pasando. Que era real. No pudo encender un maldito fuego, ni se quedó con los detalles de como evitar en lo posible empaparse si llovia. Tampoco memorizó los animales y plantas venenosas que les pasaron por diapositivas, pues la visión de su abuela y sus hermanas la atosigaba continuamente.

Solo la parte de caza se le dio bien, pero no aprendió nada nuevo, pues eso ya lo dominaba. En resumen, había echado a perder un dia. Aun asi en su semblante solo se apreciaba la ausencia de atención a casi todo lo que la rodeaba, pero no tristeza ni dolor.

Al llegar frente al supervisor de la parte de supervivencia, Tweedie volvió a quitarse las gafas, que limpió con la tela de su ropa de entrenamiento y entregó para que fuera revisada. Cuando quedó claro que no se trataba de ningún objeto que podía usarse como arma o como ventaja, excepto su función de ayudar a la vista de la pelirroja, los recuperó y volvió a ponerlos en equilibrio sobre su nariz.

Fue una vez dentro donde demostró que no estaba tan fuera de su elemento, pues haciendo uso de los materiales que iban encontrando en el lugar, y usando sus conocimiento sobre la posible flora y fauna local usada en el salón, fue capaz de superar las pruebas que colocaban en su camino, para terminar éstas bastante cansada pero de forma exitosa. Por momentos la chica que había sido la primera en escoger su entrenamiento del día se acercaba a ella con intención de ayudar, pero era Tweedie quién al final ayudaba a la tributo del distrito 12, mirándola con aprensión y hasta algo de vergüenza. Finalmente con algo de timidez levantó la mirada para ver como el resto se las ingeniaba, y sus pequeños ojos los estudiaba con detenimiento.

Gretchen meditó si sería buena idea enseñarle a un supuesto enemigo que acababa de conocer sobre el manejo de determinadas armas, aunque ella las usara para fines prácticos en vez de letales. Confiaba, en cierta manera, en sus palabras sobre que eran iguales, pero había una sombra de duda que no podía quitarse.

Mañana te enseñaré. Prometido.- Quería hablar primero con su mentor, la única persona actualmente en el capitolio que podría decirle qué hacer en esta situación tan inverosímil.

Miró al resto de compañeros en las restantes pruebas, curiosa de cómo les habría ido y de si ellos también compartirían mismo pensamiento.

La niña.- Se centró en la pequeña a la que antes intentó animar, Tweedie Sheepard, torciendo el gesto en una mueca preocupada.- Ella no debería estar aquí. Ninguno deberíamos estarlo.- Agachó la mirada, triste, combatiendo con el cúmulo de las emociones que la golpeaban con fuerza para salir.- Lo siento, estoy desvariando un poco.- Miró las armas, al palco, a la instructora y, por último, terminó en Drew.- ¿Crees que querrán que sigamos tirando hachas? No sé qué esperan de mí, aparte de que me maten para su diversión.

Me sorprendí por la ineficacia de los que me rodeaban. Las pruebas no me habían parecido excesivamente difíciles: encender una hoguera utilizando tan solo unos palitos, encontrar refugio rápidamente, camuflarse entre la vegetación... Además, siempre había sido un apasionado de la fauna y la flora, llevaba estudiándola desde que era pequeño. Definitivamente, había acertado al elegir esta categoría y no combate o resistencia.

Parecía que la chica del distrito 12 había tenido ciertas dificultades. Debería acercarme a ella, por pura decencia.

-Ey, ¿estás bien?- pregunté.

Me quedé observando como hablaba y miraba a una niña para luego comentar sobre que no debía estar aquí. - Ninguno de nosotros deberíamos estar aquí. Declare por bajo y rascandome la mano.

-Si claro vamos a seguir tirando hachas intentando ver si es lo que gusta. Tome otra hacha y la lance aún mi fisico no era lo mejor pero que más podría hacer.

Tenía que pensar en algo para frenar estás muertes sin sentido, no nos hacía mejor que en el pasado mandar a chicos a matar tan solo lo usaban como excusa para ellos. Todo estaba podrido y mi ideal era cambiarlo si me daba la fuerza para hacerlo.

- Si fuera un arco sería diferente. Reí un poco mientras notaba el peso del arma.

La muchacha dio un rápido paso hacia atrás ante la cercania de aquel joven mientras se abrazaba a si misma. Asintió con cierta brusquedad y dejó la cabeza baja mirando al suelo, con los músculos tensos, dispuesta a responder si veia algún peligro. Pero entonces se percató de donde estaban. Ya lo sabia antes, pero no lo había querido admitir. Se había movido por impulsos, de forma mecánica. Solo se había centrado en Tweedie y al parecer, aquella niña había aceptado la realidad mucho antes.

Los dedos que se aferraban a sus brazos se relajaron, y alzó sus oscuros ojos, que no la cabeza, para mirar con timidez al chico rubio y susurrarle algo

- No quiero estar aquí. Quiero volver a mi casa. Allí me necesitan. -

¿Un arco? – Estaban en la zona de entrenamiento de combate donde las vitrinas guardaban varios tipos de armas en perfecto estado. Por comodidad, Gretchen se había dirigido directamente a las hachas, pero ahora que tenía un poco de “tiempo libre” se dedicó a observar el resto de armas.

Se acercó a la vitrina de lanzas, pasando al lado sin llegar a tocarlas, admirando únicamente su metalurgia y acabado, aunque lo que más resaltara fuera el evidente filo pulido. Las dagas y cuchillos estaban cerca, algunos pequeños que cabían en la ropa escondido y otros más grandes que su mano, preguntándose si alguno sería ducho en este tipo. Pero las que quería ir era a la zona de los arcos, apilándose varios de distintos tipos de madera en un lateral.

¿Sabes usarlos? – Cogió el primero que vio, uno negro tensado demasiado grande para ella.- No entiendo la diferencia entre cada uno, como has comprobado en mi distrito usamos más las hachas para talar que esto.- Le tendió el arma, aunque perfectamente pudiera coger otra.