Partida Rol por web

M.A.C.U.S.A.

Prólogo: New York, New York

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01/09/2019, 19:05
Enma Selwyn

Residencia Selwyn, Greenwich Village (Manhattan, New York)

Martes, 15 de diciembre de 1925 al anochecer

Cualquiera podría pensar que aquel martes frío de diciembre podría haber sido uno de tantos en la Gran Manzana y en la habitual rutina de la joven Diana Selwyn, trabajando hasta las tantas en su criadero de Criaturas mágicas, dentro del subdepartamento de la División de Bestias del MACUSA, y no se habría equivocado. La diferencia radicaba en que aquel día, la magizoóloga estaba ansiosa por llegar a su casa, un acogedor apartamento en el barrio de Greenwich Village, a solo unos minutos del edificio Woolworth, sede del MACUSA. ¿La razón de qué constantemente mirase la hora y se impacientase por momentos? Era obvia. Después de varios meses que se habían convertido en una eternidad, iba a poder ver a su hija Emma una vez llegase a su casa, lo cual era digno de celebrar. La pequeña adolescente regresaba del Colegio de Magia y Hechicería de Ilvermorny, y tendrían muchísimo que compartir las dos para ponerse al día, pero como siempre solía ocurrir en estos casos, el trabajo se alargaba más de la cuenta cuando se quería llegar más pronto que nunca, lo cual no ya era ninguna novedad, y tras mirar una vez más el reloj de bolsillo, Diana pudo comprobar que iba a llegar más de media hora tarde de lo acordado. Vaya despropósito.

A toda prisa cruzó la calle una vez hubo terminado su labor y salió al exterior, intentando apresurarse para llegar lo antes posible a su hogar, donde ya aguardaría la joven estudiante. ¿Qué iba a pensar ésta de su madre, haciéndola esperar el primer día que regresaba a Manhattan tras haber finalizado sus clases, después de tan larga estadía? Eran las nueve y media pasadas cuando la madre cruzó el umbral de la puerta, entre jadeos y con la respiración entrecortada, pudiendo quizá haber batido un nuevo récord.

- Llegas tarde, mamá. ¿Lo sabías? - le comunicó inmediatamente Emma a su madre en cuanto ésta accedió al salón, visiblemente contrariada por hacerla esperar, torciendo los labios. Sin embargo, el rostro adusto de la adolescente se fue transformando en una sonrisa cálida y sincera, y no tardó en ir corriendo a abrazar a su madre y echarse a sus brazos, para expresarle con alegría. ¡Es broma, tonti! No pasa nada, jaja. ¡Me alegro muchísimo de verte! ¿Cómo estás? ¡Uff, no sabes las ganas que tenía de darte un abrazo! ¡Cuánto tiempo! Apuesto a que aún no has cenado nada, ¿Me equivoco? Me he tomado la licencia de preparar un poco de pasta para que cenáramos las dos, spaghetti a la carbonara, espero que no te importe... - La muchacha hablaba atropelladamente y casi parecía que podría morir si no tomaba aliento. Estaba tan contenta que no podía dejar de hablar y apenas había dejado hablar a su madre desde que se viesen. ¡Ya respiro! Vayamos paso a paso, jaja. ¿Tienes hambre?

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01/09/2019, 20:26
Jon Selwyn

"El Barón tuerto",  Greenwich Village, (Manhattan, New York)

Martes, 15 de diciembre de 1925 al anochecer

Si había un lugar verdaderamente apacible y tranquilo en el mundo mágico, donde poder sentarse uno a leer el periódico tomando un excelente café irlandés, jugar ajedrez mágico o meditar sosegadamente, evadiendo así los problemas del día a día, ese sitio era "El Barón tuerto" en Grove Street, Greenwich Village. Este acogedor lugar era muy poco conocido por magos y brujas, y los pocos que habían terminado descubriéndolo por azares del destino, solían mantener en secreto su ubicación para evitar así que aquel lugar de paz fuese mancillado. El dueño del local era un viejecito amable y simpático llamado Marcus Salieri, que en alguna ocasión había sido confundido con el internacionalmente conocido fabricante de varitas Ollivander por sus parecidos razonables, y que en aquel momento permanecía dormido plácidamente sobre un sillón de piel. Siendo las nueve y media de la noche, pocos serían los clientes que accederían al lugar antes del cierre, por lo que la adorable Ruby, su asistenta a media jornada, podría encargarse de atender las pocas comandas que le llegasen La joven aprovechaba aquel trabajo a tiempo parcial para ganarse un pequeño sueldo, mientras estudiaba tras el mostrador para optar a un buen trabajo como funcionaria en la administración del MACUSA.

Como solía ser habitual y una de sus tantas rutinas desde hacía un largo tiempo, Joshua Woodbridge accedió a la cafetería de regreso a su casa, haciendo sonar la campana de la puerta de entrada, aunque no por ello Marcus despertó. Woodbridge tenía por costumbre desviarse hasta allí, comprar un ejemplar del periodico "The New York Ghost", saludar con educación y afecto al dueño por quién empezaba a tenerle en alta estima, eso sí coincidía en aquellos días que permanecía despierto, en ocasiones tomarse un café, y finalmente regresar a su hogar para descansar, tras sus largas jornadas de trabajo en el laboratorio del Departamento de Catástrofes mágicas en el mundo mágico, donde siempre había algo que hacer.

Todo habría sucedido de igual forma de no ser porque aquel martes frío de diciembre se encontraba allí un nuevo rostro en el local. Un hombre de unos cincuenta y tantos, cabello largo canoso y barba poblada, con atuendo trajeado informal pero elegante, y una gabardina negra colgada sobre la percha, el cual permanecía sentado en una de las mesas del fondo, tomando un café irlandés y con mirada triste y melancólica fija en la ventana del local, mirando el bloque de apartamentos cercano. ¿Quién era ese sujeto que le resultaba tan familiar? ¿Esperaba encontrarse con alguien y por ello miraba al exterior? Al advertir su presencia, el hombre levantó la mano y realizó una seña para que se le acercase, mostrando una sonrisa. Claramente sus facciones le recordaron a Joshua que era alguien al que ya había visto alguna vez en el MACUSA, pero no acababa de hilar cabos.

- Buenas noches, caballero. Siento importunarle... - susurró el hombre tendiendo la mano con educación y ofreciendo tomar asiento frente a él, si así lo deseaba. Es usted Joshua Woodbridge, ¿Me equivoco? Jon Selwyn, un placer conocerle. Trabajo en el Departamento de Aurores del MACUSA como capitán y creo haberle visto con anterioridad, aunque nunca llegamos a intercambiar palabras... Si no me equivoco, usted trabajará a partir de mañana con mi hija, Diana Selwyn, ¿la conoce?

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01/09/2019, 22:23
Ambientación

Madison Square Garden III,  (Manhattan, New York)

Martes, 15 de diciembre de 1925 al anochecer

El día de la inauguración del nuevo estadio Madison Square Garden III, ubicado en la Octava Avenida, entre las calles 49 y 50,​ pese a ser una noche realmente fría y que invitaba a quedarse en casa, había atraído fuertemente a las masas para ver el partido de la National League of Hockey (NLH) entre el recién formado equipo local, los New York Americans, quiénes participaban ese año por primera vez en la competición, y un equipo hecho y derecho, con larga trayectoria pero que atravesaba un mal momento, como eran los Montreal Canadiens. Se esperaba un partido realmente igualado y trepidante, que rompería el empate a victorias entre ambos equipos que los situaba antes del encuentro en la sexta y séptima posición de la clasificación respectivamente, solo aventajados los neoyorquinos por la diferencia de puntos a favor y en contra, y además, se esperaba que se batiese el récord de asistentes al complejo hasta la fecha. Lo curioso era que el estadio ya llevaba todo el año en funcionamiento desde que las obras fuesen concluídas el 9 de enero de este mismo año, ofreciendo los partidos de la NHL, la NBA e incluso esa misma semana anterior, de boxeo, y sin embargo, la fecha de inauguración oficial se había establecido para esa misma noche.

Richard Montgomery, como agente encubierto, se le había asignado la misión en secreto desde hacía un par de semanas de realizar un seguimiento de las relaciones y acciones del supuestamente respetable miembro del Tammany Hall e influyente político, el señor James J. Hines, de quién se sospechaba en la agencia federal de investigación que podía estar corrupto, pero del que no había pruebas firmes para acusarle. Aquella noche iba a romperse la rutina del político, el cual iba a asistir al gran evento, y Montgomery hizo lo propio comprando las entradas anticipadas. Mientras que James Hines gozaba de una entrada en primera fila, al pie de pista, él había tenido que conformarse con una entrada lateral y algo más alejada, pero que supuestamente le conferiría una amplia visión del entorno, un buen encuadre de su objetivo, y de los altos funcionarios y celebridades que pudiesen sentarse a su alrededor. 

El partido iba a dar comienzo en breves y los jugadores de ambos equipos salieron al terreno de juego siendo presentados uno a uno entre vítores y aplausos, preparándose para iniciar el encuentro. Eran casi las diez menos cuarto. 

Notas de juego

Pues iniciamos! Post introductorio para que te hagas más o menos idea del contexto y expreses tus impresiones :p

Hazme una tirada advertir/notar a dificultad 15 

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02/09/2019, 01:26
Ambientación

Hotel Plaza Army, Midtown (Manhattan, New York)

Martes, 15 de diciembre de 1925 al anochecer

En medio del distrito teatral, en pleno corazón de Nueva York y asomado a Central Park, se alza imperial el Hotel Army Plaza desde que en 1907 esta obra maestra de la arquitectura de Henry J. Hardenbergh fuese inaugurada en la Grand Army Plaza. La noche era fría y amenazaba con tormenta en el exterior de un momento a otro, observándose en el firmamento como se iban formando unos densos nubarrones que oscurecían, si aún cabe más, el oscuro firmamento, si se miraba a través de las enormes ventanas. No obstante, en el interior del hotel el ambiente era cálido y acogedor, prácticamente idílico, donde muchísimos comensales, tanto nomaj como del mundo mágico, disfrutaban del exquisito servicio que se les ofrecía, degustando magníficos manjares en el restaurante francés de la planta baja, una vez atravesado el hall principal, y de la suave y dulce melodía que interpretaba la afamada Orquesta J.J.Nolan's. Como todos los años, se celebraba un evento social con fines benéficos, en el que tras la gran cena, la gente podría disfrutar de baile de salón, y dónde el mismísimo senador Jimmy John Walker, del partido demócrata liberal y candidato vencedor de las primarias para la alcaldía de Nueva York, daría un breve discurso de agradecimiento por el apoyo recibido en las elecciones. Si se cumplían las previsiones y todo iba bien, para el año venidero sería el más que probable vencedor frente al otro férreo candidato, John Francis Hylan.

En una mesa apartada, ajenos a las conversaciones de los demás, una pareja hablaba distendidamente y con cierta complicidad, dando la sensación de que había sido un reencuentro inesperado tras largos años, y que tenían mucho de lo que hablar y compartir. Un maitrê les leyó la carta en su caracteristico acento francés, mientras que un sommelier les ofreció de las pocas posibilidades de las que disponían para tomar alguna bebida que no superase la graduación estipulada, dada la Ley Volstead imperante. En otra de las mesas, muy cerca de la pareja anterior, un hombre con un traje elegante a tres piezas, leía un periódico mientras tomaba una bebida caliente, probablemente un café por el grato aroma que desprendía.

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02/09/2019, 03:03
Edward A. Limus

Edward Limus y Alma Rhydderch conversaban animadamente, una conversación que parecía venir desde antes de que accediesen al restaurante del Hotel y se dispusieran a pedir algo para cenar. 

- De todas formas, me alegra verte y saber que estás bien. No sabía que serías el auror que vendría y al que me asignarían poner al día. ¿Qué es de tu vida? ¿Has viajado mucho? - preguntó el caballero interesado por la recién llegada, aunque aún con ciertas dudas pese a haber firmado una tregua para no hacer incisión en el pasado. A Edward aún le dolía recordar  la forma abrupta con la que habían roto su relación, y esperaba una explicación por parte de la joven, que como siempre lucía realmente atractiva, con un vestido hermoso que delineaba sus bellas curvas, y un abrigo negro colgado de la percha más cercana. 

Entonces, en plena conversación, Alma se percató de quién era el tipo que leía el periódico de una mesa cercana a la de ellos, cuando éste tomó de su café y se lo llevó a los labios. Exactamente, se trataba del hombre que sería su nuevo compañero de escuadrón a partir de mañana, Jhonatan Riley, y con quién tenía o había tenido algún tipo de relación aún por determinar. ¿Qué pensaría si le veía con otro hombre? Aún no había sido vista, por lo que en sus manos estaba actuar como considerase.

Notas de juego

Seguimos desde donde lo dejamos en nuestro rol. Estás con tu ex, en el restaurante del hotel, preparados para pedir. Jhonatan está en una mesa cercana pero todavía no se ha percatado de vuestra presencia, por lo que eres libre de hacer lo que quieras.

Si vas a levantarte y salir hacia los baños o del mismo hotel, sería Sigilo CD15

Si quieres observar al resto de personas para ver si distingues a alguien o captas alguna conversación interesante sería advertir/notar a CD15

Si quieres cualquiera otro tipo de interacción, no dudes en preguntar, y de ser necesario, te indico dificultad.

 

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02/09/2019, 03:46
Ambientación

Te había apetecido salir a cenar y tomar algo, aunque fuese solo, para olvidar aquel penoso y lamentable dia, después de la larga jornada de trabajo que se había hecho eterna, rellenando más y más papeleo administrativo interminable, y sin que te asignaran un trabajo que mereciese la pena, acorde a tus enormes capacidades de espionaje e interrogación. ¿Cuándo volvería a tener una misión que valiese la pena? Lo único novedoso y reseñable del día, fue la orden dada desde el alto mando para que se formase un nuevo escuadrón de aurores, del que que formarias parte, y que quizá cambiase un poco para bien, la situación actual.

Al leer los nombres de los integrates en la oficina, recordaste que a la mayoría los conocías de vista al trabajar en el MACUSA, aunque no tenías ningún tipo de relación destacable con ninguno de ellos. La única salvedad era la atractiva joven Alma Rhydderch, con la cual habias tendió alguna especie de relación sentimental que no eras capaz de definir con exactitud. Estaba claro que la mujer te atraía mucho, y pensando en ello estabas, absorto frente al periódico, cuando reparaste en la pareja que hablaba cerca de tu posición. ¿Puede que aquella joven fuese Alma, después de haber permanecido largo tiempo en el extranjero? ¿Quién era el hombre que le acompañaba y que su rostro te resultaba tan familiar?

 

Notas de juego

Crees haber visto a Alma en una mesa cercana, pero no estás completamente seguro. Tampoco sabes si ella te ha visto, por lo que puedes actuar como quieras.

Para identificarles con exactitud a manos, sería una tirada de Advertir/Notar a dificultad 15. Con 18 captas fragmentos de su conversación sin necesidad de desplazsrte y con 20 escuchas la conversación al completo.

Si quieres acercarte a ellos sin que te detecten y espiarles, sigilo sin indicar dificultad, sería tirada enfrentada.

Cualquiera otro tipo de acción no dudes en preguntar en un post "solo para el director" y de ser necesario, te indico dificultades.

Posdata: Solo una acción por turno

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02/09/2019, 13:58
Richard Montgomery

Era el día de la inauguración del nuevo estadio, el Madison Square Garden. Montgomery se encontraba allí por motivos de trabajo, dado que no era especialmente aficionado a los deportes de los muggles. Debía realizar un seguimiento a James J. Hines, miembro del Tammany Hall y perteneciente al Partido Demócrata. Se sospechaba que era corrupto, aunque por ahora en la agencia no poseía pruebas con las cuales acusarle y llevar a cabo su detención. A priori, iba a ser una noche tranquila, sin magia y aparentemente sin riesgo, o al menos eso pensaba Montgomery.

Faltaba poco para el inicio del partido, y Montgomery quería tener bien vigilado a Hines, por lo que echó un vistazo a su alrededor mientras intentaba discernir si alguien se aproximaba al político para reunirse con este. Se había prometido a sí mismo no beber nada de alcohol durante la noche, por lo que se llevó una mano al bolsillo para empezar uno de sus cigarrillos, sin dejar de observar a Hines y posibles hombres que fueran a acercarse a él.

"Un vicio por otro" se dijo para sus adentros, mientras daba una larga calada a su cigarrillo y se mantenía atento a cualquier detalle a su alrededor.

- Tiradas (1)
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03/09/2019, 00:13
Joshua Woodbridge
Sólo para el director

Cada día, al finalizar la jornada, me dejaba caer por ese pequeño trocito de paraíso que había encontrado por azar muy cerca de casa, el Barón Tuerto. Uno de esos lugares con un encanto especial... donde solo se respiraba calma y tranquilidad, olor a papel de los cientos de libros antiquísimos que poblaban las estanterías... a café recién hecho... incluso tenían excelentes whiskys, algunos extremadamente raros y deliciosos de las Highlands escocesas... en definitiva... los ratos que pasaba allí eran auténticos paréntesis en la estresante vida de un auror.

Esa noche, la del 15 de diciembre del 25, me disponía a tomar un sorbo de un preciado elixir del condado de Donegal que ya me tenía preparado la señorita Ruby en la mesa que solía ocupar, donde además podría seguir consultando algún que otro tomo de la rara colección de "Historia de incidentes entre muggles y magos en los países del Báltico en el siglo XVII" cuando un tipo me llamó la atención... - era un rostro conocido... aunque no sabía delimitar los parámetros en los cuales me había cruzado con él... y eso era muy extraño... jamás olvido un rostro, mi memoria casi eidética se encargaba de ello... pero... ¿de qué podía conocer a ese tipo? - en todo eso pensaba mientras me aproximaba a él, no sin antes tomar de "mi mesa" el delicioso whiskey irlandés.

El sujeto, al cual llamaré sujeto Barón Tuerto uno, se presentó como Jon Selwyn tendiéndome la mano, la cual apreté firmemente... el misterio quedaba resuelto, al menos en parte, pues seguía sin explicarme como no lo había podido ubicar... sin duda sería experto en ese tipo de disfraces el sujeto Barón Tuerto uno.

Encantado, señor Selwyn, así es, a partir de mañana - dije, sin querer entrar en más detalles, pues era fundamental mantener una absoluta discreción en nuestros quehaceres.

Hemos sido presentados, salvo eso, no he tenido la oportunidad de conocer más en profundidad a la señorita Selwyn - contesté, con exquisita educación mientras tomaba asiento frente al sujeto Barón Tuerto uno y daba un sorbo a mi whiskey.

¿Qué puedo hacer por usted, señor Selwyn?

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03/09/2019, 01:58
Alma I. Rhydderch

Hubo un silencio entre ambos, Alma no era alguien que perdiera el tiempo con rodeos cuando debía ser ella, aunque ya había olvidado gran parte de ser “Alma” tras el año y medio de infiltrada en la mafia de New Orleans, en donde debió seguir y adentrarse en la oscuridad de aquel mundillo, pero ella estaba acostumbrada, antes de eso, había pasado dos años infiltrada en Alemania, siguiendo y rastreando lo movimientos del Partido Social Socialista, donde magos estaban inmiscuidos en una limpieza de sangre e incoando el germen de la pureza, más allá de simplemente judios y arios. 

Los ojos castaños de la mujer, que simplemente sonreían con cierta travesura, ocultando a la perfección sus cavilaciones, se posaron en su interlocutor el que por fin deponía las armas, tampoco es que fuera a aguantar mucho más al hombre y su rabieta, no tenía porque justificarse ni tener que dar explicaciones de lo hecho hacia tanto tiempo. Trabajo, en algún momento se lo dijo mientras cargaba su maleta en el taxi, ya en ese momento, Alma era un ser libre que estaba en busca de alguien, alguien al que aún no podía encontrar a pesar de su intensa búsqueda de años pero aún así los deseos de venganza no se aplacaban, el deseo de aniquilar al asesino de su hermano mayor era aún más grande que su propio sentido de supervivencia.

 — no puedo revelarte esa información — le dice mientras limpia con gracia sus labios rojos, dejando parte del rubor en la servilleta — es clasificado y si te lo contará, tendría que matarte — ahí, de nuevo, esos ojos traviesos o ladinos — pero debes saber que me divorcié, eso debe estar en mi ficha... ¿en serio no la viste? Has dejado de ser tan meticuloso — ladeó un poco su rostro, su cabello se movió sensualmente, cayendo un mechón sobre su frente — los años te han ablandado, Eddy — lo llamo de la misma manera en que lo llamaba cuando eran novios, en la academia de Aurores, fueron dos allá intensos que se terminaron abruptamente con la graduación de ambos. Alma sería enviada lejos y no quiso una relación a distancia, era sincera, Edward no lo hubiera soportado, y tarde o temprano, ella le hubiera sido infiel, su trabajo lo requería. Debía jugar a la perfección lo papeles que me asignaban y Alma no estaba dispuesta a soportar la recriminación de Edward cada vez en que se mirarán. Nunca fue por falta de amor, sino por exceso de él.

— y bueno... ¿tú te casaste? De seguro que sí, debes tener una linda familia — solo neutral, hasta quizás deseando esa bendición en la vida de su ex novio, aunque por dentro lamentara no ser aquella buena mujer, Alma no era una buena mujer. Sonrió, nada en ella le delataba, su frialdad encantadora había imposible detectar sus ideas o sentimientos. Ahí, ladeó su rostro y se dio cuenta que en la otra mesa estaba  Jonathan, la noche anterior habían cogido, ella estaba necesitada y él estaba dispuesto a jugar bajo sus reglas. Jonathan a pesar de tenerla en su cama, no estaba más cerca de su corazón que cualquier otra persona. Alma no dejaba de ser hermética.

- Tiradas (1)
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03/09/2019, 14:43
Jhonatan Riley
Sólo para el director

Mientras revisaba las noticias, me pareció distinguir el rostro de Alma, sin embargo, luego de dedicarle una mirada discreta, pude notar que se trataba de otra persona, por lo que volví a mi diario.

En verdad, la última semana había estado bastante lenta, tal vez debería replantearme eso de ser más amable con las personas, tal vez así tendría más posibilidades de ascender en el departamento de seguridad mágica.

Camarero, tráigame el especial del día por favor. - digo con serenidad mientras reviso el Heraldo de New York.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pifia en todas las de la ley

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03/09/2019, 16:27
Diana Selwyn

Por fin estaba en casa, por fin la estaba abrazando, su preciosa Enma, después de casi cuatro meses. Diana la rodeó con sus brazos y besó su cabeza mientras la adolescente parloteaba como una locuela.

-Perdóname cariño, te lo compensaré lo prometo. – Diana se separó un poco de Enma tomándola por los hombros y la observó analizando cada centímetro de su rostro, era tan hermosa y siempre irradiaba aquella luz… La mujer sonrió con dulzura y respondió a las atropelladas preguntas de su hija. Ella llegaba tarde y la niña hasta había cocinado para ambas, ¿podía ser más adorable? – Te eché mucho de menos ¿sabes? Umm spaghetti… veamos que tal está esa cena.

Diana tomó asiento en la mesa que ya estaba preparada para la cena y ambas comenzaron a comer.

-Vaya bichito, esta vez te superaste, creo recordar que alguien casi mete fuego a la casa la última vez que intentó cocinar algo… - bromeó mirando con los ojos entrecerrados a Enma que comenzó a reír, - un alivio comprobar que mejoraste en eso.

Las dos comieron y rieron, por fin Diana se sintió relajada después de tanto tiempo de preocupaciones, trabajo, problemas, estrés, estrés, estrés…, solo Enma la hacía desconectar y sentirse libre y a gusto, bueno, también Sullivan, aunque de otra forma claro está.

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04/09/2019, 15:58
Ambientación

El ruido fue ensordecedor en el momento en que el árbitro dio por iniciado el partido y el disco fue puesto en movimiento por el equipo local. Casi 16000 almas abarrotaban el Madison Square Garden, un lleno al completo, con ambas aficiones animando incesantes y gritando como locas a cada ocasión de su equipo. Durante los primeros minutos de la primera mitad, el dominio y control del partido fue apubullantemente claro para los New York Americans, pero pese a su fiereza inicial, no tuvieron ninguna ocasión manifiesta de gol, solo el control del disco, y con el paso del tiempo era el equipo visitante el que se iba creciendo y un "run run" de incertidumbre empezaba a masticarse en los locales. El manager y entrenador de los americans, Tommy Gorman, no dejaba de dar instrucciones, corregir posicionamientos y alentar a sus jugadores, que por momentos flaqueaban, y en menos de medio minuto habían cedido tres ocasiones de gol muy claras. Pintaban bastos.

Montgomery pudo observar como Hines había saludado afectuosamente con un apretón de manos y unas breves palabras al alcalde John Francis Hylan, quién ocupaba el centro de la primera fila al pie de pista, al fiscal del distrito Jess Smith, que estaba sentado al lado del primero, y en orden, hasta ocupar su asiento, continuó saludando a Tex Rickard, magnate promotor del estadio y artífice de su construcción ese mismo año, Bill Dwyer, quién había formado el nuevo equipo de los New York Americans, pagando íntegramente las fichas de los jugadores y mejorándolas cuantitativamente respecto al extinto equipo del que provenían, los Hamilton Tigers, y finalmente George Shevlin, dueño del importante astillero de Brooklyn, el Navy Yard. Nada reseñable o fuera de lo común pareció suceder en el intercambio de palabras cuando les saludó, pero si que resultó cuanto menos curioso el emotivo abrazo y las palabras al oído que Dwyer le susurró, con una sonrisa cómplice, cuando ambos quedaron frente a frente. Una vez se sentó en su asiento, a su derecha quedaba Vannie Higgins, un empresario y socio del señor Shevlin, y en la segunda fila, si no estabas equivocado en tus apreciaciones, estaban Frank Costello, Owney Madden y Arthur Flegenheimer, supuestamente tres de los más influyentes y poderosos empresarios, dueños de cadenas de hoteles, almacenes y muelles por todo New York, peces gordos. Probablemente, si tus fuentes no estaban equivocadas, en aquel pequeño espacio podían estar reunidos los tipos que controlaban toda la bahía de Brooklyn, y una extensa línea de costa de la Gran Manzana, más allá de Halem y el Bronx.

No fue hasta el minuto once que no se advirtieron cambios en el partido, estando todos los presentes prestando atención, animando o maldiciendo en las jugadas, fumando y tirando disimuladamente de sus petacas para beber del dudoso contenido. Pero entonces ocurrió, un robo del capitán de los Americans Billy Burch y posterior rápido pase, propició una gran contra en la que Shorty Green bañó el disco para limpiar la pista, lo condujo personalmente a través de las piernas de tres canadienses, se detuvo en seco, lo apartó de los tobillos de la última línea de defensa enemiga y de repente, lo deslizó hacia la portería desde el costado... un bonito disparo que el portero de los Montreal Canadiens no fue capaz de detener y que se coló en la portería. Uno a cero para el equipo local, resultado que no se vio modificado hasta el descanso, momento en que varios de los presentes, incluído James. J. Hines, aprovecharon para ir hacia los baños y a comprar bebidas en la cafetería.

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04/09/2019, 17:31
Billy Bagley

Si Hines se movilizaba, era importante hacer lo propio, pero la distancia a recorrer por parte de Montgomery era superior a la del político, y el acinamiento como sardinas en una lata no hacía nada fácil la maniobra, menos aún perderle de vista entre la multitud, al no ser el tipo de gran envergadura, si no más bien lo contrario. Para colmo, un mozalbete se acercó a tu posición vendiendo y tiró de tu gabardina, requeriendo tu atención.

- Oiga señor, disculpe... - te dijo el pequeño, que no tendría más de doce añitos. ¿Quiere que le traiga alguna bebida, aperitivo, el periódico...? Dos peniques por el servicio, por favor.

Tenía toda la pinta de ser un huérfano  que  probablemente habría colado para ver el partido y ganarse unas perras llevando bebidas, aperitivos y demás, a la gente que permanecía en sus asientos. 

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04/09/2019, 22:02
Jon Selwyn

Jon Selwyn parecía analizar todos y cada uno de los gestos y acciones de Joshua Woodbridge, como evaduándole y tratando de cerciorarse si debía confiar en él o no. Pocas eran las opciones que tenía, y si sus sospechas eran ciertas y algunos de los altos mandos del MACUSA estaban corruptos, debería confiar en quién creyese tenía la habilidad y conocimientos para llevar a cabo ciertas averiguaciones, y que a su vez pudiese brindarle protección a su hija, habiendo sido ya señalado por la mano negra.

Tras esperar a que se sentase y aguardar la pregunta que estaba esperando, Jon Selwyn fue directo al grano, tras dar un trago a su café irlandés.

- Entiendo. Creí que quizá ya se conocerían de antes, pero dadas las circunstancias, mejor depositar mi confianza en usted... - inició su explicación bastante más serio, mientras tomaba una especie de portafolio de dentro de su maleta y lo colocaba sobre la mesa, frente a ambos. El local estaba prácticamente vacío, y las pocas personas que habían estaban alejadas y ya las había investigado anteriormente, siendo clientes habituales del lugar. No tengo ningún derecho a pedirle lo que voy a decir pese a ser capitán del cuerpo de aurores, esto es un asunto de índole extraoficial, por lo que entenderé perfectamente que pueda darme una respuesta negativa y no le guardaré ningún rencor por ello. Voy a tratar de ser conciso y directo, estoy en problemas y preciso de ayuda, y se de buena mano que usted es de los mejores, si no el mejor, en cuanto a analizar huellas y rastros biológicos se trata... Entonces arrastró el portafolio hasta la posición de Woodbridge y le hizo un gesto para que lo abriese. En su interior había una especie de funda de plástico con una nota en su interior, en la que se veía dibujada una mano negra y escrita una amenaza de muerte dedicada al señor Selwyn y su familia, forzándole a dejar de realizar investigaciones e instándole a largarse del lugar si no quería perder la vida y la de sus seres queridos. Esta nota la recibí hace cuatro días, supuestamente la habían pasado por debajo de mi puerta y fue al llegar a casa que la recogí del suelo y la leí, pensando que sería algún panfleto propagandístico, quizá de los segundos salemers que suelen repartirlos por las calles y frente a edificios públicos. Mis huellas dactilares deben estar marcadas en este reborde inferior, pero nada más leerla, la deposité en  la funda y no la volví a tocar. Me gustaría pedirle que me hiciese el favor de analizar la hoja para ayudarme a encontrar al sujeto o sujetos que nos están amenazando a mi familia y a mí. Miró fijamente a los ojos del experto medimago y añadió. Supongo que se preguntará por qué no he reportado este asunto directamente a los altos mandos, y la razón de ello es que tengo mis razones para pensar que entre los altos mandos hay gente corrupta o infiltrados, que no dudarán en tomar medidas oportunas, obligándome a cesar en mi investigación y destruir las pruebas que he ido recopilando a lo largo de estos últimos meses... Temo que el frágil equilibrio y tregua que hemos logrado mantener entre las distintas facciones que controlan New York, está a punto de ser quebrado. Alguien quiere exponer el mundo mágico frente a los nomaj, creyendo estar en posesión de la verdad y tratando de inculcar sus ideales a sus seguidores "por el bien de todos". ¿Le suena de algo lo que digo? ¿Cree que podría ayudarme?

Habia hablado bastante y necesitaba una respuesta en firme antes de proseguir. Era consciente de que estaba exponiéndose mucho frente a casi un desconocido, pero por alguna razón, Jon Selwyn consideraba que si alguien podía echarle una mano, ese era el señor Woodbridge.

 

Notas de juego

Tirada a advertir/notar a dificultad 15 para analizar y obtener información relevante de la nota, si llegas a 20 encuentras una evidencia.

 

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04/09/2019, 23:20
Enma Selwyn

Emma había logrado cambiar el ánimo de su madre desde el momento en que había cruzado el umbral de la puerta, su alegría y dulzura manifiestas eran contagiosas. Después de un agotador día en la sede del MACUSA, por fin podía relajarse y disfrutar de la compañía de su hija, que además se había tomado la molestia de cocinar para ambas a la forma "tradicional", dado que no tenía su varita mágica. En EEUU solo los magos adultos podían usar libremente sus varitas, siempre que hubiesen hecho constar su existencia en el Oficina de permisos de varita, teniendo que acudir periódicamente cada tres meses a realizar una revisión. En cambio, a los jóvenes alumnos que no superaban los 17, era obligatorio dejar las varitas en el Colegio de Magia y Hechicería de Ilvermorny durante el periodo de vacaciones.

- Pues no, no he quemado la casa. Expresó sacando la lengua para después reír abiertamente Aquello fue un desafortunado accidente que no se volverá a repetir, aunque me hizo mucha gracia lo negras que se quedaron las paredes. ¿No le daban un aire más...como decir...siniestro y lúgubre a la casa? Jajaja. - recordar aquellas vivencias compartidas reforzaba la unión entre ambas, y Enma sonrió al ver que ponías la mesa con solo un movimiento leve de tu varita, haciendo que los platos, copas y cubiertos volasen hacia su lugar, las servilletas se desplegasen, y la comida que había preparado la adolescente se terminase de calentar. Jo, me encantaría poder enseñarte lo mucho que he aprendido este semestre, mami... Qué rollo que solo los adultos tengáis permitido tener la varita y usar la magia. ¿Sabes que aprendimos esta última semana en encantamientos? El hechizo Tergeo, para retirar liquidos, grasa o polvo... El profesor Sweeney levantó una polvareda primero y nos mojó con el hechizo aquamenti, dejándonos cubiertos de barro... Fue asqueroso, pero al menos logré retirar toda la mugre con el hechizo, salvo algún hueco en las orejas. Fue explicando divertida, como si estuviese viviendo aquel momento allí mismo. 

- Por cierto, hay algo que me da vergüenza contarte, pero que espero puedas ayudarme... - entontes se suso roja como un tomate y empezaron a atascársele las palabras. Era una pequeña adolescente tratando de comunicarle a su madre sus sentimientos por alguien, y nunca resultaba fácil. Conocí a un chico este año, y al principio nunca me hablaba y se mantenía distante, incluso me pregunté si le había hecho algo o le caía mal...no podía comprenderle, y las veces que me dirigí a él en clases fui amable, pero nunca hablaba y se iba rápidamente, como queriendo desapecer. La verdad es que pienso que me gusta, siento un hormigueo en el vientre cuando lo veo, pero el último día de clase Thomas vino hacia mí y me dijo que me quería y que quería salir conmigo, y yo... Bueno... Me sentí avergonzada y le dije que no. Un NO muy rotundo, y se fue casi llorando... Me sentí fatal, porque en verdad me gusta y... ¿Qué hago? Me siento estúpida, seguro que ahora me odia...

Enma se había sentido insegura, en shock por qué aquel chico que le atraía se lo hubiese pedido, pero sus palabras duras hacia él no reflejaron para nada lo que en verdad sentía, y esperaba que su madre supiese como aconsejarle.

 

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05/09/2019, 00:40
Ambientación

Desde tu posición no era fácil discernir si la que estaba sentada en la mesa del fondo con aquel apuesto caballero era Alma Rhydderch, pero fuese como fuese, tras aquella mirada fugaz decidiste hacer lo que tenías pensado, cenar con tranquilidad y comprobar de primera mano si en verdad en aquel ostentoso hotel servían la mejor comida francesa de la Gran Manzana. 

Hiciste llamar al camarero, que no tardó en acudir ante ti con presteza y anotar en su libreta la comanda solicitada, el menú especial del día. Mientras esperabas a que preparasen tu cena y te sirviesen, echaste una hojeada al periódico El Heraldo de New York, y pudiste comprobar varios datos de interés, uno de los cuales suponías estaría ligado a la formación del nuevo escuadrón de aurores y a la misión que sabías os encomendarían en el día de mañana. Desde que se estableciese la Ley seca hacia cinco años en el mundo Nomag, el auge de las mafias había sido exponencial, destapándose cada día nuevos casos de corrupción, contrabando y forzándose el cierre de numerosos locales que incumplían la décimo octava enmienda y suministraban de forma ilegal bebidas alcohólicas. Pero el problema que no se podía evitar es que por cada local clandestino que se cerraba, eran abiertos un decena en aquel mismo instante. Una situación imparable.

Eras consciente de que no solo de Nomag estaban conformadas las nuevas mafias, si no que también magos y brujas corruptos buscaban su oportunidad de enriquecerse, adquirir una alta posición social y poder, y acabar controlando a los nomag,... y aquello estaba empezando a convertirse en un verdadero problema que había que frenar de una forma u otra. Sin embargo, aquel periódico traía más curiosidades, justo en ese instante se estaba realizando la inauguración del nuevo estadio, el Madison Square Garden III, donde se jugaría un partido de la National League of Hockey, enfrentándose los New York Americans vs los Montreal Canadiens. ¿Sería interesante ver aquel acontecimiento que reuniría a casi 16000 personas? ¿No podría ser un sitio óptimo para atentar?

El gran hallazgo vino al final, cuando te percataste que el periódico era mágico, y que al agitar levemente la varita lograste hacer aparecer las imágenes y textos en movimiento del periódico "New York Ghost". La noticia no te sorprendió. ¿Dónde estaba Grindelwald? Llevaba varios meses desaparecido ,sin atentar y exponer al mundo mágico en Europa, como si se hubiese volatilizado,... pero curiosamente, la situación en EEUU empezaba a ser cada vez más límite. ¿Podría a caso estar relacionado?

- Monsieur, gracias por esperar... - te susurró uno de los camareros acercándose a tu posición y empezando a servirte la cena. Desde luego habían allí verdaderas delicatessen, desde "le foié de gras", pasando por un "Boeuf bourguignon", yendo a "le gratin dauplinois", para finalizar con unos "crepês salêes et sucrêes". Aquí tiene, esperamos que le guste...

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05/09/2019, 02:01
Edward A. Limus

Edward no pudo más que sonreír divertido ante las respuestas de Alma, desde luego sabía cómo flirtear con él, como en los viejos tiempos. Aquella faceta de la mujer siempre le había encantado, y en aquel instante, a pesar de haber pasado más de diez años desde entonces, seguía evocando en él aquellos sentimientos y sensaciones tan nostálgicas. Por supuesto que iba a seguirle en aquel juego tan interesante, que mezclaba la realidad con la broma. ¿A caso no era cierto que si revelase información confidencial, quizá probablemente tuviese que matarle?

- No creo que tuvieses valor para matarme, siempre fui tu mayor debilidad, y lo sabes... - bromeó divertido, no pudiendo apartar los ojos de sus deseables labios. Pero si, entiendo que hay preguntas que quizà es mejor evitar. Sólo sentí curiosidad por saber a qué lejanos continentes habrías viajado,... La siguiente frase volvió a hacerle sonreír, aunque esta vez disimuló vagamente. ¿Y quién no te asegura que no he repasado tu historial en el MACUSA una y otra vez? Que me haga el tonto y te pregunte que como te va, no significa que no te haya investigando con anterioridad y no sepa de ti, encanto... - En realidad lo hizo bastantes veces al inicio, pero con el pasar de los años en verdad aquello le causaba cierto dolor, así que una vez encontró pareja, dejó de hacerlo. El problema era que no terminaba de sentir ese feeling con ninguna mujer, y con el breve lapso de tiempo que llevaban desde que se habían visto, Alma había logrado en cierta medida hacerle desear a Edward pasar la noche juntos. ¿Qué posibilidades había? ¿Estaría dispuesta la joven o ya tendría sus planes? No podía saberlo, y la siguiente pregunta le pilló desprevenido...

- ¿Si me casé? En realidad no, pero tengo pareja desde hace casi un par de años... Aunque... Bueno, digamos que estamos en horas bajas y que las cosas no están del todo bien entre nosotros... Supongo que en parte es culpa mía, puede que trabaje demasiado... - aquello era un verdad como un templo, llevaban varias semanas discutiendo por nimiedades, terminaba durmiendo en el sofá del salón y de mala leche, para acabar yendo a la oficina temprano y olvidar así sus problemas. ¿Hasta cuándo podría sobrellevar la situación? ¿Puede que estuviese acabando el amor entre ellos y fuese el momento de dejarlo? Le dolía pensarlo, y por ello procuraba no pensar. En fin, estamos en una fiesta y no es momento para amargarse. ¿Ya tienes claro que pedir?

Mientras tanto, Jhonatan parecía no haber advertido la presencia de la pareja o era un excelente actor y disimulaba perfectamente. Había requerido la presencia del camarero, realizado su comanda, y se había puesto a leer el periòdico "El Heraldo de Nueva York", aunque a la joven Rhydderch no le pasó inadvertido que algunas imágenes de las páginas cobraban vida, haciéndole entender que en realidad estaba leyendo el "New York Ghost". Y al poco tiempo, empezaron a servirle el menú especial, con varios platos exquisitos que no tardaría en degustar.

Notas de juego

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05/09/2019, 14:30
Jhonatan Riley

Mientras disfruto de la comida, reflexiono sobre las noticias del Ghost, estaba seguro que mis superiores no me considerarían para esta nueva unidad especial, pues pese a mis calificaciones y desempeño en el campo, mi relación con los Jefes del departamento no era exactamente la mejor.

Sin embargo, cuando los demás interrogadores fallaban, a quien llamaban para hacer el trabajo era a mi, hasta hoy, nadie había logrado resistirse a "mis encantos" y es que, cuando alguien se sentaba en la "silla de sangre" era como si el infierno hubiera llegado a la tierra.

Si tan sólo dejaran alguno de sus seguidores en mis manos, yo lo haría cantar con suma facilidad, pero dudaba que eso pasara en un futuro cercano.

De pronto dejo escapar un ligero suspiro con cierto tinte de resignación.

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05/09/2019, 16:34
Diana Selwyn

-Fue cómico en realidad, - dijo recordando el incidente con el fuego, - llegué y estabas en la calle, gritando, “mami lo siento mami la casa”la imitó - y esos muggles vestidos de rojo, que uniforme más horrible por cierto, con esa escalera entrando a nuestro piso para apagar el incendio, tardaron taaanto… - recordó, los vecinos habían llamado a los bomberos y ella no pudo usar su magia, por lo que tuvo que esperar a que terminasen el trabajo, por suerte después pudo limpiar todo con un movimiento de su varita. Una anécdota más que contar.

Diana escuchó las vivencias de su hija en el colegio riendo con ella contenta de verla tan feliz e ilusionada, y nostálgica de sus propias aventuras en Ilvermorny, hacía ya tantos años…

Su sorpresa fue mayúscula cuando su hija comenzó a contarle lo que había ocurrido con aquel chico y Diana le sonrió con dulzura al ver el rubor de Enma en sus mejillas, a pesar de que, por un instante, sintió celos de que ese Thomas le robase a su niña, pero, ¿qué madre no desearía poder tener siempre a su hijita cerca? Y Enma ya era toda una mujercita, una joven preciosa, con 15 años, ¿cómo no iban a fijarse en ella los chicos de su edad?

Diana no pudo evitar recordar la vez en la que Mathew se le acercó por primera vez y como ella se mostró distante, avergonzada, y como le costaba poder hablar con él sin sonrojarse o el tiempo que tardaron en poder atreverse a darse su primer beso. Diana guardó silencio unos instantes mientras rememoraba aquellos momentos, cuanto se querían…. Y como habían llegado a aquello, que pena que él ahora se estuviese perdiendo todo aquello con su niña….

-Mi pequeña, creces tan rápido… - dijo apartándole un mechón de la carita sonrojada. – No tengas miedo, si él te gusta, díselo, está claro que tú también le gustas a él, explícale que te pusiste nerviosa, seguro que lo entenderá, no le des más vueltas porque te hará mal, disfruta de tus vacaciones y si no puedes esperar, ¿por qué no le envías una lechuza y le pides disculpas? Proponle hablar después de las vacaciones.

Diana cambió su cara a una expresión de fingida seriedad y continuó hablando.

-¿Y cómo es ese chico? ¿es estudioso? ¿amable? No será un gamberrete ni un ligón ¿verdad? Si te hace daño… dile que tu madre es auror… dile que…. - Diana paró de repente, notando que se estaba sobrepasando y se tapó la boca riendo, - lo siento cariño.

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05/09/2019, 21:12
Enma Selwyn

- Lo recuerdo como si hubiese ocurrido ayer mismo... - rió al recordad como los nomag trataban de apagar el fuego preocupados por qué nadie más estuviese en el edificio, lanzando chorros de agua desde una escalera enorme sin saber bien a donde apuntaban. Creo que la vecina del segundo dijo que eran bomberos ¡Bomberos! ¡Qué nombre más absurdo! ¿Por qué no los llaman "aquamentis" o "apagafuegos"? Además, para eso existen los del Departamento de Catástrofes mágicas, para arreglar este tipo de accidentes... ¿De veras tiene un oficio determinado para algo así? Son muy raritos los nomag...

Al hablar del tema que en verdad le preocupaba, Enma se sintió respaldada por su madre y no pudo evitar abrazarla con fuerza al escucharle hablar del tema.

- Si, eso haré. Ahora mismo le escribiré una carta y se la enviaré... ¿Sabes que mi amiga Myrcella Green me dijo que Thomas vive aquí en Manhattan, en la calle Lafayette, en Lower East Side? Me gustaría invitarle a venir o que me dejes visitarle. ¿Puedo, puedo, puedo? ¿Mañana por la tarde a la hora del té? - Te pidió con insistencia apoyando las palmas de las manos a modo de ruego y colocando unos ojitos suplicantes a los que eran difícil decir que no. Es un chico muy atractivo, estudioso, un poco serio pero que le da ese toque realmente interesante, misterioso y genial. Me encantan sus ojos y su sonrisa, y la elegancia que tiene cuando conjura los hechizos, como si fuese el mejor de la clase... Puede que lo sea, no sabría decirte... Y no es para nada ligón, de hecho suele ser bastante solitario y tímido, solo habla con su amigo Stefan en su tiempo libre, buscando su espacio en lo alto de la torre negra, creo que es su escondite secreto... Lo que me parece curioso pero que me atrae sobremanera es su tez tan pálida y brillante, con ese cabello negro azabache y sus ojos tan profundos...  Uff, es guapísimo, de verdad.

Enma estaba realmente enamorada y le encantaba absolutamente todo de Thomas. Probablemente si Diana le pidiese que lo dibujara en una hoja, sería capaz de plasmar hasta el último detalle de las veces y veces que se le había quedado mirando....

Justo en ese momento unos suaves golpes interrumpieron la conversación, y en la ventana, una nota aleteaba dando golpecitos en el cristal. Enma fue mucho más rápida y abriendo la ventana, atrapó al vuelo la nota y leyó solo el nombre de quién la enviaba.

- Mmm... ¿Quién es J. Sullivan? ¿Así os comunicáis en el trabajo?  Pensaba que las placas identificativas que tenéis vibraban y emitían una pequeña luz cuando se trataba de alguna emergencia... - pero sin darle mayor importancia, te tendió la carta y te miró fijamente, para terminar diciendo... ¡Aún no me has respondido! ¿Puedo invitar a Thomas o ir yo a su casa? ¡Porfiii!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues tiene que igualar o superar la tirada de persuasión de Emma lanzando Advertir/Notar a CD18. Si no la superas, tu hijita te convence, pero eres tú quien elegiría si Thomas viene a tu casa o si ella va hacia allí xDD