Partida Rol por web

Bajas de tu ático en Gran Vía y te encaminas con paso presto hacia la Plaza del Rey. El viento que sopla esta noche corta como el hielo. Lo deduces por las chaquetas del ganado, quienes van de acá para allá abrigados bajo plumas, pieles y todo tipo de materiales sintéticos con nombres difíciles de pronunciar. Son como un rebaño de corderos inocentes ajenos a todo lo que se oculta en las sombras de la noche. El frío... detalles como ese son ajenos a tu cuerpo insensible; sin vida, privado de cualquier fatiga, placer mundano o dolor. De hecho, es posible que tu vida, la de verdad, ni si quiera hubiera durado tanto tiempo como para haber sentido en tus carnes un viento como aquel. Con esos pensamientos y otros más, llegas a la Plaza del Rey...

...y los dos pardillos de turno no tardan en aparecer.

—Chaval, ¿te has perdido? —pregunta el. Es el típico Nacional con cara de chulo.

Su compañero, una mujer, se baja del vehículo —Pobrecillo, debe estar helado— dice mientras se dirige al maletero del coche patrulla. Vas a por una manta, ¿a que si?. —piensas conteniendo la risa.

Todos recibís un mensaje al grupo de Whatsapp de la Coterie:

Jack: Huellas hasta almacen abandonado.
Ubicación: [UBICACIÓN DE GOGGLE MAPS INSERTADA EN WHATSAPP]
Compuerta en el suelo. Pesada. De cojones. Candado roto.
Agujero apesta a humedad. Luz colgada de gancho.
Voy dentro.
Si en 1h no he dicho nada avisad a C y S y que saquen lo que quede de mi culo.

Pongo mi mejor cara de víctima apenada, pero en cuanto uno de los policías se me acerca aprovecho esa primera interacción en la que la otra esta buscando una manta en el maletero, para condicionar su mente con los poderes de mi sangre.

- No, pero eso no es importante por ahora. Tu prioridad es ir al almacén que se encuentra aquí y registrarlo en busca de drogas.

Aprovecho para mostrarle la ubicación del almacén que acababa de pasar Jack y guardo en seguida el móvil para que vuelva a mirarme fijamente a los ojos.

- Convence a tu compañera y llévame allí de inmediato.

No hace falta que informes de nada a tus superiores ni a otros agentes.

Registraremos a fondo el sitio y luego me llevaréis a casa.

Y cuando acabo de decir estas palabras noto la bestia rugir nuevamente en mis entrañas.

Hago un esfuerzo para sobreponerme y meterme en el papel de niño perdido cuando se acerca la otra policía.

- Dice el señor agente que me puedo montar en el coche de policía y me llevaréis a dar una vuelta!

Digo alegremente mudando mi expresión apenada por una sonrisa complaciente.

- ¿Eso de ahí es una radio? ¿Se puede poner música?

- Yo toco el piano.

- ¿Os gusta la música?*

—Pero que dices —esa es la mujer policía cuando escucha el tema del almacén y las drogas de boca de su compañero. —Acabamos de recoger a un niño perdido. —el compañero intenta convencerla por todos los medios, pero no hay manera. A todas luces, es una locura que además se salta demasiados protocolos policiales— Llevar a un menor a un registro de drogas... ¿Quién ha dado esa orden? No he oído sonar la emisora.

A esa tía no hay quien la convenza por las buenas. Me parece que vas a tener que mirarla a los ojos y eso te toca las pelotas. Te las toca a ti, y también a la Bestia...

- Por favor, hay algo que debo decirle.

Le digo inquisitivo a la mujer. No me gustaba lo que debía hacer a continuación, pero ya había invertido demasiado en aquel plan como para echarlo a perder. Esto sin contar que el estúpido de Jack podía estar en problemas.

- Es muy, MUY importante ir en seguida a hacer el registro que dice tu compañero. Debéis ayudar a un chico que se llama Jack ahí dentro. De hecho, si no lo hacéis en completo secreto podrían incluso echaros.

No te preocupes por mi, puedo esperar en el coche y es obvio que soy mucho más listo de lo que aparento. No tendréis problemas conmigo.

Tras repetir la operación, paso a preguntarles por sus aficiones musicales durante el viaje

Alejandro, con su elegante (y caro) traje al más puro estilo gótico, no solo destaca en la zona, sino que se le ve incómodo. Nunca le ha agradado el trabajo de campo, y entre su descubrimiento en la red y todo lo demás, está especialmente inquieto. 

Tampoco sabe cómo empezar a buscar a un ángel, y menos uno de la clase de Astilla, y mira a Sofía.

- En circunstancias normales, un primer paso podría ser preguntar si han visto a alguien con sus características, pero probablemente nuestra compañera se escondiera de ellos. ¿Alguna idea aparte de vagar sin rumbo esperando una señal...? 

En ese momento, recibe el mensaje de Jack y su humor empeora. 

- Demasiado imprudente, veremos a ver cuántos quedamos al final en el grupo... ¿Vamos a por él o seguimos nuestra tarea?

Pero por favor, llámame Alejandro

Sofia no pudo evitar sentirse triste cuando escuchó estas palabras... tanto habia cambiado su amigo por ser un angel? o quiza era ella la que habia cambiado... En cualquier caso, esta claro que sofia seguia intentando volver a un tiempo en el que todo era distinto... 

-Está bien... Alejandro

Habian ido hasta Moratalaz, casi ni una sola palabra en el coche, Sofia seguia pensando en todo aquello. ¿Como podrian encontrar a Astilla? Su amiga no era alguien que fuese dejando un rastro claro....

Luego llegó el mensaje de Jack

-No, seguiremos con lo nuestro. Jack es un tio fuerte... Deberiamos preguntar por ella en sitios donde pueda haber estado investigando, puede ir oculta, pero tiene que haber hablado con alguien...

Bajas con sumo cuidado los peldaños de cemento, procurando no hacer el más mínimo ruido. No sabes que puedes encontrarte allí abajo y lo último que quieres es alertar al posible inquilino que habita en tan sórdido lugar. ¿Para que cojones se usaba este sitio antes?. Te preguntas mientras desciendes, a paso lento pero seguro, hacia la oscuridad...

Cuando llegas a la parte inferior de la escalera, ves dos puertas de color verde oscuro aproximadamente a unos cuatro metros por el pasillo que tienes enfrentes. Ambas puertas están en lados diferentes, una enfrente de la otra. La de la izquierda parece estar bien cerrada. La de la derecha, por el contrario, se muestra entreabierta y un hilo de luz escapa del interior de la habitación que guarda.

Avanzo hacia la puerta que está entre abierta poniendo toda mi alma en no hacer ruido. ¿Por qué no se ha largado desde ayer?

Entreabres la puerta con cuidado y ahí está. Ahí está ese cabrón de las gafas amarillas que tantos quebraderos de cabeza os ha dado últimamente. Está en una esquina oscura, de cuclillas, recogido sobre si mismo. Entonces te ve. Sus ojos se clavan en los tuyos y puedes ver en su mirada como se desencadena el fogonazo de su instinto. Luego escuchas el siseo de furia y el tipo se incorpora como un resorte. Sabes que su cerebro de depredador ahora mismo no puede pensar en otra cosa que no sea "luchar o huir" y, por su aspecto, parece que no se ha alimentado demasiado bien últimamente. Sus colmillos se muestran amenazantes.

Esto era lo que estaba esperando. Lo tengo arrinconado. Para huir va a tener que pasar por encima de mí y reconozco esa mirada; está dispuesto a intentarlo. Matar o morir. Vale, muy dramático. Sé que mis garras no lo van a matar si no me cebo con él cuando acabe en el suelo. Me preparo para usarlas si no decide atender a razones y a concentrar mi fuerza.
- Si controlas tu Bestia y hablamos aún podemos resolver esto sin violencia. – declaro consciente de las pocas posibilidades de que me escuche.

Cla... claro —atina a decir ella— eso suena muy... lógico —no sabes si se refiere a lo de que esperarás en el coche o a todo lo demás. Tampoco te importa un carajo. Has doblegado su mente y con eso te das por satisfecho.

Él conecta la sirena y las luces del vehículo bañan de azul y rojo las calles en dirección a Moratalaz. Calculas que habrán unos seis kilómetros hasta la ubicación de Jack, así que a estas horas no tardaréis demasiado en llegar.

—A mi no me gusta demasiado —ese es él. Va de tipo duro, claro. Ella, en cambio, parece harina de otro costal— Mi hija toca el el violín —dice— Mañana iré a verla ensayar. Me encanta escucharla tocar. Es un angelito... —sonríe para si misma.

Quién sabe si "mamá policía" también tiene un talento oculto musical. Algunas veces esas cosas son genéticas.

Sin darte cuenta estás mirando su cuello desde tu posición en el asiento de atrás. Casi puedes ver como se mueve la deliciosa arteria al ritmo del bombeo de su corazón. No sabes si maldecir o agradecer la presencia de esa reja metálica que os separa físicamente.

Gangrel... —dice entre dientes cuando ve la transformación de tus dedos en garras— eso meee gussssta...

En un pestañeo se lanza sobre ti, furioso, pero no es lo suficiéntemente rápido como para sorprenderte. Tus garras lo detienen golpeando con una fuerza aterradora. La potencia del impacto lo proyecta contra la pared del fondo. Cae de rodillas y se agarra el costado desgarrado.

Alza la cabeza y te mira —No pienso volver— dice mientras intenta levantarse. —Antes que eso prefiero morir en este agujero.

Intenta que sus palabras suenen con total determinación, pero ahora mismo, no está corriendo ni luchando. 

- ¿Volver a donde? - digo sin inmutarme por el brutal golpe que le he soltado.
>> Prefiero hablar contigo, pero como vea que intentas curarte te termino de sacar las tripas. - le aviso
>> Ahora, por favor, cuentame tú historia y a dónde no quieres volver - pido con una educación inesperada en un motero.

—Ya lo sabes tío —escupe— todo ese rollo de la Sangre. ¿Si no que cojones haces aquí?. —se apoya contra la pared. Apenas puede mantenerse en pie— Lo que no entiendo es como un verdadero Vástago como tu está metido en esa mierda. ¿Acaso no tienes principios? —las rodillas le fallan y por un momento parece estar a punto de caerse.

Un par de amenazas más son suficientes para que se deje de chorradas y siga con la parte de la historia que realmente te interesa. Al parecer los Sangre Débil están usando Sangre de Vástago para elaborar esa nueva droga que la está petando últimamente. El tipo de las gafas no tiene ni puta idea como es posible semejante proceso, pero te confirma que uno de los principales laboratorios de esa mierda está en ese "famoso" almacén abandonado. De hecho, era ahí donde lo tenían retenido para extraerle la sangre antes de que pudiera escapar. Famélico, buscó a quienes vendían esa mierda para sacar información a cerca de "el tipo del sombrero" quien, al parecer, es uno de los peces gordos del negocio. El tema se le fue de las manos como ya sabemos, y reventó la Mascarada en el proceso.

—A todas estas; ¿tu quien coño eres?.

Niego con la cabeza a su incriminación con los tipos de la Sangre y le dejo hablar.
- Yo soy al gilipollas que mandan a limpiar las mierdas de la Mascarada. – le aclaro sin sorna.
>> Puedes llamarme Jack. – declaro finalmente.
>> Ahora te vas a venir conmigo a ver a mi jefe, el Sheriff. Hasta entonces considérate bajo mi protección y la de la Camarilla. Eso significa que si algún gilipollas de los Sangre Débiles intentan venir a por ti, les arrancaré la cabeza. – declaro sin emoción; esto es trabajo.
>> Prefiero que vayas andando por tu propio pie, aunque sea renqueando, que crujirte a ostias hasta que caigas en Letargo. Pero lo dicho, si intentas curarte, atacarme, o jugármela como sea, te saco las tripas hasta el Letargo. – declaro con la misma falta de emoción.
>> Por si te quedan dudas, la jefa, la Senescal, ha decretado que no se te mate, así que por ahí no te preocupes. Creo que estarán muy interesados en escuchar todo esto.
.
Espero que acepte venir por las buenas.
- Por cierto, si te acuerdas de algún nombre, o me puedes dar alguna descripción, de los hijos de puta que te hicieron esto nos vendría bien.
>> Y, ¿Cuántos más crees que tienen prisioneros como tú?