Partida Rol por web

Alrededor del Magos todo son gritos, carreras, alarmas y asfixiante calor. El motor disforme está al máximo, y cientos de tripulantes y docenas de tecnosacerdotes se afanan a toda velocidad a reducir los valores críticos del Generador Strelov. 

El Magos se conecta directamente con la Effrayant desde el centro de control del motor disforme, mucho más sofisticado y avanzado que el de plasma, a la vez que conecta directamente con el sistema altoparlantes de la sala de máquinas, entonando a todo volumen, una y otra vez, el Catecismo de la Máquina del Magos Dulen, tan repetido en los Tornos. 

++CON TU FUERZA ME PROTEGES, EFFRAYANT++

++CON MIS CUIDADOS YO TE AYUDO++

++CON EL SAGRADO ACEITE TE APACIGUO++

++OH TÚ, BUEN ESPÍRITU++

++¡ACEPTA MI BENDICIÓN, EFFRAYANT!++

Ordena rápidamente a las cuadrillas por vía electrónica directa a las placas de datos de los capataces, organizando la carga y descarga de electricidad y energía disforme, alineando en perfecto orden y ritmo las varillas de tensión y las compuertas del sistema de enfriamiento. A unas malas podría apagar el motor de disformidad y sacar a la nave al espacio real, pero las consecuencias para la tripulación y para el Navegante serían demasiado graves. 

La situación parece tranquilizarse tras la primera hora, consiguiendo un estable aunque tenso equilibrio en el reactor. Varias docenas de trabajadores y uno de sus aprendices han muerto calcinados al fallar el mecanismo de cierre de una válvula Kessler de alta presión, pero la situación está controlada. Ya habría tiempo de los funerales más tarde. Abre un canal de comunicación directo con el puente. 

++El reactor funciona con normalidad, mi Capitán. Las partes fundidas han sido insignificantes, aunque he perdido a veintiséis trabajadores y un mecaingeniero, valiosos trabajadores. ¿Cómo se encuentran las cosas arriba?++

Dios emperador de la humanidad guía mi mano. Haré cuanto pueda mi lord Capitán pero esto no es nada fácil, por la súbita aparición de la tormenta.

A pesar de estar pasando allí meses, todo se estaba resolviendo sin demasiados problemas. La nave seguía dócilmente el mandato de sus manos y Craig tenía tiempo de conversar con el resto del equipo sin mayor problema. Además, confiaba en ellos: eran hábiles pilotos, gente leal y curtida y, lo mejor de todo, nacidos en el vacío, como él. Pero no todo iba a salir bien, y menos después de aquel otro percance. Algo sospechaba Craig, pero, de pronto, una serie de crujidos y ruidos bastante inspirados comenzaron a zarandear la nave. Si hubiera creído en alguien, le habría dado las gracias por haber hecho que aquello ocurriera en su turno y no en el de uno de esos pipiolos: quería salir de allí con vida

-Dile al capitán que estamos jodidos, esto es serio -masculló al tiempo que acariciaba levemente la nave, para acto seguido tomar los mandos con fuerza, dispuesto a sacar a la Effrayant de aquella tormenta- ¿Qué coño esta haciendo Fumentarii? -preguntó, más para sí mismo que para el resto. Había trabajado con él otras veces, pero debía admitir que en aquel viaje estaba especialmente desacertado- ¡Agarraros! -exclamó con fuerza; esperaba no tener que forzar a la nave, pero...

Inmediatamente en mi puesto me pongo a realizar cálculos a una velocidad que solo un cogitador de última generación, puede igualar, consiguiendo determinar el curso actual respecto de la tormenta, así como la corrección adecuada para sortearla, enviando esta corrección al cerebro central de la nave que inmediatamente muestra el curso a seguir a nuestro hábil Timonel que consigue con un despliegue de habilidad seguir el curso de elusión trazado.

Pasan varias horas de tensión mientras Irian trazaba un rumbo seguro a través de la tormenta. Gracias a sus capacidades de pilotaje y a los datos que el navegante introduce en el cogitador central, Craig es capaz de sacar a la Effrayant del peligro sin sufrir daños.

Poco a poco y una vez la nave está segura, se hace la calma y llega el momento de los informes. Iacton, Gallus y Lastig se ponen manos a la obra y en poco tiempo el capitán dispone de una detallada lista de bajas y daños. Por fortuna, la rápida actuación tanto de los pilotos como de los tecnoadeptos del Magos Ján han minimizado los daños a la infraestructura. Sin embargo, la lista de bajas asciende a varios centenares, y la de heridos a más de un millar. Aún así, la tripulación está contenta, sabiendose guiada por líderes capaces.

A penas un par de días depués de la tormenta, el cogitador central de navegación avisa de que ya habéis llegado al destino. Ahora solo falta que Irian establezca un punto seguro de re-entrada para que los pilotos puedan comenzar a maniobrar.

El inmmaterium esta revuelto por los restos de la tormenta por lo que apenas puedo vislumbrar nada, el esfuerzo es agotador pero no consigo un punto de salida claro y solo puedo dar unas coordenadas aproximadas y sin ninguna seguridad.
 

Irian introduce los datos en el ordenador de navegación y el motor disforme empieza a abrir la fisura al espacio real. La nave da un último impulso y con un sonido de succión, sois escupidos del Empíreo. Vuestro largo viaje ha llegado a su fín.