Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

10 - Rostros Vacíos

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18/05/2008, 21:04
Melegat Ansey

Una voz familiar, depués un temblor en el suelo a sus espaldas, el tiempo justo para echarse a un lado y evitar ser arrollado por aquella bien recibida carga de caballería que chocaba con el enemigo más allá de las líneas defensivas de Deron.

Entrar en la empalizada estaba a punto de dejar de ser un sueño para convertirse en una posibilidad muy cercana...sin embargo aún quedaban enemigos a los que combatir, tras los escudos, tras los caballos, un desorganizado combate se libraba entre los más variopintos personajes, unidos por una causa común, que no era otra que conseguir poner a salvo sus vidas y las de todos aquellos que en estos momentos trágicos demostraban la valentía del más noble guerrero.

Un golpe apareció de la nada, casi no le había dado tiempo a verlo...

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+13)
Motivo: Esquiva Mélegat
Resultado: 13(+13)=26

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19/05/2008, 20:11
Nhadia Demialt

Tras terminar con uno de sus enemigos la muchacha decide retrocer para intentar montar sobre el caballo de la curandera, ya que le daría bastante ventaja en la retirada, su rapidez era difícil de igualar.

Justo cuando estaba apunto de montar se gira y ve como dos enemigos se avalanzan contra ella y esta intenta defenderse como puede.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Defensa de Nhadia
Resultado: 7(+10)=17

Tirada: 1d20(+8)
Motivo: 2º Esquiva
Resultado: 9(+8)=17

Notas de juego

Si no tengo que esquivar una segunda vez ni caso, por cierto en la primera tirada puse "defensa" pero realmente lo que quiero es esquivar.

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22/05/2008, 09:51
Director

Era el menor de sus castigos, pero sin duda alguna el más incesante. La lluvia arreciaba con violencia y sin descanso desde hacía varias horas, y sobretodo en los últimos instantes, con una fuerza vejatoria. El terreno llano frente a la empalizada se había convertido en un barrizal en el que la sangre y el agua se mezclaban con la tierra formando una mixtura inmunda y hedionda. Los cuerpos desperdigados por el suelo, algunos de ellos desmembrados o envueltos en llamas, convertían el lugar en el macabro recordatorio de un cementerio viviente, pues aún después de caídos, continuaban moviéndose entre temblores.

La carga de caballería había aumentado su impacto gracias al efecto del cántico del sacerdote, que hacía que los movimientos del enemigo fueran lentos y costosos. Varios de ellos yacían con la espalda en un ángulo imposible o las piernas rotas, incapaces de levantarse. Tal era la pesadez de los atacantes, que los soldados que acompañaban a Deron, aún caminando de espaldas, consiguieron poner tierra de por medio entre ellos y la primera línea del enemigo. Aún así y con todo, la proporción seguía siendo de diez a uno. El semicírculo ante las puertas se había convertido ya en una fina línea de terreno, tan sólo unos metros les separaban de la relativa seguridad de la empalizada.

En esos momentos Brúnil dio la orden de retirada y los jinetes dieron media vuelta para regresar a la aldea.

Mientras, con menos espacio cada vez para poder moverse, Nhadia esquivó los ataques de los enemigos que le perseguían, y consiguió encaramarse a lomos del caballo de Illianna. Cerca de ella se encontraba un maltrecho Dammeryn, quien observó como ésta alcanzaba al animal y los movimientos torpes de sus atacantes. Al otro lado, bastante afectado por sus heridas, Ayron lanzó una estocada con las fuerzas que le quedaban, pero ésta erró su objetivo, que se encontraba ya fuera de su alcance. Con una expresión desencajada por la ira, el hombre atacó a Mélegat en un golpe desesperado, buscando una herida mortal. Sin embargo resbaló sobre fango y acabó de rodillas delante del minero.

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22/05/2008, 13:49
Melegat Ansey

La caballería abandonaba aquél fangoso pozo de muerte,salpicándolo todo con el trote de las monturas.

Parecía que había llegado el momento de correr hacia la empalizada, sin embargo Mélegat no podía dejar allí de rodillas a aquella criatura maligna, que sin duda aprovecharía la menor oportunidad para acabar a traición con algún hombre de Deron en su retroceso.

Miró a su atacante , su cara de odio se había tornado en sorpresa tras el inesperado efecto de su ataque, ahora estaba a merced del minero.

Levantó por enésima vez el martillo y lo empujó hacia el enemigo buscando el impacto en el rostro, con el único funesto resultado que cabría esperar.

Tras ello se batiría en retirada junto a Ayron...si este no se derrumbaba antes.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d20(+12)
Motivo: Ataque Mélegat
Resultado: 11(+12)=23

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22/05/2008, 15:13
Deron Nisha

-¡RETIRADA!- anunció la poderosa voz de Deron, sobre el fragor, conminando a sus hombres a parapetarse tras la empalizada, y en cuanto entró, los ubicó junto a las puertas -A mi señal, cerrad. ¡Charles! ¡Earl! Traed el madero de cierre. ¿Dónde está Errold? Necesitaremos al carpintero para acuñar la entrada.- continuó haciéndose una idea de lo que tras la defensa se cocía.

Entonces la vio caída, en el suelo, lánguida y con un aspecto deplorable. Buscó con la mirada una salida, algo a lo que aferrarse. La caballería ya regresaba, pro aún tenía que entrar Melegat; no podía dejar a Ayron y a su amigo minero allí afuera. No comnvenía mover a un hombre caído desde una altura; eso bien lo sabía todo avezado montañero:

-No la mováis; tratad de que despierte, pero sin violencia; y, sobre todo, mantenedle la cabeza quieta.- indicó a las dos mujeres más cercanas.

Luego se dirigió junto a Onemar. Tenía que cerrar la puerta antes de que fuera demasiado tarde, y necesitaba que el clérigo echara un vistazo a la mujer que milagrosamente lo había curado. Aun así, algo le decía que más le valía no molestarlo ahora, o las suertes de quienes aún estaban fuera serían inciertas.

Deron esperaba su instante con paciencia. En cuanto los rezagados estuvieran dentro, la orden no se haría esperar. Había que cerrar aquel portalón:

-¡Errold, maldita sea!- apremió mientras centraba su atención en el exterior.

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26/05/2008, 13:55
Nhadia Demialt

A pesar de los enemigos que le perseguían incansables consiguió dar alcance al caballo de la curandera, una vez montar en el Nhadia blande la espada en el aire y ataca realizando una trayectoria similar a la de la guadaña segando.

Intenta avanzar hasta la posición de Dammeryn para que monte con ella y volver de nuevo tras la empalizada, ya se había olvidado del cuerpo de Tarkean que había corrido peor suerte que ellos.

- Tiradas (2)

Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Ataque
Resultado: 14(+10)=24

Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Esquiva
Resultado: 15(+10)=25

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26/05/2008, 20:50
Ayron Derkbal

Detrás nuestro se podían escuchar las órdenes impartidas por Deron, realizando los preparativos necesarios para bloquear la puerta una vez estuviesemos todos dentro...eso si conseguíamos llegar.

Pero, al fin, parecía que el grandullón de ardiente cabello conseguía recuperar la cordura, y comenzaba el retroceso, no sin antes asestarle un severo golpe a un enemigo que se había acercado demasiado.
Antes o después se acabaría la suerte, o las energías de Ónemar, y entonces sí que estaría todo perdido, pues en el estado que nos encontrábamos, y con la inferioridad numérica que padecíamos, la única ventaja que teníamos por el momento era la diferencia de velocidad y era lo que teníamos que aprovechar.

Retrocedí junto a Melegat, sin perder de vista a aquellos que dejábamos atrás, pero sobretodo a aquellos que pudieran encontrarse en nuestro camino hacia la salvación.

Notas de juego

¿Los que están atacando a Nhadia están cerca del camino que debemos recorrer?

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28/05/2008, 08:08
Director

Un nuevo descenso del martillo del minero y un nuevo enemigo que salía despedido para acabar con sus rotos huesos sobre la tierra. En un momento se encontró sólo, únicamente con Ayron a su lado que se arrastraba más que caminaba. Juntos se replegaron hacia la empalizada.

La retirada se logró hacer de forma más o menos ordenada, a lo que sin duda contribuía el hecho de que sus atacantes se movieran como en un ensueño, lentamente, casi sin hacer ruido.

Nhadia lanzó una estocada desde su posición elevada sobre el caballo y consiguió herir a su atacante en el cuello, aunque no de forma mortal. Acercó la montura hasta la posición de Dammeryn y le ayudó a incorporarse.

Deron había alcanzado ya las puertas del pueblo y daba órdenes para que se cerrasen las mismas cuando el último hombre hubiese entrado. En estos momentos, en el exterior tan sólo quedaban el sacerdote, sobre el límite mismo de la aldea, y algunos de los soldados, dos de los cuales arrastraban el cuerpo del Capitán DeValin. Nhadia y Dammeryn alcanzaban ya la seguridad del recinto a lomos del caballo y Melegat acompañaba a Ayron hacia el interior.

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28/05/2008, 08:14
Director

Notas de juego

No te pillaban demasiado cerca y no te respondía antes porque, como puedes ver, no era necesario.

Saludos.

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28/05/2008, 09:27
Director

Lo último que había visto era la empalizada elevándose hacia el cielo... ¿O quizás era ella la que caía hacia el Abismo? No tenía sentido que un grupo de troncos enlazados con cuerdas ascendieran por el aire, así pues debía tratarse de lo segundo. Pero de ser así, ¿por qué no recordaba el golpe que sin duda había seguido a la caída? Era incapaz de aclarar su mente, no sabía qué había ocurrido a continuación.

Sólo recordaba… recordaba... mirar hacia el cielo. Un cielo gris, plomizo, cubierto de nubes negras. Recordaba la lluvia, que la golpeaba inmisericorde en la cara, aunque con un efecto refrescante, no obstante. Recordaba gritos lejanos, relinchar de caballos, entrechocar de metal. Recordaba una letanía, un cántico… más gritos.

Recordaba dolor. Dolor en su mente. En su interior. No, no… no!!!

De repente abrió los ojos.

Al principio sólo veía sombras moviéndose sobre ella, cuerpos informes que se interponían entre la lluvia y su rostro. Conforme su vista se fue aclarando aquellos cuerpos tomaron sustancia y observó a dos mujeres que le hablaban, aunque no escuchaba las palabras. También había un rostro familiar, alguien que recordaba levemente del pasado. Un hombre sabio, sereno… ¿Cómo se llamaba? … Deliambert! Henry Deliambert. También le hablaba y la miraba con gesto preocupado.

Todo era muy confuso, no recordaba donde se encontraba ni lo que había pasado. Poco a poco el silencio se esfumó y comenzó a identificar los sonidos.

-¡Illianna!¡Illianna!... ¿estás bien?

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28/05/2008, 15:19
Deron Nisha

Notas de juego

No sé si la resolución cubre todo lo que declaré en el turno anterior o tengo que extender todo o parte durante el siguiente, master. Me lo Aclaras para mi posteo, please?

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28/05/2008, 17:12
Illianna Sondrent
Sólo para el director

Vacío.
¡Qué hiriente es ese vacío...! ¿Es la muerte...? No, no puede ser la muerte, no es tan temible la muerte, es... estoy soñando, debo estarlo, no hay lugar tan doloroso en el mundo... ¿O sí...? ¿Es mi propia mente la que duele, es mi pasado, mi presente, el que se astilla, que se ha hecho trizas descarnadas y se ha clavado en mi interior...?

Veo tinieblas, veo formas... mis ojos, ¿están abiertos...? Deben estarlo... en mi recuerdo el cielo se alejaba, sentí la lluvia aguijonearme el rostro... ¿cuándo fué eso...?

Silencio.
Sólo un pozo, y el sonido al fondo, lejos, no, va ascendiendo...
Una voz, sobre las otras, sobre la cantinela persistente de otra voz, sobre el fragor del metal y el relincho de caballos... una voz conocida. Pero no hay cuerpo para esa voz, es un ente etéreo, un reclamo, es alguien que me llama, desde la noche... ¡Illianna!

Y como si una puerta se abriera y en ella apareciera la realidad entera, la conciencia penetra en mi, me llena, me devuelve a mi cuerpo, a mis sentidos como si nada. Y comprendo, entiendo, sé.

La batalla, los míos, los otros. El monje, mi lucha, su poder. Mi caída.

¡Esa voz! Aún no puedo moverme... mis ojos buscan su rostro, no puedo encontrarle, tropiezan con dos mujeres, inclinadas sobre mí. Y luego, allí está, aún difuminado... Pero ¡sí, le reconozco! El bueno de Henry...

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28/05/2008, 22:03
Dammeryn

Dammeryn se apartó de sus combatientes más cercanos. La mejor defensa era la distancia, y en su caso la celeridad, porque sólo podrían salir de allí si se daban prisa en hacerlo.

El soldado colocó su escudo en la espalda con un movimiento diestro para tener la mano libre y se situó de forma que tuviera que apoyarse sólo en su tobillo sano para subir al caballo. Tranqueó dolorosamente y se mordió los labios, pero no se quejó ni gritó. No iba a servir de nada. Sólo tendría una oportunidad, así que se concentró en el momento y en el lugar, y con esfuerzo supremo saltó a lomos del caballo.

Notas de juego

No estoy muy seguro de qué tirar ni como. Si quieres, haz tú la tirada a ver si consigo lo que quiero. Lo dejo aquí porque no sé si lo he logrado.

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02/06/2008, 17:45
Director

Notas de juego

Vamos a considerar que el último mensaje de Deron cubría el turno anterior y éste, ya que se adelantó a los acontecimientos. No obstante, como voy a postear ya, tras de mí puedes continuar con la acción.

¡Cámara! ¡Rodando!... ¡Acción!

:-P

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02/06/2008, 17:48
Director

Dammeryn logró incorporarse sobre la grupa del caballo y se aferró con fuerza a éste mientras que Nhadia lo espoleaba para cruzar las puertas.

Poco a poco todo el grupo se había ido replegando y ya tan sólo quedaba fuera del recinto el propio sacerdote, quien aún continuaba su cántico con los ojos cerrados. Al pasar junto a él los dos jinetes, cual si hubiese tenido los ojos abiertos y poder así verlos, Ónemar comenzó a retroceder, caminando de espaldas. Mantuvo el poder de su voz hasta que las puertas se cerraron delante suya.

Los hombres se afanaron por apuntalar la entrada, colocando el madero de cierre y afianzando éste con cuñas. Durante toda la operación, el joven Gura mantuvo su gigantesco corpachón apoyado contra los troncos que formaban la puerta mientras que recibía los gritos de aliento de su padre, a su lado. Gura era un muchacho de apenas diecisiete años, padecía una extraña enfermedad que impedía desarrollarse a su cerebro y su mente no iba más allá de la de un chiquillo de cinco años. Su cuerpo, sin embargo, había crecido mucho más de lo imaginable, siendo el único en todo el pueblo que podía mirar a Mélegat a los ojos, aunque doblando al minero en peso debido a su obesidad. El muchacho apoyó su espalda contra la puerta y afianzó los pies en el suelo según le indicaba su padre. Varios hombres más se lanzaron contra el portón por su cara interior, preparándose para resistir la más que probable embestida del enemigo.

Ésta se produjo en el preciso instante en que la voz de Ónemar desapareció.

Recuperada su movilidad normal, los asaltantes cayeron en masa contra las puertas tratando de derribarlas.

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02/06/2008, 17:59
Henry Deliambert

-No te muevas Illianna, quédate tumbada. Todo está bien. Tranquila. Ya están todos dentro. - el erudito trataba de aportar serenidad a la mujer, trataba de tranquilizarla, pero su tono resultaba demasiado distante a lo que cabía esperar de un hombre tranquilo y lo delataba. - Te has dado un fuerte golpe, necesitas unos instantes para reponerte. Permanece quieta, el sanador llegará enseguida.

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02/06/2008, 19:07
Deron Nisha

-Onemar, no se lo que ha ocurrido, pero... gracias.- dijo el soldado, cuya mente practica no daba ya mas de si -Por favor, ayuda a Illiana; no tiene buen aspecto.- casi suplico con la mirada.

Pero sus pies ya lo apartaban de alli. Las puertas no aguantarian para siempre; habia que apartar a los atacantes ahora que combatian contra un muro en vez de contra sus hombres:

-Dadme una fortificacion y hare de cada uno de vuestros hombres 10.- decia la sabia maxima de Arestes, el senor de la guerra de los textos -Pero esos hombres no se enfrentaban a gente que o se moria con las flechas y las espadas...- penso Deron sombrio para si mismo, mientras ascendia a la atalaya.

Se giro hacia los habitantes que les parecieron mas ociosos y ordeno con firmeza:

-Quiero aqui cada botella de aguardiente o aceite que haya en el pueblo. HAy que desinfectar las heridas de estos valientes, y necesitamos algo que arda para deshacer el ataque. RAPIDO!- dijo con vehemencia -Vsotros, preparad un cesto y una cuerda para subir las botellas.- anadio hacia los que estaban a su alrededor

Luego alzo la voz y se dirigio hacia el pueblo en general:

-VECINOS, VAMOS A SALIR DE ESTA. HABES VISTO LO QUE HEMOS PODIDO HACER CON TAN SOLO UN PUNADO DE HOMBRES, CONTRA CIENTOS. YA HEMOS GANADO LA BATALLA, SOLO QUE ESAS GENTES AUN NO SE HA DADO CUENTA. AHORA VAMOS A EXPLICARSELO. TODOS CONMIGO!!!?!!- arengo mas que pregunto.

Notas de juego

Intento organizar a la gente y subir la moral en general. No se que quieres que te tire mejor...

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02/06/2008, 19:29
Melegat Ansey

Los portones estaban cerrados, el paraíso había sido alcanzado...más no tuvieron ni unos segundos para respirar tranquilos, pues en cuanto la voz de Ónemar, que ya se había convertido en música de fondo, calló, los enemigos se abalanzaron contra las enormes puertas, ciegos de ira.

Sobre la atalaya, Deron arengaba al aterrorizado pueblo, quizá a aquellas personas humildes que no habían tomado parte en el cruento combate les tranquilizase la palabrería, pero el minero y seguramente cuantos habían compartido baile con la muerte minutos antes, escuchaban con pesimismo.

Retomó el aliento y cerró los ojos, por un instante voló a la seguridad del hogar,al mesón fronterizo junto a su hermano y su prometida...¿qué habría sido de ellos? esperaba que hubiesen corrido mejor suerte...

Abrió los ojos y regresó a la realidad, el frenético movimiento se sucedía a su alrededor, todos tenían algo que hacer, los que no eran útiles en combate se apresuraban a sacar de las casas las botellas y a preparar el cesto, los guerreros ponían a punto sus armas para enfrentarse al enemigo en el hipotético caso de que lograse entrar, incluso los heridos se afanaban en reclamar atención de sanadores...pero su sitio no estaban entre ninguno de aquellos grupos...él debía compartir el peso de aquellos fornidos hombres que apuntalaban el portón y trataban de resistir la embestida de los feroces engendros que se estrellaban una y otra vez contra la madera sin caer presas del cansancio.

Se lanzó contra el portón y juntó su espalda contra él a la vez que depositaba su martillo a un lado, apoyado en la empalizada. Copiando la técnica del hombre que se hallaba en la otra punta de la puerta, Mélegat clavó sus botas en el barro y se preparó para defender aquella puerta a toda costa.

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02/06/2008, 20:27
Nhadia Demialt

Todos parecían sentirse muy seguros tras el portón pero Nhadia estaba más inquieta que nunca, se sentía como una rata dentro de una jaula, y mirase donde mirase no había más que muros que le impedían volar libre como un águila.

Si la puerta cedía ante los ataques de esos monstruos estarían perdidos, por eso la muchacha cogió varias botellas de aguardiente que traían algunos pueblerinos, trepo hasta el atalaya donde se encontraba Deron,y avanzó agazapada para que no le diera ninguna flecha del enemigo.

Rompió los bajos de su vestido, haciendo una especie de trapos y tras enroscándolos en las botellas, se acercó al caldero donde los soldados disparan flechas de fuego, les fue prendiéndo fuego mientras los arrojaba uno por uno, lo suficientemente lejos para que quemase a esas criaturas pero no al portón de madera.

Buscaba disminuir el número de atacantes, igualar un poco las cosas, ya que si nadie les ponía freno tirarían la puerta abajo. Nhadia estaba acostumbrada a luchar por su cuenta, su frialdad se reflejada en su rostro, tenía claro cual era su objetivo, sobrevivir.

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02/06/2008, 21:13
Ayron Derkbal

Finalmente habían conseguido acceder al interior de un refugio...¿seguro? No, no lo era en absoluto, pero sentía cómo las fuerzas me abandonaban, viéndome obligado a doblar la rodilla y apoyar la mano sana en el suelo, para evitar caer hacia delante.

Escuchaba los movimientos que se sucedían a mi alrededor, con todo el mundo afanándose por evitar la entrada de aquella turba cuyas ansias de sangre superaban cualquier cosa que había visto hasta el momento, y sin embargo ellos no eran el verdadero peligro.
No podía evitar recordar al pequeño ejército con el que nos habíamos encontrado en el bosque y sobretodo aquella figura que parecía gobernarles desde la altura que le otorgaba el estar montado sobre un equino.

Alcé la mano y clavé la espada en el suelo, utilizando la cruz como apoyo para poder volver a erguirme y así poder observar a mi alrededor, para lo que tuve que luchar contra el desvanecimiento que me amenazaba y el mareo que intentaba dominar la poca lucidez que me quedaba.
Miré hacia un lado, pudiendo ver el cuerpo de Illianna...finalmente sí había sido ella la que había caído desde la muralla, pero tenía a aquel erudito al lado para darle ánimos y cuidar de ella...más tarde preguntaría por su estado, pero para eso era necesario que existiera un más tarde.

Mis ojos se volvieron hacia aquel que arengaba desde lo alto, y que era el más capacitado para impartir aquellas órdenes, por la experiencia que había demostrado y porque conocía aquella zona sobradamente.
Y hacia allí se dirigió, subiendo las escaleras lentamente, fallándole las fuerzas pero consiguiendo reponerse lo suficiente hasta que por fin pudo alcanzarle.

Deron - le llamé - no creo que sea suficiente con contener a esa...gente - busqué la palabra adecuada para definirlos, pero no la encontré - pues alguien les dirige y nuestra defensa caerá en cuanto se acerque.

Dime - continué - ¿hay alguna otra manera de abandonar la aldea sin ser descubierto para poder atacar su retaguardia? Es necesario acabar con quien sea que los domina.