Partida Rol por web

- Uhm... Esos que se llevan a los arácnidos podrían ser humanos, dentro de una especie de exoesqueleto o armadura... P-pero... ¿Y los de las mascarillas? N-no parecen esclavos...¿Qué es lo que se están llevando? -Lucius se queda callado un rato, entornando la mirada y fijándola en esos seres. Sin dejar de mirar, añade - O-oye Alison... Pero a la cena vamos t-tú y yo, ¿No? ... S-sin Gabriel y Norman, sabes, eh, s-solos.

No puedo evitar una mueca de decepción al ver el vetusto arsenal.

"Menuda mierda, hubiera preferido un arsenal de la Edad Media", pienso para mí, con los labios fruncidos, "voy a probar en el siguiente edificio, y si no encuentro nada que valga la pena, me vuelvo con los otros".

Avanzo con cuidado hacia el siguiente almacén. Desafortunadamente, piso un adoquín suelto y a punto estoy de pegarme un morrazo.

Un movimiento en falso llama la atención de uno de los operarios humanos. Al verte parece muy sorprendido pero rápidamente grita algo en claro alemán y corre hacia ti.

Miro a mi alrededor buscando una cobertura, mientras palpo entre mi ropa buscando algún arma que pueda usar en silencio.

Te han visto y han dado la alarma, pero todavía tienes tu cuchillod e combate. Desgraciadamente, quien viene haca ti no es el operario de trabajo. Corriendo por la calle en tu dirección aparece un humanoide de más de dos metros de altura que se mueve a una velocidad endiablada. Su cuerpo, humano si duda, parece estar soldado a un exoesqueleto rematado en un casco picudo y alargado con ranuras para los ojos. Su aspecto terrorífico s eintensifica con el sonido de sus engranajes y servomecanismos que le dan un aspecto de hombre-maquina. Va armado con una versión reducida de las picas que manejaban los centinelas arácnidos.

Maldiciendo mi falta de cuidado y reflejos, desecho el cuchillo de combate. Ni siquiera arañaría al bicho ése. Saco mi revólver y le descerrajo un tiro a bocajarro, buscando algún punto débil en su armadura.

Con un poco de suerte, leerán en mis tripas que sólo había un intruso.

El hombre máquina se acerca a ti a una velocidad de vértigo mientras apuntas cuidadosamente con tu arma. Cuando está a pocos metros de tí disparas. El estruendo del disparo suena amplificado por el eco de callejones y la bóveda de hielo; la bala impacta en la cara de tu adversario y aunque no consigue penetrar su armadura, le hace perder el equilibrio, no logra preparar su arma y choca contra tí, desplazandote y haciendote chocar contra una pared. Mientras preparaas de nuevo tu arma, el monstruo sacude la cabeza. Un hilillo de sangre resbala bajo su armadura, goteando sobre el suelo.

Niego con la cabeza respondiendo a Lucius. 

-No, no parecen esclavos, mas bien trabajadores. Tal vez esten reconstruyendo los edificios o no se...En cuanto a la cena- sonrio levemente- Si vamos solos pensaran que hay algo entre nosotros- ladeo la cabeza mirando a Lucius y sonrio mas aun- Pero a quien le importa lo que piensen los demas, no? Iremos solos si quieres y celebraremos por todo lo alto que estamos vivos, si. 

Duele, pero no mata. Y el bicho está herido, tal vez tenga una oportunidad.

- ¡Sangra, hijo de puta, sangra! -gruño entre dientes mientras vacío el cargador.

Tu siguiente disparo impacta de nuevo, y también el tercero. El monstruo se queja con voz humana pero sin articular palabra mientras descarga toda su furia sobre ti. Cada golpe te zarandea con violencia y por mucho que tratas de atinar tu puntería acaba resultandote imposible; A los pocos segundos todos tus esfuerzos se centran en seguir consciente para poder controlar tu respiración, pero la bestia no deja de golpearte ni un instante.

Lo último que ves son sus ojos, a pocos centímetros de los tuyos, hasta que agarra tu cabeza con sus manos y todo se vuelve oscuro.

Cuando Norman desaparece entre los almacenes de la plaza todo parece ir bien por unos instantes, hasta que alguien parece dar la alarma. un operario ha visto algo y rápidamente aparece en escena algo similar a un humano pero cubierto con una especie de exoesqueleto similar al de los monstruos arácnidos. Acto seguido suena un disparo, seguido de cinco más y regresa el silencio.

un pequeño grupo de operarios con monos blancos y mascarillas salen de algunos talleres y observan curiosos como el hombre mecánico saca a rastras el cuerpo inerte de Norman, que deja un rastro de sangre en el suelo de la ciudad. Sin demasiada delicadeza, echan el cuerpo de tu compañero sobre una de las carretas con piezas d emetal y los seres pequeñajos y picudos lo llevan hacia el centro de la ciudad.

Tratais de disimular vuestro nerviosismo conversando, pero cada minuto que pasa lo convierte en algo más agudo y molesto. Norman y Gabriel hace un buen rato que s ehan marchado y aunque sois conscientes de que si hubiesen sido descubiertos alguien habría dado la voz de alarma, vuestro cerebro comienza a jugaros malas pasadas sobre todo lo que pueda haberles pasado.

De pronto un sonido hueco llega a vosotros. Parecía un disparo de revolver, pero muy amortiguado, como si hubiese sido disparado en el interior de un contenedor metalico. Instantáneamente suenan cinco disparos más, esta vez más claros y seguidos, todos desde la misma arma y después se hace el silencio de nuevo.

Por las calles, centinelas y humanos corren hacia la plaza.

- Ooh ¡A-A-A-A-Alison! - dice Lucius tremendamente nervioso - ¡N-Norman tiene un revólver! T-tenemos que acercarnos a la plaza - dice levantándose.

El sonido de los disparos me sobresaltan, con los nervios a flor de piel eso es lo ultimo que deseaba escuchar. 

-Dios mio, Lucius! Espero que no tengan problemas- recojo mis cosas y miro al cientifico-Vamos, pero hay que ser cautos, si los han atrapado la cosa se pondra fea. No debemos dejar que nos cojan a nosotros tambien, si lo hacen no podremos ayudarlos. 

Salgo de la casa junto a Lucius, pero sin alejarme demasiado de alli, entre los callejones estaremos seguros, mi intencion es observar para ver si descubro que han sido los disparos. 

Gabriel se sobresalta al oir los disparos e inmediatamente y viendo su incapacidad para hacer nada, decide volver con Lucius y Allison, asi que en silencio y agazapado vuelve sobre sus pasos.

Los callejones cercanos a la plaza de los talleres no son seguros. Moverse por ellos obliga  aadentrarse más y mas en la ciudad para evitar las calles más anchas por donde avanzan los enormes centinelas arácnidos y los humanos con armadura. Y es en ese momento, buscando cobijo cuando os encontrais de nuevo. de sopetón, al girar una esquina y después del susto inicial, Alison, Gabriel y Lucius estais juntos de nuevo, medianamente a salvo en una de las casas abandonadas cercanas al centro de la ciudad.