Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 7: en las montañas.

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04/03/2015, 11:46
Nandan S.

Durante la hora de la cena se acercó a Moore. El escéptico "líder" de la expedición aprovechaba para consultar sus notas y alzando una ceja se quedó mirando a Nandan, incitándole a que soltase lo que tenía que soltar. Los moretones iban dejando paso a leves pinchazos de dolor y el tobillo le impedía mantenerse demasiado tiempo con el peso sobre la misma pierna, así que el chico parecía que estaba orinándose, pero era todo una cuestión práctica.

—Señor Moore, quería disculparme por mi reciente comportamiento. He sido un poco inconsciente y no me he comportado acorde a la educación británica que he recibido. Espero no haberle incomodado durante el viaje.

Una vez dicho esto le preguntó por el tema que realmente quería consultar con Moore.

—¿Cree que mi padre lo conseguirá? Verá, estoy preocupado por la ascensión que está realizando. Sé que es un héroe pero estas tierras baldías están tan llenas de peligro... ¿por qué no me ha llevado con él? En cualquier caso me gustaría que me mantuviese al tanto de todo lo que pasa con papá, por favor.

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04/03/2015, 18:03
(Lexinton) Albert Priestley

Como Prestley tenía que hacer el mantenimiento a su cámara, no hubo inconveniente en que él y Peabody la desmontaran completamente y la volvieran a montar. Esta cámara era de las más sencillas, lo que no obstaba a que fuera bastante sofisticada, sobre todo la óptica: una serie de lentes de la máxima pureza montadas con exquisita precisión. Lo demás se reducía básicamente a una manivela que hacía correr la cinta a una velocidad cuidadosamente calculada, y a un delicado obturador que dejaba pasar una cantidad de luz también cuidadosamente medida.

En el campamento tengo otra algo más aparatosa, y luego están los equipos de sonido, claro. Estoy seguro de que Chip grabará horas y horas de ese viento sobre las montañas. Es un sonido escalofriante, pero le fascinará.

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04/03/2015, 18:14
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Nandan fue el único que consiguió sacar a Moore una fría sonrisa en todo ese día.

No te preocupes, el señor Starkweather ha salido de situaciones mucho más graves que una simple escalada al Monte Nansen. Seguro que te trae muchas fotografías y una piedra pómez para que te afeites a la antigua usanza. En cuanto a lo otro, no lo vuelvas a repetir. Pero poco puedo decir yo para que lo hagas. Supongo que, como dicen, la mano quemada es el mejor maestro.

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04/03/2015, 18:18
(Lexinton) Acacia "Tiburón" Lexinton

Encantada, señor Pooster, pero no se a quién se refiere, ni se qué es eso de "artes oscuras". A veces voy a que me echen las cartas para saber dónde invertir. En estos tiempos casi parecería que eso o echar los dados a suertes es la mejor política. Entre palada y palada Acacia cumplía como la que más. ¿No debería ir más despacio? La señorita O'Connel nos ha advertido de el peligro de sudar demasiado. Con los -17 grados que había ese día y las ropas con las que se suponía que podíais resistir hasta -40 o más la advertencia no carecía de importancia. Ni os debíais quitar nada sin la estricta supervisión de uno de los guías, así que contradictoriamente parecía que había que ser más cuidadosos ahora que el tiempo era "mejor". El peligro de encontrar que las botas se habían convertido en un bloque de hielo que estaba destrozando los pies de uno no era baladí, como podían muy bien testificar el doctor Hirsch, que aun iba cojeando, o Dominique, al que habían tenido que amputar un dedo.

Notas de juego

Me parece que sigues con la confusión de Menez en la cabeza. El señor Meyer (afamado lingüista y ocultista) era el interlocutor por parte de los alemanes.
 

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04/03/2015, 20:23
Timoty Pooster

Notas de juego

Ops, confundidum est. Sorry.

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04/03/2015, 21:12
Dominique Pickwell

El primer dia de cualquier cosa casi siempre es doloroso, Y hoy en especial al coger la pala. Haciendo memoria de cuando habia sido la ultima vez descubri que debio de hacer mucho tiempo, porque no tenia recuerdos de ello. Con lo que me esta doliendo el cuerpo seguro que me acordaria.

Me esta sobrando hasta la camisa, si no son por los -17º que hay fuera ahora mismo mandaria el parka a hacer puñetas, bueno el problema no es ese, sino las miradas que lanza O´connel cada vez que me lo aflojo un poco.

No se como Pooster puede llevar semejante ritmo, no llevo ni tres horas y tengo los brazos que no puedo ni levantarlos, por no hablar de los riñones, cada vez que me estiro parece como si me estuvieran partiendo por la mitad.

Pero mira que llega a ser cafre el tio, menudo tempano esta arrancando del suelo, si es casi tan grande como yo...

No puedo mas, necesito un descanso. Clavo la pala en la nieve y con la escusa de tomar un respiro me apoyo en la pala para enderezarme. Maldita sea, mi abuela tiene mas energia que yo.

Amigo Pooster, veo que esta en forma. que le parece si descansamos un momento y le comento un asunto. El señor Hirsch me comento que usted seria la mejor opcion con mi "problema".

A ver si con el brebaje ese caliente que nos dan y hablando con el amigo Pooster me repongo un poco, porque veo que no llego a la noche...

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04/03/2015, 22:25
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Durante la mañana, cuanto todavía se estaban haciendo los trabajos más burdos, Moore se dedicó a pasear. Se paró sobre todo en la extraña línea de bultos en fila que había cerca de lo que se suponía que serían las tiendas. También paseó algo más lejos, y a eso de media mañana, sobre las diez, llamó a todo el mundo.

Estaba a más de cien metros al nor-noroeste del campamento Lake. Permanecía de pie mirando un monolito en forma de prisma rectangular hecho con piedras y trozos de hielo arrancados del paisaje circundante. Tenía unos cuatro metros y medio de ancho y tres de largo. Se elevaba poco más de un metro de altura. Sujetas a la cima, con piedras más pequeñas, había unas descoloridas banderas de los Estados Unidos y de la Expedición de la Universidad Miskatonic. Apoyada contra la base de la pila había una placa de madera con inscripciones talladas cuidadosamente y perfiladas después con tinta china.

In Memoriam

Universidad Miskatonic

Expedición Antártica

24 de enero de 1931

 

Donald Alwood

Philippe Boudreau

Nigel Brennan

Augustus Carroll

Eheodore Danielle

Thomas Fowler

Percy Lake

Ashton Mills

Gregory Moulton

Peter Orrendorf

Robert Walkins

 

Hemos abierto la puerta a un nuevo mundo y ninguno de nosotros sabemos qué hay detrás de ella.

Moore permanecía en silencio mirando la placa. Todo el mundo se quedó también ahí, sabiendo o sospechando qué había bajo las piedras. El momento lo rompió el ruido de los aviones que venían del campamento base de la Barrera de Ross. Pronto fuisteis a recibir a los recién llegados. El carácter risueño y animoso de todos (Miles venía contando chistes guarros, y había estado repitiendolos por la radio a toda la escuadra) contrastaba completamente con el vuestro. Pronto se notó algo así como una frontera de silencio que no era imposible de atravesar en modo alguno, pero que era evidente. Vosotros estabais desenterrando cadáveres y los demás venían a desenterrar la famosa cueva del tesoro. Pronto cada uno fue a lo suyo: unos a instalar tiendas, otros a montar la perforadora y a buscar la entrada de la cueva.

El primero bulto que estabais descubriendo, el número 25 era, obviamente, un hangar. Los hangares, hechos para preservar de la nieve los aviones Dornier de la partida de Lake, se habían venido abajo rápidamente. Tenían un muro angular de nieve y bloques de hielo de medio metro de grosor, situados a barlovento de cada aeroplano. Estos bloques habían sido extraídos del suelo, formando así una ligera depresión en forma de rampa en la cual se podía situar el avión, bastante resguardado del viento. Una lona impermeabilizada se estiraba en lo alto del recinto y sobre el avión, y así el viento no habría tenido forma de penetrar bajo las alas, poniendo en peligro su estabilidad y la acumulación de nieve a su alrededor sería mínima aún con tormenta. Sin embargo la partida Lake no había tenido tiempo de hacer el trabajo correctamente. Los cortavientos fueron construidos a toda prisa y no eran lo suficientemente robustos ni altos para proteger su contenido.

El hangar que descubristeis estaba vacío salvo unas cuantas herramientas sencillas que se habían dejado olvidadas, lo que probablemente hablaba de las prisas con que fue abandonado el lugar.

Menez con su grupo fue después al bulto 26, que resultó ser lo que quedaba de un pequeño campamento improvisado, mucho más pequeño. De él solamente quedaban los muros protectores de dos tiendas, basura acumulada y numerosas huellas de pocas personas. Llegasteis a la conclusión de que fue el lugar donde acampó la partida de rescate que descubrió la tragedia: el refugio de la gente del profesor Dyer.

El grupo de Acacia estaba terminando de despejar el bulto 24, cuando de nuevo Moore llamó con urgencia. El bulto 24, otro hangar, parecía estar igualmente vacío, y todo el mundo estaba casi seguro de que tampoco iba a arrojar nuevos datos. Al igual que en el anterior había piezas de maquinaria sencillas, como tornillos pasados de rosca y tuercas, manchas de aceite y un destornillador roto. Restos típicos de cualquier mantenimiento hecho, quizá, con demasiada prisa. Hay que decir que, por si acaso, Nandan estaba haciendo planos de los lugares donde se encontraba cada hallazgo, por absurdo que fuera, también se estaban tomando fotos de todo ello. Se incluían, a petición de Maggie, huellas de botas y direcciones de los rastros dejadas por ellas.

Pero tuvisteis que dejar todo para acercaros al lugar donde el profesor Moore había comenzado él mismo una pequeña excavación, y el pequeño problema de Dominique tuvo que dejarse a un lado por el momento. Moore estaba en el bulto número 7. En realidad se había limitado a ensanchar una de las sondas que habían hecho Menez y Sutton en cada uno de los bultos del campamento. Cada una de las sondas era, en realidad, un agujero hecho con mucha precaución hasta llegar a las capas donde se suponía que estaba el material sensible. Haciendo esto indicabas al que devastaba la carcasa de hielo dónde debía comenzar a tener cuidado, y así podía ir rápido al principio. Moore había ensanchado y profundizado el agujero. Parecía haber en el fondo una superficie gris, con algunas venillas. Algo indudablemente orgánico.

Dejen todo lo demás y vengan aquí. Deme una pala. Sutton, apártese. Si esto es lo que pienso, señaló la fila de montículos similares a este, tiene que haber más, y no creo que lo pueda estropear. ¡Mirad! Había comenzado a ensanchar de nuevo el agujero, y quedaba al descubierto más de esa superficie gris con extrañas irregularidades. Parecía formar parte de una arista de tejido que transcurría en sentido vertical. ¡Es uno de ellos! ¡Uno de los especímenes! ¡Uno de los grandes descubrimientos de Lake!

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05/03/2015, 01:01
Chester Field

Bueno, parecía que la brujarpía de la Ménez estaba dotada de una excepcional habilidad organizativa y talento para el liderazgo. La verdad es que la mujer no era - ni mucho menos - santo de su devoción, pero era justo reconocer que había organizado los grupos de trabajo con celeridad y eficacia, dejando a todo el mundo satisfecho o, al menos, sin tiempo para protestar, lo que venía a ser lo mismo.

Y la mejor prueba de su buena organización era el rápido avance en las excavaciones. Algunos parecían estar extralimitándose un poco - allá ellos, pensaba Chester, ya verán lo que es bueno cuando tengan que despegarse una camiseta pegada al cuerpo por su propio sudor congelado - pero todo parecía funcionar como un maldito reloj.

Vaya con la Monstrua, nos ha puesto a todos más rectos que el palo de una escoba.

Darle a la pala no era la mayor de las aficiones de Chester, que intentaba aprovechar la menor oportunidad para echar un vistazo al equipo de Albert, mucho más sofisticado que el suyo, o ir a tirar cuatro fotos de cualquier cosa que pudiera pasar por destacable. El descubrimiento del Monolito hizo que los trabajos de excavación se detuvieran momentáneamente y continuaran después a un ritmo mucho más lento. Sin duda ver aquello les habría afectado a todos. Al fin y al cabo, los que yacían en la fosa común eran en su mayoría consumados profesionales, y habían perecido de todas formas. ¿Qué oportunidad tendrían ellos, que apenas se podían considerar unos diletantes en aquel tipo de aventuras? Negros presagios acudían a la mente de Chester, que no pudo volver a concentrarse en varias horas.

Fue el aviso de Moore lo que le sacó de sus oscuras cavilaciones. Parecía que su Amado (co)Líder había descubierto algo interesante... y vaya si lo era. ¿Algo orgánico en la Antártida? ¿Algo gigantesco, venoso y quizás vivo? Chester no estaba muy seguro de querer saber qué era aquello en realidad, pero su profesionalidad - de nuevo - sacó lo mejor de él y se puso a tomar fotos de la... Cosa, a falta de un nombre mejor.

Tras tomar varias fotos más por impulso que por voluntad propia, Chester se detuvo y observó más de cerca la masa de la Cosa. ¿Venillas? ¿Algo de color grisáceo? Sus peores temores empezaban a hacerse realidad. ¿Acaso no se habían topado ya, sin saberlo, con los rastros de uno de aquellos seres?

Válgame el cielo, esto se parece muchísimo a algunos de los restos que encontramos en la Puerta de la Luna. Por Dios, Moore, tenga cuidado; quizás sería mejor que dejáramos esto tal y como está.

Sabía que su advertencia iba a caer en saco roto; al fin y al cabo, ¿qué les había traído hasta aquel lugar, si no la posibilidad de desenterrar - literalmente - oscuros secretos? Pero cuando pasara algo horrible, nadie podría decir que Chester no intentó impedirlo.

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05/03/2015, 09:00
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Contra todo pronóstico Sutton estaba contento por primera vez en mucho tiempo. Después de una odisea donde había sentido que no aportaba nada a la expedición, por fin comenzaba a sentirse en su elemento. La arqueología era su mundo y quedaba claro que se sentía como pez en el agua en aquellos momentos. Ademas, su cuerpo ya estaba prácticamente recuperado del todo, por lo que volvía a ser el galán de siempre y pese a un deje de oscura tristeza ya se mostraba casi tan bromista y lenguaraz como había sido habitual en su persona.

Guiar las labores de las excavaciones era un bálsamo para él y ademas habían venido cargadas de asombrosos descubrimientos.

Sutton a ciencia cierta no se consideraba un machista, pero la verdad es que las aptitudes y conocimientos de la señorita Menez habían sido toda una sorpresa inesperada pero bienvenida. Nunca habría dicho hasta aquel momento, que la periodista de aquel tabloide ciertamente amarillo pudiese saber tanto de arqueología. Sin embargo, en los últimos días había demostrado que era una mujer muy capaz en la materia, así que no había tenido ningún problema en compartir el liderazgo con ella y dejar que organizase los grupos de trabajo a su antojo. Después de todo, bajo la tutela de la férrea Menez los hombres parecían haberse tomado el trabajo con empeño y las labores habían avanzado a buen ritmo.

Ciertamente pese al buen trabajo los descubrimientos habían sido mas bien escasos, pero aun quedaba mucho que hacer, y la experiencia le decía que los hallazgos no tardarían en producirse. Tanto es así, que no se sorprendió cuando Moore reclamó su atención.

Dándole la pala que el co-lider de la expedición le reclamaba, le dejó hacer observando la monstruosidad que comenzaba a ser desenterrada de aquel montículo de nieve. La visión era tan fascinante como aterradora y no pudo evitar sentirse de acuerdo con las palabras de Chester, mas su afán curioso por naturaleza le impidió echarse atrás.

   - No se preocupe Chester, querido amigo, no creo que esta criatura sea lo que sea nos pueda hacer daño alguno.- Respondió a su compañero.- Dios sabe que lleva mucho tiempo muerta.-

   - Es de los vivos de los que tenemos que tener miedo.- Musitó acto seguido en clara referencia a los infiltrados en la expedición que habían intentado detenerles durante todo el viaje.

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05/03/2015, 13:02
Timoty Pooster

Tim seguia afanoso, controlando que no hubiera demasiado sudor ni que se notara algun pinchazo en alguin lugar, por leve que fuera.

Escucho a Dominic hablar ya le verdad es que le pareció una idea formidable, sus brazos le pesaban como el plomo y su impetu inicial comenzaba a decaer tras el duro esfuerzo de la mañana.

Puff.. pues si, se me esta haciendo largo esto, y por mas nieve que quitamos, mas parece haber. vayamos a tomar un descanso, algo de resulleo nos vendrá bien y charlemos. me encanta conversar, ya lo habrá podido ver, amigo.

de repente, el grito de alerta de Moore puso sobre aviso del descubrimiento. Si habia algo que pudiera ser extra mundano o de los antiguos, valgame el cielo que a Pooster le interesaba.

Al oir a Chester decir que podia ser coincidente con restos en otro punto, se avivó aun mas su curiosidad.

Se acercó raudo a donde se encontraba Moore para observar aquel "especimen" y tratar de saber que diablos podia ser.

Vauya, hablaremos en otro momento, me parece, hay que ir alli y lo que se esta viendo no es buena cosa, parece. Alguien esta temiendo por el grupo, si ya se ha topado con ello antes en otro lugar, puede ser un indicio muy importante.

Pensando en lo que se sabia de la expedicion y de sus conocimientos, Tim trataba de recordar algo parecido que pudiera serle familiar o haber visto en algun libro.

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05/03/2015, 13:14
Timoty Pooster
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

por si sabe algo....

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05/03/2015, 16:35
Aramiker Menez

Moore ya había asentado las bases sobre la que construir la rutina del campamento durante las excavaciones. Menez acudía al segundo turno de radio, el de después de la cena, para tener una pequeña charla con Laroche o algún otro, pues eso siempre le hacía creerse comunicada con el mundo. Al parecer había problemas de interferencias con la radio pero ella no era una experta, más bien sólo una radioaficionada a la fuerza, así que no le daba ninguna explicación al problema. Con los nuevos expedicionarios que iban llegando Menez no tenía demasiada relación. Tan sólo saludó a Huston, que tanto le había ayudado con las gafas del Sr. Pooster, y a Charlene, a la que hacía tiempo con la que no mantenía una buena charla.

Tras descansar esa noche, al día siguiente comenzaron las excavaciones. Sutton y ella, mientras todos trabajaban en el bulto nº24, habían tenido tiempo para hacer diferentes prospecciones que guiarían a los expedicionarios en los trabajos de excavación. Ver a su hombre, portando las gafas que ella le había conseguido, levantar enormes paladas de hielo y nieve como si fuera un titán de la mitología griega, en un alarde de fuerza y tenacidad, la henchía de orgullo. Sin embargo era un hombre demasiado apasionado para un clima tan extremo, así que la mujer se acercó y le aconsejó sosiego.

- Recuerde mi querido Sr. Pooster. Despacio pero sin pausa.- Le hacía gestos con la mano para que redujera y administrara mejor sus fuerzas. Lo bueno de dirigir un grupo era que el esfuerzo físico se reducía a la mitad, lo cual no venía mal a la rechoncha periodista, aunque podía resultar exasperante. A medida que pasaban de las capas superficiales y menos importantes, a las capas donde se encontraba el meollo del asunto, Sutton y ella debían permanecer especialmente atentos a los movimientos de sus compañeros.

- Mucho cuidado ahí. Eso deje que lo fotografíe Chester. Voy a por Nandan para que tome nota. Picwell, mueva el culo o no acabaremos nunca.- Trabajar bajo el mando de Menez suponía escuchar constantemente su inagotable palabrería, aunque en este caso se percibía que sabía lo que se hacía. Acostumbrada a trabajar en una redacción tampoco se le daba mal eso de mandar aunque se dejase las tareas menos penosas para sí misma. 

El que reparte siempre se lleva la mejor parte.

La primera vez que Moore interrumpió los trabajos fue cuando encontraron el monolito a los caídos del campamento Lake. La solemnidad del momento sujetó la lengua de la periodista que simplemente tomó algunas notas mentales para luego, en la comodidad de la tienda, pasarlas al papel.

Los trabajos avanzaban a buen ritmo cuando Moore volvió a interrumpirles. Menez comenzaba a dudar de si no hubiese sido mejor mantener a su lacónico jefe en su grupo bajo su férrea vigilancia. ¿En qué momento se había ido a pasear pro ahí? ¿Acaso le habían dado ella o Sutton permiso para meter sus inexpertas manos en el bulto nº 7?

- Sr. Moore, ¿quién le ha dicho que podía empezar usted aquí solo?- Le daba igual que fuera su jefe, no podía tolerar que cada uno hiciese lo que le diera la gana o todo acabaría siendo un cáos. Eran una expedición científica y debían seguir una metodología estricta.- ¿No se da cuenta de que podría...- Sus palabras se fueron haciendo más y más suaves hasta que hacerse inaudibles al contemplar el hallazgo. Habían tenido mucha suerte en dar con esos extraños especímenes tan pronto, aunque Menez no creía en las casualidades. Arrugó el ceño, como si oliera a chamusquina, y volvió a recuperar la movilidad de la lengua.- ¡Un momento! ¿Que es eso de "apártese Sutton"?- Dijo mirando incrédula alrededor.- Salgase usted de ahí y deje a Sutton hacer el trabajo más delicado. Usted mismo confesó no saber nada de excavaciones así que haga el favor de hacerse a un lado y dejar paso a los que sí sabemos.- Miraba a Sutton en busca de apoyo. No era cuestión de estropearlo todo por la imprudencia. Suavizó el tono de voz para volver a dirigirse a Moore e insistir.- Por favor Sr. Moore, déjenos trabajar como debe hacerse.- Era impropio de Moore comportarse de aquella manera. ¿Es que sólo ella lo veía?

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05/03/2015, 20:09
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore era un hombre inexpresivo. Los signos emocionales que dejaba ver eran más un aumento de la intensidad en la mirada o una rigidez en el cuello que gestos o voces. ¿No les sorprende la posición de los bultos? Retrocedió a regañadientes. Limpiaremos primero este. Hagan su trabajo. Él se quedó mirando reconcentrado pero sin hablar más.

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05/03/2015, 20:20
Guardián de los Arcanos

Se había insistido en que Prestley grabara todo, pero no había hecho falta. Él andaba por ahí, y había respondido a la llamada de Moore como el que más. Había llegado al montículo con la cámara por delante, por así decirlo, como un profesional.

Este era uno de los seis enigmáticos montículos que se erguían al sur del conjunto formado por las tiendas todavía enterradas en la nieve. Eran claramente artificiales, más o menos cónicos, de base más bien ovalada o en forma de huevo, estando la parte más curva en dirección a los vientos dominantes, de manera que se podía deducir que se había acumulado nieve de ese lado y que al principio habían sido de base circular. Tenían una altura que variaba entre medio metro y un metro ochenta, y una anchura en la base de hasta cuatro metros y medio. La orientación a la que se refería Moore estaba muy clara en el plano que había dibujado Nandan. La línea de bultos estaba orientada a lo largo de un eje que cortaba el polo magnético del planeta.

Para hacer bien el trabajo -y ya que la zona estaba rodeada de otros bultos más pequeños marcados del uno al seis en el mapa- Sutton sugirió primero al grupo de Menez que los examinara mientras ellos iban sacando nieve con paciencia del montículo del centro, donde había esos extraños restos.

La exploración de Menez mostró trozos de una tienda, una madeja de trapos oscuros. Una madeja de trozos de piel sin curtir que parecían de perro, trozos de cuero de chaquetas o mochilas y toda clase de tejidos cortados y unidos de manera inepta con hilo de cobre. Todo el extraño conjunto formaba algo así como una tienda de campaña cónica, como las de los indios, que en pie podía llegar a medir dos metros, con la parte central algo abombada y cinco aberturas situadas todo alrededor de la misma, a distancias equidistantes y una más en la cúspide. El trabajo era incompleto y estaba estropeado en varias partes. Bajo los restos de lona había parte de lo que hubiera sido la superficie del suelo tal y como estaba en el momento en el que se dejó ahí. Maggie avanzó antes de que nadie pisara ese terreno. Poco después señaló varias oquedades superficiales de forma triangular, muy curiosas. Dentro de la oquedad se podía observar que la textura del objeto que había servido de tampón era estriado y que había manchas de color marrón. Se hicieron fotos de todo y se recogieron algunas muestras.

Había también restos de piezas de un motor eléctrico desmontadas como por un niño o un loco. El hilo de cobre había salido con toda seguridad de la bobina de ese motor.

El grupo de Sutton, entre tanto, iba desbastando poco a poco el montículo central. Lo primero que descubrió, y que se hubiera perdido caso de que Moore hubiera cavado más de manera irreflexiva, es que en un inicio la base del cono no había sido exactamente un círculo, sino que debía tener la forma de una flor de cinco pétalos o la de estrella de mar, o algo similar. Una de las "puntas" estaría señalando al polo sur magnético.

Poco a poco fue surgiendo de la nieve lo que parecía una estrella de mar estropeada de mala manera. Tenía restos de órganos extraños en las puntas de los brazos y en los vértices interiores, pero estaban cerrados, deformados y dañados. El color era de un gris apagado, con muchas manchas de matices en las gamas del ocre o del verdoso apagado. Tendría algo así como medio metro de diámetro si no hubiera estado tan estropeada y una textura rugosa y compleja. Algunos de los daños eran cortes longitudinales a lo largo de sus brazos, que ahora estaban cerrados y congelados. Estaba unida a un corto cuello por la parte central inferior. Un cuello que había sido cortado por algo afilado. Más abajo, ese mismo corto cuello seguía, y estuvo claro que se debía seguir cavando más, ya que parecía que el espécimen estaba enterrado profundamente en el duro suelo y que lo que asomaba fuera no era más que la cúspide.

Pronto fue necesario pedir ayuda a los mecánicos del grupo, porque según se cavaba era patente que el espécimen pesaba mucho, era grande y estaba enterrado casi en su totalidad. Debía instalarse un trípode con una polea un un cabo grueso para poder sacarlo del sitio. Antes fue necesario cavar alrededor.

El espécimen había tenido originalmente forma de huso, o de balón de rugby con la estrella de mar arriba y otra más pequeña abajo. La sección de ese huso, que podía haber medido hasta tres metros, no era circular, sino que tenía forma de estrella de cinco puntas. Eso significaba que a lo largo de la forma había cinco hendiduras longitudinales donde parecía haber fuertemente plegados una serie de órganos muy deteriorados, cinco en la parte superior, cinco en la media y cinco en la inferior, cada grupo de cinco dispuesto radialmente en el interior de las hendiduras.

Costó muchísimo trabajo, no tanto levantarlo, que eso fue coser y cantar con las poleas, el trípode y un cabestrante improvisado por Peabody, como cavar alrededor para asegurarse de que con el estirón no se quedaba pegado en el agujero nada del hallazgo. Todo el mundo estaba tembloroso y excitado.

Pasada la primera impresión, a Chester no le parecía que tuviera semejanza con nada que hubiera visto antes. Tampoco con aquella experiencia sufrida en los Alpès.

Esto no es una planta, como decía Dyer. Moore estaba mucho más tenso, alucinado. Aquí hay algo raro, muy raro. En todo caso no puede ser una planta común. Dyer no se hubiera equivocado tanto.

El día terminó cuando conseguisteis arrastrarlo a la tienda laboratorio, que ayer estaba vacía y ahora, con esa especie de enorme planta extraña de un pasado remoto, parecía abarrotado.

Los aviones hacía horas que se habían ido, y ahora estabais en torno a la tienda de la radio la gente de la expedición Starkweather-Moore, porque Acacia se había ido con los suyos a preparar sus notas para su propio informe radiofónico al Talahasee.

Debéis saber que hemos dado con algunos de los extraños especímenes descubiertos por el fallecido Lake, decía Moore por la radio. El que hemos desenterrado es muy notable, incluso a pesar de estar tan deteriorado. Como ninguno de nosotros posee suficientes conocimientos para evaluarlos, habrá que esperar a que lleguen el Profesor Bryce, el doctor Greene o la paleobióloga Whitston. Para desenterrarlos hemos contado con la inestimable ayuda del capacitado arqueólogo Sir Anthony Sutton III y de la sorprendente colaboración de nuestra biógrafa oficial, que ha resultado una caja de sorpresas, la señorita Aramiker Menez.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Todos, tirada de cordura 1/1d6 (perdéis uno si se saca la tirada y un dado de seis caras si se falla)

Representa un estress de baja intensidad, pero de larga duración. Eso significa que si no la pasáis y perdéis bastante no hace falta desmayarse o salir corriendo, ya que el bicho parece muerto y bien muerto. Es más sutil. Rolead los fallos de cordura como una tensión constante y agotadora, algo que no os deja dormir y os vuelve susceptibles o irritables o propensos al llanto o algo por el estilo.

El que pierda más de cinco de golpe debe sufrir cambios semipermantentes (hasta nuevo aviso) en su personalidad en la dirección que elija. Depresivo, maniaco, abúlico... lo que más se adapte a vuestros pjs.

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05/03/2015, 21:49
Guardián de los Arcanos
Sólo para el director
- Tiradas (7)
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05/03/2015, 22:01
Dominique Pickwell

Que poco se hace querer esta señora, Quizas si la dama cogiese una pala y nos diera una clase magistral de como ser mas eficaz en su manejo iria la cosa mas rapida... Como se nota cuales son sus favoritos de los desechables, solo tiene hojitos para su Pooster. Si viera lo ridicula que parece una mujer de su edad enamoriscada de un hombre que podria ser su hijo, en fin, cada cual a lo suyo.

Lo que de verdad me altera es el comentario de Chester, recuerdo como si fuera ayer lo que vivimos en La puerta de la Luna. Amigo Chester, esto no se parece a aquello, para empezar esto parece estar de una pieza, lo que vimos tenia la cabeza separada del cuerpo y sumergida dentro de aquella gelatina con innumerables hilitos conectados. Aparentemente no parece estar relacionado Aunque visto lo visto no pondria la mano en el fuego.

Esto u otras cosas son los responsables de la tragedia de la anterior expedicion. Me viene la sensacion de estar siendo observados, como en aquel pueblecito cerca de La puerta de marras con aquellos seres voladores, No creo que Peabody este tan mal como parece, a partir de ahora considerate sobre aviso.

Me arrimo al señor Peabody de forma discreta y le comento: Señor Peabody, me gustaria hablar con usted sobre esa sensacion que tiene de que hay sombras a nuestro alrededor, me tiene intrigado.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Se me a ido la pinza y lo he hecho al reves, paso la cordura y pierdo 1, ya esta descontada del total.

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05/03/2015, 23:04
Aramiker Menez
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Es que lo sabía. Mañana lo roleo.

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06/03/2015, 00:35
Nandan S.

El más joven de la expedición estaba pasándolo mal. Había tratado de demostrar que pese a no tener la libertad de movimientos de la que gozaba habitualmente, dada la hinchazón leve del tobillo, podía ayudar como el que más, como un adulto. Tanto fue así que no paró de insistir a todo el mundo para echarle una mano "¿Dibujo esto también?""Quiere que cave ahí""En serio, puedo con ello, no se preocupe". A medida que pasaban las horas se hacía notable que el sudor frío que se congelaba en la frente de Nandan y  se llevaba el viento gélido con rapidez era más producto del estrés que de la propia actividad. Su cuerpo de quince años era ya un saco de preocupaciones internas y de cansancio muscular. Se preguntaba si lo estaba haciendo bien. Le molestaba todo lo que llevaba encima. Le incomodaba no poder rascarse la entrepierna si le picaba, haciendo de aquello un mundo. Varias veces se le rompió la punta de la estilográfica de dibujo, de lo fuerte que estaba calcando sobre las láminas.

En el momento que se hizo una pausa larga para poder transportar aquella especie de planta que habían desenterrado, el muchacho se dejó caer al suelo y estalló en lágrimas. Podría parecer el típico berrinche infantil, pero en realidad era una etapa más, un paso de infante a adolescente. Todo le parecía grande y miraba alrededor a aquella gente que apenas conocía, el desolado paisaje, aquella cosa extraña que había dibujado por activa y por pasiva... quizá la Antártida no era el mejor lugar para tener un subidón de hormonas.

Sollozando y luego llorando a moco tendido mientras el resto se dedicaban a alucinar con los descubrimientos, Nandan se enterró en la nieve hasta que vino O'Connel a echarle la bronca. No debía dejar esas lágrimas en el rostro, ni sentar el trasero en el hielo o se congelaría.

Y aquella mera observación, realizada en el momento en que la caldera interna de Starkweather Jr. estaba a punto de estallar, hizo "Boom". El muchacho miró con odio a O'Connel y le gritó con todas su fuerzas.

—¡Nadie me tiene que decir lo que tengo que hacer! ¡Soy tan capaz como el que más! ¿Me oyen? ¡¡AAAAAGGGG!!

Y se abalanzó dando patadas y cabezazos a la exploradora. Eran patadas rabiosas que siguieron con una pequeña carrera en la que Nandan comenzó a tirar todo lo que veía lleno de rabia. Se acercó a los restos de aquel motor destrozado y esparció las piezas sueltas todo lo que pudo, amargado y lleno de rabia. Había entrado en una crisis de hiperactividad agresiva, como si fuese un mono enjaulado.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tamos gafaos en Nandan y yo. 6 puntitos de cordura así. Cuidao que está que muerde el adolescente. Lo siento.

¿De los 6 puntos de los golpetazos del avión he recuperado algo con los cuidados de Hirsch?

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06/03/2015, 18:05
Timoty Pooster

Tim sabia que algo habia extraño alli y tomo sus propias notas en su tya manido cuedaerno de tapas de cuero. Hizo unos bocetos y se limitó a observar a la gebnte y sus reacciones ante tan maño descubrimiento.

Y¡Trato de serenar al joven, pronunciadando uno de sus mas que conocidos discursos.

Amigo, relajate, esto no es nada, se pasará. mira, todos estamos nerviosos y creo que podemos tratar de solventar esto, no te comportes asi, hombre, que te tengo por mas adulto, casi tan cuerdo y sereno como tu padre. Anda, tomate tu tiempo y relajate, esto no es nada, mira a la demas gente, no pasa nada.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

pasado

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06/03/2015, 19:37
Alexander Peabody

El me llama, Tim, ¿Sabes lo que es eso...? - contesta a Pooster, crípticamente, tras un breve intervalo en el que parece asegurarse de que nadie más les escucha - apenas recuerdo a mi madre, solo algunas ocasiones puntuales, y no son buenas añoranzas, casi siempre vergonzosas, de hecho, por uno u otro motivo...

Pero no quiero divagar, no ahora cuando hay tanto en juego - continúa hablando. Se puede leer en su rostro el esfuerzo de concentración por mantener el hilo que aún le une a la realidad - Es mi padre, George de nuevo. Le veo en todas partes..., bueno, no en todas, claro - añade, dubitativo - Le vi primero en la falda del volcán, hace una eternidad. Luego en la cocina, luego en la lápida...

Me avisa. Nos avisa, Tim - prosigue, adoptando el tono de un predicador apocalíptico - Es llegada ya nuestra hora. Me dice: ¿A qué has venido, por qué morir aquí, tan lejos de todo lo que amábamos?.

 Y la verdad, no sé qué debería responderle. Casi le agradezco que nunca se pare a escucharme - tras algunos instantes de reflexión, concluye - Pero no te falta razón, amigo. No alertaré a los otros, mejor será que ellos mismos encuentren el horror. De nada serviría tratar de prevenirles...

Apretando el antebrazo de Pooster en señal de afecto y despedida, camina hacia la estufa, para calentarse las manos.