Partida Rol por web

Yo estoy francamente desconcertado. Si me cuesta entender dónde estamos y cómo hemos llegado a parar aquí, más aún me asombra el encontrarnos otros seres humanos.

- Antes de dejarnos ver estoy con usted, Henry - digo susurrando - Vamos a ver cómo se comportan y si es prudente el mostrarse -

Me escondo junto a Henry y desde allí intento ver qué es lo que hacen los recién llegados.

Tras amarrar el navío, los seis hombres que parecen formar la tripulación hacen una hoguera cerca del muelle y se sientan a cocinar algo que huele delicioso, carne sin duda, y a beber de unos pellejos. En ese momento os dais cuenta de que hace mucho tiempo que no coméis y que no bebéis, y estáis sedientos y hambrientos de una manera que no habíais advertido hasta ahora.

Intento ver desde aquí se llevan armas. Tanto armas de fuego como armas blancas. 

Antes de tomar una decisión prefiere estudiar con más detalle a los navegantes, fijándose en su ropa, su equipo, cómo se comportan, qué dicen (si es que reconoce su idioma)... Principalmente para determinar si parecen gente agresiva.

Lake observa a los hombres durante un buen rato y con efectividad advierte varias cosas. En primer lugar los hombres están vestidos de una forma extraña, como al estilo persa medieval, con sedas y terciopelo, y en la cabeza tienen un turbante. También llama la atención las piernas cortas de los tipos, así como sus caras, que tienen algo raro, aunque no sabría decir qué a esta distancia y con tanta oscuridad. Lo que sí tiene claro Lake es que van armados, pues las empuñaduras de cuchillos o espadas cortas aparecen sobre sus cintos de seda.

Los seis comen alrededor de la hoguera, y no dicen nada, por lo que escucháis el más absoluto silencio.

-No sé qué pensar de esta gente- le susurra a su compañero, -pero tampoco tenemos muchas elecciones. ¿Usted que opina?

Pasa una hora y no hay señal de tus compañeros, ni se escucha nada, aparte del rumor del agua lejano. Empiezas a caminar hacia el otro lado, y vas por un pasadizo largo y sinuoso hasta llegar a una cámara llena de columnas de otro extraño material vítreo, que refracta y refleja cualquier tipo de luz que incida sobre él, produciendose efectos caleidoscopicos. Las columnas tilila n con una luz extraña, y... de pronto, la luz coalesce en la vision de una siniestra galera negra, que navega sobre un oceano vitreo con una luna extralñamente desfigurada presidiendo la escena.

La vision te deja bastante intranquilo, sobre todo asociando la galera de negras velas, y el rumor de agua que escuchabas antes, y a donde fueron tus compañeros...

Después de pensarlo durante un momento, comento en voz baja.

- La verdad es que no sé qué hacer; evidentemente van armados, aunque con armas blancas. Si son hostiles tendríamos un grave problema encima.  Por otro lado, tampoco sé qué mejores opciones tenemos para salir de esta cueva que intentar hacernos entender  -

Contínuo hablando - Lo mejor sin duda es que se aproxime alguno de nosotros para descubrir sus intenciones. Sería muy arriesgado que nos acerquemos todos a la vez. Los demás podemos estar a media distancia para intentar ayudar en caso de que tengamos alguna oportunidad. -

Miro a mis compañeros y sonrío, con cierta ironía - ¿Algún voluntario?

-Iré yo -se ofrece Vincent-. Yo, yo iré.

Miro a Vincent y, con sinceridad, digo - Admiro su arrojo y valor, Vincent. Lo admiro -  luego miro a los demás y explico lo que sería mi plan -

Yo creo que deberíamos acercarnos todos cuanto podamos a la hoguera, pero sin arriesgarnos a que nos vean. A partir de ahí Vincent se asomará y se dejará ver por el grupo, avanzando despacio y con algún gesto amigable.

Descarto que podamos comunicarnos con ellos, porque no parecen precisamente ingleses ni americanos, pero aun así deberíamos intentarlo. Inglés, francés, alemán, árabe... lo que sepamos nos servirá para intentar entablar el primer contacto - paro un momento y pregunto - ¿Alguna idea al respecto? - antes de recibir respuesta sigo con mi explicación.

En el momento que se aproxime Vincent, nosotros estaremos alerta a la reacción de los navegantes. Si se muestran hostiles y se aproximan a él con gestos agresivos, lo más que podemos hacer es arrojarles piedras y restos de estos edificios y huir hacia la cueva. 

Si por el contrario, se muestran amigables, ofrecen comida y no intentan nada extraño, sugiero que, cuando Vincent estime, nos haga gestos para que nos aproximemos.

Vincent hace un gesto inequívoco de aceptación del plan, y os ponéis en movimiento. Avanzáis metros hacia la posición de los marinos, y cuando estáis escondidos tras una ruina, Vincent se separa y se dirige en solitario hacia ellos. Los tipos reaccionan sin ningún tipo de violencia, ni siquiera extrañeza, y veis como Vincent dialoga con ellos, parece que se entienden y uno de los hombres ofrece a Vincent algo de comida. Desde vuestra posición veis como Vincent se sienta, desnudo él, entre los marineros y come de su comida, mientras charla con ellos. A los pocos segundos se levanta, dice algo a sus nuevos amigos y os llama levantando la mano.

Vaya, quién lo esperaría, gente amigable en este lugar.

Vaya, ¿un golpe de suerte por fin? Aunque no se fia del todo, tampoco le quedan muchas alternativas. Se levanta en su escondite, dejándose ver, y se acerca alzando la mano en un gesto universal de saludo.

-Hola. ¿Hablan nuestro idioma?

-Sí, hablamos tu idoma. Venid, sentaos con nosotros y comed algo.

Dice uno de ellos con un extraño acento. Al acercaros veis que los tipos tienen la boca muy ancha, los pies muy cortos y dos curiosas protuberancias en el turbante, a la altura de la frente.

-Qué hacéis en esta playa, ¿amigos?

Os dice otro tendiendoos un trozo de carne asada y un pellejo para beber.

Toma primero el pellejo y le da un tiento prudente. Pero, salvo que su sabor sea extraño, acabará bebiendo hasta saciarse. Lo mismo hará con la comida, después de todo es la misma de la que comen los marineros, no hay motivo para sospechar que esté en mal estado.

-Bueno, verán -dice mascando un pedazo de carne -supongo que nos hemos perdido en esta especie de cuevas... Formábamos una expedición arqueológica. ¿De dónde vienen ustedes? Un barco en estas aguas subterráneas es lo último que hubiera esperado ver.