Partida Rol por web

Los Monjes de la Nada

8 - Malos Augurios

Cargando editor
17/10/2007, 13:58
Ónemar

-¡Como se agradece un sillón cómodo tras días de cabalgar! ¡Tanto como el reconfortante calor del fuego en una mañana fría y lluviosa! – el sacerdote se advertía cansado en exceso, sus ropajes estaban empapados y su mirada se dirigía ingobernable hacia las bandejas de comida que habían traído los sirvientes. Aun así, no quiso alimentar más la hoguera de la impaciencia y antepuso su relato a la visión de aquellos alimentos.

Con lenta y deliberada parsimonia alisó sus ropas y calentó sus manos sobre las llamas de la chimenea antes de hablar.

-Todo comenzó hará unas tres semanas – su tono de voz, su cadencia y musicalidad, rivalizaban con las del trovador más reconocido. No obstante había un peso de sinceridad en su forma de hablar que os hizo inclinaros un poco hacia delante para escuchar su relato -. Durante varios días seguidos tuve una serie de sueños premonitorios que me sumieron en un profundo estado de confusión y temor. Es algo que no me había ocurrido nunca con anterioridad, pero creedme cuando os digo que cuando te llega uno sabe distinguir un sueño normal de aquellos que son enviados por los Dioses, tanto como se puede distinguir el agua del fuego – como para hacer hincapié en sus palabras el joven sacerdote acercó un poco más sus manos al calor del hogar.

Tras unos instantes continuó…

-Hace varias noches que no consigo conciliar el sueño, y cuando lo logro, horribles pesadillas turban mi descanso. En ellas, me veo entre las montañas y al fondo, el humo cubre el horizonte... humo que se eleva de poblaciones en llamas y hasta donde me encuentro llegan los gritos de sufrimiento y desesperación de sus habitantes. Sin embargo algo me urge a seguir, me impulsa a avanzar sin descanso. Finalmente llego hasta la cima de la montaña y allí el camino desciende por la cara contraria de la misma, hacia un nuevo valle, unos más de cuantos existen en estas tierras. Mi caminar se detiene aquí y permanezco mirando fijamente una extraña construcción que se alza reverente a escasa distancia de mí, justo en las primeras estribaciones de un bosque de pinos y abetos. A primera vista se asemeja a una torre, edificada con piedra y maltratada por los años y los elementos. Dejo el camino y me dirijo hacia ella, a través de la penumbra del silencioso bosque. El tiempo parece haberse detenido en este lugar, extrañas inscripciones cubren el marco de piedra donde en otros tiempos se encontraba la puerta. Me introduzco en su interior y quedo maravillado por su estructura, su fuerza, su... espíritu. En el centro de la única estancia de la que está compuesta la torre hay unas escaleras de piedra que descienden al interior de la tierra. Ignoro la forma o el motivo, pero en lo más profundo de mi ser estoy convencido de que esa escalera de piedra conduce al centro mismo del mal. Un mal que se abate sobre esta tierra, destruyendo todo cuanto bueno y hermoso hay en ella. Pero hay algo más, y esto no te lo había contado anteriormente, amigo mío – dice refiriéndose a Ayron. Llegado a este punto el sacerdote parece dudar – os he reconocido a todos vosotros porque en ese lugar, en esa torre, en esa estancia maldita... veo vuestros cuerpos sin vida en el suelo. En ese momento, desesperado y con el corazón a punto de salir de mi cuerpo, me despierto cada noche en medio de un charco de sudor.

Cargando editor
17/10/2007, 20:34
Melegat Ansey

-¡ESO ES IMPOSIBLE!

El hombretón se levanta desperdigando migas de los pastelitos de trigo al hablar, sin duda estásobresaltado por el contenido de los sueños del sacerdote.

Una gran vena puede adivinarse palpitante en su enorme cuello, los puños permanecen cerrados, y a juzgar por la tonalidad que va adquiriendo la piel, con gran fuerza.

Tras darse cuenta de que se encuentra de pie y ha roto el silencio que acompañaba a la narración del recién llegado, Mélegat se sienta de nuevo, intentando calmarse.

-Si lo que dices es cierto...significaría que si partimos hacia los Montes Perdidos caeremos todos, pasto de las llamas y el mal. ¡Todo esto es un disparate, acordaos de Antonie de Harve, él fue quien puso nombre a la compañía que habría de partir...y ahora está muerto!

A ojos de los demás, el pelirrojo está nervioso...pero a ojos propios lo está aún más, creía tenerlo claro, cumplir la misión que aquél niño le encomendó, hacerlo por su gente y por su tierra...pero las malas nuevas que porta este sacerdote le hacen replantearse si merece la pena.

Cargando editor
17/10/2007, 23:16
Ayron Derkbal

Escucho atentamente las palabras de Ónemar explicando sus sueños....incluso aquella parte que no había dado a conocer hasta este momento...Supongo que no sería una parte agradable de recordar, y por lo tanto la calló hasta que ha sido necesario contarla.

Me encuentro un tanto abstraído entre sus palabras y mis pensamiento cuando Melegat explota momentaneamente ante lo escuchado, y parece que la derrota se instala en su mirada...eso no era bueno...nada bueno.

Tranquilo - me dirijo hacia él en tono conciliador - No des una batalla por perdida antes de librarla, pues si lo haces seguro que perderás.

Continúo hablando, pero ahora voy recorriendo con la mirada a cada uno de los que allí se encuentran - Si algo me enseñaron de las premoniciones es que, aun existiendo la posibilidad de convertirse en realidad, también es cierto que pueden modificarse...el destino no está escrito, sino más bien lo construimos cada uno de nosotros con nuestras acciones.

Doy unos pasos mientras camino, desprendiendo con cada uno de ellos unos sonidos metálicos producidos por la armadura al caminar - Los sueños pueden ser tan reales como queramos...o los dejemos, y aquí hay una cosa que a mis ojos parece clara, y es el hecho de que Ónemar soñó con todos vosotros, por lo tanto queráis o no estáis inmersos en lo que sea que esté ocurriendo.

Vuelvo mi mirada otra vez hacia el hombre pelirrojo, que ha sido el único con la suficiente valentía para mostrar en voz alta su preocupación - Nadie puede saber la forma de llegar a la consecución de ese sueño...quizá sea el no hacer nada lo que lleve a la muerte, así que yo te pregunto....os pregunto a todos...¿cómo preferís morir? ¿Luchando contra el destino o escondidos esperando a que os alcance?

Tras estas palabras mis labios se cierran lentamente, dejando que sólo el crujir de las llamas de la hoguera se escuche en la habitación...al menos hasta que algún otro tome la palabra.

Cargando editor
18/10/2007, 19:23
Nhadia Demialt

- Sus palabras sobre la batalla son sabias, aunque demasiado atrevidas en este caso...

Mirando hacia la mesa dice con un tono apenas audible para los más lejanos...

- Decidme... ¿Qué hago yo aquí? Únicamente buscaba un sitio donde pasar una noche tranquila... Y me encontré con todo esto... ¿deberás creéis todos aquellos que queréis partir, que unos desconocidos... pueden organizarse para actuar contra eso que aseguráis ser el peor mal de todos?

Alexandra levanta la mirada al terminar la frase, mirándole fijamente a Ónemar... Sin pensarlo rompió con su silencio, pues todo le parecía tan absurdo...

Sin duda este caballero que hace las tareas de un paje debe estar loco, ¡¡¡Todos lo están!!! La mitad de los presentes nunca había vivido de cerca la muerte, y mucho menos una dura pelea... pero... ¿están dispuestos a ir en busca de su muerte?...

La muchacha no puede dejar de hacerse preguntas, olvidando las palabras que aquél niño le dijo cuando apareció en su dulce sueño, arrancándole cruelmente de los brazos de su padre para darle pésimos augurios...

Cargando editor
18/10/2007, 19:55
Melegat Ansey

¿cómo preferís morir? ¿Luchando contra el destino o escondidos esperando a que os alcance?

Aunque no le gustaba la idea de morir...de poder elegir, lo haría combatiendo, peleando por todo aquello que amaba...la tierra que trabajaba...la gente de su entorno...los lugares que encerraban viejos y agradables recuerdos...por todo ello.

No seré yo, Mélegat Ansey, quien se esconda cuando los demás cabalguen hacia la lucha...¡Por la gran roca que no!

-¡No seré yo quien se esconda cuando los demás cabalguen hacia la lucha!

La ira se transformó en coraje, las sabias palabras del caballero, en palabras de aliento...los recuerdos que invadían su mente...en un motivo por el que caer en batalla.

Cargando editor
19/10/2007, 08:12
Illianna Sondrent

La muchacha mira el fuego chisporrotear mientras las palabras, las intenciones, se desgranan a su alrededor como cuentas de collar que se esparcieran después de que alguna mano lo hubiera arrancado con fuerza. Pensativa, calibra lentamente el significado de cada una de ellas, lo que se está debatiendo es demasiado importante, demasiado peligroso como para avanzarse y hablar con el corazón, apartando el cerebro.

Pero el Heraldo le había dicho también cosas que tenían mucho peso, y le había dado a elegir. Y le había pedido precisamente que ella fuera corazón, no cabeza. Si no le creía, si no dejaba que su Verdad la alcanzara, lo que la alcanzaría, lo que les alcanzaría a todos, sería la muerte. En forma de maldad, en forma de esclavitud, en la forma que fuera, eso no tenía importancia.

En ese momento, Melegat, el rudo, el espíritu más simple y llano de los presentes, habla, y lo que dice encierra todas las respuestas que ella busca.

Y decidió, una vez más. Se reafirmó.

-Alexandra, no nos conocíamos hace dos días. Sin embargo, te debo, todos te debemos, nuestras vidas. Sin tu acción rápida y certera, el Monje Maldito no estaría ahora disuelto en la nada de la que vino. Quizá somos desconocidos para el mundo, quizá lo seamos entre nosotros, pero, por algún motivo que no alcanzo a entender, quizá ni eso, quizá por el propio azar, estamos juntos, y sabemos lo que ocurre.

Mira al sacerdote, abatido tras la descripción de su sueño, herido por haber tenido que exponer algo que había estado callando hasta entonces, demasiado cruel como para ser aceptado por un corazón bondadoso.

-Quizá tu sueño sea un hilo del Destino, y parezca a los que lo narres una única certeza. Pero, como bien ha dicho Ayron, el destino no es una certeza, sino una posibilidad, una elección.

Y dirige ahora sus ojos casi infantiles al Caballero que con semblante severo ha tomado como propia, sin más, sin brizna de duda ni miedo, la misión que a ellos les fué planteada. Le mira intensamente, intentando responder a su propio interrogante, ¿qué papel tiene asignado este hombre, si es que el Heraldo ha guardado uno para él...?

-Y, sin embargo, lo que sí sabemos con certeza, porque nuestras carnes lo han sufrido con enorme dolor, es que hay un mal desatado, libre, que acaba de brotar de algún sitio, y está corroyendo nuestras tierras con temblores, desmorona nuestras casas, incendia y mata. Los Monjes son pavorosos, demoníacos, pero reales. El Heraldo no fué un sueño, y habló de elección. Somos desconocidos, pero no nos engañemos: no somos débiles. Somos poderosos a nuestra manera. Podemos plantar cara. Tenemos algo por lo que luchar, y sabemos, cada uno en su interior, qué debe hacer y cómo debe hacerlo, para enfrentarse al mal.

Vuelve a mirar ahora al Sacerdote.

-Y, si tu sueño viene de aquellos que enviaron al Heraldo, confirma hacia dónde hemos de ir... no a morir. Pero sí a acabar con esto...

Cargando editor
19/10/2007, 21:26
Ayron Derkbal

No puedo evitar sonreir de forma sincera al escuchar la voz de Melegar...había entendido perfectamente el significado de mis palabras....al contrario que la mujer encapuchada que habló posteriormente.

Cuando abro la boca para contestar, esta queda sellada por la dulce voz de la muchacha...Illianna, que la interpela con palabras acertadas.
Mis ojos quedan fijos sobre ella...increíble que una muchacha, que aparentemente ha vivido pocos inviernos, lleve a una mujer con esa presencia tan fuerte en su interior...sin duda allá donde muchos podrían ver, de forma ignorante, simplicidad, se ocultaba un alma de gran complejidad, pero preciosa para aquel que se preocupara por observar el interior, sin cantalogar por la simple presunción de lo que se observa a simple vista.

Me doy cuenta de que me estoy dejando llevar por mis pensamientos, e intento retomar la conversación...justo para escuchar la mención de alguien llamado El Heraldo - Un momento...¿El Heraldo? ¿Quién es? ¿Quizá algún sabio que os previno del futuro?

Cargando editor
20/10/2007, 16:29
Dammeryn

- Un niño, guerrero. Sólo un niño fantasmal que previó un ataque y nos aconsejó para ponerle remedio. Un niño vestido de rojo, que no dijo mucho más de lo que ya sabemos, excepto que se nos elegía para algo...quizá para morir en esa torre que has visto en tus sueños sacerdote.

Dammeryn observó también a cada uno.

- Yo no puedo elegir. La lucha es mi vida, así que sólo puedo responder de una forma a tu pregunta. Sin embargo, las premoniciones y los sueños son cosas de otros. A mí, por desgracia, me convencen hechos, no me siento impelido a hacer algo sólo porque un tercero haya visto mi cadáver postrado sobre las montañas.

Hizo una pausa corta.

- Así que os sigo, pero porque hay algo en las montañas, y eso no hace falta que lo soñemos ninguno para saberlo, y debe ser combatido. A mí, cuando muera, sinceramente, me importará poco el motivo, a menos que hubiese habido alguno que hubiera podido impedirlo. Ya he visto muerte de sobra para andarme con gallardías y envalentonadas, desnudando el acero y gritando ¡Por quién sea! sin pensar más que en la gloria de ser recordado de tal o cual manera.

Cargando editor
22/10/2007, 18:55
Ónemar

Tras las palabras del sacerdote llegaron las opiniones. Cada cual expresó su parecer, su forma de ver la situación y, como en todo colectivo, había diversos puntos de vista. El pesimismo y el optimismo enfrentados, el desánimo y la fuerza de la energía interior luchando por ganar la batalla.

Cuando el último de ellos hubo hablado se hizo de nuevo el silencio. Hay quien asume la responsabilidad de liderar a los demás en situaciones críticas y hay quien opta por callar.

Cuando de nuevo tan sólo se escuchaba el crepitar del fuego, el sacerdote retomó la palabra.

-No seré yo quien aconseje a nadie sobre el camino que ha de tomar, pues ni tan siquiera mi propio destino me es mostrado con claridad. Sin embargo, si puedo hablaros desde el conocimiento que me otorga mi rango de sacerdote y mi posición como servidor de los dioses. De poco o nada ha de serviros mi ayuda en una batalla, pero ante la interpretación de un mensaje divino os ruego que escuchéis mis palabras. Un sueño profético es tan sólo eso, un aviso, una imagen de un posible futuro que ha de cumplirse o no. Puede tratarse de un destino que ha de llevarse a cabo o de las consecuencias de una acción a evitar. Los dioses nos hablan con claridad, mas nosotros carecemos de la sabiduría necesaria para comprender sus palabras.

Cargando editor
22/10/2007, 20:47
Melegat Ansey

Visíblemente irritado, no con los presentes sino con la situación misma, el hombretón vuelve a ser el trueno que irrumpe tras el rayo.

-¡Pues los dioses podrían ser más claros en momentos tan crudos como estos! Como bien ha dicho el caballero, el destino se escribe con cada paso que damos, si nos quedamos aquí debatiendo jamás lo intentaremos siquiera...yo opto por coger lo imprescindible y salir de aquí ahora mismo, hacia los Montes Perdidos, algunos de nosotros conocemos los caminos hasta sus estribaciones, podríamos llegar hoy mismo si no nos demorasemos más.

Se pone en pie y se echa el férreo martillo al hombro.

-Creo que las palabras ya han llegado a su fin.

Cargando editor
23/10/2007, 01:04
Illianna Sondrent

Illianna mira a su amigo de infancia, al entrañable pelirrojo, con cariño. Luego a su hermano, a Brúnil. Posa su mano en el brazo musculoso del recién renacido hombretón, y le mira, asintiendo. Ambos se levantan, después de que Melegat lo haya hecho. Una nueva luz, decidida y cómplice al mismo tiempo, en sus pupilas.

-Los Sondrent también estamos dispuestos para partir.

Cargando editor
23/10/2007, 11:41
Nhadia Demialt

Vaya, ya pensé que esta panda de sabiondos iba a tirarse todo el día de charlatanería...

Alexandra abre la puerta de madera del edificio, sin mediar palabra alguna y se coloca a un lado de la misma. Siempre le gustó ahorrar en palabras innecesarias, y todo estaba lo suficientemente claro como para darse cuenta de que con su muda acción se posicionaba a favor de abandonar ya aquél lugar azotado por la muerte.

Ya estaba todo dicho, el pelirrojo llevaba razón, era tiempo pues de pasar de las palabras a los hechos... de la planificación a la acción... acción en la cual no tenía pensado involucrarse más que lo necesario hasta llegar a los montes, donde se escabulliría sin hacer ruido alguno y cruzaría a pie los bosques hasta llegar a Dhalion... donde con tanta gente sería imposible dar con ella...

Hubiese sido más facil seguir el curso del río hasta la capital... pero los sucesos de la noche pasada alimentaban sus sospechas de que la zona no sería segura... y que mejor forma de evitar a la muerte que la de ser escoltada por un grupo de locos y visionarios, desconocedores todos ellos de los planes que tenía preparados... Caminaría bajo su protección hasta el punto en que fuese más facil la evasión... una vez allí todo saldría según lo previsto...

Cargando editor
23/10/2007, 17:23
Ónemar

-Antes de que decidáis marcharos tan precipitadamente me gustaría que me contaseis los hechos aquí acaecidos durante la útlima noche - las palabras del sacerdote detuvieron por un instante a aquellos que se dirigían a la puerta -. Creo que en justicia al haber sido sincero con vosotros merezco el mismo trato. En cualquier caso, vanidades a parte, estoy convencido de que podría ayudaros a aclarar vuestro camino, al menos por lo que hasta ahora he podido deducir. Decidme, ¿Quien es ese muchacho de rojos ropajes del que habláis? ¿Cual fue el aviso que os transmitió? ¿Con qué palabras?

Cargando editor
24/10/2007, 11:39
Melegat Ansey

El hombretón decide tomar la iniciativa de contestar al sacerdote, en vista de que sus preguntas puedan alargar más la partida hacia los Montes Perdidos, retrasando los pasos que habrían de llevarles hasta allí antes de que el sol se ocultase...según sus cálculos.

-Era una especie de mensajero, a mi se me presentó en mis sueños, a algunos lo hizo cuando estában complétamente despiertos...por lo que no pudo ser un delirio...sus palabras fueron claras, un mal se acababa de desatar, una diosa oscura estaba a punto de ser devuelta a la vida por parte de sus adoradores...alguno de los cuales ya ha tenido ocasión de probar nuestro acero...

Dijo que si nadie evitaba que ese mal se propagase, terminaría con el mundo que conocemos...por ello nos había escogido, no se si él, el destino o quien...a todos aquellos a quienes se nos apareció, nos había seleccionado de alguna manera para que impidiésemos que la más profunda oscuridad cubriese estas tierras...y para ello nos dió a cada uno una cualidad y un papel, que unido al de los demás elegidos, sería efectivo a lo largo del camino que nos ha tocado recorrer...

Cargando editor
24/10/2007, 12:12
Nhadia Demialt

Alexandra escucha atentamente las palabras del pelirrojo, por lo visto hablaba mejor de lo que ella imaginaba...

Con lo bruto y torpe que aparenta ser este hombre... y se explica más claro y rápido que cualquiera de esos... Tomaré la palabra… dejaré mi silencio, pues todo sea por salir de aquí de una vez por todas...

- Sí, es cierto. Yo pensé que había sido una alucinación, por respirar tanto humo... Pero después pude escuchar como a todos nos apareció.... - La muchacha toma un poco de aire antes de proseguir con su historia...

- A mi me dijo.... me dijo... que yo poseía la fuerza del espíritu... Que yo, tengo la fuerza para continuar adelante cuando todos caen...- Cuida al máximo sus palabras, pues no quiere decir algo que no debe...

- Me dijo, que deberíamos ser todos uno, luchad unidos y cuando parezca todo perdido y no se vislumbre luz alguna... Os haría caminar hacia delante.- Se calla de repente como si no tuviese nada que decir…. Continúa con su mirada agachada, aparentemente está muy tranquila aunque por su interior arda un volcán...
Tras un minuto de silencio, Alza la mirada y la dirige hacía Ónemar mientras dice...

- Creo... que no hay nada más que decir

Cargando editor
24/10/2007, 20:56
Illianna Sondrent

En pie aún junto a su hermano, aunque sin haberse movido de su sitio, la muchacha toma la vez a la rubia y hermosa mujer.

-En mi caso, el Heraldo me llamó "el corazón". Hablábamos del grupo de personas que debían decidir si aceptaban el destino para el que eran llamados.

Tú serás su corazón y su vida, dijo. Durante los próximos días tus compañeros se enfrentarán a duras pruebas y, en muchas ocasiones, al dolor. No permitas que padezcan sufrimiento, cuida de ellos. Tú serás su corazón.

Luego señala la cicatriz plateada y el tatuaje en forma de rosa que tiene en su cuello.

-Me dió un colgante en forma de rosa, que hizo de su propia lágrima, derramada ante el dolor de lo que iba a suceder. Me pidió que lo llevar día y noche, y así lo hice. Gracias a eso estoy viva, pues el monje al que Alexandra cortó el cuello me había cercenado primero el mío en la habitación. Me desangraba, y no podía respirar, sentí la muerte llegar... y sentí cómo moría, realmente. Pero la rosa empezó a iluminarse, su luz fué un enorme destello en la noche, y más aún entre las sombras del mal. Por ella recobré la vida, y cuando su calor me invadió, como una marea, fué fundiéndose en mí, dejando el corte esta cicatriz, y la rosa quedando labrada para siempre en mi piel...

Cargando editor
25/10/2007, 23:01
Ayron Derkbal

Uno a uno comienzan a hablar, incluso la misteriosa mujer que se había acercado a la puerta, se dirige a los allí reunidos....el espíritu...quizá, quizá pudiera serlo, aunque no podría asegurarlo sin conocerla...sin embargo en sus ojos se mostraba una gran determinación.

¿Cuál sería el papel de Melegat? Si uno se dejaba llevar por la lógica, ese hombre podría ser la fuerza, pues esta se filtraba a través de cada uno de sus poros y de las palabras que se derramaban de entre sus labios.

Ahora hablaba Illianna....corazón...sí, con el tiempo había llegado a saber valorar a las personas, y ella parecía llevar un aura a su alrededor...un aura que parecía calmar a todo aquel que se encontrase junto a ella.
Lo había notado en los ojos de algunos de los que allí se encontraba....estarían dispuestos a morir por ella.

Una breve mención a la cicatriz en su cuello y mis ojos se prendan de él, fijando mi mirada en ese cuello de aparente suave piel, ahora tatuado con una fina cicatriz que lejos de mermar su belleza, la incrementa, aportando una hilo de luz plateada.

Durante un instante casi me encuentro tentado de acercarme y rozar con la yema de mis dedos el curso de esa cicatriz, pero refreno mi impulso, intentando centrarme en lo que tengan que decir los demás.

Cargando editor
26/10/2007, 12:52
Ónemar

-Realmente... sois afortunados - las palabras cargadas de admiración y respeto salieron lentamente de los labios del sacerdote mientras sus ojos permanecían fijos en las llamas que poco a poco devoraban los troncos colocados en la chimenea -. Ese muchacho del que habláis, esa aparición, ese mensajero, esa alucinación, como bien ha dicho Illianna se trata de un Heraldo. Una criatura sagrada, sin forma definida, que tiene la capacidad de sentir el destino de los hombres y que es enviado para transmitir la voluntad de los Dioses. A veces se aparecen ante un sacerdote cuando se realiza un ritual de adivinación sobre alguna cuestión especialmente trascendente, pero son muy esquivos y únicamente se muestran en casos muy particulares. Son muy pocos los siervos de los siete dioses que pueden decir haber visto uno. En cuanto a su mensaje, parece estar bastante claro. El aviso de un mal que está por llegar, un gran peligro para todos, que también se ha mostrado en forma de sueños a varios hombres santos. Todos los indicios indican el mismo camino... ¿Y aún creéis que los signos de los dioses pueden ser más evidentes?. No se por qué se os apareció el Heraldo a vosotros precisamente, pero si tengo muy claro lo que buscaba. Juntos formáis un todo, una esfera perfecta, una unidad cerrada que el mal no podrá penetrar. La Fuerza, el Espíritu, el Corazón... y quien sabe qué más virtudes habrá hallado tan sagrada criatura en este grupo de personas. Mucho ha de hablarse aún, palabras de gran importancia deben ser pronunciadas, mas entiendo que vuestra prioridad es poneros en camino lo antes posible. Así pues he de pediros que nos permitáis acompañaros pues mi destino se haya indefectiblemente unido al vuestro más allá de toda duda.

Cargando editor
27/10/2007, 13:11
Nhadia Demialt

La muchacha después de decir sus últimas palabras, escucha a la lejanía a Ónemar, quien pide acompañar al grupo...

¡Maldita sea! Cuantos más viajeros se apunten, más dificil me será escabullirme...

Se para un momento a pensar en todo....

Si tan ruda va a ser la batalla contra esos monjes malditos... ¡¡¡Jamás podré combatir con estas vestimentas de señorita fina!!!

Sale buscando a Marius, o en caso de no verle, a Fhelton, su hijo... con quien ya había tenido el placer de conversar antes...

La muchacha camina alrededor del mesón buscando a alguno de ellos. También lleva en mente el ir a buscar las pocas pertenencias que llevaba en su bolsa... Aquellos pocos buenos recuerdos que le quedeban... los cuales no sabía si habían sobrevivido al fuego que parece que arrasó todo a su paso....

Cargando editor
27/10/2007, 13:36
Melegat Ansey

Cuando el sacerdote menciona "la fuerza", Mélegat aprieta sus manos en torno al martillo que lleva al hombro.

Después observa cómo la mujer de rubios cabellos abandona la sala, y la impaciencia vuelve a apoderarse de él.

Mirando de nuevo al sacerdote, el hombretón se hace escuchar entre los presentes.

-Está bien, yo no tengo ningún inconveniente en que vengáis con nosotros...supongo que cuantos más seamos mejor...