Partida Rol por web

— Oh vaya, entonces no soy la única… — respondió — no creo que pueda malinterpretar tu situación en tu aldea porque, bueno, yo estoy casi en las mismas: heredé el sitio y debo levantarlo para no perderlo, por lo que trabajar como cazadora es la mejor opción…solo que pensaba que era la única con esa “suerte” — haciendo énfasis en la última palabra pues realmente había muchas cosas para considerar como buena la situación, pero también un par de complejidades…

Ya que notó a la guerrera de cierta forma receptiva al menos a sus no muy furtivas miradas, conforme avanzaban y la confianza iba creciendo poco a poco así también amainaba el recato que la bárbara guardaba, dedicándole, pues, analíticos vistazos durante periodos más extendidos de tiempo, miradas con las que recorría las predominantes curvas y la paralela delicadeza que Laika exhibía, tan distinta a ella en el sentido físico. En su caso Radha a pesar de no perder buena parte de su femineidad tenía una anatomía curtida por numerosas batallas, de músculos esculpidos a base de trabajo duro y piel ligeramente bronceada por el sol constante y la falta de protección; como ella, su larga cabellera era salvaje y alborotada, expresivos sus grandes ojos, y sus dientes, al menos en los caninos, parecían más colmillos de bestia de que de persona, pero aún con ello la chica tenía peculiar armonía intrínseca en su figura de “reloj de arena”…

Obviamente no pasó desapercibida la demora en responder a sus preguntas, solo que incauta Radha lo tomó como que la otra estaba pensativa, eso si, manteniendo en vilo las ansias cada que la compañera de Vainilla abría la boca…

— ¿La amas? — en curiosa exhibición de su naturaleza la usuaria de espadón se ruborizó al tiempo que traviesa levantaba una ceja; ignoraba hasta qué punto habrían llegado aquellas, como ya se dijo, pero si Laika hablaba de amor…quizás la cosa era un poco más seria de lo que pensaba ¿no? al fin y al cabo ella estimaba mucho a Cocoa y de hecho veía con ojos de deseo a la morenita, pero tanto como para amarla…no, si a causa de ese comentario hasta pensó que, de decirle a Cocoa que la amaba, seguro la gatica se reiría pensando en que era una broma o bien se quedaría incrédula…y no hablemos de consecuencias peores. Por suerte la clarificación llegó poco después…

Apenas tocó el punto, Radha fue incapaz de evitar sonreír a medio camino entre inocente culpa y traviesa tentación, pues sí, justamente eso quería saber, y aunque tardía la respuesta llegó con un extra — Vaya, vaya, pues si…justo eso quería saber — confesó, siendo directa — no tendría yo problema pero, ¿no le sentaría mal a Cocoa? Es decir, la considero una compañera de caza increíble, la mejor para mí, de hecho, pero de momento ella tiene otras prioridades, y me sabría mal coquetearles a ustedes mientras ella y Mochi están solas — agregó luego todavía más honesta — sin en cambio dejamos que ellas hablen mientras nosotras hablamos…quizás consigamos entendernos mejor, pero vamos, ninguna está obligada a nada — Radha entonces bajó su brazo cercano a la guerrera y a diferencia de esta sí que se atrevió a buscar cierto contacto, ya con el antecedente.

Respondería a la provocación pasando sus dedos algo ásperos por la mejilla ajena, luego por el mentón, y finalmente deteniéndose abruptamente en su caminar para intentar atraerla; no llegaría, sin embargo, a ningún sello físico, pero se quedaría cerca de un beso, rosando apenas sus labios carnosos contra los de Laika, más como una caricia etérea que como un contacto propiamente dicho…

— De donde vengo, la mejor forma de comprobar la compatibilidad en el campo de batalla es probar en otros lugares, como en la cama, después de todo — con un aire levemente presuntuoso dijo — y si te soy sincera, me pareces bastante atractiva, así como poseedora de carácter: quisiera conocerte a fondo — aseguró — pero no estás obligada a aceptarlo, de todas formas ya somos compañeras de caza… — luego sonrió, pues esa era más bien una provocación de su parte, algo que podía o no funcionarle, pero que de igual forma pretendía descubrir qué respuesta tendría Laika…

Pensar en incluir a Cocoa en la ecuación fue algo que no había pensado realmente, no era una felyne que careciera de atractivo en lo absoluto pero no podía hablar por está y Radha al pretender incluirla sin una invitación previa.

Pero las palabras de la bárbara pasarían a un completo segundo plano ante el toque de sus dedos. Su tacto era áspero pero de lo más cuidadoso, además estaba en búsqueda activa de recibir cariño y aquellos gestos de su parte ayudaban a cumplir esa necesidad. Sus dedos me hacían sentir un particular regocijo entre mi orgullo por lograr provocarla a contentarme de esa forma y por despertar su deseo, al menos el hacer que lo manifestarse de forma clara y directa.

Ese acercamiento fue algo que me hizo estremecer ante la sorpresa y la espectativa de poder más que solo sentir su aliento sobre mis labios. Quería apoderarme de ese carnoso par y morderlos con fuerza como real prueba de la fortaleza de la bárbara, pero quería escucharla hasta el final.

-Puedes conocerme todo lo que quieras- musite risueña y juguetona buscando juntar mis manos tras su nuca en ese abrazo que me permitía estar más cómoda ante la diferencia de altura, y mantener la cercanía lo más posible.

Su labrado físico era el responsable de despertar pasión y deseo para con ella. Era su carácter en combinación con lo anterior nombrado el responsable de mi comportamiento jugueton para con la bárbara y mi deseo por insinuarme más me desbordaba.

-Vamos, quiero conocerte a fondo tambien- Hablaba sin retirarme, donde cada palabra era una calida caricia de mi aliento sobre sus labios. Dónde estos daban la falsa ilusión del contacto y a su vez parecían emitir un ronroneo risueño ante la sola idea de pasar la noche con Radha.

Aunque sentía el deseo de finalmente probar sus labios allí en medio de la aldea, prefería contenerme un poco en hacer algo más divertido y provocativo como el tomar aquella mano que acaricio mi rostro para guiar a la barbara a seguirme hacia las habitaciones del gremio.

No sin antes pasar junto a Vainilla para avisarle. -Vainilla, nos quedaremos con Radha en la misma habitación, si me necesitas ya sabes dónde estare- un cariñoso beso lanzado al aire y con ello apresuraria el paso. Aquella situacion podría verse un tanto vergonzosa ante mi humor divertido y juguetón, propio de una mujer joven que acaba de descubrir la pasión de los encuentros carnales recientemente; aunque no era mi caso, simplemente me gustaba provocar situaciones así y en cierta forma quería volver a ver el rojo de la vergüenza invadir un rostro tan atractivo como rudo, como el que podría la bárbara.

Con este aire de travesura le soltaría la mano a Radha para adelantarme e ir a por las llaves de nuestras habitaciones, al menos de la que compartiría con Radha y señalizar a las Felynes para que no hubiese demora para estas. Y cuál bribona que era, saldría con prisas hacia las habitaciones, en medio de animadas risas buscaría el adelantarme a tal punto de tratar de llegar a dónde dormiríamos esa noche antes que Radha.

Siempre dedicándole en todo momento una mirada llena de deseo y lujuria. Trataba de provocarla con mis gestos y movimientos, momentos en los que me detenía para realizar casuales y sutiles poses que le dieran una buena vista de mis piernas al subir las escaleras. Me sentía como un animal de presa en mis comportamientos pero que llevaba a su depredador a una trampa donde ser el quien lo devorase, como una traviesa Pukei Pukei.

Si no me interrumpían en el camino terminaría por llegar a la habitación y lanzarme a la cama, a espera de que mi compañera de juego aquella noche llegase y me encontrase allí, ansiosa esperando por su llegada.

Mientras más se veía envuelta en el juego ajeno, más crecía en Radha la certeza de que el estilo de caza de Laika distaba bastante del suyo…pero inesperadamente de forma complementaria, no enfrentada, impulsándola en vez de negarla; por ello se apresuró en ir tras la guerrera pero solo lo suficiente para no alcanzarla del todo, recolectando visualmente cada tentación que la otra dejaba, toda pista, toda sutil insinuación.

Antes, cuando estuvieron a punto de llegar a besarse, las palabras de Laika fueron curioso combustible para este interés, pues ahora la bárbara ya no podía perder la oportunidad que la expedición le ofrecía y ciertamente su lado depredador estaba siendo provocado.

— Cualquier cosa que necesiten, solo avísenme ¿vale? — dijo a Cocoa antes de separarse, sabedora de que la felyne era autosuficiente y hasta capaz de cuidar a la Tobi, pero no por ello iba a dejar de ofrecerle su ayuda ante cualquier imprevisto, también para eso viajaban juntas.

Por fin que, si no había otro asunto a tratar, Radha se dispuso a ir también hacia la habitación, agitada de deseo, de anticipación; ella al llegar no se tiró en la cama, pues prefirió observar de forma fija y poco civilizada a Laika, recorrer pues con sus ojos las distintas curvas del cuerpo a todas luces suave de piel pero firme al tacto, planeando lo que haría o podría hacer.

— Conozcámonos entonces… — solo tras decir eso se acercó a pasos lentos pero seguros, constantes, mismos que la llevaron al fin de la cama, allí acarició las piernas ajenas con su rasposo tacto, tomándose su tiempo en ascender hasta llegar a donde hubiera ropa o armadura, lo primero que encontrara, pues ahí se detendría. Ya más cercana se impulsó apenas para entrar de lleno a la cama, poniéndose encima de la guerrera. Su método de cacería, después de todo, no era acechar y ganarle a su presa con mañas o trucos insospechados, sino arremeter con todo, yendo directa y sin pudor al punto, por ello si se ruborizó fue gracias solo al calor que la otra le provocaba y ya no más a los nervios de jovencita…ahora estaban en terreno adulto.

— Obviamente no eres una novata — su boca bajó hasta el cuello de la guerrera, uniendo piel con piel a base de un ruidoso beso con ansias de succión que allí plantó — y creo entender por qué usas bombas: tus ataques van más a explotar puntos débiles ajenos que a aplastar ¿me equivoco? — dijo, acto seguido convirtió el anterior beso en suave lamida con la punta de su lengua, misma que la llevó hacia atrás del lóbulo izquierdo ajeno.

Hasta ese momento Radha se sostenía con brazos y piernas sobre la cama, pero de pronto decidió ocupar a sus extremidades superiores en magrear a detalle cada aspecto de la anatomía antes observada, apartando ropa y armadura donde hubiera, siempre y cuando Laika la dejara, para así transmitirle su efusividad directamente desde el tacto y su propia temperatura corporal alta — Yo soy menos paciente, mi espadón rompe lo que pueda romper…y atraviesa… — por lo mismo, su duro cuerpo cayó en buena parte encima del de la otra cazadora, más pequeño en compración; alevosa pues Radha estaba dejándole ir un buen tanto de su peso pero no para averiguar la resistencia de Laika, sino para otorgarle una suerte de intensa caricia general, provocación curiosa al seguir ella vestida, pero en la práctica con apenas ropa por su condición barbárica…

Para entonces la de cabellera negra buscaría ahora si de forma plena y directa los labios de la guerrera, no solo ávida de caricias allí, sino de un pasional intercambio de humedades, pulso oral que dejaba en virtual nada al refriegue general antes proferido, pues como en todo la norteña era agresiva con su boca, imponente y demandante por normalidad, así como intensa. No solo quería probar el sabor de Laika, buscaba bebérsela…y recién comenzaba…

Y así fue como mis juegos fueron correspondidos, cual presa corrí y fui perseguida por mi depredadora hasta lo que hoy tomaría como mi nido, un mullido nido de tela que sostenía mi cuerpo y lo entregaba a la cazadora frente a mi como un fino platillo servido para su disfrute. El como reverberaba la voz de Radha en la habitación tras esa simple declaración que ella misma había dado a conocer para la guerrera que la esperaba con deliciosa paciencia, fue algo sencillamente impactante al punto de provocar una oleada de sensaciones en la piel ajena, como un corriente eléctrica completamente satisfactoria y que solo pudo ser superada ante el anhelado contacto.

-Genial, por que tengo un mundo para que conozcas- Cual felina a gusto con el trato ajeno, sus palabras resonaban como un ronroneo donde se evidenciaba lo mucho que estaba disfrutando de su cercanía, aunque debía reconocerlo, el sorpresivo salto de la barbara la puso nerviosa por momentos. Escasos momentos para ser justas con ella, pues de inmediato fue consentida nuevamente con aquel trato al que se dejaba someter voluntariamente.

-Veo que ya no me temes...es una lastima, te queda bien el rojo...aunque este también te queda- Solo con ver sus ojos y la expresión segura impresa en su rostro para notar la diferencia, la guerrera se sentía pequeña ante semejante actitud que demostraba Radha, pequeña pero segura al sentir su cuerpo sobre el suyo. Y tras aquella probada de la calidez de los labios de la de cabellera oscura, un suave pero agudo gemido fue arrancado por ese actuar de su ser, pues la piel de la guerrera estaba mas sensible y receptiva que nunca, estaba después de todo en una situación cómoda, donde no tenía que usar su ingenio o encantos para salvarse el pellejo, aquí estaba disfrutando en plenitud de una buena compañía, como también del proceso de conocerse a fondo mutuamente entre ambas. Las palabras no eran necesarias para ir haciendose una idea de como era la personalidad de Radha, sus acciones eran su carta de presentación y esperaba la guerrera ser tan clara como ella al regresar las mismas con su respuesta.

-Me gusta jugar... una risilla era emitida mientras el cabello oscuro era explorado por los palidos dedos de la mas baja de las dos, aquella que se sometía a dejarse hacer por completo, sin poner objeción alguna ante la impera necesidad de la primera de despojarla de sus prendas. Era delicada al hacerlo y Laika cooperativa de forma instintiva ante cada prenda removida con los movimientos necesarios que debía hacer, y hasta provocativa. Como al momento de que sus shorts fueran deslizados por sus piernas, el movimiento que acompañaba a Radha era sinuoso para darle una mejor sensación de fluides y cercanía al sujetarse de la nuca ajena para despegar por momentos su cuerpo de las sabanas. O al momento de desabotonar su chaleco, ella sabía la sorpresa que podía esperarle a su compañera en esa noche, e hizo acto de completa ingenuidad cuando el ultimo boton casi estallo al no tener la ayuda de los otros para suprimir un par de senos que rebotarían al ser liberados antes de dejarse caer hacía los lados, mostrando un tamaño ligeramente superior del que se apreciaba a simple vista cuando su ropa estaba aun en su sitio.

Cuando la barbara levantase la mirada, se toparía con el brillo de las palidas esmeraldas que poseía por ojos y una sonrisa adornada por la punta de su lengua, una expresión lujuriosa infundida en la travesura misma que acababa de cometer para con su par.

-Tienes buenas manos...y estas bastante acertada...Aunque tengo mis momentos de ser directa y atacar con todo- Las manos de Laika dejarían de usar el musculado cuello ajeno como su sostén y simplemente se dejaría recostar, con su cuerpo completamente desnudo gracias a la dedicación y suavidad que no parecía ser un rasgo usual en su contraria, algo que se agradecía enormemente por momentos. Pero aquel cambio de ritmo, el momento en que ambos cuerpos se presionaban entre sí, a pesar de que el propio era el apresado, la sensación era sumamente deliciosa, provoco un suspiro de gusto mas que cualquier tipo de queja por el peso ajeno, ni siquiera podía ver esa constricción como algo menos a exquisito, como el punto justo entre un trato gentil y rudo, un equilibrio perfecto que fue cerrado con el beso que silencio cualquier opinion que pudiese tener la invadida por los labios ajenos.

Y es que le resultaba tan difícil mostrarse mas activa cuando estaba embelesada por la esencia primitiva que buscaba imponerse de una forma tan seductora que resultaba imposible el no someterse a la voluntad ajena. El placer y gozo de la guerrera escapaba de su boca en forma de gemidos ahogados y caricias que recorrían el cuerpo ajeno en dirección a su cuello una vez mas, solo para forzar un poco a una mayor presión entre sus labios por un momento, aquel en que su lengua busco un atisbo de dominancia antes de dejarse hacer nuevamente; no quería realmente tomar aquel papel esa noche, la barbara lo había reclamado primero y tal cual como fue descrita Laika por esta, esperaría su turno pacientemente y arremetería con todo, como previamente había advertido.

Al separarse por momentos sus labios, un fino y cristalino hilillo que se extendía pocos centimetros antes de desaparecer fue la prueba de su union y de su esfuerzo por suprimir la cada vez mas agitada respiración que se podría escuchar.

-Puedo verlo, eres implacable...pero gentil....me gusta eso pero puedo soportar mas, sientete con libertad si?- No sentí que mis palabras fuesen un permiso para ella de ser mas intensa de lo que ya era, mas bien lo veía como un aviso, una advertencia sutil y oculta en la maña de una sumisa actitud que escondía algo mas, algo en su mirada que podría ser la advertencia de que la sometida podía dejar de serlo si le daba la oportunidad. Y la prueba de ello fueron las manos graciles y de hábiles dedos que recorrieron el vientre ajeno por los lados hasta rosar el busto de la pelinegra, antes de ocultarse en esa larga y oscura melena en un viaje de regreso por su espalda y desembocar en la raiz que da nacimiento a los muslos y fin a las nalgas. Apresaría estas ultimas con un firme agarre, como su primer ataque sorpresivo ante la fuerza imprimida en el mismo.

Cierto fue que Radha no pudo evitar externar sorprenderse al comprobar el tamaño real de Laika, pues gracias a la armadura seguramente la anatomía de la otra cazadora se veía de alguna manera limitada…pero el gusto no le desapareció; si bien por peculiaridad física la bárbara era menor ahí, sus casi libres pechos tenían suficiente volumen y forma como para no ser simples pectorales a pesar de la fuerza que estos músculos le permitían desplegar a la más alta, poseyendo además sensibles pezones que para aquel momento ya se sentían arder, duros y erectos como para marcar la ligera capa de ropa que los cubría… y deseosos, sin duda, de lo que buena parte de la piel de Radha ya estaba experimentando, esto es, el contacto con la ajena…

Obviamente tampoco pasaron desapercibidos aquellos detalles quizás pequeños pero igualmente importantes, relatores de la traviesa naturaleza de aquella que tenía el lugar actual de presa, pero que fue también la responsable de atraer a la depredadora y tentarla hasta el punto actual únicamente con insinuaciones y una sonrisa de perdición… ¿cómo eso no era peligroso?

Sin embargo la usuaria de espadón era afecta a los retos, llamada por el riesgo, y aquella cama mullida, nido de calor y pasiones, no iba a ser la excepción en su camino, por lo que ni ante las pícaras declaraciones de la inquieta guerrera se arrepintió…solo se encendió más.

— ¿Gentil, dices? — mientras sus manos contorneabas la sinuosa figura de la otra fémina allí, sin el mínimo atisbo de interrumpirla en lo que ella por su parte hacía, la boca de la de melena oscura acechaba sedienta esos labios carnosos rosados, siguiendo los movimientos que hacía al hablar con ansiosos pero fugaces movimientos de su lengua, como si se saboreara, acto seguido la bárbara depositó otro beso, esta vez mucho más suave, que no llegó a unirlas por medio de la saliva, no obstante sin mayor aviso que aquel movimiento críptico bajó al cuello contrario encontrando allí zona libre para enterrar sus dientes cual canina.

Si bien no fue extremadamente agresiva entonces, tampoco podría decirse que la cazadora guardase su intensidad para efectuar solo caricias, pues de verdad quería provocar ardor allí donde sus colmillos de humana de clavaron. No conforme con ello además aprovechó para ahora si dejar ir su peso entero al empujar hacia Laika, sumando firmeza al par de nalgas ya de inicio duras que como incansable caminante tenía.

Durante ese efusivo embate aprovechó para frotarse aún más contra la anatomía de la más baja, sumando a su provocación física fuertes caricias con manos rasposas sobre prácticamente cada punto de la otra cazadora que alcanzara, así como alternando entre mordidas, besos y lamidas que la llevaron del cuello hacia las orejas de Laika y finalmente de vuelta a sus labios; pronto ella misma se quitó el top de harapos que llevaba y pudo así dejar descansar sus pechos de manera bastante lasciva contra los mucho mayores de la chica que tenía ojos color aceituna.

— Solo a veces — finalmente agregó, y no olvidaría que Felicity observó algo similar durante su encuentro, sin embargo era algo impreso en ella, que no podía evitar, pero no por eso su pasión debía ser subestimada. Pensando en eso, de pronto aumentando el nivel de su demanda sujetó los brazos ajenos, y centrándose en conducirlos a través de las muñecas, usando la fuerza que fuera necesaria, instaría fervientemente a Laika a mantener ambos brazos juntos, levantados por encima de su cabeza de forma que tocaran el extremo superior del lecho.

Alevosa, sonriente, Radha aprovechó su tamaño mayor para incluso “sellar” los movimientos de la guerrera con una sola mano, pendiente de ejercer fuerza como disuasivo por si esta pretendía resistirse, y solo entonces retomó las atenciones subidas de tono recorriendo con su mano ociosa desde el cuello hasta el plano abdomen ajeno, obviamente pasando y dando concienzudo tratamiento por todo lo largo de aquellos generosos pechos, donde con cariz tortuoso se ocuparía de estirar los ajenos pezones mientras los pellizcaba ruda con entre índice y pulgar.

Excitada, la respiración de la bárbara comenzaba a ser más intensa y ruidosa, escapándose de su sonriente boca alguno que otro gemido, pero más que nada gruñidos humanos…

Aunque la petición había sido emitida, la barbara no parecía ser de las propicias al juego del engaño y la sorpresa, como había anunciado antes, y quizas la de cabellera del mismo color que el algodon de azucar podría haberse dado cuenta de la treta a la que sería sometida, de no ser por una cercanía para con la otra donde el ambiente generado le hacía sentir que se había desconctado del mundo y que lo que estaba ocurriendo en esa cama, formaba parte de algún añorado plano onírico donde nada era real.

-KYAaah...ahhhhhg... Un ligero chillido, seguido del proceso de ahogar el mismo en el suave gemido que ahora era, fue la respuesta mas lógica e inminente que su ser tomo ante esa clara prueba de que no se encontraba dentro de un paisaje mental. El dolor de los dientes imprimiendose en su cuello fue suficientemente intenso como para dejarle claro que aquello no era un sueño húmedo, pero si provocaría que aquel adjetivo comenzara a aplicarse en la parte baja de su cuerpo donde sus piernas se abrazarían y entrelazarían entre las ajenas, tomando a una de estas en una escusa de rehén para sentir un roce mas directo en la zona mas sensible de su cuerpo. -Ahhh....a eso me refería- había sentido tanto miedo en sus últimos encuentros de ese tipo de pedir rudeza, que ahora la sensación de libertad era exquisita, ponía su temperatura corporal en un aumento indefinido aunque paulatino, pero ya era capas de sentir como su piel ardía con la sensaciones que eran obsequiadas por la barbara.

Se dejaría apresar, por que resistirse a ser sujetadas ambas manos con un fuerte agarre de la ajena?, por que negarse a el desliz de sus cuerpos o el ser ahora testigo de como se veía el cuerpo de su acompañante de cama sin la escasa ropa que portaba. Laika se relamia los labios ante la espectativa que generaban tener el trabajado vientre de la barbara y sus pechos a la vista; se veían bastante mas pequeños pero no le restaba atractitvo a Radha en lo absoluto, solo traía a la mente de la guerrera la teoría sobre su sensibilidad o si sus pesones podían ser mas duros que los propios. Al menos esta ultima interrogante no demoro en llegar al juntarse el busto de ambas y encontrarse la dominante en aquel momento con una ligera resistencia, una presion en su pecho que Laika ofrecía junto a una desafiante sonrisa y mirada, antes de ser apaciguada por un nuevo cruce de sus labios donde su espiritu se manifestaba en su inquieta lengua y movimientos de su cuerpo que sugerían que podría querer liberarse del agarre ajeno. Aunque nada de ello era mas lejos de sus reales intenciones.

Con el movimiento de su cuerpo, negandose a ser sometida repentinamente, lograba que sus pechos se deslizasen entre si, los pesones enemigos se encontrasen y frotasen ocasionalmente; y aquella aspera mano ajena fuese en ocasiones apresada por la raiz de la pierna de Laika contra su cuerpo, o entre sus piernas si es que bajaba tanto.

-No te lo pondre ... facil a ti cariño- Reia risueña y divertida, excitada a mas no poder y con una voz desafiante y serena, quebrada ocasionalmente por unos gemidos de gusto ante el trato ajeno. Quería llevarla mas lejos, despues de todo, una presa que no se resiste es aburrida y no llena al cazador de esa ansia de un desafío y una aventura memorable. Aunque nada mas que gemir con mayor intensidad, era lo que podía hacer cuando sus pechos eran victimas de la alevosiá ajena, solo en esos instantes cuando sus botones eran tomados con fuerza y jalados es que genuinamente se hundia en el profundo e intenso gozo que provocaba la sensación de placer tras el dolor de que jugasen con su cuerpo, era muy distinto a las monstruos y eso dejaba en claro a Laika que aunque estas tuviesen cualidades que los humanos no podían igualar, esta misma raza contaba podía ser igual o mas estimulante que las otras. Y Radha no era la excepción.

-Eso fue jugar...ahh sucio...Cuando te descuides mordere tus hermosos senos....y me vengare- Un claro aviso que pretendía cumplir y una sonrisa divertida fue la compensación de la pelinegra por aquel trato rudo al que había sometido a su contraría, aunque esta lo disfrutase plenamente.

Sin ánimos de limitarse su fuerte muslo se movió entre los ajenos, acercando la parte superior de su rodilla al húmedo punto caliente de la que alzaba la voz de tanto en tanto, para así empujar un poco hacia arriba con esmero propio solo de quien pretende tentar..

La diversión y el deseo que Laika mostraba eran al parecer inagotable combustible para las emociones y los deseos de Radha, ya que impulsada por dichas, las bárbara devolvía intensos gestos de lasciva complicidad y diversión ya no de cazadora, si no de guerrera que compartía con su similar algo más que palabras; duros sus pezones de oscuro rosado encontraron placentero apoyo sobre la suave textura que ofrecía la de ojos verdosos, pronto llenándolos de tibia sensación además, lo que tenía enloquecida a la salvaje.

Obviamente se sorprendió cuando la que estaba debajo comenzó a contraatacar en esa guerra carnal que tenían, sin embargo sería apresurado decir que la tomó completamente desprevenida, pues al fin y al cabo la compañera de Vainilla había ido demostrando esos acentos de carácter así que seguro debía ser capaz de eso y más…pero eso para nada causó molestia en Radha.

Al contrario, según la otra cazadora comenzó a moverse de forma tan hábil y retadora pese a la relativa dificultad impuesta, la bárbara respondió cerrando los ojos y gimiendo de forma más femenina arriba, deleitada por el intercambio de lujuria entre los pechos de ambas, pero así mismo aumentando la pasión en sus incursiones manuales. Si Laika no iba a dejarla sacar su mano de ahí, invasora la norteña solo podía ir más hacia adentro ¿no?

Acorde, pues, con lo ya dicho, de momento solo un par de los dedos de Radha se encargarían de separar lo más posible aquellos labios cálidos y suaves, valiéndose de la humedad aceitosa bien presente alrededor para deslizarse hacia adentro del sexo de Laika con soltura, serpenteando con el objetivo de conocer a fondo cada punto débil de la cavidad…

— Pues muerde entonces…si puedes — así mismo ella también retó a la que tenía voluntad de pelear pero seguía estando debajo, tan deseosa como irreverente, salvaje en una forma distinta a su normalidad, tras lo que ejerciendo todavía más fuerza en su agarre dejó ver cómo se tensaban los desarrollados músculos de sus bíceps y tríceps. No conforme con ello la usuaria de espadón aplicó similar ímpetu en su trabajo dactilar, por momentos siendo demasiado intensa, impulsada por la lujuria…y es que la voz de la contraria le gustaba como para hacerla gritar, gemir.

Aquel par de subitos intrusos le arrebataron a la de cabello rosa un profundo y sorpresivo jadeo que pronto se volvió un lento y extenso gemido de gusto. Su interior ya se encontraba presa de la creciente humedad que la ajena había provocado en su cuerpo en general pero centralizado en especial en ese punto.

-Me debilitas...juju...- Suspiraba gustosa la guerrera ante el trato ajeno, disfrutando de devorar con la mirada el cuerpo que se imponía ante el propio, con un porte fuerte y erguido que cada vez nacían en la propia mas y mas ganas de derribarla y ponerla en la misma situación en la que se encontraba. -Exquisita..- pero sus suspiros, el timbre gustoso de su voz ante las caricias ajenas provocaban en ella el impulso de apresar aun mas fuerte aquella mano, no la dejaría ir, demandaba imperiosa la menor de altura que prosiguieran con ese placer tortuoso al que era sometida, al que por pura maña y capricho de querer seguir con aquel juego de la resistencia y de la presa indómita que no renuncia hasta el ultimo momento a dar vuelta la situación.

Incluso esta presa movía sus caderas a propósito para lograr mayor movilidad de su cuerpo y una oportunidad de lograr un momento de distracción donde iniciar su contra ataque. Buscaba el momento apropiado donde la tensión que tenía sobre sus muñecas, largo tiempo sostenida hasta el momento, con periodos donde la fuerza que Radha aplicaba era mayor y si algo sabía bien la Guerrera, es que cuando alguien ejercía mucha fuerza por momentos, como aquellos donde la pequeña Laika se arremolinaba bajo su opuesta, luego venía un corto periodo de liberar la tensión y no poder ejercerla de inmediato. La traviesa cazadora había esperado a ese momento justo para cumplir su amenaza, al liberar una de sus manos para aferrarla rápidamente a la nuca de su compañera esa noche cual presa en proceso de defensa, obraría con una ofensiva mordida al cuello ajeno, pudiendo sentir finalmente la sensación de imprimir sus propios colmillos en la firme piel tan anhelada. Laika se dio el gusto de relamer la zona afectada aun con sus dientes ejerciendo presión y tras ello las caricias de una gentil amante con sus labios, carnosos, de tono rosa que en un movimiento en descenso bajaron por su cuello en busca de su real objetivo.

-No me descuides...yo también- Y como las historias para asustar a los mas pequeños, donde el feroz y veloz cazador conocido como Nargacuga, abre sus fauces lenta y siniestramente antes de arremeter contra su presa; aquella sería la pantomima realizada antes de atrapar uno de sus objetivos entre sus dientes. -Muerdo..- y en ese preciso instante la presión ejercida sobre uno de sus pesones sería mayor, así como el calido suspiro al que sería sometido aquel prisionero pues los dedos de Radha no dejarían de hacer estragos en la usuaria de la espada y el escudo.

-Sabes bien mi querida Radha- Liberaría a su prisionero solo para darse el gusto de marcarlo con el paso circular de su lengua, una y otra vez. Lo pinceleaba con cuidado y lentitud para disfrutar mas de este y de ver y oir lo que causaría en la dueña del mismo. Quería que ella la viese, con su rostro cubierto por el rojo de la mas pura pasión a la que se sumía sin cuidado mas haya de lo que podía aparentar. Que viera ese par de esmeraldas clavadas en los ojos carmín de su contraría y que la escuchase susurrar con deseo su nombre mientras sus labios besaban ocasionalmente su busto y se movían entre repeticiones de aquel gesto cariñoso y pasional en las zonas circundantes a sus senos como la parte baja de estos y la superior, buscando hombros y cuello por igual.

Sin embargo sus caderas no dejaban de moverse, ella quería sentir mas aquellos traviesos dedos moverse. Su mismo cuerpo pedía a gritos mas atención, mas gentilezas y rudezas por igual con involuntarios espasmos que comprimian a los intrusos y arrancaban gemidos en la pelirosada que ganosa tentaba a su contraría con cada gesto y con ocasionales besos lanzados al aire y relamidas de sus propios labios, con un mensaje muy claro impreso en aquel intenso momento y fantasmales movimientos de estos sin sonido alguno emitido.

"Besame"

Bien metida en el juego, deseosa de cada instante ansioso, de cada gemido ahogado por jadeos y de cada gota de sudor que perlara la piel ajena, la bárbara quizás pecó de incauta dejándose llevar…pero es que no podía simplemente acallar sus instintos, el propio control era algo cuya experticia le era lejana, por no decir desconocida en muchos casos, y ciertamente las provocativas acciones de Laika alevosas empeoraban aquello… ¡si tan solo se tratara de una pelea de vida o muerte!

Por obviedad incluso alguien como la bárbara eventualmente sería alcanzada por el cansancio, tal y como lo iban demostrando lo cada vez más habituales jadeos calientes, las gotas de sudor propio que resbalaban por piel un poco más morena; a lo largo de su cuello, en sus brazos y hasta en su frente, cargadas sus venas se iban haciendo más notables; la cazadora no quería detenerse…hasta que pasó.

— Hahhhh — Radha fue mordida por la táctica ajena basada en esperar su desgaste, erizándose y gimiendo fuerte por lo repentino, sin embargo impulsada también en su excitación por obra del fuerte estímulo que para esos momentos resultó más placentero que doloroso; ante las palabras de Laika, la bárbara sonrió volviendo a reconocer que no estaba ante una novata, que la pequeña recostada de hecho era de cuidado, sabedora de cómo usar las armas que tenía en la boca para enrojecer la piel de sus objetivos y provocar ardor en los sentidos…

— Huhhh ¡Mierda! — o en la misma piel, tal como el siguiente ataque certero logró, llevando a que la que se encontraba encima se sacudiera mientras su voz ruda se volvía de lo más dulce y ansiosa a pesar de la palabra que soltó; para Radha las indefensas zonas capturadas eran epicentro de intenso placer en su ser, escapes para su fuerza… no obstante con la intensidad de su deseo, su agresividad nata daba nuevos vuelcos…

Bajó así su mirar para contemplar la cara del deseo ajeno, ella por su parte ruborizada cual carbón al rojo vivo, sus ojos, no obstante, daban cuenta de salvaje pasión lista para hacer erupción en vez de transmitir vergüenza o debilidad, sugerían el grado de excitación de Radha tanto como el exceso de humedad manando de su latente sexo lo confirmaba. La guerrera definitivamente tenía la atención de la norteña — Definitivamente eres peligrosa, Laika — y esta no tardó en reconocer, inclinándose para buscar fundirse en pasional beso al ser invitada de forma tan traviesa…

Comenzó presionando sus propios labios contra los suaves y carnosos de la excitante chica frente a ella, pasando luego a succionar y a morder con algo de suavidad el inferior; la boca de Laika tenía un breve dejo de sabor a Radha, mientras que la de la bárbara mostraba también lo propio, esto debido al extendido intercambio de besos y mordidas. Pronto la inquieta lengua de la más alta se unió para efectuar lasciva danza con la de la otra, envolviéndose, frotándose; entre las piernas de la ojiverde, la mano de la usuaria de espadón recuperó mucha de su fuerza pero la usó ya no para arremeter sin control, sino para dar inicio a una serie calma pero intensa de movimientos precisos que tenían como objetivo atacar en las zonas ya antes descubiertas por Radha: ahí donde más placer hubiera notado que Laika podía sentir.

Para ello la bárbara dispuso sus dedos como en gancho, alevosa empujando hacia arriba y luego jalando hasta casi salirse de la palpitante intimidad; no conforme además la norteña se valió de su rasposo pulgar para acosar desde afuera el sensible clítoris de la guerrera, mismo que aunque tuviera que buscar, la más alta confiaba en que no se resistiría, pues en el proceso de caza pretendía explorar y estimular a conciencia hasta el último centímetro de la zona, desde los remanentes labiales hasta la capucha de piel, de esa forma con tres hábiles dedos Radha podía desatar nueva intensidad para impulsar a Laika más y más hacia las cimas del placer.

Hablando de cimas, dado que la compañera de Cocoa cesó en sus intentos por mantener quieta a la contraria, para no tener ociosa una de sus manos aprovechó para recorrer cuidadosa la anatomía de la que ahora tenía como amante, empezando desde los torneados muslos, pasando por sus caderas, donde aprovechó para apretar un poco, su fina cintura, y finalmente estacionándose para magrear uno de los pechos que a comparación de los propios eran bastante más grandes, solo que en vez de concentrarse solo en la dichosa cima, Radha se tomó su tiempo para palpar y descubrir cada curva, estirar la piel, comprobar el volumen de aquel pecho. Solo cuando estuvo bien contenta con eso, finalmente fue hacia el rosado pezón para presionarlo bajo su pulgar, trazando semicírculos sin dejarle ir….

— La verdad…no me importaría ser devorada por ti, pero no pienso dejar quieta mi boca… — repentinamente entre índice y pulgar tomó el pezón capturado y ligeramente sádica lo estiro tanto como pudo hacia arriba, entonces antes de soltarlo para que volviera a su forma original aprovechó para saltar de las cercanías de la boca ajena a dicha área, enganchándose con la propia no mordiendo, pero si succionando sin reparo…

- En algún momento de la noche, después de haber estado con Laika -

Podías escuchar como alguien llamaba a la puerta, algo tímidamente para que no se escuchara un gran estruendo, eso hacia que Laika que yacía a tu lado exhausta por una noche de pasión no se despertara, pero tu si. No era difícil saber quien era porque al levantarte con cierto cuidado y abrir la puerta, escuchaste los maullidos de ambas chicas como hablaban entre ellas, como si fueran una conversación privada.

-Radha...- Dijo Cocoa un poco confundida mientras suspiraba mientras que a su lado se encontraba Vainilla, bastante tranquila, pero ambas dos iban...algo...enmarañadas, desaliñadas mas bien. Su cabello estaba como un poco desordenado, vestían ambas dos una especie de vestido de una sola pieza calentito pero se encontraba con algunos surcos manchados con un aroma bastante penetrante.

-Digo yo?- Pregunto Vainilla encogiendo de hombros como si fuera algo natural y normal, pero Cocoa negó. -Ser miá, miá responsabilidad.

Carraspeo un poco y comenzó a explicar a su modo. -No ser malo, pero ser peligroso si no cuidado, cuando comprar a Mochi no darnos cuenta, pero hoy al dormir con nosotras se puso algo agresiva.- Antes de que pudieras responder de forma violenta Vainilla te hizo como el gesto con la mano de que dejaras acabar a Cocoa primero. -No darnos cuenta, pero Mochi alfa, por eso ella mas rebelde que hembra normal.

Primero reaccionó alerta, algo obvio pues para una cazadora como Radha, ser interrumpida en medio del plácido sueño casi siempre era sinónimo de problemas o un ataque inminente...por suerte luego recordó dónde y con quién estaba, calmándose un poco. Al aproximarse hacia la puerta fue capaz de reconocer los maullidos de Cocoa así como los de la otra Felyne, aunque no de entender lo que decían, claro.

— ¿Qué pasó? — preocupada a la par que algo curiosa salió al encuentro con las dos gatas, alegrándose de que no parecían estar lastimadas...pero si daban la impresión de haber estado haciendo algo intenso ¿acaso tuvieron su propia fiesta privada?

— Mochi...¿alfa? — al parecer la respuesta al asunto que trató antes con Laika llegaría de la forma más inesperada posible. Ahora podía comprender mejor el estado de las dos felinas.

— ¿Y dónde está Mochi ahora? ¿Seguras que están bien? — no es que desconfiara de la versión de Cocoa, pero quería comprobar, acto seguido salió completamente de la habitación, cerrando la puerta tras de si — Cuéntenme paso a paso lo que sucedió... —

-No se a puesto agresiva.- Comento Vainilla encogiéndose un poco de hombros mientras Cocoa la miraba igual de extrañada. -Quizás le a gustado mucho Mochi.- Respondió ella antes de empezar a contar lo que había pasado.

-Para nieve tenemos que poner ropa a Mochi.- Fue explicando una y la otra la acompañaba. -Tejido en la tripita, eso hace que no coja mucho frio.

-Entonces cuando las dos estábamos midiendo a Mochi pues...pufff..-Cocoa movió un poco los brazos hacia arriba como si hubiera habido una gran explosión, pero ni mucho menos. -Mochi saco miembro blanquito de dentro, nunca comprobar si ella tener vagina o no, ahora entender porque Baba ella reír un montón al tenerla.- Continuo y entonces Vainilla tomo el relevo de la conversación.

-Ella ponerse a gruñir y a olfatear mucho, miembro palpitar y casi parecer que querer montarnos, entonces nosotras vaciarla. -Dijo de una forma un poco escueta pero Cocoa continuo. -Tener que masturbarla mucho, muchos mimos y a veces también meter dedos dentro para que soltara todo el semen acumulado, ella soltar mucho, dejarnos algo pegajosas.

Ambas maullaron un poco y se miraron sonrojadas antes de volver a mirarte a ti. -No ser un problema grave, pero Mochi no saber que es alfa, por eso Baba tanto interés en no encontrar otra de su especie.

-Si Mochi creer que ella sumisa y buena chica...depender de comportamiento...volverse dócil como hembra, ahora estar en etapa rebelde de celo, intentar tenerla contenta y al llegar a campamento tu deber ser como alfa para ella, tu o yo, pero tu comprarla, yo solo montarla.

Radha se cruzó de brazos y levantó una ceja mientras escuchaba al par de gatunas, asumiendo así pose contemplativa; pese a que las felyne no hablaban a la perfección el idioma humano, de sobra podía entenderlas, y a través de las palabras ajenas iba siendo capaz de hacer una idea general de la escena…ahora Mochi le interesaba más, si cabe.

Las recomendaciones que hizo Cocoa tampoco pasaron desapercibidas, aunque la bárbara no pudo evitar ruborizarse un poco solo de imaginar la escena que seguro conjugaba ternura con algo de rudeza, ya ni digamos la tentación esperable de lo que básicamente se escuchaba como una intensa sesión de placer para la Tobi… ¿Cocoa podría hacer algo así también con ella?

No, no debía pensar en eso de momento, pues había otras prioridades que si no recibían la suficiente atención, terminarían volviéndose más complejas, léase la misión a la que tenía que partir con Laika en pocas horas — Vale, entiendo; gracias — dijo a ambas aunque ligeramente enfocada más en Vainilla, que no era su compañera y por tanto no tenía las mismas responsabilidades que Cocoa…o eso entendía ella.

— Creo que haré algo como lo que intento hacer con la Barroth: demostrarle que como el campamento está compuesto por mis tierras soy yo la que manda, y que tú vas enseguida — luego se concentró en la morenita — eso nos deja en buena posición a ambas, por encima de ella, y además le da un lugar al cual pertenecer ¿no? — teorizó — solo que necesitaré un poco de ayuda, para cimentar bien las cosas — propuso, y es que al fin y al cabo la pequeña felyne parecía bastante entendida en el tema de las monturas en general, además tenía curiosidad de verla en acción. Claro que, al final, dependía de Cocoa si aceptar “hacerlo juntas” o no, pero esa también era una apuesta que estaba haciendo la bárbara…

Vainilla movió un poco una de sus orejitas como si te estuviera devolviendo las gracias por haberla tenido en cuenta, era cierto, ella no tenia que hacer nada de eso pero lo hacia porque le había caído bien Mochi y parecía que Cocoa y ella compartían el lazo de ser ayudantes de una cazadora. -Mochi ser muy joven y seguramente no hablar. -Continuo Cocoa explicando, pero de todas formas parecía mas tranquila porque la habías entendido y querías seguir quedándote a Mochi.

-Pero hablar con Baba yo, haber si prestar algún juguete para ella.- Se llevo un dedo al labio y se quedo por unos instantes pensando en que iba a decir pero finalmente asintió. -Yo ayudarte a tranquilizar a Mochi, no hay problema con eso. -Sonriendo divertida aunque claro, teniendo un aspecto como el que tenia en esa noche, esa diversión se estaba convirtiendo en perversión.

Hubo unos momentos de silencio pero finalmente, si no ibas a decirles nada mas a las gatas, estas volverían a la habitación junto a Mochi y tu podrías volver junto a Laika.

— ¿Pero entiende, verdad? — después de todo la había visto hacer lo que decía la felyne más de una vez, y aunque no fuera algo muy complicado de decir, si de alguna manera podían hacerle ver a la Tobi su posición relativa a la de ellas, con eso le bastaba, realmente.

Cuando Cocoa incluso ofreció aprovechar su contacto con Baba para un posible préstamo, a pesar de que seguramente iría con algún precio por como era la anciana, Radha no pudo evitar avanzar un poco hacia donde estaba ella y darle varias palmadas así como efusivas caricias sobre la cabeza, feliz de tener una compañerita tan confiable. Yendo un poco más allá inclusive intentó masajearle momentáneamente una oreja, eso sí se dejaba…

La bárbara también cayó un poco por la sonrisa que la gatita ofreció, pues casi siempre estaba seria o como juzgando, algo que la cazadora anticipó desde que la vio por primera vez, por lo que dicha mueca la hizo ruborizar un poco y no solo por compartir ese leve aire de perversión, sino de felicidad por ser testigo de eso.

— Está bien entonces, se las encargo durante el rato que queda hasta partir de misión ¿vale? se que está en buenas manos — ese era un reconocimiento para ambas, y es que por más que tuviera curiosidad de ver a Mochi con lo bueno que sabía, no quería dejar sola a Laika.

Dicho eso Radha hizo un ademán de despedida a las gatunas…

La mañana finalmente llego, tanto unas como otras os despertasteis al amanecer, cuando el sol tímidamente empezaba a salir por el horizonte. Habíais pasado una noche de lo mas movida y seguramente ese ejercicio extra os ayudaría bastante en vuestra misión pues el día de hoy había sin duda una misión importante por delante.

Bajasteis con el equipo puesto y en una de las mesas ya estaban las felynes desayunando y dándole de desayunar a Mochi, parecía que Vainilla también había cogido confianza con la montura y le daba pequeños trocitos de salchicha directamente a la boca lo cual ella rápidamente mordía y se tumbaba para morderlos un poco y luego levantarse para pedir mas. Al veros movieron sus orejitas y maullando indicaron que os sentarais, era un ultimo momento de tranquilidad antes de la misión.

La estrategia era clara, llegar y derribar a la criatura, podíais comprar lo que necesitarais en las tiendas ya que tenían lo mismo que Baba, incluso al mismo precio pero estas no regatearían. Ambas felynes ya estaban armadas y listas, Cocoa con su cuerno apoyado a un lado de la mesa y Vainilla ya tenia dos barriles de pólvora en su abdomen cargadas y listas para explotar cuando ella quería, Mochi llevaba una especie de jersey que le llegaba solo desde el cuello hasta el bajo vientre cubriendo las zonas que estarían mas expuestas a la nieve, pero por la parte de encima no tenia nada era bastante graciosa el verla de aquella forma porque parecía un muñequito de nieve.

-Cuando estéis listas, partir.- Informo Vainilla mientras miraba por ultima vez su mochila y Cocoa revisaba que su cuerno tenia bien puestas las conchas que emitían sonido.

Con toda la acción recibida, y dada la noche anterior, una muy relajada Laika empezaba su nuevo día completamente renovada y llena de energías para la feroz cacería que tendría que afrontar en equipo a su compañera Vainilla y aquella con la que había compartido pasión en la cama.

Ni floja ni perezosa, la guerrera se asearía apropiadamente y luego de vestirse y de un buen desayuno, iría en busca de los comerciantes locales. Después de haber logrado conectar tan bien con Radha, sabía que no podía ir a esta cacería así como así, como en otras ocasiones donde dependia de su suerte y velocidad para abatir a su presa. No podía permitirse quedar como una novata y mucho menos ser descuidada en una situación crítica. Así pues iría con los comerciantes en busca de comprar un par de pociones, las suficientes para unas curaciones de emergencía en plena lucha o tras esta.

Solo cuando tuviese todo listo, iría a encontrarse con sus compañeras, notando de buenas a primeras al verlas tras el saludo de ambas felynes, el como Vainilla parecía mas a fin con la pequeña Tobi. Aun para Laika el estar cerca de ella le resultaba algo atemorizante, aunque no tanto como la original a la que ella se había enfrentado, por su tamaño principalmente y digamos que el atuendo que usaba ayudaba a provocar ternura suficiente como para poder estar de pie a su lado sin demostrar abiertamente su temor a esa raza de monstruos.

-Ya estoy lista, tengo todo lo necesario y fuerzas me sobran- Haciendo el ademan de flexionar uno de mis brazos para mostrar aquel músculo trabajado por todo el esfuerzo de entrenamientos y cacerías previas.

Luego de una noche bastante interesante en más de un sentido, Radha despertó ansiosa y motivada como pocas veces para dirigirse a la que prometía ser su misión más difícil y emocionante hasta ahora; se duchó, claro, apenas invirtiendo más tiempo que el necesario en estar lista pues ella iba muy al natural; donde si tardó un poco fue desayunando, pues no quería flaquear por falta de energía y, si es que llegaba a morir, tener una última comida decente nunca iba mal. No es que fuera pesimista o miedosa, aquello simplemente era una costumbre bárbara muy ceñida al amor de dicha casta por las batallas y su única concepción sobre las mismas.

Tras llenarse la barriga se aproximó a los comerciantes, curiosa por si podría intentar regatear ahí…y no, esa gente en general era mañosa con las palabras y los números, quizás no tan intimidantes como Baba poniéndose seria pero tampoco simplones; allí adquirió algunas cosas que creyó le servirían, pues en una misión conjunta y tan peligrosa no podía darse el lujo de ir sin nada.

Al llegar saludó a las felyne y a Laika, pues Radha apareció de última; también vio a Mochi que parecía muy a gusto con su curiosa ropa, comiendo ¿cómo habría sido el despertar para ellas? Obviamente para ella la Tobi era “distinta” a antes, pero en el buen sentido, pues le había dado forma a su curiosidad. Guiada por impulsos inevitables, sacudió amablemente la cabeza de Mochi y un poco menos la de Cocoa, dedicando además a Laika y a Vainilla una mirada de complicidad por distintas razones.

— Estoy lista también — con un característico movimiento hizo tronar a su cuello y hombros, luego dirigió su diestra hacia su espalda para mostrar un poco del arma que “descansaba” allí — incluso traje algunas cosas, aunque deberé confiar en ti para usarlas — se refería a Cocoa, a la cual le dio un saco con dichos objetos; ya que cuando entraba en furia no podía hablar mucho, se limitaba a comunicarse con la felyne de manera simple, y esperaba que tal como se entendían a la hora de usar el cuerno ajeno, pudieran hacerlo también con tal de sacar todo el potencial posible a lo que había comprado…