Partida Rol por web

Encadenar dos buenos golpes parecía una tarea titanica en aquella batalla, pero de una forma u otra lo habíais conseguido. Vuestras espadas golpearon con fuerza a la Legiana, volviendo de nuevo al combate, en esta ocasión la espalda de Laika no reboto pero tampoco hizo un corte tan profundo como debería, en cambio la de Radha, sin duda fue un muy buen golpe por su parte.

La Legiana se cubrió con su brazo el cual comenzó a sangrar cuando Radha retiro su espadón preparándose para un nuevo ataque mientras la criatura miraba con asombro y enfado su herida. Se relamió los labios un momento mientras el frio parecía hacerse mas fuerte conforme mas cerca estuvierais de ella, una vez mas, un aullido ensordecedor y el viento golpeándoos como si de mil flechas se trataran antes de que el cuerpo de la Legiana se cubriera de una escarcha parecida al pelaje, todo agujas de hielo como si fuera una armadura.

Golpeo con firmeza el suelo con su cola y araño el frio hielo con sus garras mientras de su boca salia un poco de vaho mostrando que estaba mas caliente por dentro que el frio del exterior. Radha intento identificar a la criatura, vale que era un poco mas corta de mente pero algo había escuchado de las legianas, poco pero algo si, era...no era como te la habían descrito, su tamaño no era el adecuado, tampoco su color de piel, era lo único que sabias.

La combinación de habilidades de ambas cazadoras parecía mostrar un avance en aquella lucha que se estaba dando contra una enemiga claramente superior en poder y habilidad hasta cierto punto.

Aunque la puñalada dada por la guerrera no parecía hacer mucho efecto, los brutales ataques de espadín de su compañera lograron el que al menos la dragona mostrara su sangre. Pero con ello también su furia nacida de un orgullo herido por lo visto pues ahora, parecía estar mostrando su verdadero poder.

La guerrera desconocía por completo cuáles eran las verdaderas habilidades de la Legiana, eso la llevaba a considerar mejor sus siguientes movimientos, y aunque hubiese querido detenerse a tratar de obtener información o recordar viejas enseñanzas, el frío y nuevas heridas que recibía le dejaban en claro que primero debía permanecer viva y luego pensar que hacer.

Manteniendo su respiración nivelada, buscaba la serenidad necesaria para mitigar las molestias de sus heridas para así poder lanzarse nuevamente a atacar, aunque esta vez la espera por un momento oportuno le jugo en contra. Pues aquel momento no llego pronto y cuando creyó tener la oportunidad de clavar su acero en la carne de su presa, está mostró una vez más su agilidad evitando su golpe.

Chasqueando su lengua por la molestia la guerrera trato de mantener su mente fría y su cuerpo caliente.

A cada arremetida del gélido viento el cuerpo de Radha perdía un poco de su capacidad para moverse y para reaccionar adecuadamente, pues por más que en su estado pudiera ignorar a buen grado el dolor físico, eso no significaba que fuera inmune al resto de amenazas. Pese a que logró golpear a la Legiana a diferencia de su compañera, que seguro estaba en similar estado, la bárbara no podía pausar ni comenzar a sentirse aliviada, ya que la incansable bestia ahora encima más cabreada al parecer estaba por lanzar otro de los despliegues capaces de hundir gravemente a sus adversarias.

— ¡COCOA! — así que la cazadora gritó para pedir la ayuda curativa de su compañera, tomando la vía de mantenerse y seguir presionando a la voladora ya que obviamente escapar no se veía posible.

Mientras esperaba a que la felyne entonara la terapéutica melodía intentó lanzarse una vez más al ataque, pero el terreno irregular, el miedo instintivo y el cansancio progresivo hicieron mella, haciendo tambalear su concentración...

-Viento...fuerte....- Se quejo Cocoa la cual volvió a agitar con fuerza su cuerno y este se movió en el aire, pero su tonada no era tan fuerte como antes y nuevamente una ligera sensación de bienestar os fue envolviendo a ambas pero fue como una brisa caliente en una ventisca...básicamente vuestra situación.

Ambas cazadoras os lanzasteis a luchar nuevamente contra la Legiana la cual simplemente dio una vuelta sobre vuestras cabezas y alzo el vuelo para evitar ambas espadas con mucha facilidad mirándoos altiva desde los cielos. Parecía que la herida no había sido tan profunda y estaba bastante bien, pero aun así el enfado no se le había quitado de sus ojos.

Su cola descendió con firmeza como si se tratara de un latigo gigante quedando a tan solo un par de centímetros del cuerpo de Laika la cual no sufrió daño pero la nieve salto hacia ella, tirándola levemente hacia atrás, por fortuna no fue nada porque tenia un buen escudo. El viento seguía a vuestro alrededor, haciéndoos mella, era posible que el combate no saliera bien pero aun así estabais ahi, luchando contra una criatura físicamente mas fuerte que vosotras, y estabais aguantando.

La agradable sensación que pudiese brindarles las melodías D la pequeña felyne morena era un leve alivio ante el implacable frío que asediaba el cuerpo de cada una de las enemigas de la dragona.

Pero incluso aquella sensación, por más pequeña que fuese mantenía el ánimo de las cazadoras en su lugar, sin decaer ante los constantes fallos a sus ataques, como era el caso de Laika que unaa vez más fallaba al intentar alcanzar con el frío de su acero a la Legiana.

Su molestia se hacía visible pero se esforzaba mucho por mantenerla a raya, no se dejaría dominar por su ira pues su autentica fuerza solo la podía explotar a su máximo potencial con una mente serena y táctica.

Cómo al instante que la dragona se alejaba de ellas en la que la guerrera adoptó una postura más baja al flexionar sus piernas; y cuál baldosa sobre la cuál pisar llamo a su compañera felyne para que está misma fuese asistida.

-Hora del boom, te acercaré Vainilla- dando previo aviso para que está pudiese saltar sobre el escudo de la pelirroja así proyectar el cuerpo de la bombardera para facilitar el trabajo de aquella explosión.

A diferencia de su compañera cazadora, Radha sí que necesitaba la ira no solo para luchar, sino también para decidir sobre el curso de sus acciones el siguiente paso, una y otra vez, pues el método bárbaro dependía de esa explosividad para bien o para mal.

Tras se el alcanzada por el agradable brillo curativo de Cocoa, así fuera este amainado por el inclemente viento, expectante la cazadora completó el proceso curativo bebiéndose la última de las pociones que le quedaban, algo arriesgado tomando en cuenta el nivel de peligro constante que suponía la enemiga, pero en cualquier modo necesario, y mientras Laika y Vainilla preparaban su propio despliegue Radha comenzó a correr un poco por detrás del otro dúo...

El "boom" de la felyne daría la señal definitiva para que la bárbara se lanzara intentando aprovechar la explosión, tomando al espadón con ambas manos en pos de efectuar un agresivo corte en diagonal; si bien apenas podía hablar, al menos desde su perspectiva la cooperación con la guerrera era patente y continua, sin importar nada, lo que bien daba cuenta de los testarudas que podían ser como cazadora y como humanas...

-Mew!- Vainilla rauda y veloz salto a la orden de Laika la cual dio primero un salto en la nieve, luego un salto al hombro de la cazadora y el siguiente salto llego hasta la Legiana. Le dio un buen impacto, lo suficientemente fuerte como para que la Legiana cayera al suelo ya que la explosión había dañado parcialmente sus alas, momento que Radha no desaprovecho en ningún momento para golpear a la Legiana en el vientre haciendo una gran herida.

La criatura retrocedió por el dolor arañando el suelo con sus grandes garras mientras os miraba furiosa, su hielo cubría toda su espalda y alas, incluso su cabello mientras el viento seguía azotando vuestros cuerpos. Si el azar de las situaciones hubieran sido diferentes habríais llegado a ese momento mas frescas, pero no os quedaban provisiones, vuestras felynes estaban cargadas y vosotras estabais dañadas, lo suficiente para que lo que iba a pasar os acabara por tumbar.

Un fuerte rugido resonó en la montaña, era un sonido como acuoso, fluido, no ensordecedor pero lo suficientemente agudo como para que fuera entre agradable y molesto. Siguiendo ese rugido una ráfaga de hielo golpeo vuestros cuerpos haciendo que vuestra visión se nublara en tan solo un instante, ni siquiera os lo esperabais pero la escarcha se hizo una con vuestro cuerpo y vuestra consciencia se desvaneció, lo ultimo que escuchasteis eran unos chasquidos como de algo prendiéndose pero aquello quizás lo sabríais mas adelante.

----

No sabíais cuanto tiempo estuvisteis ambas desmayadas, pero al despertaros escuchabais algunos gruñidos a vuestro alrededor ademas del sonido del viento estremecerse en la entrada de la cueva. Os encontrabais en una de las cimas, ocultas por la nieve y el viento, tampoco podíais ver fuera pero seguramente había una buena caída. No hacia frio, extrañamente, la montaña os protegía del tiempo y por supuesto, no estabais sola. Tumbada en el suelo, la Legiana contra la que habíais combatido os miraba mientras agitaba su cola, toda tranquila, sus heridas ya eran historia, apenas quedaba la marca ya del daño que había sufrido y os miraba de forma altiva. No estaban vuestras armas, seguramente se habían quedado en la nieve cuando fuisteis derrotadas, pero no solo estaba esa Legiana.

De diferentes colores, habían unas tres mas, diferentes, mas pequeñas que la Legiana contra la que os habíais enfrentado, como con un color entre amarillento y tierra, con unas alas mas delicadas y unas facciones mas agradables, menos severas. Aun así, ambas tres eran como la alfa de aquel lugar, ya que aunque hermosas, todas tenían miembro y estaban de lo mas deseosas en ese momento. -Esta?- Pregunto mientras olfateaba a Laika tirando de su cabello para que se empezara a desperezar mientras que una segunda tomaba a Radha de la pierna para levantarla un poco y también olfatearla. -Musculosa...no agradable...pero servir...- Empezasteis a escuchar las risas de las Legianas mientras la Alfa comenzaba a acercarse a vosotras con el miembro en ristre.

-Debisteis...haber soltado las armas...cuando pudisteis.

Todo se fue a oscuro de un momento a otro, apenas y pudo distinguir lo que había ocurrido antes de volver a recuperar la conciencia, y junto con la sensación de ser jalada de su cabello, vino la vista del lugar en el que ahora se encontraban ambas cazadoras.

Podría empezar a acostumbrarse Laika a despertar adolorida y sin su arma, era la tercer vez que aquello le ocurría, aunque en esta ocasión era distinto por no ser la única en su mismo destino.

Era algo muy claro el cual eran las intenciones de la Legiana, el por qué las había mantenido vivas a ambas en lugar de cumplir con su amenaza.

Desperezandose un poco y tragando saliva ante la situacion en la que estaba metida, le quedaba bien en claro que en esta ocasión habían pocas chances de que un equipo de rescate las encontrase pronto.

-Lo siento- alcanzo a mascullar la guerrera ante la imponente figura que se les acercaba a ambas. -Nuestras armas son como tus garras o colmillos...pero ya no importa...donde estan nuestras compañeras?- aquella era una duda que no exteriorizaba a menudo, en estas situaciones usualmente el miedo dominaba el actuar de la pelirosa; quizás se veía en la obligación de actuar más valiente por qué estaba frente a Radha, al menos lo suficiente para no desviar por mucho tiempo la mirada de la dragona y las que podrían ser sus crías.

Esperaba que aquella creatura no hubiese dañado a las Felynes o a Mochi, en su ser anhelaba que aquella dragona no viese necesario matarlas o perseguirlas, aunque era consciente y a su vez, trataba de prepararse para la posible respuesta que al poder ser algo que no deseaba, ya su pecho se inflaba agitado de solo pensar en la posibilidad.

-Díme que no les hiciste daño-

El fibroso cuerpo de Radha dolía como el infierno mismo, tanto por el frío al que había estado exponiéndose continuamente como por las heridas que de la durísima batalla contra la Legiana resultaron, sin embargo lo que después de sabrán los dioses cuanto tiempo despertó a la bárbara fue el sentirse jalada y puesta de cabeza, cual presa moribunda, mientras la voz de Laika se escuchaba como en eco, a relativamente poca distancia de ella.

— Joder... — todo le daba vueltas, la cabeza parecía como si fuera a reventársele en cualquier instante; con los ojos enrojecidos pero no de furia, dio un vistazo errático a los alrededores solo para comenzar a darse cuenta de lo que pasaba.

— ¡Joder! — dijo más fuerte, aunque todavía colgando, sabiéndose ya indefensa, derrotada...y sola de no ser por Laika, que tampoco parecía tener el mejor estado del mundo; — ¡Suéltame maldita! — intentaba resistirse pero la inferioridad ahí estaba clara, al fin y al cabo si solo una enemiga les había dado tantos problemas...¿cómo sería enfrentarse a un grupo de similares? Además que ni tenía armas ni sus otras compañeras estaban a la vista.

De su vergonzoso incidente ante las Prey y la Drome, la bárbara sacó bases para hacerse buena idea de lo que estaba por pasar, solo que en este caso se sentía a flor de piel mayor peligro, además que no estaban en un bosque o una cueva a la vista, sino en lo que parecía ser un hueco en lo alto de la montaña, rodeadas de nieve...

— Ellas son inteligentes y ágiles, seguro lograron escapar ¿no es así? — luego en atención a la pregunta de la pelirosa ella respondió en modo algo retador, pese a no saber mucho más que la otra; se basaba en cómo Cocoa la salvó tiempo atrás. si bien impertinente, además de no poder evitar ser así, el comportamiento de Radha era a causa de su imposibilidad para ser sumisa y también en parte un intento quizás vano para dar esperanza a Laika; claro que la norteña no quería que la respuesta de la Legiana fuera negativa, es más, por dentro estaba tan preocupada como pudiera estarlo su colega, sin embargo en la hora más oscura solo quedaba la voluntad ¿no? y si eso se perdía toda su lucha anterior carecería de sentido...

Una risa comenzó a bañar la cueva, toda proveniente de las legianas que os tenian sujetas mientras os arrastraban hasta mas o menos rodearos las cuatro, todas os miraban por encima salvo quizas la que os había derrotado, que os miraba mas fijamente que el resto y casi con cierta rabia. -Compañeras...preocupadas por ellas cuando vosotras...reemplazar a mis hembras...bien....ellas huir. Yo perseguir ladera abajo, para morderlas y devorarlas, pero ellas lanzar luz y entonces tener que conformar con vosotras...pero nosotras os daremos...lo que buscar...- Una nueva risa ahora de todas mientras una de las legianas agarraba de la zona de la nuca a Laika mientras una segunda tiraba del pelo a Radha todo para que os sentarais en el suelo medio obedientes. Laika tenia dos legianas que no incluía a la alfa, en cambio Radha si que tenia a la alfa y una de las normales.

Ambas dos legianas normales de cada una se colocaron detrás de vosotras, imponiéndose mientras os orientaban la cabeza hacia las legianas restantes las cuales comenzaron a pasar sus miembros por vuestras caras. El miembro era bastante caliente, no en exceso pero un par de niveles mas que temblado, ademas de que tanto la normal como la alfa soltaban como una especie de liquido preseminal que empapaba rápidamente vuestra piel como si se tratara de una crema, olia algo neutro, agradable, como a hierbas extrañas, pero no era desagradable.

-Divertirnos...divertido.- Escuchasteis de la Legiana de Laika mientras la de Radha se inclinaba para susurrar en su oído. -Músculos no servir, solo servir a alfa.- Entonces ambas dos os taparon la nariz para obligaros a respirar por la boca y en ese momento os penetraron las bocas. Eran suaves pero grandes, la alfa tenia el miembro mas grueso y largo que la normal, aunque no se quedaban cortas, mientras las de delante se lo pasaban bien, jadeando por el placer de poderos humillar de esa forma, las de detras os sujetaban las manos con una de las garras mientras os mantenían firmemente la cabeza orientadas a los miembros, incluso les ayudaban moviéndoos.

El solo escuchar que las felynes y mochi habían logrado eludir la muerte segura que podría haber implicado los dientes de la Legiana, era suficiente alivio para la guerrera aunque aquello no las libraría de su destino de ser el juguete sexual para aquellas soberbias dragonas.

Burlescas y ofanándose de la victoria de su alfa, como si ellas mismas hubieran luchado en su lugar, provocaban en la guerrera el instinto de pararse y dar batalla, pero era sabido que si siquiera intentaba algún movimiento, su carrera como cazadora terminaría en ese mismo instante, y ese era el escenario mas generoso para si misma que podía vislumbrar en su mente.

El ser sujetada abruptamente por la subordinada de aquella majestuosa dragona y puesta a la fuerza en aquella posición tan sumisa, lograba que los músculos de la apresada se tensaran al instante. -Es...esta bien...- Llego a murmurar en un intento por tratar de calmar a sus captoras. Ya se estaba volviendo frecuente aquella situación en su vida pero no se podía acostumbrar del todo a la sensación de temor y a como su cuerpo reaccionaba, o el solo hecho de que sus pensamientos no puedieran hilar un curso de acción fijo. Parecía que todo indicaba que ese caos en su ser la llevaba a una sumisión indeseada.

Y antes de que pudiera replicar o tomar un momento para respirar y pensar como lograr que no las utilizasen como un mero trozo de carne donde depositar las semillas de aquellas monstruos, estas le privaron de su nariz como su medio de obtener aire, obligandola a abrir la boca de forma instintiva, solo para caer en la trampa que llenaría esa cavidad con el miembro de una de esas dragonas. Aunque su textura era suave, aquella incursión provoco unas ligeras arcadas y que sus manos reaccionasen tratando en vano de liberarse. Su cabeza intento ir hacía atras para separarse, pero la garra ajena en su nuca se lo impedía.

Laika soltaba un par de lagrimas por el esfuerzo que requería no caer presa de las arcadas y empezar a asfixiarse, necesitaba tranquilizarse un poco o terminaría por morder a aquella invasora. Y si ella lo estaba pasando difícil, el solo imaginarse que su compañera debía lidiar con la alfa, le hizo entender que no podía dejarse caer presa del pánico. Se mantendría quieta, dejaría de luchar involuntariamente y recuperaría el aliento al inspirar profundamente con su nariz y luego liberar lo que podía de aire en su boca, con eso quizás le ayudaría a estimular a la Legiana de mejor manera. Ahora buscaría que aquello terminase pronto, antes de que volviese a perder los estribos.

Al menos el escuchar que Cocoa, Vainilla y Mochi pudieron escapar como creía, llevó a Radha un poco de calma antes de la tormenta, y es que una cosa era que como consecuencia de su debilidad tuviera que soportar castigo mientras arriesgaba su vida en el nido enemigo, y otra que arrastrara a ese mismo destino a compañeras que quizás serían más prudentes por separado.

Tampoco es que le encantara la idea de servir como objeto, todo sea dicho, y mucho menos ante tantas criaturas que por propia experiencia sabía que podían ser de lo más duras… ¿pero cómo evitarlo? Si intentaba pelear allí, desarmada, estaba segura de que solo terminaría peor…

De cualquier forma no pudo evitar forcejear un poco así como intentar escapar cuando una de las criaturas se avocó a someterla. En su caso ella era mucho menos complaciente que Laika, más viéndola quería tratar de ser como ella, pue quizás eso les ahorraría problemas, solo que sus instintos y su personalidad tendían a explotar demasiado fácil como para que fuera realista ser más comedida…

— Váyanse a la mierda, pueden obligarme pero nunca lograrán doblegar… — antes de que pudiera terminar de reclamar tras el susurro ajeno, la misma legiana que le habló sostuvo fuerte su cabeza mientras la alfa misma le impedía respirar, meneando ante ella aquel miembro hinchado y reluciente por la humedad; en cualquier otro caso, a Radha esta visión le hubiera resultado un tanto estimulante porque de piedra no era, y aunque apreciaba la delicadeza y la suavidad de las mujeres, de tanto en tanto le hacían falta otras cosas que no todas tenían, sin embargo en el presente el erotismo era reducido a las inquietudes que por instinto tuviera…

— Gghhh... — al igual que la guerra ella también sufrió de arcadas al ser invadida, y de hecho peores, pues sin contar que personalidad la hacía menos tranquila, debía lidiar con el portento de la alfa allí; de reojo intentó entonces ver a Laika para intentar buscar su apoyo moral al tiempo que quería transmitirle el suyo, pues aunque en su caso las experiencias así eran pocas, suficiente había vivido como para no estar ansiosa por aumentarlas, sin embargo solo pudo ver la silueta borrosa con la que antes se unió debido a las lágrimas que comenzaron a llenar el borde de sus párpados hasta escurrir pesadas por su rostro.

Recibir la enormidad de la contraria dolía al punto de que sentía que, si no tenía cuidado, terminaría con la mandíbula partida, así mismo su garganta fue pronto bloqueada por el dichoso tamaño, lo que la llevó a retorcerse buscando aire que necesitaba para no desmayarse; copiosa su saliva escurría densa desde su boca, y en lugar de palabras, para ese momento la bárbara solo podía emitir ahogados sonidos. Aún si hubiera querido estimular más a la dragona para que todo fuera más rápido, en ese momento le estaba costando horrores...pero no podía perder así, no debía.

Laika parecía que cooperaba mas que Radha lo que al menos a sus legianas parecía que le estaba gustando. El aliento hacia que la legiana que la estaba obligando se sintiera mas a gusto, relamiéndose un poco mientras la tomaba de la cabeza, haciendo que la que tenia detrás tuviera una mano libre. -Ah...humana acostumbrada...ella ser buena...quedárnosla.- Como si dictara que Laika era adecuada para quedarse en aquel nido mientras seguía moviendo la pelvis usando su boca como si fuera suya. Con la mano libre, la legiana de su espalda, sin soltarla, comenzó a pasar su garra por sus pechos, notabas lo fácil que podría ser para ella el cortarte pero no lo hacia, sus largos dedos pasaron por uno de tus pechos apretándolos y estimulándolos antes de ir hacia abajo, dando un azote en la cara interior de uno de tus muslos para que abrieras las piernas, colando entre los labios una de sus finas garras y comenzar a comprobar si estabas húmeda, ademas de disfrutar del calor. -Aaaah...si...humana ser hembra buena. -Lamiendo el cuello de Laika de forma provocadora, ademas notabas el miembro frotándose en tu espalda.

En cambio Radha parecía mas dada a ser rebelde, pero efectivamente el miembro de la alfa era mas grueso que el de la legiana normal. Mientras mas se resistía mas la controlaban, la legiana que tenia a su espalda ahora la agarraba tanto inmovilizando sus manos con una, tanto con la segunda sujetando su barbilla mientras la alfa colaba dentro de ella el miembro hasta llegar a su garganta, sin cuidado alguno. Un bulto generoso se marcaba en allá mientras parecía complacida. -Soltaras...tus armas...- Comenzó a decir la alfa mientras la miraba fijamente, sonrojada y dominante. -Aprenderás como tu amiga...a complacer...me...-

De igual forma, la legiana en la espalda de Radha dejo de sujetar su cabeza para que lo hiciera la alfa y acompañara el movimiento mientras que ahora con las dos manos sujetaba su manos, inmovilizándola bien para que no se moviera. Su cola chasqueo un poco en el suelo como si se tratara de un látigo y, apartándose levemente del cuerpo de Radha comenzó a azotar su espalda y nalgas con su cola marcándola con surcos rojizos mientras la alza jadeaba complacida por el trabajo de una de sus hijas.

Los nervios de la guerrera se encontraban en un caótico movimiento como lo sería una hoja en un río. Por momentos la intensidad y la tensión le provocaban unos espasmos temblorosos en su cuerpo. Siendo escasos pero no inexistentes los instantes en que podía darse el lujo de relajarse o de al menos intentar hacerlo.

La cría de la Legiana que asaltaba sus labios con ese viscoso y firme ariete, no le daba tregua alguna y al parecer solo había logrado que está se encendiera más de la cuenta y con ello volviese más intensos sus movimientos. Solo podía intentar respirar por la nariz lo mejor posible y relajar su mandíbula para no sufrir más arcadas.

Hubiese sido más fácil el lograrlo si no fuese por como la que estaba detrás suyo se convertía en los rápidos del rio. Su peligroso tacto en los pechos de la ojiverde le provocó a esta un estímulo involuntario que la llevo a sufrir nuevamente arcadas. Casi tosiendo y viéndose obligada a separarse lo más posible de aquel miembro, pero no sería por más de unos segundos antes de volver a recibir aquel falo, en una boca repleta de viscosa saliva que facilito aún mas el paso de su intruso.

La sangre de la guerrera hervía a tal punto que el enrojecimiento de su rostro podría deberse tanto a su excitación como a la ocasional falta de aire que sufría, ni siquiera ella lo sabía a ciencia cierta . Salvo por aquella que punteaba su espalda baja, nadie más sabría en ese momento el como el interior de Laika estaba segregando una gran cantidad de fluidos, ya fuese como una preparación natural para que doliese menos lo que si avecinaba como por puro disfrute no aceptado de verse sometida de aquella forma tan rauda y feroz, más intenso que en otras ocasiones por el factor numérico.

Ahogados jadeos seguían como caricias interminables al miembro invasor y el pecho de la guerrera parecía que reventarla en cualquier momento de cómo se expandia por su agitada respiración. Sus inquietas manos apenas lograban rosar con la punta de los dedos el vientre ajeno de aquella que la mantenía como prisionera por puro capricho y cuya única retribución a retenerla era tener acceso a su recoveco más húmedo y cálido.

La guerrera buscaba alcanzar aque apéndice que se presionaba contra su cuerpo, quería trasmitir algo de su propio calor a su captora, quería provocarla e instala a más, como una especie de muestra de buena fe por no usar aquella garra para herirla sino para compartir placeres ambas. Aunque era poco probable que fuera así de altruista.

Quejido tras quejido salía de la cazadora mientras las bestias se daba gusto manipulándola cual muñeca, frustrando sus nimios intentos por resistirse, enseñándole sobre la fuerza de lo salvaje en un nivel que no había vivido antes.

Muy en su interior, Radha estaba conflictuada porque eso de hecho le estaba causando alguna clase de placer masoquista, pues para ella sentirse indefensa era algo muy raro, nuevo incluso, pero de pronto el dolor o recordar porque estaba así sumaban algo de desesperación al acto, encendiendo de tanto en tanto chispas de rebeldía solo para que fueran brutalmente apagadas por la metódica brutalidad de sus captoras.

Para cuando la Legiana hija comenzó a azotarla, la bárbara apenas podía estremecerse ya pero no por ello su piel ignoraba aquel ardor; instintivamente Radha comenzó a mover su boca para intentar liberarse, pero solo conseguía masajear con mejor intensidad a su invasora, así mismo sus músculos se tensaron emulando el preludio a cuando entraba en furia… pero solo se quedaron en eso, sintiéndose partir por aquel látigo con escamas que fácilmente podría derribarla incluso en batalla.

Poco a poco, sin embargo, la popular noción de que el dolor no es más que una antesala al placer fue haciéndose notar en la norteña, pues cuando se dio cuenta que resistirse era inútil y se cansó, la insospechada “relajación” que llegó a consecuencia de ello se conjugó de peculiar manera con los azotes y la forzada mamada provocando en la bárbara un cosquilleo que antes pasaba inadvertido.

De tener que compararlo con algo bien podríamos hacer el paralelo con comer un picante muy intenso, lo suficiente para “dormir” a la boca y solo tras unos minutos comenzar a sentir un agradable hormigueo, aumentándolo a escala era prácticamente lo que sentía ella, o al menos su más instintivo y básico interior, pues lo cierto es que en su situación no era como si pudiera pensar mucho.

Así pues, eventualmente incluso la rebelde cazadora comenzó a mojarse más de lo que quisiera permitir, aunque todavía con gesto agresivo…

Ambas legianas, tanto la alfa como la normal, dejaron de embestir las bocas de ambas guerreras, quedándose observando sus expresiones. Laika seguía pareciendo mas dócil que Radha la cual empezaba a presentar largos surcos rojizos en espalda y nalgas por culpa de una de sus captoras, la legiana que inspeccionaba la humedad de Laika chasqueo la lengua un momento relamiéndose despacio antes también de separarse un poco. -Lista...- Dictamino ella mientras la contraria se relamía. -Sera....divertido...domarla...

Ambas legianas sacaron los miembros de vuestras cansadas bocas haciéndolas descansar en ambos rostros que no tardaron en bañarse de fluidos, una risa por parte de ellas, una entre cristalina y burlona antes de que os volvieran a mover como si de muñecas se tratara. En este caso os dieron primero la vuelta para que estuvierais de espaldas a aquellas que le habíais dado el oral y mirarais a las que os habían estado sujetando. Con firmeza las garras de la alfa se clavaron en la muñeca de Radha, no sangrando pero si notando la presión mientras que la contraria lo hacia con una firmeza mas suave. Entonces os movieron una vez mas y esta vez os quedasteis mirándoos a ambas antes de que empujando vuestras espaldas os tuvisteis que apoyar la una a la otra para no acabar en el suelo.

Rápidamente las dos legianas que os habían estado guiando se tumbaron en el suelo y os agarraron del cuello para que cayerais en medio de sus pelvis, ambas dos teníais los miembros erectos de ambas legianas delante de vosotras mientras os podíais mirar, ellas impulsivas frotaban los miembros en vuestras mejillas y labios.- Cualquier violencia...- Empezó a decir la alfa. -Y os quedareis...sin...lengua...- De forma algo tétrica pero se notaba que era mas por preocupación por sus hijas que por miedo que les hicierais algo malo, después de todo sin armas poco podríais hacer contra las criaturas.

Laika noto como la legiana en su espalda empezaba a acariciar sus nalgas, separandolas suavemente mientras iba tanteando con su glande su entrada vaginal, colocandola en posición, por consiguiente la alfa froto su miembro por ambas nalgas de Radha orientando su glande justo en su cavidad anal, relamiéndose por ver a la mas fiera caer ante ella. Se tomaron tan solo unos instantes y ambas empezaron a empujar para entrar en vosotras.

 El asedio a sus labios terminaría por momentos y aquella relajación a su mandíbula se hizo presente, aunque solo tras las arcadas respectivas y tos que dejarían un latente malestar en su pecho. Se comprimía su torso en busca de lograr mas aire que inundaran sus pulmones. Se le hacía sumamente difícil el siquiera prestar atención a los fluidos que ahora manchaban su rostro en esos momentos.

 Cual muñeca inanimada no opuso resistencia a ser manipulada para quedar enfrentada ahora con aquella que había degustado su propia esencia sin su concéntimiento a diferencia de la barbara.

 Laika respiraba ya con mas normalidad y sus ojos ya comenzaban a ver con mas claridad, las lagrimas de antes ya habían escapado de sus parpados y en esos momentos era capas de enfocar con mayor nitidez aquel miembro que se alzaba frente a ella, siendo sorprendida por momentos. Aun así su siguiente reacción fue el buscar con la vista a la barbara, de forma inútil pues mas pronto de lo que pensaba, no solo comprobaría como se encontraba su compañera de cacería físicamente, lo podría sentir en su propio cuerpo.

 No podía saber si el sudor era de su propio cuerpo o de la ajena, los espasmos y el temblor corporal podían ser de cualquiera y la pelirrosa no sabría identificar a su dueña. El miedo era latente pero la exitación lo era mas, el poder volver a sentirla tan cerca fue un breve oasis que buscaría disfrutar por escasos segundos hasta incluso tomarse el atrevimiento de robar un fugaz beso cual sorbo de conciencia que prefería mantener en su mente para lo que se avecinaba, y quizas con ello darle a su par un poco de tranquilidad en medio de ese caos al que estaban siendo sometidas.

 Pero las Legianas eran impacientes y no querían ser ignoradas por mucho tiempo, aunque mas ligeros eran sus agarres, no quitaba el hecho de que no les dejarían actuar con libre voluntad. Incluso ahora las tornas de turnos para abusar de las cazadoras se giraban para dejar a la vista de las susodichas los miembros de aquellas que les habían retenido antes, esperando impacientes por recibir el mismo tipo de atención oral que sus compañeras.

 -En...entiendo...- Murmuro sumisa la usuaria de la espada y escudo quien timidamente busco acercar sus labios a la punta de aquel miembro que le era obsequiado. Aun temía el volver a ser tomada a la fuerza y su mente se preparaba para un rápido asalto, pero este no ocurrio por el sitio que esperaba y en el mismo momento. Y cual presa cayendo en la trampa se confió al sentir el sabor de aquel apendice cuando solo el principio de su lengua se deslizo entre sus propios labios, convirtiendo a aquel timido beso en el inicio de una felación superficial. Sus manos se apoderaron del miembro ajeno y sus ojos trataban de encontrarse con los rubis que tanto le habían gustado.

 Estaba preocupada por Radha y por el trato rudo que ella recibía a diferencia de ella; sus captoras sintonizaron mas rapido con el trato gentil que ella daba y quería recibir. Lo supo con aquel juego en su intimidad por la que comenzaba a escurrir un poco de sus fluidos y en como el solo hecho de ser tratada así por creaturas tan impulsivas como esas dragonas, le llevaba a querer mostrarse mas osada, como un agradecimiento por aquel trato.

 -hmmmm...ahhhh- Tras un suave y prolongado gemido al ser invadida, sus manos se aferraron a el miembro que tenia entre sus labios y estos se separaron del mismo para conducir con su lengua un espeso hilillo de su saliva y así darle a todas las presentes, incluida su compañera, un pequeño espectaculo con el cual encenderse aun mas, antes de abordar en un movimiento donde su boca iría tras aquella "presa" nuevamente pero con una resolución mas firme y directa, suave y delicada en la forma de dejar que el miembro se abriese paso entre sus labios y fuese recibido por una curiosa lengua que le acariciaba dentro de su resbaloso hogar. Dejando que cualquier gemido que pudiese liberar involuntariamente ante el trato de aquella que le asediaba su zona mas erogena de su cuerpo, fuese transformado en mas de aquellas caricias de calido aliento para su otra esclavista.

 En este momento Laika solo podía centrarse en una sola cosa, convertir su temor en lujuría para sobrellevar mejor aquella situación y con suerte, lograr salir de ella con vida.

Al fin liberada por la alfa, la bárbara soltó un quejido bien audible con su boca un tanto hinchada, enrojecida y adolorida gracias al trato duro por parte de la mentada captora; apenas pudiendo respirar, Radha se notaba desorientada, reducida y solo resistiendo gracias a un impulso instintivo, de ahí que tardara en reaccionar al pausarse la hostilidad, dando impresión de ser más dócil de lo que en verdad podía.

Cuando sintió el falo de la Legiana sobre su rostro, sin embargo, gruñó al tiempo que fruncía el entrecejo, pero eso no le evitó ser impunemente ensuciada por fluidos sexuales y bucales que caían hacia su cara, humillándola; en cualquier caso imposibilitada de forcejear en gran medida, la bárbara solo obtuvo un poco de “tranquilidad” cuando la sucesión de acciones la llevó a estar frente a su compañera, aquella que se veía casi tan mal como ella pero más metida en lo de cooperar con las bestias, al parecer; llegadas a ese punto tampoco es que pudiera culparla, recriminarle ni decepcionarse de la ajena, pues hasta cierto punto su hacer daba testimonio de una voluntad para salir de ahí así tuviera que dejar de lado el orgullo que para nada les serviría ahora… casi hacia ambicionar a la bárbara ser más accesible, cooperativa.

En cualquier caso aquel beso robado y fugaz, sorpresivo, llevó dulzura a los labios de la norteña que por lo rápido del asunto no pudo corresponder, empero Radha se vio impulsada en su determinación tras esa sola acción, como si la boca de Laika le hubiese dado aliento de esperanza…

Manipulada por incontable vez gracias a la poca paciencia de las bestias, seria, la cazadora atendió muda y lo más entera que podía a las palabras de la alfa pese a que por dentro estaba toda adolorida, llena de disgusto pero también de floreciente y culposa excitación, misma que se iba demostrando con el ocasional fluir de su néctar o los ímpetus que se concentraban en determinados lugares de su anatomía femenina proporcionando dureza o hinchazón, según se viera.

¿Por qué rayos le estaba comenzando a gustar ser tratada como juguete? ¿Acaso perdía la razón, la agresividad? ¿Era buena idea imitar a la guerrera con tal de buscar su libertad?

En esas cosas pensaba cuando los gemidos por parte de su colega la llevaron rápidamente a buscar el cuerpo de esta con la mirada, oscuramente curiosa, honestamente preocupada, solo que al no estar en mejor posición que Laika era cuestión de tiempo para que la bárbara fuera igualmente alcanzada… solo que en su caso la dragona se fue por la tangente.

— M-maldi… — y cuando estaba por reclamar, la que había estado frotándose contra su rostro decidió intervenir también, conjugándose pues ambas penetraciones casi al mismo tiempo, tan demandantes como rudas, lo que como cabría esperar fue un duro golpe al unísono para el orgullo de Radha y para su resistencia. Doblemente abusada, a la usuaria de espadón le fue imposible resistir más y comenzó a retorcerse mientras sentía a su mandíbula volver a abrirse de manera dolorosa, faltándole el aire al intentar respirar y salivando en exceso  por obligación; al mismo tiempo su recto ardía por el volumen ajeno y la falta de una previa dilatación exitosa, no sorprendiendo si por la rudeza de la Legiana sufría algún desgarre… pero eso a la norteña era lo que menos le importaba en el momento, pues el resto de ella se sentía empalar por las inhumanas criaturas.

Siendo así, más pronto que tarde se unieron a la sinfonía sexual los quejidos ahogados de Radha y hasta los golpes de palma que inútilmente daba sobre los muslos de quien la invadía oralmente, llorando por esfuerzo, por la impotencia, aunque irónicamente sintiéndose más húmeda conforme la alfa imponía su dominio sodomizándola, cosa que, dicho sea de paso, resultaba totalmente humillante para ella…

Ambos miembros se alojaban ahora dentro de las dos guerreras, en la vagina por parte de Laika y en el recto por parte de Radha. La legiana que se encontraba con Laika soltó un jadeo de placer al notar una cavidad tan húmeda y predispuesta a colaborar, ademas de que su gemido había complacido a las legianas, el movimiento era suave no lo hacia de forma ruda pero el tamaño era considerable asi que prácticamente se podia ver un bulto en la zona de su estomago. La legiana que recibía el oral de Laika, con su garra, aparto el cabello para verla bien, relamiéndose mientras disfrutaba de su boca y lengua, jugando un poco con ella tirando a veces hacia abajo solo para acompañar o moviendo la pelvis hacia arriba, pero no la obligaba, ya nadie os sujetaba las manos solo las cinturas.

Por consiguiente el miembro de la alfa, al ser mas ancho que el resto costaba de ser devorado por el interior de Radha que sufrió bastante, cabía destacar que ninguna había sido capaz de tragar en la totalidad ningún miembro porque eran inhumanos, aun así parecían complacidas con el resultado. La alfa siguió empujando hasta que noto que era imposible adentrarse mas, relamiéndose mientras soltaba una fuerte nalgada con su garra dejando marcas rojizas en su piel maltratada antes de empezar a moverse de delante a atrás. En el momento de salir lo hacia de forma suave pero en el momento de entrar lo hacia de una sola estocada mientras susurraba en el oído de la barbara. -Disfrutaras...siendo...mi...mascota.- Mordiendo ligeramente su cuello como si fuera una declaración de que la haría suya.

En un momento dado, entre penetraciones, las legianas que estaban sentadas delante de vosotras os quitaron los miembros de la boca y intercambiaron, el miembro de Radha estaba ahora con Laika y viceversa, quizás para que ambas pudieran probar vuestras bocas o tal vez para humillaros. El movimiento de ambas pelvis fueron en aumento, a la Alfa le costaba moverse en el interior de Radha pero la que estaba con Laika parecía disfrutar mas ya que se dilataba de forma natural.

El viento aullaba en el exterior, parecía que se había levantado ventisca, seria posible que os rescataran?

La libertad de acción de la que ahora gozaban ambas cazadoras, o lo que se podía decir que era, permitió a la guerrera relajarse un poco más en aquella lucha de imponerse a la fuerza que había perdido antes de empezar siquiera.

Siendo embestida por una de las Legianas, el producto de cada azote recibido en su interior lo disfrutaría cada vez más la pelirosa aunque quizás no tanto como a su "enemiga" que estaba recibiendo el oral. Con cada envite su cuerpo se sacudía y un nuevo gemido de liberado, algunos eran cortos y otros al ser retenidos por unos instantes se volvían prolongados al salir y encontrarse con el sensible apéndice de su captora.

En ocasiones el oral propinado se volvía torpe, bajando de forma irregular o que la succión aplicada en ocasiones era más fuerte de lo deseado, pero la sumisa era entusiasta en dar placer como lo estaba recibiendo.

Por un momento no pudo continuar con su felación y en el proceso de cambio de parejas, pudo ver a su compañera real con más claridad. Verla le hizo pensar mejor lo que sucedía y la culpa la invadió de inmediato pues mientras la guerrera se estaba adaptando para hasta, disfrutar, el ser capturada, su compañera debía soportar la ferocidad de la Legiana alfa y su "porte".

Sabía que debía hacer algo y cuando se le fue entregado el miembro nuevo que debía atender, lo sujeto con suficiente firmeza en una de sus manos para crear una repentina pero agradable presión y masturbarlo con tranquilidad en toda su extensión solo para comprar el tiempo suficiente para hablar.

-Aguanta Radha, ten fe y resiste- no iba a aclarar más aún, sería peligroso para ellas revelar que a pesar de la ventisca aún podían ser rescatadas y la guerrera contaba con ello.