Partida Rol por web

Los muertos vivientes

El principio del fin

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30/08/2010, 18:34
Andrew "Es" Grey

Corría por el pasillo. Vengo del garaje, de donde he cogido las mochilas de las salidas de campo. Mi hermano Sean ya está esperando recibir los macutos. Tiene amontonados paquetitos de comida, latas envasadas y todo tipo de artilugios necesarios. Estamos vestidos como para una salida de campo y hacemos los ultimos preparativos corriendo.

El mensaje que se había repetido desde insistentemente había conseguido ponernos más nerviosos que otra cosa. Yo llevaba mis botas de montaña, mis pantalones-bolsillo (como los llamaba Sean) y mi camisa. En los macutos metíamos lo que de algún modo considerábamos indispensable, aunque lo hacíamos más por miedo que por afán de prevención. Un par de navajas suizas, un saco de dormir, mudas... Pero, ¿qué era realmente necesario? ¿las fotos familiares del bolsillo exterior? ¿mis probetas con semillas de los bolsillos interiores? ¿los souvenirs de la abuela?

En el salón mi padre no paraba de rezar con una Biblia en las manos. Llevaba así desde hacía dos días. Estaba convencido de que esa era la mejor solución para la situación actual. Dicho esto, mi padre siempre pensó que rezar era la solución para todo.

Mi madre le acompañaba, pero solo en cuerpo. Por el rabillo del ojo nos asentía a mi hermano y a mí cuando acertábamos con lo que metíamos en los macutos o negaba lentamente con la cabeza cuando le parecía algo innecesario. ¡Cómo! ¿No metemos las cartas de la abuela?

Cuando parecía que estaba todo, mi hermano y yo nos pusimos en pie. Para estar evacuando la ciudad ibamos sorprendentemente poco cargados. Asentimos a mi madre y esta se puso inmediatamente en pie.

-Vamos -se limitó a decirle a mi padre.

-No, Helen -dijo él agarrándola por el brazo y tirando para que se volviera a sentar-, que se vayan ellos. Debemos seguir pidiéndole al Señor que...

-Por Dios, Carl -dijo mi madre soltándose violentamente de mi padre y cruzándole la cara con energía. A mi hermano y a mí se nos heló la sangre tanto por la bofetada como por su tono de voz y, por la cara de mi padre, a él también-. Deja de decir sandeces por una vez en tu vida.

Cogió la Biblia que mi padre tenía entre las manos y la dejó sobre la mesilla del salón. Esta vez fue ella la que le levantó por el brazo, sin encontrar resistencia. Así abandonamos los cuatro la que fue nuestra casa y nos dirijimos al coche de mis padres.

Y ahora estábamos aquí desde hace dos horas. Mi padre, Sean y yo en una cola, mi madre en la de enfrente. Sean y yo intentamos no perderla de vista. Él parece más tranquilo, pero la verdad es que yo estoy bastante angustiado. ¿Y si algo sale mal?

-A mí todo esto me da muy mal rollo... -le confieso a mi hermano por lo bajo. Mi padre, que parece navegar por los mares de Yupi, murmura oraciones para sí.

-Ya lo sé, joder -contesta con un tono que denota más nerviosismo que su rostro-, pero no podemos hacer nada. Entramos, que nos toqueteen, salimos y....

-¿Y? Es que es eso lo que no me mola -digo mientras sacaba el móvil-, que no hay “y”...

Miro con preocupación la pantalla. Tenía dos llamadas perdidas de Liz (perdidas que ignoraba como un perro, he de confesar), pero ninguna de Eric. Me había escrito para decirme que estaba ya en el punto de reunión, pero no había conseguido verle por ahora. Entre eso y que la gente estaba completamente histérica, no podía más.

-Dios, esto es un caos, deberíamos irnos -le digo a Sean.

-Mira, pues no sé... -me contesta él-, a lo mejor cogemos a mam...

 

¡Disparos! No he llegado a entender lo que gritó el hombre (al fin y al cabo, la gente no paraba de gritar y de hablar a la vez), pero eso era lo último que nos hacía falta. Casi sin pensar, actuando como por instinto, agarro la mano de mi hermano y me lanzo hacia delante, buscando a mi madre. Y es que ese es mi único objetivo: coger a mi madre y salir echando leches. Mi segundo objetivo más importante es mantener sujeta la mano de mi hermano que, a pesar de la impresión inicial, ahora corre junto a mí. Le pego un codazo a una señora petarda y, en otras ocasiones, me habría disculpado; pero entre la educación y mi madre, me quedo con la última.

-Vuestro padre, por Dios, vamos a por vuestro padre -nos dice mi madre visiblemente angustiada y asustada cuando llegamos hasta ella.

Y tiene razón, porque desde que oí los disparos no he pensado en él en absoluto. Lo primero que me vino a la cabeza fueron los nombres de las tres personas que en este momento me eran más importantes, y entre ellos no figura el de mi padre. Los dos primeros son el de mi hermano y el de mi madre. Curioso, cómo funciona el subconsciente, ¿no?

 

De la mano de mi madre y de Sean deshacemos lo andado (o más bien “apartamos a codazos como podemos”) para ir a por mi padre que en estos momentos está ya perdido entre una marea de personas histéricas.

-¡Papá y al coche! -grito para que me oigan-, ¡Si nos separamos, directamente al coche!

Agarro con fuerza sus manos y los mantengo lo más cerca de mí posible.

 

“Joder, joder, ¿dónde estás?”, me digo a mí mismo mientras pienso en el tercer nombre.

 

Notas de juego

Sigo con una conexión muy precaria, muchachos y muchachas, siento no poder ser todo lo rápido que debería.

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30/08/2010, 19:28
Director

 Derrepente aquel parque se convierte en el caos, la gente se busca y grita, algunos caen al suelo abatidos por los disparos. Un hombre agarra a su hija y tira de su mano, las balas le pasan silbando y tropieza contra el suelo, se vuelve a levanbtar y arrastra a la niña lejos de aquel sitio pero en todo el lugar hay peligro. Un señor obeso intenta acercase a la zona de las mujeres pero el desconcierto es total, pero se resiste y sigue gritando el nombre de su mujer. Las familias se dispersan presas del panico, los cuerpos en el suelo empiezan a teñir el cesped de rojo.

En medio de todo aquel caos entra en la plaza por la carretera un jeep militar, y un hombre mayor con un frondoso bigote se pone de pie mirando aquella escena, pero rapidamente recobra la compostura y de un salto baja del coche y se dirije al general Rouland que seguia gritando el alto el fuego a aquella muchedumbre, pero ya nadie parecia obedecerle. Sea lo que fuere lo que le dijo aquel soldado de bigote, el general Rouland palideció de inmediato.

-Estan aqui!!! Soldados hay que detenerlos, todo el mundo a la cabeza del comboy!!! que todo el mundo vuelva a su casa!! oh dios mio... Soldados!!! Al frente, ya vienen!!!

Pese al caos que ocurria en aquel momento los soldados pararon de disparar de inmediato, con una mirada de terror en sus ojos. Enseguida empezaron a correr hacia la cabeza del comboy situada en la carretera.

Pero ya era demasiado tarde, desde el mismo parque se podian ver cientos de personas caminando hacia alli, la carretera entera estaba llena, se movian muy despacio como si de una procesion se tratara. Pero sea lo que fuera algo no iba bien, pues los disparos empezaron a sonar de inmediato.

Notas de juego

 Chicos chicas por si no le conociais este es Andrew y esos son los post de los que hablaba, otra cosa no pero currados y largos un rato :)

Continuo en el siguiente post eh

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30/08/2010, 19:43
Director

 Nadie sabia que pasaba pero estaba claro debian de salir de alli enseguida y esconderse de lo que fuera que estubiera viniendo hacia alli.  Algunas personas intentaron cojer los coches pero rapidamente los atascos y accidentes bloquearon la carretera. Otros seguian buscando a sus familiares y los menos afortunados se quedaban de rodillas frente a los cuerpos de los mismos.

La gente corria en todas las direcciones, por toda la ciudad, como si la plaza Kessler fuera un hormiguero y de ellas salieran cientos de hormigas en todas las direcciones. Pero en una calle, pequeña y angosta un grupo de personas se habia separado de la multidtud. Quizas sus instintos les decian que ese era el mejor camino o quizas fue solo casualidad pero alli estaban, corriendo por sus vidas sin saber que estaba ocurriendo. 

El señor obeso frenó en seco intentando respirar y un tipo, muy alto y fornido se paro junto a él.

"vamos no te puedes parar dijo, tenemos que escondernos"

"aaah....ahhh..-dijo asmatico-dejame, tengo que volver a por Doris!"

"ni hablar viejo, primero nos esconderemos y lego iremos a buscarla, vamos"

Un hombre se paro tambien junto a ellos, sus gafas torcidas en su cara le hacian tener un aspecto extraño. Intentaba consolar a su hija que lloraba sin entender nada de lo que ocurria. Todo el mundo estaba tratando de recuperar la compostura cuando...

"Eeeeh, por aquiii"- les grito un hombre. Parecia un viejo con barba cana y aspecto de vagabundo- "vamos venid aqui, esto es seguro"

Sin saber muy bien por que todo el mundo cruzo la calle corriendo y el hombre cerró la puerta metalica.

Notas de juego

 Ok explico la situación y los que estais ahi.

Estais en una especie de almacen grande, con una puerta metalica que se abre de arriba a abajo. Os encontrais todos los pejotas(anda que casualidad XD) y algunos pnjs como: Claudia Hyde(la niña), el perro de Jack(a no ese no es pnj :p), Tony wormstock(el hombre gordo), James y el hermano de Andrew(que no tiene foto aun :p). No sabeis que ocurre, sabeis u intuis que algo pasa con la gente infectada y que las cosas estan muy mal por todo el mundo y ahora la mierda a llegado a casa. Teneis lo puesto y dad gracias y ale empezamos!

 

PD: Siento si algun pj de los que he interpretado piensa que no lo he echo de manera acorde con su pj :S pero debia introduciros de alguna forma ^^

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30/08/2010, 22:12
William Hyde

William en medio del caos buscó como pudo a su hija hasta dar con ella - ¡Hija! ... - paró e inspiró fuertemente, como si fuese a decir algo muy complejo e importante - ... ¿y la abuela? ... ¿donde está? - preguntó, la niña le negó con la cabeza como diciendo que no sabía nada, estaba sola en medio de la gente, llorando. William se acercó a su hija y la agarró con sus brazos, levantandola y dandole un beso de consolación rapidamente en la cara - ¿Donde estará mamá ahora? ... ¡maldición!, le dije que no se separase de Claudia ... si papá estuviese aquí seguro que sabría que hacer - pensó mientras abrazaba a su hija con fuerzas y aguantaba los empujones de la gente y las lagrimas de la consternada niña cayendoles en la mano - No llores princesa ... va ... ¿vale? ... por ... favor - le dijo con un leve tartamudeo provocado por la extraña y tensa situación - ... venga secate esos ojos ... y dime, ¿ves desde aquí a la abuela? - la niña se secó las lagriamas con las manos y miró a su padre con una cara sonriente pero triste a la vez y desde los brazos de su padre miró a sua lrededor intentando buscar a suq uerida abuela, al rato desistió y volvió a llorar gritando que no encontraba a su abuela - mamá ... espero que no te haya pasado nada - William miró a su hija - no te preocupes ... seguro que estrá bien, luego la encontraremos, tranquila ... la abuela es muy fuerte, ... a mi de pequeño una vez me dió un cachete y casi me m... - William paró de hablar en seco - Dios, casi digo "mata", ... como está la situación a Claudia no le hace falta escuchar esa palabra - al rato William rectificó lo que le queria decir a su hija - y eso hija que del cachete se me quedó la cara roja dos semanas - dijo exageradamente con una sonrisa para animar a Claudia, la cuals e vió un poco consolada y se tranquilizó.

Al rató se escuchó el ruido de un coche entrando al parque, William miró rapidamente a su alrededor y observó como un jeep entraba a Kessel Park y de él bajaba un militar que se acercó al otro que no paraba de gritar. Al instante al militar de los gritos se le cambió la cara y se extremeció totalmente con lo que gritó aún mas alto y desesperado que antes a sus soldados y todos comenzaron a huir tras señalar con cara de asustados un calle hacía la cual miró William - ¿Qué? ... ¿pero que diablos puede asustar al ejercito de los Estados Unidos? ... por esa calle vienen personas, no veo muy bien pero ... desde luego no parecen ir armados ... tendrá algo que ver con la infección que dijeron antes, alomejor solo están disparando un fuego de contención para que no se acerquen ya que la enfermedad aún no se cura - pensaba William el cual soltó a su hija en el suelo - ... pero de ser una enfermedad ... - William hizo un gesto con su dedo como si se hubiese acordado de algo y sacó su movil del bolsillo - ... seguro que me han avisado, será que no lo escuché - abrió el movil y abrió los ojos de par en par con cara de sorprendido, en su movil no había ni llamadas perdidas ni mensajes, nadie le había avisado - ... ¡como puede ser posible! ... como no me han avisado a MÍ - Claudía comenzó a jalarle al padre de la camisa lo que le hizo reaccionar - ... eh ... perdona hija, estaba mirando una cos... - de repente la gente comenzó a correr de nuevo y los disparos de los militares no cesaban.

William agarró a su hija de nueva y comenzó a correr sin saber donde ir esactamente - Tu cierra los ojos ¿vale cariño? - le dijo a su hija, la cual asintió y se apoyó en el hombro de su padre cerrando los ojos y llorando, al poco tiempo William divisó a robusto hombre que corría a su lado y se mantuvo a su lado todo el tiempo - ... ahora que todo está así, será mejor manternse cerca de alguien grande - pensaba mientras resoplaba.

Siguió al hombre todo el tiempo y al final llegaron a una calle, allí se encontraba un reducido grupo de personas sin saber que hacer, casi todos nerviosos y tristes, al rato una especie de vaganbundo les gritó a lo lejos llamando su atención, el hombre que parecía mayor decía que allí estarían seguros y viendo que todos los demás se dirigían allí, William tambíen fue con su hija - ... en estos momentos es mejor agarrarse a un clavo ardiendo, ... que a nada - pensó mientras corría sin parar.

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30/08/2010, 23:31
Nidia Smith

Entre el lío del gentío, empujones y chillidos no logró cais escuchar loq eu dice el militar. Sólo sé que de repente empizo a escuchar tiros por todos lados y que Ruth tira de mí hacia lo que ella considera un lugar seguro. Las balas pasan silvando cerca de mis oídos que aún no termino de comprender qué narices está pasndo y mis ojos no dejan de buscar a mamá y a Richard. Tropiezo con alguien y me caigo al suelo. Me levanto ayudada por Ruth después de que unos cuantos me pasen por encima. Luego mi hermana corre destrás de un grupo. No sabemos muy bien por qué, pero ese grupo es el que nos ha llamdo la atención y hemos ido con ellos. Al final todos seguimos a un anciano que parece un vagabundo y llegamos a una especia de almacén enorme. Fuera se siguen escuchando los disparos y lso gritos de la gente.

-¿Pero qué pasa?-consigo decir después de que mis pulmones consigan coger aire y mi corazón deje de latir tan fuertemente.

Busco al mirada de Ruth, pero aprece tan perdida como yo a pesar de haber sido por ella que hemos salido de ese horrible gentío. Lugo, paseo mi mirada por las personas que estamos en el lugar.

"Pero, ¿qué hacemos aquí? Quiero irme a casa, a trabajar y a casa de Richard.... quiero mi rutina"

Pienso en mi madre.

-¡Ruth! ¡Ruth! ¡Tenemos que ir a buscar a mamá! ¡Mamá está fuera! ¡Y Richard!-casi la zarandeo al decírselo pues he corrido hacia ella y la he cogido de los hombros a pesar de ser más bajita que ella.

Ruth no me contesta, pero en su irada puedo ver el miedo interior. Está igual de asustada que yo. Entonces, la abrazo fuerte, pues al menos la tengo a ella ahí.

-Mamá no va  poder venir ¿vedad, Ruth? ¿Qué coño pasa?-la cuestionó sin esperar una respuesta realmente.

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30/08/2010, 23:48
Ruth Smith

Entro a esa especie de almacén junto a mi hermana, ambas resoplando y jadeando, después me aparto el pelo de la cara y tras comprobar que vuelven a cerrar tras nosotros me obligo a respirar para tranquilizarme cuanto antes, aunque la verdad es que me tiemblan hasta las piernas.
-Gra... gracias...- agradezco escuetamente al presunto vagabundo que nos guió hasta aquí para después mirar de reojo a la cría con su padre. Es espantoso, ver a una niña tan asustada todavía me parte más el alma.

Casi me da un síncope cuando mi hermana me zarandea recordándome a mamá y a Richard así que me limito a mirarla con los ojos abiertos de par en par hasta que ella misma se serena y puedo devolverle un abrazo reconfortante.
-Quizá no salió de casa y está tan tranquila. Suele tener más suerte que nosotras- le froto un poco la espalda pero siento incapaz de decirle algo apaciguador respecto a Richard. Ni siquiera sé quién es en realidad.

-Había mucha gente viniendo hacia aquí y hasta los soldados parecían asustados por ellos. Eso ha sido muy... raro- por no decir preocupante, claro. Tras esa observación en voz alta me cruzo de brazos y miro alrededor con detenimiento.

-Probablemente podamos salir de aquí por otro sitio- afirmo bastante convencida de ello aunque no tanto de querer volver al caos del exterior.

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31/08/2010, 00:00
Roy Urlich

- Me cago en la madre que los parió!!! Que coño a sido todo eso??!? Roy había conseguido llegar con Tony hasta el almacén que les había indicado aquel vagabundo. Mierda, había intentado localizar a Doris, la mujer de su amigo, pero entre tanta gente alborotada, había sido imposible. Tony necesitaba descansar, y aquel parecía un buen lugar. Lo siguiente, sería encontrar a Doris.

Cuando la puerta metálica descendió, Roy se permitió relajarse unos instantes. Tenía que ordenar todo lo que había ocurrido durante aquellas horas. Miró a su alrededor, y observó a las personas que estaban con él en el almacén. Todas parecían asustadas o nerviosas, y quien no. No todos los días te ves envuelto en una situación de histeria colectiva.

Al parecer, los soldados habían dejado de disparar y habían salido corriendo. - ¿Por que narices lo hicieron? Aquello se escapaba de su entendimiento. En su mente, no encontraba ningún motivo para que los militares abrieran fuego contra civiles desarmados. No había respuesta lógica.

Roy ayudó a sentarse a Tony, y se sentó a su lado. El cabreo inicial ante aquella situación, fue tornándose preocupación por su amigo. Y más aun por su mujer, desaparecida entre la multitud. Le pasó un brazo por encima del hombro e intentó consolar a su amigo. - Ya verás como la encontraremos... No pasará nada.

Volvió la mirada, otra vez, a aquellos desconocidos. - ¿¡¡Alguno de vosotros sabe que coñ... Roy se quedó con la palabra en la boca. Se fijó en la niña que estaba agarrada, al que parecía ser su padre, e intentó relajar el tono. - ... Que ha pasado ahí fuera?

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31/08/2010, 00:22
El señor Jack.

No es nada, no es nada..

Gruñe entre dientes terminando de cerrar la verja mientras su espalda se arquea. Al levantarse vuelve a gruñir por los dolores de agacharse tanto a su edad y observa al grupo alzando sus pobladas cejas.

Cuatro mujeres, cuatro hombres, una niña y un viejo. Sí, sí.. -habló hacia su compañero animal- y un perro. 

Jmmmmmmrrrrrrrrrrrrrr -alzó de nuevo las cejas y se rascó la barba mientras se acercaba a cada uno y le husmeaba de cerca, de manera incómoda. Desprendía un tenue olor a whisky lo cual no terminaba de ayudar.

Yo soy el señorr Jack Hrmrkrkfjhhh.. y este es Salchicha -señala al perro , al cual parece tratar como a una persona más. Es entonces cuando mira a Ruth.

Yo no te aconsejaria salir ahora jovencita.. Si no mueres pisoteada morirás tiroteada o ... infectada.

Infectados sí... No es eso de lo que hablaban?

Se sienta en una caja finalmente.

Bueno y ahora.. ¿Qué tal si echamos una partida de cartas? Alguien tiene cartas? Oh diablos, debí comprarme unas cartas.

 

 

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31/08/2010, 00:29
Director

 Hay mas mujeres y hombres de los que dices que hay :p

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31/08/2010, 00:30
El señor Jack.
Sólo para el director

Notas de juego

bah da igual, esta viejo y chochea y cuenta mal xD 

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31/08/2010, 00:34
William Hyde

- Hola me presento soy el Doctor William Hyde - dice y trás esto pone la mano en la cabeza de su hija y le revulve ligeramente el pelo - Y ella es mi preciosa hija, Claudia Hyde - la niña levanta la mirada hacía el resto de personas allí presentes y las saluda entredientes y en voz baja ya que siente mucha verguenza con tanto desconocido. William observa como casi todos se sientan incluida su hija, pero él permanece en pie y camina de un lado a otro del almacén observandolo intensamente.

Al rato William mira fijamente a aquel extraño sujeto llamado Jack y se recoloca las gafas con el dedo - Y ... bueno señooor ... ¡Jack!, eso era ... Jack, ¿que se supone que haremos aquí?, ... es cierto que aquí estamos alejados del caos de la calle y de los disparos de esos descontrolados y violentos militares pero ... - William toma aire para proseguir con su charla y mira al resto de individuos allí presentes - ... ¿alguien se ha preguntado cuanto tiempo tendremos que estar aquí adentro? ... porque el señor Jack tiene razón y salir fuera de momento parece bastante peligrso - añade secandose el sudor de la frente con su pañuelo.

- Vaya tipo más raro ... y que perro más sucio, desde luego nos ha ayudado, pero intentaré alejar a mi hija de ese tipo ... huele a alcohol - piensa William observando de arriba a abajo al Señor Jack - ... Pues he de comunicaros algo sobre esos infectados como ha dicho el señor Jack, se que no me conoceís, pero soy un famoso y reconocido Médico en Nueva York y la verdad es que he estado pensando y ... bueno, digamos que para una movilización militar de ese tipo ... desde luego debe tratarse de una enfermedad de rapido avance, una pandemia o algo así y desde luego muy peligrosa ... - explica con un tono presumido y con todo detalle sin cortarse por la presencia de su hija - ... y de ser una pandemia como bien he dicho antes, deberían haberme avisado dado mi cargo, para estar al tanto y la verdad ... nadie lo ha hecho - siguió explicando - aunque lo que más me sorprendió fue como dispararon sin cesar tan asustados a gente que estaba lejos y desarmada ... ¿a que se debía el miedo del ejercito más poderoso del mundo? - terminó de explicar dejando una incognita en el aire.

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31/08/2010, 00:58
El señor Jack.

¿El ejercito más poderoso del mundo? Jaaaa JAAAAAAAAAaaa !!

Rie gangosamente hasta que la tos le invade todo el cuerpo. Se sosiega y mira al tipo de nuevo. No deja de hablar y hablar y hablar pero aquí nadie está a lo importante.

Si bueno, eso está muy bien señor medico reputado.

¿Pero qué pasa con las cartas? 

Notas de juego

Una foto de Salchicha

 

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31/08/2010, 01:47
Claudia Iriarte Piñera

Me hallaba en la fila de mujeres que esperaban a la revisión médica cuando los soldados abrieron fuego contra aquel hombre que salió despavorido de la tienda de campaña. Acto seguido, el caos general y para mi asombro, un extraño nerviosismo en el ejército. Mi cerebro sólo admitía el sonido de los gritos de las personas que gritaban alrededor mía. Pero paré en seco, sólo un minuto, para divisar el motivo por el que los soldados estaban preocupados y aterrados; un grupo de personas de aspecto horrible y enfermizo andando lentamente en dirección a la plaza.

-¿Quiénes son esas personas?, ¿Y qué les pasa?- Me pregunté sin poder resistirme a emocionarme por todo aquello que, en pocos segundos, había estallado sin control.

Reaccioné como si hubiera tenido un espasmo y no dudé en correr todo lo que mi fuerza y resistencia me permitían porque, fueran quienes fueran esas personas, todos corrían huyéndoles.

Me aparté de todo el barullo de gente que corría desesperadamente, metiéndome en una calle estrecha y vacía. Paré un momento a tomar aire y darle un trago a mi botella de agua. Notaba las cuerdas de mi mochila incrustándose en la carne por culpa del peso. Las mochilas de ganchillo son muy chulas estéticamente hablando pero nada prácticas, y menos mal que dejé la maleta en casa de Awa, "mi" taxista particular en Cresco.

-¡Oh! mierda...Awa, tengo que llamarla. He de avisarla que no salga de casa y que se atrincheren ahí. - Me dije con un tono de frustración y de pesar.

Pero no había señal ni en esa llamada, ni en las nueve siguientes.

Entonces escuché un chistar pero no hice caso. Chistaron otra vez seguido de un:

- ¡Chica!, ¡oye chica! - con voz gravemente masculina.

Mire a todos lados, pero no veía a nadie.

- ¡Aquí!, dónde las puertas metálicas, ¡en la acera de enfrente! - volví a escuchar.

Incrédula fui despacio hacía la puerta y en mitad de la calle paré pensando si, sería alguien que me quería hacer daño aprovechando tanto aturdimiento. Sin embargo, la presencia de dos personas, un hombre muy alto y un joven de unos 22 años, con un aspecto dantesco y repugnante, me hizo correr hacia la puerta metálica de dónde salía aquella voz. Golpeé varias veces, mientras gritaba entre sollozos, y la puerta se abrió torpemente pudiendo entrar.

- ¡Cierren!, ¡Cierren la puerta!, ¡Dos...hay dos ahí fuera! - gritaba.

Un señor alto y con gafas se acercó a mi para tranquilizarme. Cuando respiré tranquilamente, abrí los ojos y alrededor mía vi a varias personas: Un chico Joven y de aspecto desaliñado, el señor que me había tranquilizado junto con una niña pequeña, dos chicas pelirrojas casi iguales, un señor viejo (diría que un vagabundo) con un perrillo, un tipo que parecía culturista con un enorme cuello de Toro, una chica rubia muy asustada y un señor mayor. Ante la mirada de todos, sólo pude decir:

-¡Hola!. ¿Alguien tiene la más mínima idea de lo que pasa y de porqué sin motivo alguno estamos "protegiéndonos" de personas enfermas?

Todos entreabrieron la boca, pero nadie supo decirme nada.

Notas de juego

Perdón por la tardanza T__________T

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31/08/2010, 02:30
Nidia Smith

Miro a todos habalr entre sí. Luego a mi hermana esperándo que sea ella la que nos rpesente pues de repente tengo necesidad de que de verdad vuelva a ejercer de hermana mayor, peor la veo bastante autista.

-Bien, estooooo-empiezo a hablar, lo que hace que todos giren su mirada-. Yo soy Nidia y ella es mi hermana, Ruth.

Luego me cayo. No sé que más decir así que agacho mi mirada. Parece que esperan que diga algo más.

-No, Jack, yo no tengo cartas-le digo intentando mostrar en mi rostro una sonrisa.

Me siento observada, pero parece que realmente de todos los presentes ninguno me mira a mí. Cada uno tiene la mirada perdida en algún sitio de ese almacén. Miro a la niña y me transmite algo de compasión, pues me da pena que tenga que vivir aquello siendo tan pequeña. De repente me doy cuenta de algo, echo mano al bolsillo del pantalón y veo que mi paquete de tabaco sigue ahi. Lo miro, cinco cigarros. No durarán mucho, así que deberé restringirme un poco.

"¿Para qué me he acordado? Ahora tengo ganas de fumarme uno" pienso mientras lazo un pequeño bufido.

Paseo mi vista por todos los allí presentes, el anciano que no hace más que preguntar por echar unas cartas y su cuerpo, el médico con la niña, un chaval bastante resultón acompañado de otro, dos rubias, un hombre realmente grande acompañado de otro que parece tener asma y nosotras, las dos pelirojas. Somos un grupo bastante variopinto.

Quiero ser tan sociable como soy en el trabajo con la gente, pero las taquicardias y la situación no me lo impiden. Tengo un nudo en la garganta que casi me impide hasta respirar, pero al menos eso aún puedo hacerlo aunque estoy segura que echarme un cigarrillo haría que me sientiera bastante mejor.

"¡Dios! ¡Deja de pensar en el tabaco!" pienso para mí mientras me ponog de pie de golpe y me paseo ansiosa por el almacén tratando de paliar mi ansiedad "Richard... ¿estará bien? y mamá..."

Paseo mi mirada por el almacén pensando en Richard y mi madre, con la sensación de que nunca má volveré a verlos.

 

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31/08/2010, 09:46
James Rivers

A ver que todo el mundo mantenga la calma-dijo un joven, vestido de policia, con un gorro en la cabeza-No sabemos que está ocurriendo, pero el caos reina en la calle. Parece que nos hemos alejado del tumulto. No se que es todo eso de los infectados, pero si habeis visto las noticias, sea lo que sea es malo, muy malo. 

Lo mejor sería esperar un tiempo y luego salir de aqui. Será mejor que tengamos cuidado con cualquiera con quien nos encontremos.

El joven sacó una pistola quito el cargador y conto las balas que le quedaban y volvió a poner el seguro al arma.

Notas de juego

Si, se que no habeis contado con él pero esta en la descripcion :p 

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31/08/2010, 10:50
Roy Urlich

- Un momento agente... Roy se incorporó y se acercó al policía. Quedándose muy ceca de él, solo a un palmo, mientras el miraba desde arriba. - ¿Esta diciendo que todo este jaleo tiene que ver con lo que decía la tele? ¿Con soldados que vienen del frente y atacan a sus médicos? La verdad es que Roy no lo hacía voluntariamente, pero su expresión corporal, y su tono de voz, eran bastante intimidatorias.

- No me lo puedo creer, joder. ¿De quien tenemos que tener cuidado?¿De los enfermos? Por un instante parecía que el ex-linebacker se fuera a abalanzar sobre aquel chico. Por el contrario, respiró profundamente, y se alejó del policía.

No es que estuviera demasiado nervioso, simplemente era así. - Si tenemos que pasarnos unas horas aquí, será mejor que me presente... Me llamo Roy. Y él es Tony. Acercándose donde descansaba su amigo. - Y lo siguiente que voy a hacer, en cuanto esto se calme, es ir a buscar a su mujer, Doris.  Miró hacía Tony con una media sonrisa de asentimiento.

- Y usted... doctor... ¿Si lo de ahí fuera no ha tenido nada que ver con lo de las noticias...? ¿Como lo ha llamado? ¿Pandemia?¿Puede explicarme que coño es? Roy se fue acercando poco a poco al médico, con el entrecejo fruncido, e invadiendo su espacio vital. Cuando la distancia que los separaba, no era mayor de una yarda, Roy se fijó en la niña que agarraba a la camisa de su padre. - Joder Roy, la niña, por eso no te deja ver a Mary. El hombre endulzó un poco la expresión de su rostro. Miró a la niña, y dibujó una pequeña sonrisa, intentando reconfortar a la pequeña. - Mary tiene la misma edad. Retrocedió unos pasos, y volvió a acercarse a Tony.

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31/08/2010, 11:17
Caroline Aspent

Mientras corría hacia el coche se encontró con que no era la única con la misma idea. Empezó a chocar con más y más gente que no paraban de frenarle. Una señora chocó contra ella y la tiró al suelo. Ahogó un grito y cuando se levantó se giró para gritarle.
-¡Oiga! - pero la señora ya había desaparecido- ¡Ni siquiera pide perdón! ¡La muy zorra!- exclamó frustrada. La verdad es que ahora que se daba cuenta de todo el tumulto que se había formado empezaba a asustarse. Eso no se acercaba a la normalidad ni en una guerra. De repente aparecen más soldados y al fondo se intuye una masa de gente que se acerca al parque. ¿La gente se está rebelando contra el ejército? Pero los soldados parecen realmente...acojonados! Cuando se da cuenta de esto último, se asusta aun más, nota un latigazo en su columna que le impulsa a correr por su vida. Todo el mundo ha tomado la misma decisión y de un momento a otro se encuentra huyendo de no sabe qué por un callejón con un grupo de gente. Un hombre mayor les guía hacia un almacén y antes de que le dé tiempo a pensar están encerrados allí.

Observa al grupo, callada, sin saber qué decir. Normalmente no es habladora y ahora no parece el mejor momento para cambiar su manera de ser. Pero el que dice ser doctor empieza a hablar de una pandemia y por las caras del resto se da cuenta de que esto es realmente serio. La gente se empieza a presentar y de alguna manera le motivan a hacer lo mismo.

- Yo soy Caroline - saludó con su acento canadiense. Reflexionó un momento y aprovechó los segundos de silencio para preguntar - ¿Alguien sabe qué tipo de enfermedad es? Es un poco raro... Si fuera la peste o algo asi... Quiero decir, si están enfermos, ¿qué hacen todos viniendo en masa hacia aquí? ¿No se encuentran mal? ¿Y cómo se han puesto de acuerdo tantos?- cuando habló el joven que parecía policia lo único que hizo fue crearle más preguntas - ¿Y dónde vamos cuando salgamos de aquí? Deberíamos buscar una ventana en este sitio, para ver cómo está el asunto.

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31/08/2010, 11:40
James Rivers

Eh, tranquilo grandullon. No tengo ni puta idea de que coño esta ocurriendo pero toda europa se ha ido apagando, ciudad por ciudad.  Asi que será mejor que mantengamos la calma-le contesto el policia cuando Roy se puso delante de él. 

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31/08/2010, 11:44
Tony Wormstock

Vosotros decid lo que os de la gana, me da igual que vengan millones de manifestantes o locos enfermos de tifus, no pienso dejar a mi mujer ahi a fuera con toda esa panda de tarados-dijo sobresaltado el hombre mientras jadeaba debido a la falta de aire. 

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31/08/2010, 15:51
William Hyde

- Yo tampoco tengo cartas ... Jack - le contestó seriamente - y creame, ahora mismo no son lo más importante - añadió con un tono aún más serio. William intentó relajarse un poco tomando aire y sentandose al lado de su hija, al rato escuchó las palabras de un hombre al cual se le veia muy preocupado, sobresaltandose al ver que tenía un arma e incorporandose de nuevo en pie - Bueno, creo que lleva la razón tenemos que tranquilizarnos ... todos, será lo mejor - explicó al chico armado - Por cierto, ... ¿como ha dicho que se llama?, creo que ... bueno ... no sé su nombre - le preguntó pausada y patosamente al joven con una expresión amistosa un poco forzada - Y bue... - sus palabras fueron cortadas por el robusto hombre, el cual se presentó como Roy - Será mejor que hable el primero ... desde luego no me gustaría llevarme mal con él - William escuchó atentamente la conversación de Roy con el joven armado, temiendo que a uno de los dos le diera un ataque violento y todo acabara mal - ¡ Bu ... bueno, tranquilicense ! - exclamo en medio de la sala, consiguiendo que Roy descargara ahora su batería de preguntas sobre él, acercandose lentamente - Eh ... tranquilo, le contestaré con gusto - dijo mientras retrocedía un poco al ver como Roy se le acercaba - digamos que todo lo que dije antes son suposiciones mías, no sé nada aún a ciencia cierta, pero bueno digamos que la enfermedad habrá venido de alguna parte ... - explicó, haciendo una pausa en un instante y asiendose la barbilla - ... así que ... podría ser que las noticias estén relacionadas con lo que pensé y que nuetsros soldados al ser enviados fuera del País se contagiasen por esa extraña enfermedad, que ha resultado ser una Pandemia - añadió, observando la cara de desconcierto de Roy sobre la palabra "Pandemia", que como su rostro indicaba, al final acabo preguntando por que era una "Pandemia" - ... pues bueno una Pandemia es una enfermedad infecciosa que acaba afectando a una gran extensión de la población mundial - aclaró con un poco de regodeo de sus conocimientos, cuando vió que Roy se alejo de él soltó un resoplido - Dios mío, de cerca parece aún más grande - pensó y se quedo en silencio escuchando el jaleo del resto y sentandose de nuevo junto a su hija.