Partida Rol por web

Al asomarte por la ventana  tu naricita percibió un olor dulzón, de lo más desagradable. Olía como a enfermedad. 

La habitación estaba en penumbra, iluminada tan sólo por la rendija de luz que se colaba por la puerta entreabierta, pero tus pupilas felinas se dilataron y viste una habitación parecida a la que acababas de abandonar. En el centro de la habitación podías ver una mesa y sobre ella, un gatico tumbado. Tenía un tubo saliéndole de la patita, gasas blancas tapando su entrepierna y parecía profundamente dormido. En una de las paredes había jaulas de suelo a techo, como en la otra habitación, pero estaban todas vacías. En otra de las paredes una mesa con herramientas y tubos que no podías identificar y en la otra, la puerta que habías dejado atrás. 

En la penumbra podías distinguir que la puerta se abría. Tus ojillos de gatico se aguzaron y pudiste ver a Resaca entrar por ella, seguida por un montón de gaticos.

En cuanto los ojos de Rubik se adaptaron a la penumbra del interior su determinación flaqueó un poco. Buscó entonces la mirada de Marí, con quien había estado hablando, y luego la de los otros compañeros.

- Está dormido... - Enunció, dubitativo, aunque pronto recuperó el optimismo. - ¡¡Resacaaaa!! - Maulló con fuerza en dirección al interior. - ¡¡Resacaaa!! - Insistió después, antes de dar un par de pequeños saltitos. - ¡¡En la ventana!! - Aclaró. Luego empezó a hacer gestos con la cabeza, intentando señalar lo que había vusto.

En aquel momento te diste cuenta de que algo se movía en la ventana, en el exterior. Aguzaste tus ojillos felinos y distinguiste primero a Misi mirando hacia el interior y luego a Rubik, asomándose junto a él.

El pequeño gatico gris pareció verte también y empezó a maullar como loco. - ¡¡Resacaaaa!! - Maulló con fuerza en dirección al interior. - ¡¡Resacaaa!! - Insistió después, antes de dar un par de pequeños saltitos. - ¡¡En la ventana!! 

Resaca se sorprendió de ver a aquellos dos gaticos asomarse por la ventana- ¡Rubik! ¡Misi!-maulló, acercándose, subiéndose a la mesa para comprobar si el resto de los gaticos podía salir por ahí. Si no estaba demasiado alto. Y desde ahí, no pudo evitar contemplar, con el vello erizado, al gatico que parecía dormir profundamente sobre la mesa. ¿Qué le habría hecho aquel humano memo? En cualquier caso, no parecía estar en sus facultades, ¿valdría la pena intentar salvarlo?- Hay un gatico herido en esta habitación. Y aquí huele a cosas horribles. A desinfectante, a antipulgas... A enfermedad. Está muy dormido... No sé si va a poder seguirnos. 

Lin salió por la ventana y observó el panorama. No maulló nada. Miró a Missi con desconfianza, a Rubik y Marí... con ternura. A aquel cachorro tambaleante...directamente se acercó a él y se agachó para rozarle y servirle de apoyo. Cerró de forma eléctrica los ojos como si aquel movimienteo le hubiese dolido, deteniéndose en seco. Se incorporó algo resentido. Sus patas traseras ya no sangraban, pero aún dejaban entrever destellos carmesí de la sangre coagulada. Estaba cansado, no había duda. La tensión, el esfuerzo... Dejó que el pequeño Rubik, escandaloso como la sirena de un barco, tomase la iniciativa.Tal vez él ya no podía.

Miró hacia la puerta donde la pequeña princesa había hecho de reclamo. Si Reseaca estaba aún allí y trataba de escapar por la ventana, quizás se topase con Nemo, y no de buen humor precisamente. Pero lo vió en sus ojos. Sabía de algo que le llamaría mucho más que la gata azabache, el pequeño Rubik o la dulce Marí.

Se dirigió a la puerta de la carcel, colocándose a un par de metros de ella. Esta vez el sería el reclamo. Y sabía que Nemo no podría resistirse. Esperaba...sabía que Resaca sería lo suficientemente habilidosa para escabullirse mientras Lin captaba su atención. Así que una vez frente a la puerta maulló con ese tono amenazador. Con fuerza, sabiendo que al que iba dirigido lo escucharía y comprendería lo que quería decir aún siendo humano.

-¡¡¡Nemoooooooo!!!... ¡¡¡Esto es entre tú y yooooooaaaauuuuu!!!-

Intenté distraerlo, pero me pilló y tuve que esconderme en esa jaulas. Dijo, indicando las jaulas de la habitación con la patita. Después me encontré con el gato sin pito.

Rápido. Maulló Misi mientras miraba a la habitación con la intención de llevarse al gatico al que acababan de dejar sin pito. Sacad a todos. Indicó a los demás mientras evaluaba como salvar al pobre condenado. Si no puede seguirnos, lo llevaremos nosotros.

Tras dedicar una última mirada a Lin, entró para tratar de liberar al gatico de los cables y, si era necesario, arrastrarlo hacia la libertad.

En aquel momento por la ventana que había roto Lin y por la que habían escapado los gaticos presentes excepto Misi se asomó la cara de Nemo, roja, furiosa, con los ojos inyectados en sangre. El tipo debía haberse subido a la mesa para poder mirar por la ventana.

- ¡Puto gato de los cojones! -exclamó, buscando a Lin con la mirada. Y al ver que el gatazo se acercaba a la puerta, el rostro desapareció y empezaron a escucharse sus pasos a la carrera. Parecía estar dispuesto a salir a buscar al animal que le había dañado en esas partes que a él tanto le gustaba robarle a los pobres gaticos del barrio.

Mientras los de fuera parecían estar deliberando a tu alrededor se iban acumulando todos los gaticos que te habían seguido en la huida. Algunos se subieron a la mesa y empezaron a calcular el salto para salir por la ventana, pero la mayoría eran muy chiquitajos para llegar y tú sola tardarías muchos viajes llevándolos en la boca. Aunque quizá si alguno de los gaticos del grupo se estirase desde arriba, podrías pasárselos...

De repente los maullidos de Lin resonaron por el patio. ¿Por el patio? ¡Por todo el barrio! Y entonces un grito interrumpió tus pensamientos e inmediatamente después escuchaste pasos a la carrera por el pasillo que habías dejado atrás. El humano Nemo parecía estar dándose mucha prisa para ir a algún sitio.

Resaca puso de pronto las orejas tiesas, y erizó el rabo, mirando hacia un lado y hacia otro- ¡Rápido! El humano memo ha salido de la otra habitación. Está corriendo por el pasillo. Los que podáis, saltad por la ventana. Rubik, ¡ayudame a sacar a los gaticos pequeños! Voy a pasártelos-maulló, poniéndose, frenética, manos a la obra. 

-¡Rubik!...¡Da la señal a Resaca en cuanto Nemo abra la puerta y venga a por mi para que salga por la ventana!- Maulló con fuerza el gatico. ¿Le quedarían fuerzas para marear al humano?. Eso era algo que él mismo se preguntaba.

Rubik escuchó las órdenes de Lin y se emocionó. Mucho. Cuando parecía que la misión estaba a punto de terminar, nuevas cosas geniales surgían. - ¡Sí! - Maulló en su dirección, antes de dirigirse a Resaca encantado.

- ¡A la boca, a la boca! - Le dijo encantado, sintiéndose como un adulto y estirándose para llegar bien lejos. - ¡Pásamelos a la boca! - Repitió. Entonces hizo un gesto a dos de los gaticos más grandes que la acompañaban, dispuesto a hacer que aquello se agilizase. - ¡Venga, subid y ayudadnos! - Les pidió. - ¡Vamos a sacarlos a todos!

- Eso, ¡manos a la obra!-maulló, decidida, agarrando a un gatico del pellejo, con la boca, para pasárselo a Rubik.

- ¡Manos a la obra! - Repitió Rubik encantado antes de coger a aquel gatico, haciendo un gesto hacia Lin para que supiera que todo bien. - ¡Listo! ¡Manos a la obra! - Dijo una vez más, como si aquella fuera la seña para que le pasase a otro.

La pequeña gatica blanca está dolorida y jadeante en estos momentos, y tanto la idea de acarretar más gaticos como de rescatar a otro de Nemo le parecen imposibles. Mira con duda a Misi, y finalmente niega con la cabeza. - Yo ahora no... No puedo con más de esto... - Echa un ojo a como el resto empiezan a sacar gaticos y se relame los bigotes. - ¡Voy a resibir a los refugiados! Eso puedo haserlo. - Dice a la vez que se gira y se vuelve con Rubik, Lin, Resaca y los gaticos rescatados.

A los gaticos rescatados los anima y empuja para que sigan con un lametón cariñoso. Del mismo modo revisa como una mamasita que no estén heridos como ella.