Partida Rol por web

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

- Pe-perfecto-Contestó a Tronquito. A-así ppppodré enseñarte el el la-laboratotio uhm.- Después le hizo un gesto con la mano para que se quedara sentado. No tardaría mucho en preparar sus cosas.- Nnnno tardo. Qué-quédate mmm aquí y tttermina de des-desa...hi-dra-tar-te.- Se había acordado a mitad de camino de que Tronquito no desayunaba, sino que absorbía agua por sus zarzillos.

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

Haluk Molok había llegado y saludó a todos los presentes con un movimiento de cabeza dando los buenos días. Su vista fue pasando por la camarera Ekaterina, la alquimista Momo, el ciego Win, el vikingo Dagfinnr, el gato Peludo y por último Tronquito.

Las palabras del ciego llegaron a sus oídos y afirmó – "Sí, he dado una vuelta pero no he visto nada extraño. Aunque lo único que me ha llamado la atención son los guardias, holgazanes y con la actitud recaída, tal vez por lo sucedido." – dijo el hobgoblin – "¡Antes que se me olvide! He visto unas extrañas pinturas en los edificios, cruces blancas y uno de los guardias las intentaba borrar" –

- "Yo podría ofrecer ayuda para dar caza a esos semiorcos, podéis contar con mi maza" – dijo mirando al vikingo y la camarera.

En los ojos del hobgoblin había un brillo de ilusión, por fin un poco de acción, se disponía a iniciar ya el trayecto para preguntar al Sargento y los guardias que custodiaban las puertas.

- "Yo ya estoy listo" – dijo mirando a Dagfinnr y Ekaterina.  

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

Win asintió a las palabras de Molok, aunque hubo algo que le llamaba la atención de lo comentado por el hobgoblin y no sabía exactamente qué era.

- Tronquito, Momo, iré con vosotros - dijo con voz débil, sumido como estaba en la palabras de Haluk. Repentinamente el mutis se iba rompiendo. Reconoció la voz de Dagfinnr ofreciéndose a investigar el tema del sargento Frum, los guardias de la puerta e incluso rastrear a los semiorcos. Molok también se sumó a esa tarea... y para sorpresa de todos la camarera, Ekaterina, afirmaba poder ayudar a seguir la pista. Debían pagar por lo hecho en las habitaciones.

Win "miró" hacia los lados, dirigiendo su rostro vendado a los presentes, a modo de ver si alguien se oponía a que la ayudante de la posadera se uniera.

Bueno, después de todo habrá escuchado todo lo dicho en esta mesa y estará tan informada como el resto, dedujo mentalmente el invidente, encogiéndose de hombros y asintiendo -. No hay objeción por mi parte, Ekaterina. Toda ayuda es bienvenida. De todos modos, los que vayáis a salir fuera a seguir el rastro después de hablar con Frum y los guardias de la entrada... allí fuera es peligroso. Bastaría con saber qué dirección han tomado, sin alejarse demasiado de Trunau y sus inmediaciones - aconsejó el ciego -. E ir bien pertrechados por si acaso - añadió palmeando su pecho primero y el mango de su mandoble después. Desconocía si Ekaterina tenía equipo para ello, mas si sabía rastrear algo de experiencia en campo debería tener.

Rascó la panza de Peludo durante unos momentos, para indicarle que se pondrían en movimiento en breve. Se comenzó a levantar... y repentinamente se quedó como una estatua.

- Un momento... ¿Has dicho cruces blancas? ¿Quizás con una asta larga y la otro muy corta? - preguntó súbitamente el ciego.

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

Asintió a Monique y se dispuso a esperarla en el tránsito de su subida y bajada y, mientras tanto, se dispuso a desayunar a su extraña forma, pero el proceso se vio interrumpido por el nerviosismo del invidente ante las palabras del goblin. Había correspondido a su saludo cuando llegó, pero no había estado a su conversación, ensimismado como estaba en otros asuntos. Aun así, la criatura le parecía digna de estudio y ya tenía un largo listado de preguntas que hacerle cuando las circunstancias fueran más halagüeñas y propicias para ello.

-¿Es importante eso Win? -preguntó extrañado, aunque consciente de que así debía ser-. Haluk, ¿en qué edificios dices que viste esas cruces? ¿Y reconocerías al guardia que las borraba?

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

Por todos los dioses, no podía llegar a creérselo. ¿Iba a tener que formar grupo precisamente con esos dos? O sea uno, vale, después de todo se había prestado voluntaria sabiendo que iba a ser con él, pero el otro que se había sumado después... Ya solo faltaba que se uniera Piero para que estuvieran de nuevo los tres todos juntitos y en compañía. Eso sí, esperaba al menos que la búsqueda de los semiorcos no se les diera "tan bien" como el día anterior se les habían dado la idea de los interrogatorios.

Escuchó al ciego mientras hablaba y se encogió de hombros. Probablemente no sería ella la que hablase, aunque dada la "labia" de los otros y las habilidades demostradas el día anterior, podía llegar a ser la más apropiada en contra de todo pronóstico. Fuera como fuera antes de partir tendría que informar a Cham de que saldría en busca de los semiorcos. 

Estaba cansada de servir. Era todo lo que había hecho en su vida. Eso y huir. Algún día tendría que poner fin a ese ciclo. Algún día, esperaba que muy cercano.

CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: POR LA MAÑANA DURANTE EL DESAYUNO.

El hobgoblin respondió al señor Win sin ningún tipo de demora, hizo un gesto pensativo para finalmente responder a las palabras del ciego – “Sí, una especie de cruz con un asta larga y la otra corta. Se podría parecer a una espada tosca. ¿Por?” – preguntó a Win a la espera de su respuesta y así resolver su desconocimiento.

El hobgoblin miró a Tronquito y afirmó – "Os podría dar las indicaciones de los edificios en los que había esas marcas, tal vez podáis ver algunos restos. El soldado que las limpiaba parecía un poco borracho." – Se acarició un momento la zona de la barbilla – "Podría intentarlo, pero no sé si sería con éxito ya que no me centré mucho en el soldado." –

El hobgoblin se giró para mirar al vikingo y la camarera - "¿Quedamos en algún punto en concreto para iniciar la marcha? Lo tengo más o menos todo listo, pero me vendría bien unos minutos para terminar de preparar el escaso equipo del que dispongo" -

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

De alguna manera Piero había logrado tranquilizar (nuevamente) al asustado chaval quien, solo gracias a cierto sentimiento de lealtad (o quizás al propio miedo) no se había decidido por atravesar la zona corriendo hasta llegar a la finca de sus padres.

Tampoco es que pudiéramos echárselo en cara, la verdad- meditó el granjero mientras observaba el variopinto, por decir algo, grupo que se había ido formando- En todo caso, ahora está tranquilo. Dioses... ¿quién hubiera pensado que un picadero de tres al cuarto como este podía estar tan lleno de monstruos? O los amantes adolescentes de Trunau tienen la mayor de las fortunas o, sin duda, el deterioro en unos pocos días de este sitio debe haber sido espeluznante. 

- Bueno, señores... ¿Win, te encuentras mejor? ¿el resto está herido o se siente enfermo de alguna manera? Os agradezco a todos vuestra actuación ahí dentro. Que tales monstruos estuvieran tan cerca de la población, y que de alguna manera hayan podido infiltrarse hasta aquí, y realizar las prospecciones que hemos encontrado me produce una honda preocupación- tras estas palabras guarda un instante de silencio, antes de continuar mientras se acaricia la espalda, justo encima de los riñones que siente doloridos. Luego continúa- Tenemos, entiendo yo, que informar a la guardia. Al fin y al cabo ya sabemos que Rodrick ha sido asesinado, y aún más, que hay una plan preconcebido para perjudicar a Trunau que involucra, de alguna manera, el lugar del que acabamos de salir. También debemos llevar a este pequeño a la finca de sus padres. Y por supuesto avisar tanto a Dragos como a Haluk, y reunirnos todos para pensar nuestro próximo movimiento. También sería conveniente comprobar que el botín obtenido en toda esta... digamos aventura... se reparta de forma adecuada entre los que hemos puesto nuestra vida al servicio de Trunau. ¿Os importa indicarme qué se ha llevado cada uno? Empiezo yo, llevo encima: 

• Cuatro monedas de platino.
• Un traje noble bermellón de la familia Darkaris, y el sello de anillo nobiliario propio de dicha familia.
• Seis usos para disfraz.
• Unas herramientas de ladrón (de calidad normal).
• Una ballesta de mano con diez virotes normales, diez de hierro frío y diez de plata.

PUEBLO DE TRUNAU:

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ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

-Yo cuento o contaba con dos pergaminos de Apertura, uno de Llamar Enjambre y otro de Endecha de Perdición de Fantasmas. Mucho me temo que solo me queda el de Llamar Enjambre pues los otros se emplearon en las ruinas del templo. ¿O solo se uso uno de Apertura? No lo recuerdo bien -dijo casi de forma inmediata Tronquito. No tenía constancia de tener nada más en su haber. Entonces su mirada se desvió hacia el pequeño Othdan y aunque entendía la premura del viejo granjero por organizar su pequeño tesoro, creía que había otras prioridades-. Piero, ¿podríamos pedir algo de comida para el niño? ¿Y agua? A saber qué ha comido ahí abajo. Y quizá un baño caliente le ayude a sentirse un poco mejor. Y ropa limpia -enumeró de forma ordenada a su pensar. Comer y beber eran lo primero. Que se lavara, algo no tan prioritario. Ropa, un pequeño lujo. Pero lo que sí era cierto era que debían atenderle de forma adecuada. Le habían salvado y tenían una responsabilidad para con él.

PUEBLO DE TRUNAU:

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ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

A las palabras de Tronquito Piero solo pudo, con sencillez, menear la cabeza y asentir.

- Es cierto. Tienes toda la razón, Tronquito. Iré a llevarlo con sus padres, son granjeros como yo, y creo que será lo más fácil y oportuno. Si os parece, esperadme en la taberna, allí valoraremos lo que estábamos comentando y daremos nuestros siguientes pasos. ¿Avisáis a Haluk y a Dragos para que se nos unan para hablar y cenar justo cuando caiga la noche?-  había tardado pero, a lo que parecía, Piero ya sabía que la hostilidad de Dragos para con la luz solar era, más que una manía, algún tipo de enfermedad. Tras esperar a lo que hubiera que decir, el campesino marcha a devolver al chico junto a sus padres. Si alguno de los presentes quería acompañarle, perfecto.

PUEBLO DE TRUNAU:

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MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Win asintió con la cabeza en gratitud a Piero por su preocupación. Pese a sus heridas, el joven se sentía lleno de vida y agradecido a Iomedae por la fuerza que le había otorgado para combatir los peligros de aquella casa, a pesar de su ceguera. Tras susurrar una plegaria de gratitud a la Dama del Valor, atendió a lo que el granjero demandaba, información sobre lo obtenido.

El iomedano era fuerte y vigoroso, por tanto no había tenido problemas en meter muchas de las cosas encontradas en un saco que acarreaba a su espalda. Metió la mano en él y fue palpando para recordar lo recolectado y así poder enumerarlo.

- En mi cinto tengo un alfanje hallado y en mi bolsillo las cuatro monedas de platino que repartimos - recordó -. Aquí en el saco tengo... un cofrecillo enjoyado. Sin duda tendrá su valor - comenzó. Al poco se oyó un tintineo -. Esto es un camisote de mallas ligero, por si alguien lo necesita. Y este palito de aquí... creo que una varita mágica de curación - informó -. Este frasquito... quedamos en que era aceite de arma mágica y esta daga de aquí que era de plata - prosiguió -. Estos seis pedruscos me dijisteis que eran ónices negros y esto... esto... esta cosa pringosa y gelatinosa... ¿Qué diantres es? - se preguntó extrañado sacando un grumo mocoso. Tras estrujarlo unos momentos profiriendo sonidos asquerositos, el ciego cayó en la cuenta de qué podía tratarse -. Errr... humm... creo que se me debió colar un pedazo del cubo gelatinoso cuando casi me ahogo en él, mientras era aplastado por una estatua... - rememoró con poco agrado, tirando el grumo a un lado -. Eso es todo lo que llevo. La espada de Iomedae la porta Dagfirnn, pues él la necesita ahora más que nadie - concluyó.

Escuchó las palabras de Tronquito y negó con la cabeza en un determinado momento.

- Recuerdo que te entregué una caja metálica con un pergamino. Creo que dijiste que era un hechizo para "trabar puertas", o algo por el estilo. Rebusca entre tus pertenencias - le sugirió el invidente.

Piero, a comentario del hombre-árbol, se ofreció a llevarse al muchacho liberado a la granja de sus padres. El resto... quizás debería retirarse a descansar y recuperarse de las heridas. Los que habían sido apaleados, claro, como él mismo. Y así lo expresó en consonancia con la opinión de Piero de volver a la posada.

- Conforme, Piero. No obstante nos dejamos aún algo ahí - dijo haciendo un gesto con la barbilla hacia el ruinoso edificio, situándolo perfectamente pese a que no podía verlo -. "Algo malvado acecha bajo las cenizas del pasado" - recitó, rememorando el verso de Rodrick y visiones de Katrezra -. Todos sentimos que había algo debajo de la sala de los enfermos. Algo realmente malo y por ello lo evitamos. Quizás la visión se refería, precisamente, a lo que obviamos - manifestó encogiéndose de hombros y haciendo extensible al resto su propia duda.

- Sin embargo, siempre podemos volver mañana - añadió con media sonrisa a la que se agachó y cogió a Peludo, junto a él, comenzando a acariciarlo - Lo has hecho muy bien, compañero.

Se sentía cansado y vapuleado. Necesitaba un descanso al igual que el resto. Aquella cosa podía llevar muchos, muchos años allá oculta, si es que aun había algo. Seguro que podría esperar unas pocas horas más.

PUEBLO DE TRUNAU:

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ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

¿Se sentía enferma? Ya se encontraba mejor, pero no podía negar lo innegable. Algo iba mal, al menos en su cabeza. No contestó a Piero, sino que se limitó a negar con la cabeza. No necesitaba cuidados si eso era lo que preguntaba. Momo se había quedado aterida por el miedo en el sótano de la Casa de las Plagas y se había perdido la emboscada realizada por aquellos asesinos. Estaba de acuerdo tanto con Piero como con Win. Había un plan orquestado contra Trunau y la muerte de Rodrik era sólo la punta del iceberg. Por otro lado, no habían llegado a ninguna conclusión acerca de cómo los lobos habían penetrado las defensas de Trunau, más que pudiera ser, como les dijo el viejo mudo, que traidores de la milicia lo hubieran orquestado de alguna manera.

Miró con ternura a Tronquito. Su memoria aún era endeble y conocer las razones le había tocado su corazoncito. Se acercó a él cuando propuso que dieran de comer al niño.

- Sssi qui-quieres pppuedo darle mmm una de las ba-bayas que que mmme dis-te. - Le pedía permiso no fuera a ser que fuera ofensivo para los Ghoran dar algo que había sido previamente regalado. Después tiró del pantalón de Piero para darle su listado de objetos recuperados del picadero.

 - Una Co-cola sssso-be-ra-na y dos dde ddisolvente uhm universal. - Uno de los frasquitos de disolvente parecía estar un poco usado.

- Una Po-poción dde vvisión mm en la os-cu-ri-dad.

- Dos vviales dde a-agua bendita bendita.

- Cuatro mmmonedas de de pla-platino.

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ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Reunido junto al grupo y algo sucio, como de costumbre, el goblin escuchó muy atento a todos los presentes mientras hacían recuento de los objetos adquiridos. Los ojos rojizos del pequeño ser miraban impacientes a cada uno de los interlocutores cuando éstos hablaban y enumeraban más y más cosas.

—Yo no tengo nada, pero chi puedo decir algo al rechpecto. La diocha Chelyn echtaría muy agradecida chi parte de echte importante botín che dona para ella. Echo chería muy bonito y a Chelyn le guchta la belleza.

Tras esas palabras el goblin sonrió intentando parecer inocente y adorable, todo lo posible, pero su amplia boca repleta de colmillos no ayudaba.

—A cher pochible, dinero —apostilló mientras sonreía.

Sus pequeñas zarpas se movían nerviosas mientras su cabeza no dejaba de darle vueltas a todos los posibles usos que podría darle al dinero. Estaba seguro de que la diosa Shelyn agradecería su esfuerzo cuando consiguiera construirla un templo nuevo para que la gente honrara su figura.

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ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

No dudó en hacer lo que Win le pedía y rebuscó entre sus cosas.

-Sí, tienes razón -señaló sonriente y esgrimiendo un pergamino-. Retener Portal. Ah, Piero y también tengo este camisote de mallas que pertenece a Dagfinnr. A cambio le entregué una cota de mallas orca. Mmm -murmuró al cabo de un par de segundos-. Piero, Win, ¿os parece oportuno que me quede con la vara de curaciones? Sé que ahora mismo la tienes tú, Win, pero seamos claros. En combate eres mucho más eficaz que yo y yo en cambio soy más rápido. En un combate tendría opción de sanar a quien lo necesite sin que por ello la lucha se vea perjudicada. No sé si me hago entender.

En otro orden de cosas, que Piero atendiera a su petición pero le diera la vuelta afirmando que llevaría al niño a su granja, le desconcertó.

-Piero, si te parece, podemos atender al niño aquí, en la posada. Tenemos preguntas a las que podrá responder con tranquilidad y además, está oscureciendo. Pronto será de noche y se ha demostrado que Trunau ya no es tan segura como nos gustaría. Al amanecer podemos llevarle a su casa. ¿No crees? -la presencia de Othdan en los sotános del templo era un misterio así como cuál era el destino que le estaba reservado. Pero fuera cual fuera la respuesta, lo cierto era que su secuestro y encierro no tenían mucha lógica. No al menos en aquel momento. Miró al muchacho, fuente de todo tipo de interrogantes.

Luego se volvió hacia Monique a la cual sonrió.

-Claro que puedes, Monique. Es tuya y puedes hacer con ella lo que quieras, aunque te agradezco que me lo hayas preguntado, pequeña alquimista.

Pero su sonrisa duró poco. Las palabras del checheante goblin atrajeron su atención y el asombro se pintó en su cara. Ya con anterioridad se había fijado en él aunque no había tenido opción de hablarle directamente. Y las preguntas ardían en la punta de la lengua de Tronquito. Que fuera un goblin ya era de por sí un rasgo lo suficientemente exótico como para despertar su curiosidad. Su acento no hacía sino incrementarla. Su nombre, la hacía hervir. Tenía vagos recuerdos de alguna vida anterior, y de viajes hechos a tierras sureñas, donde las hembras gustaban de telas con volantes y topos y los hombres llevaban pantalones ajustados y fajines de colores vivos. Su habla mostraba un deje que explicaría el nombre del goblin. Al menos, en la mente del ghoran.

-¿Y para qué necesita una diosa dinero? Está por encima de esos bienes materiales, máxime si dices que aprecia la belleza ¿verdad? Además, como diosa, si necesitara dinero podría crearlo, ¿no? -preguntó inocentemente. Miró entonces detenidamente al goblin. Su cara no mostraba manchas de suciedad ni nada parecido y no llegaba a entender el porqué de su nombre-. Te llamas El Tiznado, ¿verdad? ¿Procedes de las tierras del sur? ¿Por eso tu forma de pronunciarlo? Er Tiznao -dijo en una más que aceptable reproducción del acento local sureño-. ¿Por qué te pusieron ese nombre? ¿Acostumbrabas a ir de pequeño con la cara sucia de hollín?

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Win comenzó a caminar hacia Trunau, con la intención de seguir el camino del Este, rodeando el perímetro rocoso y amurallado que protegía el pueblo cuando Tronquito llamó su atención pidiéndole la varita. Como toda respuesta el ciego dejó a Peludo en el suelo, se quitó el saco del hombro, lo abrió, rebuscó, encontró la vara y se la lanzó en lenta parábola al hombre-árbol, como si supiera donde estaba... y es que lo sabía, aunque no lo veía.

No dudó en dárselo, ya que Tronquito expresaba lo que, minutos antes, habían acordado ambos al respecto del objeto llegando a la misma conclusión. Al parecer, con el lío, finalmente la entrega no se había hecho y la varita terminó inexplicablemente en su saco.

- No le queda mucho poder, pero en tus manos será más útil que en las mías - reconoció volviendo a cerrar el saco y echándoselo al hombro. Escuchó el comentario del vegetal animado y en esta ocasión no estuvo de acuerdo con él plenamente. Por ello caminó hacia el arbóreo y le habló en voz baja para que el crío no les oyera.

- El muchacho está mal y desea fervientemente volver con su familia. A no ser que su granja esté lejana y la noche caiga antes de que pueda llegar a ella, entonces concuerdo contigo. Si por el contrario su casa está cercana, bien puede asearse y comer con su familia - manifestó -. ¿O acaso existe otro motivo por el cual deseas retenerlo? - preguntó intrigado.

Sonrió conteniendo una carcajada ante las peticiones del pequeño goblin para su diosa "Chelyn". Al parecer no había mayor belleza para el pequeñajo seguidor que el brillo dorado.

- Lamento rechazar tu petición en estos momentos. Mantener el hospital de Iomedae y el equipo necesario de la orden para defender Trunau tiene su coste, Ertiznao. Posiblemente, y ojalá me equivoque, vengan momentos difíciles donde haya que invertir ese dinero en la seguridad de los habitantes de este lugar. Ojalá vengan pronto tiempos más amables donde la belleza pueda florecer y expandirse.

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

-Gracias Win -dijo al tiempo que recogía la varita lanzada. No le sorprendió su precisión. Lo cierto es que la sorpresa hubiera venido de arrojarla sin puntería-. Haremos un buen uso de ella, aunque ojalá no tengamos que utilizarla -señaló con escasas esperanzas a aquel respecto.

Y cuando el ciego mostró sus reticencias a mantener al niño junto a ellas, Tronquito no pudo menos que entender su punto de vista, pero ante su última pregunta, experimentó una forma de revelación, algo inconsciente que afloró ante la necesidad de responder a Win.

-La verdad es que ahora que lo preguntas, sí -afirmó escuetamente-. ¿Tienes un minuto? -le dijo a su vez cuando acabó de hablar con el goblin-. En privado -el ciego se había ganado la confianza del ghoran y confiaba en su buen juicio. No es que desconfiara de los demás. De hecho, le hubiera gustado hacer partícipe a Monique de sus reservas, pero las cosas ocurrían cuando ocurrían y como ocurrían. Echó a andar hacia una zona algo más alejada, con el fin de que el chiquillo no les escuchara.

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Ya estaba Piero hablando de nuevo. El viejo parecía ser incapaz de guardar silencio durante largos ratos, y cuando no hablaba él reclamaba al resto hacerlo, que era precisamente lo que en aquella ocasión había hecho.

Quería saber qué objetos tenía cada uno con intención de redistribuirlos como si ya no los hubiera distribuido en su momento. Ahí estaba la prueba ante las sospechas de Ekaterina de que cuando había repartido el dinero que ella había encontrado, y a ella le había tocado una parte ligeramente mayor que al resto, podía no ser del todo definitivo.

La camarera guardó silencio, no dijo nada sobre lo que llevaba encima, y no era porque encima no llevara nada más que el dinero que ya habían repartido, sino porque no le apetecía hacerlo. Estaba herida y cansada, cansancio que aumentaba tan solo de pensar en una conversación tan estúpida e innecesaria, similar a la que poco después nació en torno a la cuestión de qué hacer con el muchacho que se habían encontrado.

Lo miró con cierto desprecio. A su edad debería haber aprendido ya a defenderse él solo, a luchar por su vida, a tener algo de orgullo, pero en su lugar la única habilidad que sus padres le habían enseñado era a sollozar como un triste mocoso. En momentos como aquellos casi agradecía no haber sido educada por su padres, aunque con una madre como la suya nunca hubiera acabado transformada en alguien tan patética como aquel muchacho.

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Tras el permiso de Tronquito, Momo le dio una de las bayas al niño.- Ttto-ma, ppprueba. Te te sssentará uhm bbien.- Se quedaba una de las bayas para ella. Quería probarla a pesar de las reticencias que cualquiera pudiera tener respecto a de dónde habían salido. Sin embargo, ¿no decía su amigo que su carne era deliciosa? Se quedó expectante observando la reacción del niño al probarla.

-Jijiji.- No pudo evitar reír ante las interpretaciones tan peculiares que hacía Tronquito de las palabras del goblin. No iba a ser ella quien le corrigiera con respecto al nombre. El goblin tenía uno y bien complicado de pronunciar. Tanto que Monique estaba segura de que se quedaría trabada al tratar de decirlo correctamente. A pesar de la frivolidad de las palabras del acólito se quedó pensativa y con gesto triste. Se acercó al fiel seguidor de Shelyn para dirigirle unas palabras al tiempo que sacaba una moneda de oro.

- Di-dices que a mmm Shelyn le gusta la bbbelleza, ¿nnno?- Le cogió la mano y le puso sobre la palma la moneda.- ¿Po-podrías pe-pedirle po-por mmmí pa-para que mmme a-arregle el uhm habla?- A todos les disgustaba la manera interrumpida y pesarosa que tenía Momo de hablar, como bien se lo habían hecho sentir toda su vida. Quizá si el goblin rezaba por ella la Diosa se apiadara de su pesar.

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

Tras haber hablado con Win, regresó hasta el resto justo a tiempo de escuchar a Monique hablar con el goblin y verle ofrecer una moneda a cambio de solucionar su tartamudez. Sintió una breve e intensa tristeza.

-No, Monique -dijo con voz suave y baja-. Tu habla es perfecta, pequeña mía, perfecta -asintió vehementemente con la cabeza como rúbrica a la afirmación hecha- y no necesita ser arreglada. Forma parte de ti, de tu ser, de tu naturaleza, como los són los pétalos que conforman mi rostro o la rugosa corteza de mi piel. Sé que quizá no son del agrado de todos pero eso no importa. Nunca nadie se sentirá del todo satisfecho de algo del otro. Lo que cuenta es que nosotros seamos conscientes de todo nuestro ser, de sus virtudes y de sus defectos, de lo bueno y de lo no tan bueno y aceptarlo. No solo aceptarlo, amarlo. Porque cuando nos amamos tal y como somos, podemos empezar un viaje maravilloso. El de amar a los demás, aceptándoles tal y como son. Si así lo quieres, ofrenda esa moneda a la diosa y en un momento dado, pide algo para otros. Hay gente que va a necesitar de tu generosidad, porque tú, mi querida Monique, pequeña gnomo de mis entretelas, no necesitas que te arreglen nada.

PUEBLO DE TRUNAU:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: CAÍDA DE LA TARDE.

En el mismo momento en el que se propuso, no dudé y saqué a la luz todo lo que conservaba de aquella incursión en la casa, pues parte de lo encontrado ya se lo había entregado a los demás.

- Yo tengo el cuchillo que debió de pertenecer a Rodrik, el pergamino de Piel de Corteza y la poción de Escudo de la Fe que me disteis. Este colgante - enseño a todos una piedra de cuarzo de color rosa en forma de estrella que llevo colgado al cuello, junto a la símbolo de Gozreh, y que parece un amuleto - que estaba dentro del cubo gelatinoso, y unas monedas que también estaban allí, que son... - las saco de la bolsa y las extiendo sobre una mesa, intentando contarlas a pesar de que están sucias, pues aún tienen restos de cieno. Me rindo al poco, y se las muestro a los demás, dejando ver que hay un total de 20 po, 95 pp, y 144 pc.

PUEBLO DE TRUNAU: CASA ENREDADA:

AÑO: 4715 RA.

ESTACIÓN: INICIO DE LA PRIMAVERA.

MES: FARASTO.

DÍA: 5, DÍA DEL JURAMENTO.

HORA: JUSTO DESPUÉS DEL OCASO.

Había llegado la hora de despertar, después de haber descansado al amparo de la oscuridad en aquella posada. La vigilancia había sido... Extraña, tensa. Era evidente que algo o alguien acechaba en Trunau. Sin embargo, no había podido aclarar el qué, ni dado con ninguno de esos espías o lo que fueran. Con paso tranquilo bajó al salón, encontrándose con el resto allí reunidos. Y con aspecto de haberse visto envueltos en una señora pelea. 

-¿Los espías?-preguntó, dando por sentado que debían haber dado con aquellos que acechaban a Brinya.