Partida Rol por web

 Veigon asiente y sonríe triunfal cuando la comando menciona la inclusión de humanos en las razas del consejo. Ese sería su punto a defender cuando hable con la capitana y con Riggs.

Yo mismo pensaba liberar a Stegenno de su predicamento, por una vía un poco menos diplomática pero más diciente. Podría infiltrar la seguridad de la celda y sacarlo de allí. Que alguien de su raza "favorita"  le saque de un embrollo sería, cuanto menos, algo que sacudiría su conciencia  si piensa empujarme por un precipicio. Hay unanimidad de concepto más no en método.

Cuál fue el motivo de ustedes para entrar a esta misión? Dado que al entrar a Terminus ahora somos casi proscritos, los chances de éxito son mínimos y la compañía es complicada... cada uno de ustedes quiere algo personal de esta misión, y en lo personal si conocemos los objetivos de los demás, creo que será más sencillo lograrlos como un equipo que como entes solitarios.

Inara sonríe y responde a la inclinación de cabeza de Maron con una propia. - Gracias, señor Avot. Aprecio su felicitación en todo lo que vale. -  Mirando hacia el espectro, añade - Me alegro entonces que todos estemos de acuerdo con respecto a Stegenno. Sin embargo, aunque su propuesta pudiese servir para ganarse la simpatía del sargento, si es que alberga alguna, 4me temo que esta situación requerirá de métodos más sutiles que simplemente irrumpir en su camarote y sacarle de allí. Estoy de acuerdo con Maron en que deberíamos agotar todos los medios diplomáticos. Si usted, Veigon, accede a hablar con Riggs, yo intentaré convencer a la Capitana Shepard.

La siguiente pregunta de Sehabed la pilla desprevenida. Medita durante un momento y sonríe con un gesto aliviado. Por primera vez desde que entrasteis en la reunión, parece que Inara ha recuperado su caracter decidido.

- Siento decepcionarle, Veigon, pero en mi caso no hay una gran motivación personal detrás de esta misión. No voy a negar que tengo curiosidad por volver a ver a Shepard y comprobar si todo lo que se ha dicho de ella últimamente es cierto, puesto que no concuerda con la imagen que conocí de ella en la Ciudadela, pero esa no es la razón por la que estoy aquí. Sencillamente, mis últimos años han sido un poco turbulentos desde que rechacé la última misión que recibí del matriarcado asari. Se ofreció la oportunidad de volver a trabajar en una misión oficial para el Consejo de la Ciudadela y acepté. Parece que había muchos detalles que se olvidaron de contarme antes de entrar en esto.

Se vuelve hacia el salariano, esperando su respuesta con evidente interés.

El técnico asintió ante el comentario de Inara sobre agotar las vías diplomáticas, al fin y al cabo hacerlo directamente según las intenciones del turiano llevaría a graves problemas de compañerismo entre ambos grupos. La pregunta

- Curiosidad. Vocación. Y poco más que pueda decir con una sola palabra. Soy alguien que vive por y para su trabajo, y me encanta, acepté esta misión por su importancia, por su valor científico y por lo que significaba, en ese orden. Si les soy sincero no me interesa si Shepard es o no un traidor por el peligro que eso pueda suponer. Jane Shepard es un ser excepcional, como persona individual probablemente sea el ser más interesante del universo. Como ya habrán comprobado me gusta estudiar las conductas de la gente, sus motivaciones, la razón de por qué sean así y la de por qué hacen lo que hacen. Jane Shepard ya se había convertido en una mártir, un icono heroico de lo que la cabezonería humana representaba. Pero, contra todo pronóstico, volvió de entre los muertos para poner a todo el universo en la que probablemente sea la mayor tensión social desde Saren y los geth. Y disculpe por mencionarle, Veigon. La verdad es que eso me fascina. Ese es mi motivo: descubrir por qué Shepard está haciendo todo lo que está haciendo. - dijo el salariano, que pretendía responder inicialmente a la pregunta de la forma más corta posible. Se había dado cuenta, sin embargo, que no servía de nada y que sus compañeros se sentirían más cómodos sabiendo la versión extendida. - Además, para qué mentir, si descubrimos lo que pasa y arreglamos todo este embrollo, sabiendo que tengo capacidades para hacerlo por mi mismo no iba a permitir que otro de los míos se llevara el honor, ¿saben? -

La última frase había adquirido un tono fácilmente cómico, y pasó a mirar de nuevo al espectro. - De acuerdo, hechas ya las confesiones... Podemos pasar a lo dicho: ¿saben cómo abordar ambos capitanes, respectivamente? Sería interesante que atacaran sus puntos débiles. Les daré alguna recomendación: podrían dejar caer que Cerberus seguramente haya dejado dispositivos de autodestrucción para las pruebas que allí hay y que la presencia de Stegenno, que será una carga para el grupo, podría hacer que se activen esos métodos de defensa y mandar al traste toda la misión. ¿Qué es lo peor que puede pasar en Omega? ¿Que le peguen un tiro por su bocaza? Eso ya sabemos que puede ocurrir en cualquier momento. A Hannah deberían decirle que todo eso pondría en peligro encontrar a su hija y a Riggs podrían decirle que llevarle pondría en peligro toda la misión en sí. Lo dicho, sus puntos débiles. Si necesitan mi ayuda para algo avísenme. -

La Capitana observa unos segundos a Riggs. Se levanta y cruza sus brazos tras la espalda. Coge aire. 

-Bien, Riggs. Prescindamos de los rangos un segundo, y si me permite, quiero darle un consejo, de oficial a oficial. Usted es joven, y comprendo su postura. En el frente, o las órdenes se cumplen, o la gente muere. En eso estamos de acuerdo, y es importante mantener la autoridad de un oficial superior. No obstante, Turin me informó de lo ocurrido durante y después de la simulación. He visto los vids y el informe. Los soldados se movieron de forma excepcional, Stegenno incluido, cuya maniobra fue poco menos que impresionante. A decir verdad, salvó al grupo del YMIR, sacrificándose a sí mismo, y lo hizo siguiendo las órdenes de Sehabed. Y a cambio, usted le recompensó, a él y a todo el grupo, con una dura reprimenda.- La Capitana pasea mientras habla, pero ahora se para, y mira a Riggs. 

-Yo tuve en mi nave a un Capitán parecido a usted. No les daba un respiro a ninguno de sus marines. Los sometía a una presión constante, y nunca oí un "buen trabajo" de sus labios. Acabó muerto de un tiro por la espalda en la décimo cuarta misión. Los detuvimos a todos, pero eso ya no sirivió de nada. Nosotros aún no hemos iniciado la misión, y Avot ya lo ha clasificado, Inara le odia y Sehabed le ha perdido el respeto. Eso por no hablar de Stegenno. Y Norman y Reynolds... Es cuestión de tiempo.- Se apoya sobre la mesa con ambas manos. 

-No pretendo que esta sea una reprimenda, Riggs, sino un consejo. Es usted el Capitán Riggs. Debería saber cuando ser el Capitán y cuando ser Riggs con los suyos. Yo iré ha hablar con Stegenno, e intentaré que entre en razón. No obstante, tiene que entender que Stegenno procede del BaAT. Toda la autoridad con la que ha tratado desde pequeño ha sido brutal, y cerrada. Él estuvo en el grupo del Comandante Vyrnus en el BaAT, ¿Lo sabía? Un turiano que le hizo pasar la mitad de su entrenamiento en un hospital recuperándose de las palizas. No se lo digo para que le de pena, sino para que comprenda a Stegenno. Es un error que me temo que no han comprendido sus anteriores oficiales. Y espero que usted si. Y creo que si fuera ha hablar con él, y se disculpara, todos los problemas quedarían zanjados. Obviamente, no le voy a obligar, Riggs. No soy su madre, pero si su camarada, y una oficial. Únicamente le doy un consejo.- 

 Claro, de paso es una advertencia para el grupo de tierra y que programen la IMCRV con algún tipo de mecanismo de búsqueda de explosivos. Y Riggs es orgulloso, le comentaré sobre la importancia que las cuatro razas del consejo se encuentren. El poder biótico de Inara será suficiente para contener el de Breil y que tener un soldado que lo desafíe en cada decisión le quitará valiosos segundos de decisión militar, que fue el principal motivo de reprimenda luego de la misión del simulador.

- De acuerdo, señores, entonces yo hablaré con la capitana Shepard sobre el sargento. A ver si tenemos suerte y estos humanos entran en razón. Una cosa más, - añade mientras empieza a teclear algo en su omniherramienta - para ultimar los detalles del equipo que llevaremos a Omega. Estoy de acuerdo con el señor Sehabed con respecto a los trajes de vacío, pero quería consultarles una cosa. - Termina de escribir y os enseña la omniherramienta mientras continúa hablando con total naturalidad - Entiendo que en nuestro equipo, esté o no Breil en él, no hay ningún otro experto en armamento de alta cadencia. Normalmente prefiero usar armas más precisas para misiones individuales, pero, vista su puntería con el rifle de francotirador creo que es mejor que yo utilice un Ravenant... ¿Están de acuerdo?

Ligeramente sorprendidos por el giro de la conversación, leéis el mensaje que Inara os enseña:

"Por favor, Maron, abra una conexión segura entre las tres omniherramientas, lejos de los canales de comunicación de la nave".

Riggs se lleva las manos a la espalda y se mantiene firme mientras escucha a la capitana. Sabia que la conversación iba a ir de eso, no esperaba otra cosa, aunque lo cierto es que no esperaba justamente que mostrara aquella actitud. Esperaba a alguien mas firme en aquel cargo, en aquella misión, y las señales que da Shepard no le dejan muy tranquilo.

- Entiendo lo que dice, Capitán – dice mirando a Shepard a los ojos, sin perder la compostura, completamente tranquilo – pero entienda también que en mi posición no puedo actuar de otra forma. Se que mis hombres, tanto ellos como el grupo del consejo, tienen habilidades excepcionales. Me pude dar cuenta de ello tanto como los demás en la simulación. Pero también pude darme cuenta de lo cerca que estuvieron de que la misión fracasara, y ante un hecho así no puedo dejar que se duerman en los laureles. Tal vez me odien por eso, tal vez me convierta en el tirano que quieran matar en sus sueños, pero realmente me importa muy poco si eso sirve para que no cometan mas errores.

Hace una breve pausa, pero antes de que la capitana pueda decir algo, Riggs vuelve a hablar.

- Usted a visto la reacción del sargento. Completamente injustificada, cuestionando no solo mi autoridad, si no también la suya, frente a un grupo enviado por el consejo para observarnos, y francamente personas como Stegenno no nos están dando una buena imagen. Seré franco, capitana, estamos sobre una capa muy delgada de hielo. Su autoridad es cuestionada desde el comienzo de esta misión, y a medida que esta avance lo sera aun mas. Se que no quiere pensar en la posibilidad de que Shepard... su hija, trabaje para Cerberus, pero sigue siendo una posibilidad – su tono se hace mas duro y la mirada mas penetrante al decir estas palabras – y cuando llegue el momento va a tener que tomar una decisión. Una decisión que no les va a gustar a todos, y que incluso no le guste a usted, pero que de todas formas va a tener que hacer valer. No podemos permitir que cualquiera inicie un motín por no estar contento. No voy a permitir eso, y no podemos permitir que se de esa posibilidad, por que de ser así estamos mas jodidos de lo que parece.

Vuelve a hacer otra pausa. Mira a la capitana en silencio, durante unos segundos, antes de seguir.

- No voy a disculparme con el sargento. Si quiere incorporarse a la misión a Trident, muy bien, sera de ayuda. Si no lo quiere hace puede pasar el resto de la misión en el calabozo. Pero sin duda no voy a ir a darle una palmada en el hombro después de lo que acaba de hacer, cuidando su ego y aumentando su sentimiento de autocompasión, no es ese el mensaje que quiero dar, aunque a los demás no les guste. Stegenno es un soldado y lo mínimo que puede hacer es actuar como tal. Cuando lo haga, tal vez entonces pueda dejar de ser el Capitán y comenzar a ser Riggs con el.

Deja caer los brazos a ambos lados del cuerpo, pero no deja de mirar a la capitana. No vuelve a decir nada mas, esperando una respuesta o que esa conversación quede ahí.

-Vaya...- La Capitana miró a Riggs. -¿Ahora quiere defenderme?- Shepard sonrió. -No necesito que nadie me defienda, ni que nadie me cubra. No habrá un motín en esta nave, como no la ha habido en la Ciudad de Cabo, en la Kilimanjaro o en la Orizaba. Aunque seré yo, y no usted, quien lo impida. Yo me preocuparé por mis decisiones, Riggs. Stegenno es parte de mi tripulación, y yo me haré cargo de su conducta. He tenido individuos peores que Stegenno bajo mis órdenes otras veces, en misiones mucho peores que esta. Nunca he fallado en mi mando, y no pretendo empezar ahora.- Shepard se movió hacia el extremo de la mesa. -Como he dicho, no soy su madre. No obstante, si es usted parte de mi tripulación y, hasta que la misión acabe, uno de mis oficiales. Por ello, le he dado un consejo, no una orden, y es libre de ignorarlo como tal.- Se apoyó en la mesa, y se inclinó hacia el Capitán. 

-Y de paso, le daré otro consejo. No sabe usted escuchar a nadie que no sea usted mismo, Riggs. Y eso siempre tiene consecuencias. Esta es la última vez que oirá este o ningún otro consejo por mi parte.- Volvió a erguirse, y a cruzar los brazos tras la espalda. -Puede retirarse, Capitán.- 

- En eso se equivoca – piensa Riggs ante las ultimas palabras de la capitana. Y es que si por una vez el comenzara a hacer lo que realmente cree necesario hacer entonces las cosas serian bastante diferentes. Si comenzara a escucharse a el mismo de seguro Stegenno ya estaría con su culo saliendo de la escotilla y aquella misión tendría varios cambios respecto a varios aspectos bastante cuestionables que se dan en ella.

Piensa acerca de eso, pero se mantiene en silencio, y cuando la capitana termina de hablar, Riggs, de manera fría, sin dejar de mirarle a los ojos, hace el saludo y camina hacia la puerta, pero antes de cruzarla da media vuelta y vuelve a clavar la vista en Shepard.

- Solo para que quede claro – dice de manera firme, mientras se gira, antes de volver a clavar la vista en los ojos de la capitana – no la defiendo a usted. Defiendo el progreso y éxito de esta misión... de quien sea que pueda ponerla en peligro – añade mientras se cuadra, mirando fijamente a su superior durante unos breves segundos que se hacen eternos, en completo silencio – capitán – agrega, mientras perfectamente erguido vuelve a hacer el saludo, ahora mas firme y seguro que antes, para luego volver a voltear y dirigirse a la salida.

De repente, las puertas de tu habitación se abren, y la Capitana entra en la habitación, seguida por dos guardias. 

-Esperen fuera.- Los guardias asienten y se marchan. La Capitana se queda allí plantada en la habitación, por unos segundos, mirando a Stegenno, de forma fría, pero no severa o dura. Tras unos tensos segundos, la Capitana da un paso al frente. 

-Sargento Stegenno. ¿Sería posible hablar con usted sin que de esa boca llena de mierda salga alguna impertinencia? Por qué me gustaría probar de arreglar esto por las buenas. Aunque tampoco pienso esforzarme demasiado.- No se mueve ni cambia su expresión. Su mirada sigue siendo fría, y su tono de voz, es asentimental completamente. De no ser por qué está ahí delante, podría ser perfectamente una máquina. 

Claro. - Dice Stegenno reclinandose en su silla. - ¿Es sobre el mensaje que le he enviado o sobre mi relación de amor con Riggs?

-Sobre ese mensaje hablaremos después.- La Capitana no deja de observar que Stegenno no se ha levantado de su silla ante un oficial superior. Y eso le molesta. Al menos Riggs ha tenido la decencia de seguir el protocolo antes de escupirle a la cara. Empezaba a odiar aquella misión... Y a aquella gente. Incluso más de lo que pensaba hacerlo. 

-Su relación con el CAPITÁN...- Marca estas palabras con especial importancia. -...Riggs me importa poco. Vengo ha hablar de su comportamiento, Sargento. Es del todo inaceptable.- Niega con la cabeza. -Se que no le cae bien. Pero es su oficial superior, y cumple con su trabajo. Es usted el que no cumple con el suyo. Ha demostrado ser usted un soldado eficaz y competente en el frente, y fuera de él, si lo que veo en este mensaje es cierto. No obstante, su constante intento de sacar de quicio a todo el mundo, y su particular desdén para con las normas es, como ya he dicho, inaceptable. No le pido que se guarde su opinión. Solo se le pide que se comporte como un humano civilizado y un suboficial de La Alianza.- Mientras habla, empieza a caminar por la habitación. -Puede que las órdenes no siempre le gusten. ¿Cree usted que me siento a gusto persiguiendo a mi propia hija como si fuera una vulgar criminal? Sin embargo, lo hago. Del mismo modo, se le pide que usted cumpla las suyas. Esté o no de acuerdo.- Sin perder su tono severo, poco a poco la Capitana modera su lenguaje con una pequeña dosis de sentimiento a cada frase, lo exacto para parecer cercano sin dejar de lado su autoridad. 

Shepard parecia un mejor oficial, severo pero comprensible.

Quiza su unica posibilidad de ir a Omega.

A medida que la conversación avanzaba Breil se sintió mas incomodo sentado en la silla. Finalmente, carraspeando un poco avergonzado, se levanta para ponerse en posición de descanso militar.

Lo siento Capitana, el Capitan Riggs saca lo peor de mi.

Intentare mejorar.

A Veigon le da una notoria satisfacción el profesionalismo de la asari. Es una estrategia fantástica. Usualmente los bióticos usan pistolas y armas de bajo calibre, pero con un Ravenant vamos a dar toda la apariencia de un grupo mercenario de tipos duros estándar, eso los hará subestimar el poder biótico de nuestra variopinta cuadrilla. Obviamente no dudo de la capacidad de una comando asari en usarla, pero si lo hará quien nos juzgue. "Cuando eres fuerte aparenta ser débil, cuando estés cerca aparenta estar lejos" Es una frase típica del ejército turiano. Lo cual me hace pensar en ocultar el rifle de francotirador en los chequeos...

-Espero que realmente sea cierto. No quiero volver a tener esta conversación, Sargento. Porque la próxima será por las malas. Examinaré, junto con Turin, estos datos. Y si valen lo que parecen valer, quizás Trident tenga que esperar. Para todos.- La Capitana se da media vuelta, y se dirige a la puerta. Aunque antes de irse, se vuelve hacia Stegenno. -Riggs es un buen oficial. Es duro, y no es simpático, pero es de esos que trae a la gente viva para que puedan volver a casa. Y si le da una oportunidad, se dará cuenta.- Dicho lo cual, sale por la puerta, rumbo hacia sus pasillos. Le siguen los dos guardias que ha traído y los dos que custodiaban tu puerta. 

Mientras hablas, justo tras el mensaje de Inara

Cita:

Recibes otro en tu omniherramienta. Es del Sargento Stegenno, pero de su terminal, no de su omniherramienta. 

Cita:

Dejando atrás las discusiones y con la mente de nuevo en Trident, Riggs se dirige hacia donde están almacenados los mecas para echar un vistazo y verificar que todo este en orden, aunque realmente no espera otra cosa, tiene que mantenerse ocupado un buen rato antes de llegar a destino.

Inara arquea las cejas, sorprendida ante la respuesta de Veigon. Creía que había sido evidente que lo importante de la conversación que estaba manteniendo era lo que estaba pidiendo por escrito, no lo que decía. Al parecer se había equivocado.

- Las comando asari nos entrenamos normalmente con todo tipo de armamento. - vuelve a escribir algo en su omniherramienta - Yo en particular prefiero los fusiles de asalto, dada su versatilidad y alta cadencia de fuego. Es un tipo de entrenamiento que normalmente los bióticos humanos no realizan, pero nuestra afinidad natural para la biótica nos permite dedicar más tiempo a otras habilidades que pueden resultar muy útiles.

Nuevamente, muestra a sus compañeros lo que ha escrito:

"Por favor, Maron, hágalo AHORA. Tengo algo que comunicarles y no quiero que pueda ser rastreado por la IV de la nave, ni escuchado por nadie fuera de esta sala. Supongo que usted podrá establecer ese tipo de comunicaciones mucho mejor que yo. Gracias"