Partida Rol por web

Recordarte que dormir si habíamos dormido...hasta que nos despertamos en el sitio ese raro...bueno, vale inconscientes estabamos, pero vamos que no es como para decir que no he dormido...y también recordarte(por si querias decir más cansancio acumulado) que descansé durante una hora en la intersección de las cuevas.

la constitución era sin modificador negativo, por eso la he repetido , pero coge la que quieras

Recorres otro trecho de la cueva, y giras hacia el pasillo donde se encuentra el suelo resbaladizo, corres y corres pero te sientes muy cansado, tu corazón está a punto de explotar de tanto bombeo. Aún así mantienes la distancia, e incluso la aumentas un poco.

Tooooomaaaa no me mueroooooo, al menos de cansancio...¬¬

Los tipos te recortan un buen trecho, pero todavía tienes algo de ventaja, la justa para llegar al pasadizo resbaladizo, donde te lanzas en plancha y la inercia te lleva al otro lado.

¡ESTAS a SALVO!!! vivaa!!!!

Una vez en el otro lado los tipos parecen reacios a saltar tras de ti, y desde la lejanía te dicen:

-Imbécil, jamás podrás salir de aquí si no es con nosotros, morirás sin agua ni comida, así que púdrete aquí, y cuando estés a punto de morir recuerda que pudiste venir con nosotros, así tu sufrimiento será aún mayor, por idiota.

Y tras eso se dan la vuelta y comienzan a alejarse.

esperare un tiempo prudencial,mientras descanso y me lamo las heridas. luego volveré a cruzar la zona resbaladiza e iré a donde estaba el rio,lago,lo que fuera donde estaba el barco de los tios esos

Los tipos se van y te dejan solo, solo, solo. Cuando te das cuenta estás solo en unas cavernas, cuya única salida es ese extraño mar, y para navegar necesitas un barco, el mismo que has dejado marchar. Ahora estás sin salida, sin agua, sin comida, sin ropa, y pronto... sin vida.

Os despertáis los tres (el doctor Franklyn no está con vosotros) en una habitación de un barco, con la madera muy desvencijada, muy pequeña y muy oscura. Estáis encadenados al suelo, y con vosotros hay una figura humana debil y sucia acurrucada en un rincon. Al cabo de un rato el hombre despierta, y podeis ver que se trata de una perona normal. pero evidentemente enferma. Os saluda amigablemente utilizando un ingles con acento culto, y se presenta como Andrew Trellaine.

Es un nombre de unos treintaytantos años, vestido con un manto haramiento de una tela aceitosa tejida en diseño triangular.

-Hola compañeros.

- Hola, caballero - No puedo sino sorprenderme otra vez de seguir encontrando personas que hablen inglés en este rincón del mundo... o de donde sea.

- Permítame que me presente. Mi nombre es Leonard Lake. Estos son mis compañeros Vincent Strange y el Herry Smith Jr. - digo refiriéndome a ellos - Creo que puedo decir en nombre de todos que no sabemos en qué tipo de pesadilla nos hemos despertado. -

Me despierto gimiendo y llevándome la mano a la frente. Parpadeo varias veces hasta que mi visión se aclara. Lanzo una mirada a mi alrededor, aquí están mis dos compañeros y un desconocido. Al intentar moverme reparo en las cadenas y lanzo una maldición.

-¡Malditos bastardos! -tiro de la cadena un par de veces para probar su fuerza y luego me dirijo al desconocido-. ¿Sabe dónde estamos?

Voy hasta la orilla y meto el pie en el agua. Miro a mi alrededor si hay algo que pudiera usar como balsa o como algo que flote a lo que agarrarme. Y por supuesto algo que sirva para comer(sea planta, animal o cualquier cosa que repte por el suelo, que las lombrices tienen muchas proteinas)

no encuentras nada a lo que agarrarte, ni nada que comer. Vas a morir amigo.

-Oh, encantado, mi nombre es Andrew Trellaine, y estoy en la misma pesadilla que ustedes. Fui tan bobo como para adquirir un pasaje en este barco en el puerto de Dylath-Lee, pensando que me llevaría a Celephais, en el valle de Ooth-Nargai, y miren como me encuentro. En fin.

Que donde estamos... pues en el Mar del Sur, y sin duda Thalarion está por allí -dice señalando a una portilla cerrada.

Frunzo el ceño con una extrañeza cada vez mayor a medida que el hombre habla.

-Pero qué está diciendo ¿Taralion? ¿Dilatli? Jamás había oído hablar de esos lugares. A nosotros nos secuestraron en... La verdad, no estoy muy seguro. Eran unas cavernas bajo una antigua ciudad maya en medio de la selva. Dios, parece que han pasado mil años desde entonces... Espero que nuestros compañeros hayan corrido mejor suerte...

El hombre parece algo  confuso ante vuestras respuestas y os mira con curiosidad. Os pregunta que de dónde venís, y cuando le contáis que sois americanos y que habéis llegado hasta aquí a través de unas cuevas bajo una ciudad maya perdida en Belize murmulla para sí asombrado.

-Cielos, esto es inaudito. Yo también pertenezco al mundo material, pero ahora... ahora están ustedes en las tierras del Sueño y aquí solo se puede llegar mediante un viaje espiritual. Mi cuerpo físico permanece en Londres, dormido.

El tipo parece sopesar lo ocurrido y continúa.

-El paso de seres materiales a las tierras del Sueño es muy poco usual -dice para apagar la voz y quedarse pensativo unos minutos-. Ahora que lo pienso... he oído que el hechicero Haon-Dor prepara algún horrendo designio, sospecho que la presencia de ustedes tiene algo que ver.

-¿¡Tierras del Sueño!? -replico con un tinte de impaciencia en la voz-. A mi esto no me parece ningún sueño, si acaso una maldita pesadilla-. Intento levantarme, movido por la frustración, para reparar de nuevo en las cadenas que me retienen-. ¿Ve? -exclamo tirando de las cadenas para hacerlas tintinear-. Esto no es ningún sueño, son bien reales, y lo que tenemos que hacer es pensar en cómo quitárnoslas.

Echo una mirada a todo el camarote buscando cualquier cosa con la que forzar o romper las cadenas, tal vez algo con lo que hacer palanca.

Compartiendo la extrañeza de Henry, añado - ¿Del sueño dice? ¿Dormido en Londres? Si yo fuera usted estaría despertándome más que seguir encerrado en esta bodega. -

Tras una breve reflexión, continúo - ¿Y qué sabe usted de estos marineros? ¿Quién es ese Haon-Dor? ¿Cómo parece conocer usted tanto de todo esto?

El hombre sonríe con cierta condescendencia cuando oye lo de despertarse:

-Ay, si fuera tan fácil. Ciertamente es de lo más desconcertante que estén ustedes aquí, y que no tengan conocimiento alguno... quizás tengamos tiempo para ponerles al corriente, aunque comenzaré por hablarles de...

En este momento su voz se apaga, y veis como se abre la puerta y aparecen tres de esos marinos que habíais visto antes. Los tipos os mantienen a raya a punta de cuchillo mientras liberan a Trellaina, y luego se lo llevan a rastras mientras él grita asustado.

-¡¡Nooo nooo!! -para luego gritaros algo dirigido a vostros-. ¡¡Cuidado con lo que puede condenarnos a todos!!

Tras eso la puerta se cierra y os quedáis los dos solos, escuchando gritos de Trellaine tras las paredes, para luego oir... el silencio.

-Qué hacen. Déjenlo en paz, a dónde lo llevan. ¡Canallas! Dadme un arma y veremos si sois tan valientes, ¡cobardes!

Continúa desahogándose con una retahíla de insultos, pero cuando se acallan los gritos de Trellaine él también enmudece. Traga saliva con aprensión y en sus ojos se percibe mirada desquiciada del animal que se sabe camino del matadero.

-Hay que salir de aquí, demonios, ¡hay que salir de aquí!

Vuelve a tirar de las cadenas de un modo salvaje e irreflexivo. No soporta sentirse atrapado.

La situación se ha puesto bastante más tensa.

Miro a mi alrededor en busca de objetos que pueda alcanzar y compruebo la resistencia de las cadenas y de la madera.