Partida Rol por web

El duelo de saltitos de sapo se había convertido en una lucha desesperada por vencer al rival. Mientras tanto, los jóvenes reían a su alrededor imitándoles.

-¡Venga Marius, que ya no estás para andar pegando saltitos!

Maldito sea, ¡no se cae!...por los pedruscos de cánarel que el último en tocar suelo seré y....uooooohh

Inesperadamente Melegat cae al suelo.

Maldita cerveza...no tenía que haber escondido esas jarras en mi tripa para salvaguardarlas de la larga mano del trovador... será mejor que me levant....uooo.

Inesperadamente Melegat vuelve a caer al suelo.

Ahora se da cuenta de que algo no es normal...en sus anteriores borracheras, el que se tambaleaba y caía al suelo era él...¡No todo el Mesón!

-¡¡¡Santos pedruscos, ¿que demonios pasa?!!!

El minero rueda torpemente de un lado para otro, no sabe que pasa, no sabe por qué pasa...pero ríe y grita en una mezcla entre furia y estupidez causada por la cerveza.

-Wiiiiaaaajajaja... jajaja...¡PEDRUSCOSSSS!...jaja...¡¡¿QUE DEMONIOS SUCEDE?!!

De repente Alexandra nota un temblor en todo el mesón que le lleva a agarrarse a la pared, se queda pegada a ella observando toda la escena, la gente corre de un lado para otro y otros con menos suerte como el pelirrojo, ruedan por el suelo de un lado a otro sin darse cuenta que la lámpara está apunto de desplomarse sobre sus cabezas.

¡¡Por los dioses!! Ya decía yo que algo que me olía mal... Tenía que haber continuado mi camino, seguro que este sitio está maldito.

La muchacha no puede resistir el último temblor y su cuerpo se desploma en el suelo, intenta levantarse rápidamente, para salir corriendo de aquél edificio.

¡Maldita sea Demialt, parece que tienes imán para los problemas!

La muchacha no puede evitar perder la compostura y dejar la tranquilidad y frialdad a un lado, grita ante tal espectáculo, todo el mundo en el suelo sin entender nada y sobre todo, con mucho temor. Si la noche iba siendo extraña desde luego que con eso solo acaba de comenzar...

Me encunetro durmiendo placidamente en mi habitacio, hasta que de repente, y no se por que, me levanto muy acelerado. Luego de unos segundos de estar despierto siento la inquietud de los caballos e inmediatamente el suelo empiesa a moverse como si estuviera vivo. Me quedo paralizado en la cama hasta que un temblor me hace volar. Luego de levantarme del piso busco mi equipo y mis cosas y salgo los mas rapido que puedo. Pero antes de salir del edificio asomo la cabeza por la entrada para ver si hay algo peligroso afuera.

El soldado observó aterrado cómo algo pugnaba por escapar de la tierra. En su experiencia, todo lo que yacía enterrado en ella era mejor que siguiera allí. Aceró la mirada y se enfrentó a la cara de aquel estruendo con el loco valor de un hombre del tercer ejército de Dhaelor, y de un habitante orgulloso del Valle Nevado.

Se levanta asustado Anthonie y corre al lado de su arma.

Salgo por el pasillo e intento bajar por las escaleras al ver que no puedo veo a los que quedan conmigo y les digo:tenemos que salir de aqui cuanto antes esto se va a venir abajo.¿No habra cuerdas por algun sitio?!?!?!?! Dice con mucha nerviosismo. Empieza a buscarla por si hubiera o algo para poder bajar por ella.

El proceso de levantar las piedras más pesadas que sepultan el cuerpo de Brúnil es lento y doloroso, sobre todo para tí. Los segundos se hacen minutos, tan sólo un instante se te eterniza. Tu hermano necesita tu ayuda... y no puedes llegar hasta él.
Finalmente Dammeryn, Henry y Tarkean consiguen apartar las últimas piedras que te impiden el paso y te adentras apresurada, sin temor, bajo la cúpula artificial que forman los tablones y restos del muro que antes constituían la fachada del Mesón. Llegas hasta tu hermano y un primer vistazo te permite percatarte de que su estado es crítico.
Su rostro muestra un color grisáceo bastante preocupante y puedes ver una gran herida en su cabeza que ha cubierto su cara de sangre. Una de sus piernas se encuentra en una posición imposible respecto al cuerpo, a todas luces rota. Su pecho se eleva con dificultad al respirar y sus ropas están hechas jirones en esa zona, mostrando un gran moratón que le cubre parte del torso.

A pesar del aviso de prudencia de Henry te sitúas sobre tu hermano y utilizas tus dones del Camino del Cuerpo para entrar en él y ayudarle. Tu preocupación es infinitamente mayor que tu prudencia y quizás eso pueda salvarle a la vida a Brúnil, aunque pueda ponerte en una situación complicada ante ojos curiosos.

Inicialmente realizas una inspección mágica de su cuerpo, similar a lo que hiciste con la mente del monje, pero en esta ocasión con el cuerpo de tu hermano. Se trata únicamente de explorarlo mágicamente y conocer perfectamente cual es su estado. Te tomas únicamente un par de segundos para concentrarte en tí misma, ignorando cuanto te rodea, las rocas que os cubren, los gritos de los heridos, etc... pues confías plenamente en tus capacidades.
Tras unos instantes comienzas a notar como tu propia alma se introduce en el cuerpo de Brúnil. Te supone mayor esfuerzo del que esperabas, quizás por la tensión que provoca en tí el miedo de su pérdida, pero finalmente lo consigues. Notas cada fibra de su ser, cada hueso y cada músculo, eres capaz de sentir sus órganos e incluso la propia circulación de la sangre por sus venas. En este estado de comunión corporal percibes perfectamente sus heridas y en estos momentos eres consciente realmente de su gravedad. El golpe en la cabeza fue demasiado brusco y, además de la herida sangrante, tiene una fuerte contusión. Su pierna izquierda está rota por el Fémur y el golpe en el pecho le ha fracturado tres costillas, una de la cuales le ha perforado un pulmón. Seguramente no aguantaría respirando más de unos pocos segundos si no utilizaras sobre él tus dones del cuerpo para curarle....

oculto en las tinieblas de la noche trato de buscar pistas. Agudiso el oido y la vista pero parece que nada sucede....

Nhadia se levanta aterrada del suelo, con el corazón palpitante por los gritos que se perciben en el exterior no debe ser la única en este estado.

Apesar de haber retrocedido unos metros debido al temblor, la muchacha continua buscando desesperando su habitación entre las llamas y el humo.

Tirada para leer la mente, las intenciones.
Tiro un d10, y tú mismo aplica dificultad y modificadores, ya sabes que soy negada
;)

Ante el resultado, luego roleo.

Bueno, buena tirada...

Henry, al constatar la aparicion del monje, tira la cobija que tenia en su mano hacia la cara del mismo, y aprovechando la distraccion de este, ese segundo en que supone sera vulnerable, carga sobre el tratando de tirarlo hacia afuera o de caer sobre el, en lo posible arrebatarle el baston de su mano, si es que ese es el centro de su poder, Deliambert sabe que no es fuerte, pero trata de utilizar su astucia y tratar de ganar una posicion ventajosa, el tiempo suficiente para que alguien venga a ayudar.

Henry sabe que el monje tiene poderes, pero tambien confia en impedir la concentracion del mismo, para que no use el articulo, el tiempo suficiente para que alguien aparezca.

Corre y pide ayuda Illiana, a alguno de los guerreros. grita Deliambert, con toda la fuerza que su garganta lo permita, de modo que alguien de las otras habitaciones lo pueda escuchar

Entonces, como accionado por un resorte, Henry se levanta y arroja su manta sobre el enviado del mal, y a reglón seguido se lanza sobre él a la carrera pretendiendo derribarlo. Un intento desesperado pero racional. Trata de distraerlo, impedirle acceder a sus poderes, mas el Monje ya estaba preparado ante tal eventualidad. Sus capacidades mentales le habían puesto en sobre aviso de las intenciones de Henry antes incluso de que éste se decidiera a acometer contra él.

La manta, arrojada al aire, permanece flotando inmóvil a un par de metros del Monje sin llegar a tocarle, como suspendida por algún tipo de fuerza invisible. Henry, por su parte, es repelido hacia atrás con enorme violencia cuando intenta arremeter contra él y se golpea contra la pared.

El Monje ni tan siquiera lo mira. Sus ojos siguen clavados en la joven Illianna, mas con un gesto de su bastón señala al valeroso erudito, quien parece quedar paralizado, completamente inmóvil y con los ojos en blanco, aunque sin daño físico aparente.

No obstante, su grito tuvo tiempo de ser emitido, quizás haya alguien cerca para escucharlo...

Por momentos, a Mélegat le parece que es la propia tierra quien le habla, quien le encomienda una misión...más por extraño que le resulte, es un niño quien emplea tan refinado lenguaje.

Sus palabras se asemejan a una armoniosa canción, que va penetrando suavemente hasta llegar al rocoso corazón del minero...donde causan efecto...

La tierra...sus gentes...yo...

-Ser la fuerza, el apoyo del que agotó la suya...sin duda podré hacerlo si ello sirve para protejer todo lo que amo...pero ¿ contra qué hemos de enfrentarnos?...¿cómo sabremos donde está el enemigo a abatir?

El hombre, invadido por una sensación extraña, abandona toda postura de desconfianza, para escuchar atentamente las palabras del muchacho...allá abajo, entre rocas y oscuridad, amparados bajo la débil luz de una antorcha...allí se le ha advertido de que es una pieza fundamental sobre el tablero...en la batalla por la tierra que pisan...

-¿Una diosa oscura? ¿Su ávatar? pero...¡espera!, ¡no te vayas! ,¡¿cómo encontraremos su sepulcro?!¡espera!

Mélegat corre hacia el muchacho por entre las rocosas paredes de la mina...más poco a poco todo va desvaneciendose y sumiéndose en la oscuridad...

El minero despierta de golpe en su cama, a grito de "¡espera!"...mira hacia los lados, la mina, el muchacho...todo ello se ha ido...

¡Illianna!

Pega un salto de la cama al suelo y mete las manos debajo de la cama, sacando de la oscuridad su gran martillo de guerra.

Con él bien agarrado se dirige rápidamente hacia la habitación donde descansa Illianna.

Mientras camina por el pasillo va susurrándose a si mismo:

-Soy la fuerza, soy la fuerza, soy la fuerza...