Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

10 - Rostros Vacíos

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10/03/2008, 09:29
Director

Una vez separados del grupo principal continuaremos en esta escena.

Respecto a tu consulta sobre las habilidades de percepción comentarte que efectivamente no se encuentran "enlazas" a ninguna Característica del personaje. Se trata de habilidades innatas, por decirlo de alguna forma, y en todas ellas se comienza con 4 puntos iniciales más aquellos que cada jugador haya decidido gastar durante el proceso de creación de la ficha. En tu caso particular, como explorador, te he actualizado yo los valores de las mismas... con un poco de retraso cierto es, mea culpa. Dicen que más vale tarde...

XD

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10/03/2008, 09:48
Director

Los dos hombres descendieron la ladera de la montaña en silencio, con el mismo cuidado con el que se acuna a un niño pequeño, con la misma atención que se presta a un amante en el primer encuentro... con el mismo respeto que se le tiene a un Obispo exaltado.

Deron iba en cabeza, con un ojo puesto sobre el barro y el otro atento a la maleza. Ayron le seguía en guardia, cubriendo las espaldas del explorador y atento igualmente a cualquier posible peligro.

Sus monturas, bien adiestradas y de una inteligencia poco común, pisaban con discreción y reserva. Sus cascos a veces producían más ruido del que les hubiera gustado, sin embargo no podían prescindir de ellas, sería su única vía de escape en el caso de que se encontrasen de forma inesperada con el desaparecido ejército.

La bajada se completó sin sobresaltos pero también sin indicios que les indicaran la dirección que había podido tomar aquel contingente de hombres, ni el motivo por el cual habían decidido marchar. Una vez abajo, salieron de la protección que les ofrecía la colina y alcanzaron el camino principal.

Allí la tierra sí les habló.

Deron se arrodilló sobre el barro para analizar las huellas mientras Ayron se convertía en sus ojos y sus oídos. No le resultó complicado pues el rastro era evidente. Los dos grupos se habían unido poco más atrás y habían marchado hacia Conira. Siguiendo el rastro pudieron observar que tras llegar frente a la empalizada habían girado en dirección norte y se habían internado en la espesura del bosque, perdiéndose en su interior.

En aquella dirección no había nada. Nada a parte de una gran extensión de árboles y tras ellos los Montes Perdidos.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d20(+14)
Motivo: Otear
Dificultad: 20+
Resultado: 17(+14)=31 (Éxito)

Tirada: 1d20(+12)
Motivo: Encontrar Huellas (Rastrear)
Dificultad: 20+
Resultado: 10(+12)=22 (Éxito)

Notas de juego

Para acelerar el proceso he realizado yo las tiradas por Deron.

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10/03/2008, 21:33
Ayron Derkbal

No sabía si llegar a creer lo ocurrido o escudriñar las sombras entre los árboles por donde se perdía el rastro, esperando encontrar cientos de ojos posados sobre nosotros en un momento que estábamos parcialmente desprotegidos.

No lo entiendo - dije en voz baja, casi un susurro - ¿por qué se habrán marchado cuando tenían la ciudad a su merced?

La pregunta era retórica, pues seguramente Conira nunca le había importado lo más mínimo a aquel ejército extraño, tan sólo se encontraba en su camino y habían aprovechado la ocasión para atraer nuevos "reclutas"....pero su destino se encontraba allá donde nos dirigían nuestros propios pasos....hacia los Montes Perdidos.

Deberíamos avisar a los demás y después comprobar que las gentes de Conira se encuentran bien - propuse intentando abarcar con la mirada todos los puntos al mismo tiempo - Quizá incluso nos vendría bien una noche de descanso antes de partir - y entonces caí en la cuenta que Deron no sabía nada de la misión en la que estábamos envueltos - Debemos ir en la misma dirección que ha tomado el ejército y averigüar cuál es el mal que ronda ahora por estas tierras.

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11/03/2008, 04:22
Deron Nisha

Deron asiente como si se respondiera algunas preguntas a sí mismo, y luego se incorpora proyectando la vista hacia los Montes Perdidos, vestida en botas de desconfianza e incertidumbre. Luego se gira hacia Ayron y confirma:

-Sí, lo mejor será que avisemos a los demás cuanto antes y partamos temprano. Me acercaré a Conira, para advertirles de vuestra presencia. No quiero que nos disparen en esta tormenta por no distinguir la diferencia entre amigos y enemigos. Entre tanto podrías avisarles. Tendréis las puertas abiertas cuando vengáis.- decide el explorador -- Hablaré con Meliant y solicitaré y anunciarñé el regreso del capitán deValin. Habrá mucho que hablar en las próximas horas, imagino.- termina antes de volver grupas hacia la empalizada.

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11/03/2008, 06:24
Ayron Derkbal

De acuerdo - respondí un instante antes de tirar de las riendas, provocando que mi caballo enfilara en la dirección por la que habíamos venido - iré a por los demás y nos veremos tras la empalizada.

Deron tenía razón, muchas serían las cosas que se hablarían en las próximas horas, y sin embargo la decisión del siguiente paso ya estaba tomada, hacía tiempo ya que el destino había obligado a muchos a inclinar la cabeza y avanzar en la dirección donde lo más seguro era que les esperara la muerte...arriesgar la vida con la simple esperanza de encontrar el origen de lo que estaba ocurriendo...y si se encontraba en su mano, destruirlo...¿podrían hacerlo?...¿serían capaces de enfrentarse con aquella criatura alada?...no lo sabía, pero sí que tenía la determinación para intentarlo.

Sin volver la vista atrás, alejándome de Deron, me interné de nuevo entre la foresta, esta vez en sentido ascendente, en busca de DeValin y los demás, portador de unas noticias que sin duda alegrarían el corazón de muchos de los integrantes del grupo, al menos por la salvación de Conira, pero también transmitiría dudas que tenían difícil respuesta.
Paso a paso puse distancia entre mi montura y la empalizada, de nuevo en búsqueda de Ónemar y los demás.

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13/03/2008, 18:26
Director

La empalizada se le aproximó a gran velocidad, tanta como Nocturna le permitía. Pudo ver con satisfacción como los soldados y los aldeanos patrullaban más allá de los troncos afianzados en el suelo.

No parecía haber daños, al menos desde aquí.

Deron hizo señales, dio aviso de su aproximación, y casi al instante las puertas se abrieron. Dos de los soldados de DeValin le recibieron con alegría por su regreso.

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13/03/2008, 23:28
Deron Nisha

Permitiéndose una leve sonrisa de alivio, Deron avanza hacia la empalizada, franqueando las puertas:

-Nunca habré sentido tanta alegría de veros sanos y salvos.- saluda a los hombres -Vuestro capitán y un leve contingente estarán pronto a las puertas. Confiemos en que sean refuerzo suficiente por si los "enajenados" vuelven...- deja en el aire antes de explicarse -El pequeño ejército que habéis visto parecen alguna clase de levas. Aunque pueda pareceros increíble, está compuesto por pueblerinos aledaños que han perdido la cabeza. Quizá los vapores del volcán los hayan enloquecido... no lo sé. Pero no dudéis en luchar si veis caras conocidas... A mí casi me cuesta la vida hoy... Mahelis me intentó atravesar con una horca esta noche, sin reconocerme ni dirgirme palabra alguna: estaba entre ellos.- dice señalando sus vendajes con tono totalmente serio -Mantened un ojo en lontanaza y organizad guardias para la noche. Voy a informar a Meliant. ¿Alguno de vosotros ha visto por qué se adentraron en los Montes Perdidos, dejando intacta Conira? Las lomas taparon sus últimas maniobras a mis ojos.- trata de esclarecer mientras se encamina hacia la casa mayor.

Pronto repetiría las mismas palabras ante el gobernante de la aldea; palabras que escucharía más de una vez esta misma noche...

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25/03/2008, 08:54
Director

Los hombres festejaron el regreso de Deron como si del propio rey Góelan se tratase, más aún cuando éste le informó de que su capitán llegaba en su ayuda con algunos refuerzos, pocos efectivos, cierto es, pero cualquier brazo era bienvenido en estas circunstancias si podía empuñar un arma.

Los soldados le rodearon prestos a ofrecerle ayuda y a recibir noticias del exterior. En sus caras había algo oculto que preocupó a Deron, un velo gris, un tinte ceniciento que decía más de lo que callaba. Finalmente uno de los soldados se atrevió a hablar.

-Deron, debemos contarte algo – los hombres de DeValin le trataban como a uno de ellos, con familiaridad y confianza, aunque sin perder en ningún momento el respeto -. Dos grupos de hombres se unieron frente a la empalizada, entre ellos había tres jinetes que destacaban sobremanera por encima de la turba. Además, un cuarto hombre se les unió al poco apareciendo de entre la espesura. Llevaba un hábito de monje y caminaba apoyado en un bastón. Entre los hombres que pudimos observar en los dos grupos, además de granjeros y gentes del pueblo... ¡también había soldados del rey! ¿Cómo es esto posible? ¿Por qué nuestros compañeros se unen al enemigo?

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26/03/2008, 14:42
Deron Nisha

Deron escucha las palabras de los hombres con gravedad, mientras continúa hacia la morada de Meliant, a quien debe explicar todo esto cuanto antes. Cuando terminan su ominosa explicación, trata de tranquilizarlos dentro de lo que la franqueza le permite:

-No lo sé a ciencia cierta, pero esa gente que los acompaña no está en sus cabales. Puede haber sido un efecto de la erupción y sus gases, aunque cada vez resulta más raro... un grupo, quizá; tres, resulta improbable.- comienza sombrío el guerrero -Tienen algo que les hace olvidar su vida o incluso sus recuerdos. No sé; quizá los drogan con algún bebedizo a la fuerza. Sea como fuere, su cohesión no debe de ser muy firme si han decidido evitar atacar Conira en vez de arrasarla como hicieran anteriormente.- les mira con una sonrisa algo forzada y les dice mientras les pone la mano en el hombro -Siendo así, no tendréis nada que temer. Los hombres de DeValin y yo mismo iremos tras ese ejército y trataremos de asesinar a sus cabecillas. Si lo conseguimos, posiblemente su artimaña se desmoronará y estaremos a salvo.- termina mientras señala hacia la puerta de entrada a la empalizada -Solo aseguraros de que él y sus chicos puedan entrar cuando lleguen. Si el propio DeValin se retrasa, protegiendo la retaguardia, enviará en cabeza a Ayron Derbal: un soldado rubio y joven, que combate con espada.- termina tratando de mantenerlos alerta y ocupados.

Tras terminar de hablar con los guardias, Deron se dirige a la morada del gobernador de Conira y entra en ella con aire grave. Poco tarda en explicar lo que ya ha dicho a los guardias a Meliant, anunciándole la inminente llegada de DeValin.

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27/03/2008, 10:55
Director

El soldado alcanzó el hogar de Meliant con mucha mayor facilidad de la que le costaba alcanzar la paz. Se adentró en él y saludo al Magistrado, quien obviando todo posible protocolo se lanzó sobre él en un cordial abrazo.

Deron comenzó a relatar lo ocurrido desde que marchó al Cerro del Águila, mas no pudo acabar su historia. Sus palabras fueron interrumpidas por otras más gravosas, alarmantes incluso. El grito procedía de algún punto de la empalizada.

-¡Ahí vuelven! ¡Todos a sus puestos! ¡Dad la alarma!... ¡Están saliendo del bosque!

Al principio fue sólo una voz, pero antes de que el soldado pudiera siquiera alcanzar la puerta, otras muchas ya se habían unido a ella y los habitantes del pueblo corrían asustados por entre las casas.

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27/03/2008, 20:19
Deron Nisha

-Meliant, creo que seré más útil en la empalizada que narrándoos lo ocurrido.- dice Deron saltándose también todo protocolo, mientras comprueba la integridad de su brazo, misteriosamente sanado.

Añadiendo un escueto gesto de despedida, el guerrero sale del lugar sin pensárselo dos veces y se dirige hacia la entrada de la empalizada, dispuesto a vender caro el lugar. En su avance se hace con una antorcha con la que espera poder prender algunas flechas, si encuentra un poco de tea. Si esos seres ardían, tal vez el fuego los parara mejor que un flechazo y puede incluso que se extendiera entre sus filas. La esperanza era difusa, pero había que aferarse a cualquier cosa.

Notas de juego

Pues ale, al marrón de nuevo... :S

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30/03/2008, 19:16
Director

Deron sorteó a los habitantes de Conira que se le cruzaban por doquier y consiguió llegar hasta la empalizada en un tiempo realmente corto. Subió por una de las escalas detrás del soldado que le precedía y se encaramó a la plataforma que recorría la hilera de troncos por su cara interior.

Lo que vio al llegar allí arriba confirmó sus peores espectativas. El grupo de jinetes del capitán DeValin cabalgaba a galope tendido en una frenética y desesperada carrera por alcanzar la puerta de la empalizada. Todo orden, toda formación, había quedado desfigurada hacía rato. Por delante del grupo, las dos mujeres y varios de los hombres que no eran luchadores azuzaban a sus caballos tratando de sacar de ellos una pizca más de velocidad. En la retaguardia, el Caballero Ayron Derkbald, junto al propio Melton DeValin y varios de sus soldados cerraban filas tratando de dar algo de tiempo a los que huían.

Desde el bosque caía sobre ellos una auténtica lluvia de flechas y los hombres comenzaban a salir, como de gigantescos hormigueros, tratando de cortar el acceso al pueblo.

Se trataba de una carrera por salvar la vida e iba a estar muy ajustada. Si los jinetes lograban llegar antes a la empalizada y entrar estarían a salvo. Si no...

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31/03/2008, 08:24
Deron Nisha

-Maldita sea...- protestó Deron casi para si mismo.

Acto seguido se giró hacia sus hombres e indicó:

-Mandad a unos aldeanos a por brea o aceite. El muro está muy mojado como para que sea un problema y esos soldados de DeValin necesitan una brecha.- luego girándose hacia dos de los guardias añade -Vosotros. Abrid las puertas y mantenedlas así solamente hasta mi señal; si mando cerrarla, se cierra, esté fuera quien esté. Esperaremos hasta el último instante, pero no sacrificaremos a los coniros.- sentencia -El resto: quien tenga un arco o una honda, que apunte al flanco izquierdo. Tenemos que impedir que siga cerrándose. A mi señal.-indica mientras saca el cuerno de nuevo, tratando de interpretar una fanfarria de flanco derecho, para indicarles su camino de retirada a los comprometidos jinetes.

Cuando el cuerno se acalla, prepara su arma y dispara según lo indicado:

-Apuntad... FUEGO.- termina por ordenar, aprestando su propio arco en parábola.

Comienza en una cadencia de carga que se extendería durante los próximos preciosos segundos.

- Tiradas (4)

Tirada: 1d20
Motivo: estrategia
Dificultad: 12+
Resultado: 9 (Fracaso)

Tirada: 1d20(+9)
Motivo: liderazgo
Resultado: 13(+9)=22

Tirada: 1d20(+6)
Motivo: música
Resultado: 8(+6)=14

Tirada: 1d20(+13)
Motivo: arco
Resultado: 1(+13)=14

Notas de juego

Te dejo varias tiradas que podrían serte útiles:

Estrategia 21 (he puesto el +12 en dificultad en lugar de en modificador)

Las demás como se indica (nada espectacular, la verdad).

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01/04/2008, 08:12
Director

Y el agua desapareció.

Seguía estando allí, pero se esfumó, así como el barro, los árboles, las nubes negras, y todo cuanto había ocurrido hasta ahora. Deron no veían nada más allá de su propio arco y las flechas que de él salían disparadas. El resto había desaparecido.

Haces de luz, con llamas oscilantes, que surcaban el cielo desde la empalizada para impactar en cuerpos ocultos tras los árboles y saetas que era puro sonido, pasando sobre los jinetes, demasiado cerca.

Lo único que no había desaparecido de su conciencia, además del peligro, eran los rayos que de cuando en cuando iluminaban el camino. Incluso el trueno consiguiente quedaba amortiguado por la adrenalina que recorría su cuerpo.

Todos los hombres de la aldea capaces de manejar un arco se encontraban ya sobre la empalizada y la música de cuerda no paró un instante. Desde el bosque se devolvía ya el ataque sobe Conira.

La cabalgada se prolongó, los segundos se hicieron eternos. Los jinetes se aproximaban a gran velocidad, pero también lo hacían los hombres que corriendo en línea recta salían desde el bosque para cerrarles el paso.

En la zona delantera del grupo, los hermanos Sondrent, criadores de caballos y consumados jinetes, cuyos animales además aventajaban claramente al resto en calidad, alcanzaron y rebasaron a la mujer encapuchada con Brúnil a la cabeza e Illianna siguiéndole de cerca. Deron los conocía bien, tenían un rancho cercano a Conira y les visitaban muy a menudo.

Tras ellos tres iban los demás, cada cual ajustándose a la velocidad que era capaz de mantener, con Mélegat comenzando a retrasarse un poco por el peso extra, ya que su enorme corpachón fatigaba al caballo. El minero también era conocido del soldado, vivía junto a su familia y otras tres más en el pequeño asentamiento de Cánarel, en las minas de hierro.

Mientras en la retaguardia, DeValin, Ayron, Dammeryn y algunos soldados mantenían una desdibujada formación que les permitía cubrirse unos a otros someramente. Deron no conocía a Dammeryn, pues éste había dejado Conira antes de su llegada, pero sí conocía a su familia, a sus padres y a su hermana. Eran buenas personas, buenos vecinos.

Y entonces ocurrió. La primera flecha mortífera. El primer golpe dirigido por la mano de un Dios Maldito. Impactó lateralmente en el cuello de Tarkean Shaucar, quien aún no le había sido presentado, le atravesó y lo desmontó en un movimiento seco y brusco. Antes de caer al suelo ya estaba muerto. Su caballo continuó la carrera junto al resto como si nada hubiese pasado.

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01/04/2008, 08:24
Deron Nisha

-¡Cubrid las puertas!- gritó Deron a los vigías armados con arcos, mientras él mismo cambiaba de dirección sus disparos -Que no pase ninguno.- indicó marcando el primer disparo hacia el enemigo más cercano a la entrada de la empalizada.

Tenía que distraer la atención de aquellos hombres de la carnicería que podía ocurrir en campo abierto en cualquier instante, y había que asegurarse de que nadie más que los aliados penetrara en el poblado. Entonces, dirigiéndose hacia los vigías sin proyectiles, indicó:

-Reforzad las puertas. Que no entre ningún enemigo. Si lo hace, a murte hasta que deje de moverse.- siguió repartiendo tareas incansable, mientras organizaba la desbordante situación -Ethos, informa a Meliant. Harán falta gasas, agua caliente y algo de licor fuerte. QUe organice a algunas mujeres para hacer de enfermeras. Podría haber heridos.- dice a uno de los desocupados -¡VAMOS, SEGUID DISPARANDO! ¡DEMOSTRADLES DE QUIÉN ES ESTE PUEBLO!- termina olvidando el entumecimiento de sus dedos por las repetidas descargas de la cuerda de tendón.

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03/04/2008, 17:40
Director

Un latigazo de dolor recorrió el hombro herido del soldado en uno de los movimientos que efectuó para recoger una flecha, no obstante continuó disparando sin descanso mientras animaba a sus compañeros.

Al poco se percató de que las flechas normales no provocaban en los asaltantes retraso alguno. De sus bocas no surgía ningún grito de dolor ni ralentizaban su marcha al verse heridos. Las flechas incendiarias, en cambio, les obligaban a detenerse para extraerlas antes de que todas sus ropas e incluso su cuerpo, ardiesen por completo. Era éste un comportamiento extraño, pues reflejaba inteligencia a pesar de la total despreocupación por el dolor propio.

Los primeros jinetes comenzaron a cruzar las puertas de la empalizada. Brúnil, Illianna, la mujer encapuchada... se encontraban ya dentro, mas aún faltaban varios por llegar. Una flecha se clavó profundamente en los cuartos traseros de la montura de Ayron, lo que provocó un relincho de dolor del animal y un breve pero preocupante tropezón del que se recuperó al poco y reemprendió la marcha algo más rezagado. Otra flecha alcanzó a DeValin en el brazo derecho. Mordiéndose el labio inferior hasta hacerlo sangrar, el Capitán la agarró con su mano izquierda y la partió por la mitad.

Los hombres a su alrededor se movían siguiendo sus instrucciones. En la plaza del pueblo se preparaban ya unos camastros con sábanas y vendas, mas todo lo necesario para una cura de emergencia. Los soldados ocupaban ambos lados de la puerta, dando paso libre a los caballos pero dispuestos a saltar sobre el primer atacante que llegara hasta su posición.

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04/04/2008, 14:51
Deron Nisha

-No disparéis una sola flecha sin incendiar. No sirven. Prendedlas primero y disparar después.- gritó a los de su alrededor -Es una orden; las explicaciones luego.- zanjó continuando con la actividad -Ravin, trae más aceite. Dile a tu madre que necesitas la bosta de sus mulas. Eso arderá bien también y aguatará un disparo. ¡RÁPIDO!- continúa organizando.

Mientras tanto sus ojos no se despegan del comprometido grupo que se dirige a su encuentro y seguridad:

-Madre, donde quiera que estés, tienen que conseguirlo. Son buena gente; la buena gente no debería acabar así. Vela por ellos; tienen que conseguirlo.- reza Deron a la sombra de quien le dió el apellido, buscando su apagado fulgor entre las nubes de tormenta.

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11/04/2008, 21:49
Director

Ocurrió demasiado deprisa. Demasiado.

Deron observó un movimiento extraño en el límite del bosque. Un hombre vestido con un hábito de Monje apareció entre unos arbustos y apuntó con su bastón en dirección al pueblo.

Comenzó como un ligero temblor bajo sus pies que apenas se diferenciaba del que provocaba la desenfrenada carrera de los caballos. Poco a poco fue aumentando de intensidad y pronto todos fuerons conscientes de que aquello no presagiaba nada bueno. No era normal.

Al temblor le siguió el sonido, sólo un instante después. Un desquiciante crujido que brotó de la propia tierra, un quejido sordo, una protesta inútil ante aquel trato tan cruel. No sirvió de nada.

Frente a las puertas abiertas de Conira se concentró un remolino de humo negro. Por encima del sonido de los caballos y el temblor, una voz grave comenzó a entonar una especie de cántico. Una voz cuya fuerza parecía aumentada por las propias nubes que la devolvían a la tierra provocando un eco afilado que taldraba la mente.

La tierra gimió. Una explosión de piedra y fuego transformó el camino en un pequeño trozo del Abismo, justo por donde Mélegat y su montura acababan de pasar. El gigantesco minero se vio lanzado hacia delante por la fuerza del impacto y salió despedido por encima de su caballo, aterrizando de mala forma dentro de los límites del pueblo y casi llevándose por delante a Nhadia en el proceso. Tuvo suerte. Ambos la tuvieron.

Sin embargo, aquellos que venían detrás no fueron tan afortunados. Dammeryn, Ayron, DeValin y varios de sus soldados se encontraban en mitad de una carrera desesperada por salvar la vida, lanzados a toda velocidad, y eso impidió que pudieran frenar a tiempo a sus moturas. Justo delante suya, donde hacía un momento podían ver la espalda de Mélegat, ahora se levantaba una columna de fuego que surgía del suelo, lanzando trozos de piedra y tierra en todas direcciones.

Nadie podriá decir si ellos golpearon a la explosión o si fue al revés. El resultado no dependía de ello.

Dammeryn recibió el primer impacto y cayó hacia atrás a plomo. Fue como si le golpeara una montaña. Su caballo desapareció en el interior de la columna de fuego dejando al cuerpo de su jinete tendido inmóvil en el suelo. Uno de los soldados que le acompañaban estalló en llamas y se consumía entre desgarradores gritos de dolor. El Capitán, por su parte, cayó rodando lateralmente y fue aplastado por su propio caballo, que tuvo más suerte que él, pues se levantó y se alejó de allí al trote. Ayron, que se encontraba un poco más retrasado, recibió el impacto de forma menos severa pero aún así también dio con sus huesos en el suelo, justo delante de su montura. Un fuerte dolor de cabeza, una mano casi sin sensibilidad y varios golpes por todo el cuerpo fueron el balance de su caida. Estaba atontado pero al menos seguía consciente. Era el único que podía decir eso.

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11/04/2008, 23:07
Deron Nisha

A pesar del evidente calor de la explosión, la imagen recibió a Deron como un verdadero jarro de agua fría. Si mediar palabra, sin cabiar el gesto, el guerrero extrajo su siguiente flecha y se preparó, con sistemáticos movimientos, para su siguiente disparo, como si la existencia del universo dependiera de él:

-Por favor, si de verdad existís en alguna parte, escuchad por ua vez una plegaria sincera, porque si no todo está perdido.- rezó Deron en silencio a unas deidades en las que creía tan poco como en que el aire pudiera estallar espontáneamente... como toda alma escéptica sometida al límite, pecó, rindió sus ideas y recurrió a la única solución, a lo desconocido, para salvar el alma de sus conocidos y puede que la suya propia.

Tensó su arco, aguantó la respiración, apuntó y expiró al liberar la tensión, mientras la flecha volaba en dirección a la mayor amenaza a la que su mente jamás se hubiera enfrentado: una evidencia sobrenatural y mortífera. Fuera lo que fuese lo ocurrido, explicable o no, el causante había sido aquel ominoso monje en la foresta. Si conseguía un buen disparo, quizá no volviera a repetirlo más. En ello radicaban sus esperanzas.

La flecha voló y entonces el tiempo volvió a su torrencial cauce, acelerando toda la escena, que había permanecido ralentizada y en silencio hasta entonces. LA punta se estrelló contra el suelo; un tiro soltado con estrés y precipitación... había sido un tonto por creer que nadie más que uno mismo pudiera escuchar las palabras humanas. Solo se tenían a sí mismos, para impedir volver a actuar a ese... alquimista; sí, eso era. Algún químico desquiciado, posiblemente perpetraor del elixir descerebrante que utilizaba aquel ejército de dementes. Entonces todo estuvo claro:

-¡TODOS! ¡Disparad al bosque! ¡Que no pueda repetirlo!- comenzó a organizar la terminal situación -¡Los demás! ¡Rápido, sacadlos de allí! Estan inconscientes y no pueden levantarse. Sin su ayuda no aguantaremos a la marea; hay que recogerlos y despertadlos.- arengó a los atemorizados hombres en derredor, tratando de que superaran sus miedos y ayudaran a unos soldados a apenas unos metros de la salvación.

Mientras él mismo descendía, gritó a los dos soldados guarnecidos tras as puertas e indicó:

-¡En cuanto entren cerrad y bloquead! ¡No pueden entrar!- terminó de ordenar conforme llegaba a la entrada.

-[B]

- Tiradas (2)

Tirada: 1d20(+13)
Motivo: flechazo salvador
Resultado: 4(+13)=17

Tirada: 1d20(+12)
Motivo: estrategia
Resultado: 18(+12)=30

Notas de juego

Te dejo una tirada de estrategia para las órdenes varias, que la guarnición estará que se tira de los pelos.

La flecha también te la dejo ahí, por si influye (había que intentarlo). Mierda de tirada, además... C'est la vie. A diferencia de la de estrategia, que los tengo más envalentonados que la ostia. XD.

La fortuna está fomentando el escepticismo de Deron...

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14/04/2008, 10:44
Nhadia Demialt

El calor de las empalizadas le abrazó cuando consiguió atravesar el portón justo detrás de los criadores de caballos.

La muchedumbre armada que flanqueaba la entrada le hacía dudar de donde se encontraría más segura, si en el interior o en el exterior... la gente de los pueblos era desconfiada y normalmente solía mostrarse hostil ante los desconocidos... y más si se trataba de una mujer que viajaba sola... aunque gracias a los dioses, ésta no era la ocasión.

Fue frenando lentamente su caballo una vez se encontró en el interior, le debía mucho a ese pobre animal, pues le había salvado la vida, o al menos retrasado la muerte...

Daga en mano orientó la yegua hacia la entrada, con el fin de no perder detalle de quienes entraban y quienes se quedaban fuera... deseando que alguno que otro no llegase a entrar.