Partida Rol por web

Siempre en movimiento, era difícil que una asesina, fuera Sith o no permaneciera mucho tiempo anclada a un lugar. Era una simple medida de prudencia, aunque con el tiempo el hábito de viajar se convertía en una necesidad ineludible, el ansia de nuevas experiencias era demasiado fuerte como para poder aparcarla.

Tarian no extrañaría Nar Shadda, era un nido víboras, al igual que ella, pero demasiado superpoblado. La vida allí podía no pasar de la segunda copa ni del primer insulto. Quizás fuera un buen lugar para un descanso cuando hipotéticamente tocará retirarse del "negocio".

En su lugar Corellia aparecía como un nuevo desafío, un mundo notorio por sus intrépidos pilotos y contrabandistas, pero también por sus hombres valientes y fieles a la república, la misma que no vería de buen agrado como una flota bajo el estandarte de los Sith merodeará por sus alrededores.

Como estaba programado las naves abandonaron el hiperespacio a una distancia más que considerable, Corellia era un minúsculo punto en la lejanía espacial. Supuestamente esa distancia era la suficiente para evitarse cualquier problema burocrático, o detecciones por los sensores. Además les brindaba un tiempo valioso para volver a saltar al hiperespacio en caso de problemas.

Ahora tocaba una parte complicada del plan, la infiltración. Con su doble aun en coma por los disparos de Buosisksla las distracciones correrían exclusivamente de su mano.

Tenía que ponerse en movimiento, Hasser no toleraría fracasos algunos y aun tenía que obedecer con la certeza de que algo le estaba ocultando.

Cada vez que había visto a su amiga y protectora, desde hace tantísimo tiempo, en el tanque de bacta un pensamiento pasaba por su cabeza No sufrió demasiado, fue demasiado limpio, maldito cabrón la xenofobia de Tarian iba en crescendo aunque ella fuese ajena a tal hecho.
Pero ahora no ocupaba ningún alien sus pensamientos, sino el capitan Maverick Tarnesh, su ficha estaba sobre la mesa entre otros papeles que indicaban las medidas burocráticas para entrar en corelia, planos del espacio puerto, en principio parecía simple, llegar hablar y salir corriendo, pero tantísima lealtad y sentimiento revolucionario en este planeta incomodaba demasiado a Tarian, así pues había mandado preparar dos cargueros, ambos con carga legitimamente legal adquiridos a un precio relativamente bajo y que no despertaría sospecha, todos los papeles eran oficiales y estaban en regla, cada uno bajaría por separado en distintos puntos y allí esperarían nuevas ordenes con los motores apunto y todos los papeles en regla para un despegue rápido y sin demasiados problemas. Los cargueros tenían poderosos escudos modificados así como motores de velocidad luz y motores subluminicos de la ultima generación. La pondrían a salvo entre su flota en un visto y no visto.
La cuestion era: ¿qué tipo de persona era Maverick? de hecho las informaciones que tenían de él eran escuetas, Tarian saco un par de vestidos del armario y los extendio sobre la cama observandolos detenidamente, cual será el mejor método de abordar la situaciónse preguntaba...
mientras su vista paseaba de las armas extendidas mas allá a los trajes de noche.

El plan se ejecuto con sumo cuidado, tomando especial celo en hacer creer que realmente eran dos meros cargueros de paso.

La burocracia no solía ser muy agobiante en Corelia, menos si se trataba de naves de poca eslora como los cargueros. Apenas rellenar un par de formularios y un rápido inventario del material hecho más bien con desgana. Poco importaba que la carga terminase vendida o no.

Sin embargo había un detalle poco tranquilizador, la flota de defensa estaba desplegada el 100% del tiempo. Algo impropio salvo en tiempos de guerra, en caso de haberla Darth Viper aun no había tenido noticia de ella.

Cualquiera de los míles de espaciopuertos que saturaban el planeta bullían con plena actividad, pilotos, comerciantes, contrabandistas, alienígenas, etc. Tarian era un mero rostro más entre la multitud.

Encontrar al capitán Tarnesh tal vez no fuera tarea tan sencilla. Pero quien vive del contrabando no suele abandonar la proximidad del puerto, prudencia, paranoia o tal vez ámbito de caza, quien sabe.

Antes de bajar de la pequeña nave monoplaza que había traido tomo la precaución de vestirse demodo y manera que no se notasen demasiado sus formas femeninas, ni que fuese demasiado reconocible para un espectador ocasional. Sabía como hacerlo, era la mejor en ser una sombra, pues eso había sido desde que nació.

Tarian, sin saber demasiado por donde empezar a buscar se dedicó a pasear, como la recien llegada que era, por las cantinas de los espacio puertos donde esperaba encontrar información sobre el por qué de que la flota estuviese alerta, invitar a un par de lugareños e incitarlos a hablar de el lugar, de las personas q trabajaban en el puerto y de el por qué de el conflicto que seguramente habia movilizado a la flota hasta el punto actual.

No tardó en interesarse por la venta de articulos que solo podrían proporcionarle hombres que se dedicasen a la misma e insana profesión que la del capitan y preguntando a la gente adecuada poco a poco fue acercandose a lo que sería el mercado negro del puerto. Unos cuantos créditos acallaban las preguntas sobre lo que buscaba y daban celeridad a las lenguas de los informadores, no obstante Tarian no se sentía segura en semejante lugar, la sensación de estar en la boca del lobo se veia acentuada por venir de un sitio tan distinto como sería Nar Shadda, quizá por eso y por la propia naturaleza de lo que hacía allí le hizo tener sumo cuidado con que la gente pudiera seguirla o dejar caer si quiera su atención sobre ella.

Alcohol y dinero, la mejor manera de desatar la lengua a parroquianos temerosos. Posiblemente uno de los mejores métodos para informarse que había, tradicional, desde tiempos inmemorables.

Desgraciadamente no arrojaban noticias tranquilizadoras, al parecer durante su periodo de estancia en Nar Shadda y el posterior viaje hiperespacial la Galaxia había estado revuelta.

Una extraña flota con algunas características similares a la Sith había atacado sorpresivamente un convoy de suministros fuertemente escoltado. Tres naves desconocidas habían destrozado por completo la fuerte escolta que en condiciones normales habría bastado para repeler el ataque sin bajas.

Por si fuera poco esas naves parecían disponer de extraña tecnología jamás vista, misteriosos cañones blaster capaces de matar a toda la tripulación en un simple disparo. Escudos imposibles capaces de repeler el fuego más pesado.

Originalmente se pensó que esa flota circulaba bajo el estandarte de los Sith. Pero posteriormente se descubrió que otra flota con características similares había atacado a estos en uno de sus bordes. Esta nueva facción golpeaba sin ningún criterio aparente, siempre con el mismo resultado, ninguna flota tenía las capacidades suficientes para repeler a estas naves.

El incidente más grave se provoco en el planeta de la república conocido como Garos IV, no fue un ataque aislado, sino un claro intento de invasión, con tropas de infantería terrestre atacando puntos clavo, sus soldados armados con trajes de camuflaje muy superiores a los precursores Mandalorianos.

Una flota considerable se estacionó en la órbita de Garos, defensa planetaria abrió fuego y la flota de la república hizo lo mismo. Pero ninguna de las naves asaltantes sufrió el más mínimo daño, se temía que Garos estuviera condenado.

Sin embargo por motivos desconocidos la flota invasora conocida en el argot común como "La Flota Negra" se limitó a permanecer en la órbita de Garos por unos angustiosos minutos, para luego emprender la huida tras destruir con pasmosa facilidad las naves con pozos de vació.

La república ha decretado el estado de alerta en todo su espacio, todas las flotas disponibles están situadas para la protección con ordenes precisas y concisas.

Muy posiblemente lo mismo que sus contrapartidas Sith.

Mientras las noticias llegaban a ella, Tarian, hizo memoria por un momento... No! no había recivido ordenes ni comunicaciones de su señor en los últimos días y siendo un rango militar aquel al que debía ver era mas que probable que la información de que dispusiese fuese de tal suceso, así que con suma cautela decidió seguir con el plan establecido. Su flota tenía ordenes de no plantar batalla y estar con los propulsores de hiperespacio listos para los problemas, no eran novatos ni era la primera vez estuvieran en situaciones comprometidas, sabrían arreglarse para huir como ratas. Después de todo, aunque no fuesen los mejores oficiales, sabían que bajo la bandera de Tarian se ganaba más que bajo ninguna bandera y Taria era la única que apreciaba a muchos de ellos hasta el punto de no hacer preguntas y protegerlos de los curiosos que las hacían.
Sólo queda seguir y confiar en ellos; se han mantenido vivos hasta ahora se convenció Tarian Además con los beneficios de Nar Shada podría proporcionarme una flota mejor se añadió mentalmente, aunque tras años con los mismos sucios y despreciables piratas que poco a poco se habían convertido en parte de su familia; sacudió su cabeza alejando esos pensamientos conscientes de que no eran mas que estupideces, se centro en el aqui y el ahora y tras despedirse de manera escueta y dejando pagada una ronda a sus confidentes, se marchó a buscar aquello por lo que había venido

Incluso para alguien gozando de un buen colchón económico Tarian la investigación le estaba resultando costosa y muy larga.

A pesar de buscar a un confidente de renombre su persona se había tornado prácticamente un fantasma desconocido, aunque pensando de otro modo la discreción en un trabajo sobre rumores e informes era la mejor aliada de Maverick Tarnesh.

Más tarde debería desahogarse con algo o alguien, no estaba en posición de empezar una pelea, ni de dar un furtivo puñetazo, menos con el ambiente preocupado del planeta, demasiadas fuerzas de seguridad desplegadas, esperando un ataque angustioso y que podía tornarse inevitable.

Desgraciadamente Tarian no tenía más opción que recorrer la larga cadenas de eslabones que la llevarían hacia el Capitán Tarnesh. Prácticamente todos la enviaban a hablar con "un tipo que conoce a un tipo que a su vez..."

Era perder el tiempo en buena parte, la mayoría solo conocía leyendas o habladurías sobre el Capitán, otros simplemente repetían datos que Darth Viper ya conocía. Tan pronto el círculo se estrechaba para posteriormente volver a crecer.

La noche no tardaría tiempo en reclamar su presencia en esa porción del planeta, poco a poco la actividad iría apagándose mientras que la mayoría de la población esperaría a un nuevo día.

Quedaba decidir si valía la penar continuar la búsqueda o tomarse un descanso por igual...

Tarian se paró un momento a recapacitar, había preguntando de forma directa y aunque habia pagado por no dar explicaciones seguro que las noticias de que un extraño estaba preguntando por el capitan Maverick circulaban ya por las calles y con grandes sumas de dinero de por medio, el rumor viajaría más rápido todavia.

Así que fue a ver al siguiente mentecato de su lista en la libreta, no esperaba que supiese nada, no esperaba que fuese a conseguir otra cosa que levantar revuelo y airear el asunto. Le ofreció una cantidad lo bastante interesante para que el pordiosero se lo tomase como la única labor que tuviese en la vida encontrar al capitan, con otro tanto de lo mismo si lo encontraba, por supuesto la promesa de mas dinero al final era parte indispensable del plan también le dio un telefono de contacto, obviamente uno de esos telefonos que las compañías telefónicas locales dan con servicio de prepago y ningun contrato, ni pregunta a contestar.

Luego se fue a relajar a un buen hotel, que le ofreciese el margen de seguridad que creía necesitar, camaras, guardias y una dignidad que mantener a escala planetaria de modo y manera que un tiroteo en sus habitaciones no les conviniese en absoluto.

Mientras esperaba y no, se entretuvo probandose ropa que habría comprado en el espacio antes de empezar su busqueda, un par de cajas de maquillaje y unos bonitos zapatos acompañados de collares... No le entusiasmaban estos adornos pero muchas veces esas armas eran las mejores de que podía disponer, llegado el momento. Interrumpió sus cabilaciones con el repentino deseo de darse un baño, y allí se encamino, aunque no dejo lejos ni sus armas ni su sable laser.
Las burbujas se revolvían en el agüa mientras Tarian se relajaba y maldecia al puñetero planeta la civilización hace todo tan complicado... y todo para qué? para una falsa sensación de seguridad se dijo a si misma en el agua caliente, el vapor en el aire y el pelo apelmazado por la humedad.
El final de un día bastante frustrante, lo mejor de el mismo.

Tarian no había dado orden al servicio de habitaciones para ser despertada, aun así la Sith frecuentaba madrugar, un buen hábito según unos, maldición para otros.

Un par de simples pulsaciones y ya disponía de un desayuno caliente servido, que sin duda alguna sería cargado a su cuenta una vez decidiera abandonar el hotel.

El comunicador no auguraba un buen día, ninguno de sus "empleados temporales" daba signos de progresos, el Capitán Tarnesh comenzaba a transformarse en una molestia que tal vez no mereciera tanto la pena.

Analizando con frialdad la situación dudaba que un confidente tuviera la necesidad de buscar compradores, la información era valiosa, quien realmente era capaz o estaba interesado debería moverse para buscar al mejor informador. Incluso ella misma de disponer de cualquier rumor fidedigno no iría ofreciéndolo al mejor postor.

Podía permitirse esperar, o tal vez debería retomar la búsqueda por si misma.

Esperar era un lujo, que equivalía a derrochar tiempo, mientras el capitan se decidia a llamar a su movil y no podían pasar unos días realmente aburridos.

Debería de cambiar el método de busqueda, la busqueda parecía más dificil de lo que le habían propuesto. Si por el camino resultaba que el capitan la encontraba ella mejor que mejor. Pero si era un rumor sin nombre salvo para algunos debería encontrar a esos algunos, a los grandes jugadores de Corelia.
Después de todo si tenía tiempo para esperar tenía tiempo para hacer algo constructivo. Así pues con otra apariencia totalmente distinta, más femenina y con una actitud mas persuasiva y menos apresurada se dedicó el día siguiente a enterarse de quienes eran los grandes contrabandista de los muelles y de si había un jefe del crimen. El proceso era delicado pero poco a poco se podría escalar hacia los salones donde realmente se movían los hilos.

Es la primera vez que un hombre me hace esperar pendiente de un telefono pensó divertida Tarian, preguntandose como sería ese capitan Espero que merezca la pena la menos Aún llevaba tan solo un día de aburrida busqueda y su paciencia no había sido puesta a prueba.

En la Vieja República, en el Imperio Galáctico y ahora en la Nueva República el contrabando en Corelia siempre había sido otro modo de vida presente. Perseguido y condenado por las autoridades, pero la población local lo aceptaba desde tiempos remotos. Venía con la fama aventurera de su ilustre planeta.

Más femenina y más persuasiva podía lograr que la información fluyera con facilidad. Aunque no todos los miserables ni todos los contrabandistas eran hombres. En una ocasión tuvo que romperle la muñeca a uno, se había tomado demasiadas confianzas.

Se escuchaban muchos nombres en las calles, distintos sindicatos del crimen, familias mafiosas, emporios hutt, contrabandistas independientes, meros mercenarios al mejor postor. Tarian dudaba que en todo un planeta bajo la bandera de la república hubiera una figura criminal predominante, eso podía funcionar en Nar Shadda pero no en Corelia.

Al final, tras otro día de averiguaciones y duro trabajo había sacado algo más, tal vez no muy útil, pero más de lo que aportaban sus asociados, el Capitán Tarnesh había tenido supuestamente su último trabajo con una cofradía conocida como "El Bloque Esmeralda", solían frecuentar un modesta cantina conocida como "Doble Impulso", en un sector tranquilo de los muelles.

Aunque si deseaba desplazarse tendría que tomar un transporte, al parecer Maverick Tarnesh cambiaba de muelle con asiduidad.

Al fin el olor de la presa; Tarian no precisó mucho para marchar en pos del capitan Maverick. Esa cantina, el doble impulso, era su próxima parada. En el trasbordador hizo un repaso de lo que sabia de la confradia que la frecuentaba, era bueno conocer el terreno antes de tirarse de cabeza.
Aún así uno de los cargueros se habia trasladado a la zona de manera independiente. Siempre estaba bien tener una ruta de escape, aunque uno no siempre llegase a tener tiempo de usarla.
El telefono seguia en su bolsillo en silencio, como si enfadado no quisera hablar... "malditos contrabandistas de información, se supone que los clientes debieran de poder acceder facilmente" penso para si volviendo a meterse en el bolsillo el telefono en modo vibración.

Un rápido y discreto transporte era todo lo necesario para desplazarse al espaciopuerto. Corelia tenía repartidos millares a lo largo de su basta superficie, en honor a la larga tradición de pilotos que el planeta había dado a la república.

Los muelles donde operaba el Capitán Tarnesh estaban apartados de la burocracia de la república, puestos libres de comercio, carga y descarga. En donde sin duda el contrabando era también una buena fuente de ingresos al ejercerse sin temor a las fuerzas del orden.

Doble Impulso no se alejaba mucho de la típica cantina de mala muerte. Poca iluminación, las ventanas no dejaban ver el interior, abarrotada, en su mayoría humanos pero también se podían ver varias especies alienígenas, Rodianos, Wookies, Sullustan, Duros, etc.

El Bloque Esmeralda era una pequeña cofradía especializada en el tráfico de gemas, tanto de joyería como las de aplicación industrial, el delgado punto en donde traspasaban la ley solo dependía del interés por parte de los clientes.

Solo quedaba encontrar al capitán entre la marea de clientes.

Tarian recorrió la sala buscando alguien que le llamase la atención, en las sombras ocn la discreccion que la caracterizaba, no parecía que fuera a ser sencillo, así qeu tom la iniciatia y se dirigio hacia un contrabandista de baja estopa, claramente estaba a la caza de clientes y acababa de encontrar uno que le venía grande:
Busco un genero de mercancia delicada, información. Información sobre un apersona¿ Crees estar a la altura para proporcionarmela?
Había escogido a un hombre joven que ya había paseado su mirada un par de veces sobre sus caderas y resto de curvas. Su tono zalamero, provocativo esperaba que tuviera el efecto deseado, que se envalentonara y emepzase a soltar lo que normalmente no diría, para romper un poco mas los moldes y desencajar los goznes delas defensas del tipo dejo caer 200 creditos sobre la mesa, lo bastante lejos para que si los fuera a coger tuviera que estirarse.

No había muchas mujeres en ese agujero de mala muerte, añadiendo además que ninguna vestía ni se movía de un tono tan "sugerente" como Tarian.

Su interlocutor esbozó una sonrisa algo estúpida ante la promesa de dinero rápido, y quien sabe, una noche interesante.

- Para ti tengo la altura que quieras. -

Tarian podía considerarse libre desde que entrará como aprendiz bajo la tutela de Lord Hasser. Pero analizándolo fríamente ¿no era eso otra forma de esclavitud?

Puede que no estuviera obligada a tareas tan denigrantes de cuando era esclava, pero su existencia, su vida se resumía a satisfacer las ordenes de su maestro, mientras que ella intentaba hacer su propio nombre y fortuna en los momentos libres.

¿Qué sentido tenía cambiar una esclavitud por otra? En el fondo poco, su situación había mejorado, pero seguía siendo esclava, una mera herramienta de su maestro, ignorante en sus verdaderos propósitos, una asesina consumada reducida a simple matón, herramienta de disuasión para los Hutt en la Luna del Contrabandista, o mera cliente de un informador que debería temblar de miedo si conociera la asesina que entrevistaría.

Estaba cansada, muy cansada de no tener el rumbo de su vida, el control de sus actos. Era poderosa, más que cualquier habitante, versada en técnicas que para algunas personas son poderes divinos. Realmente la fuerza podía resultar caprichosa.

Su vida le pertenecía, su destino le pertenecía, era el momento de reclamarlo de una vez por todas, de romper para siempre esas cadenas que otros intentaron ponerle desde su más tierna edad.

La tacharían de traidora, ¿y qué? a fin de cuentas la traición es un arma de los Sith, tanto Hasser como ella aprenderían una valiosa lección. Puede que fuera una vida corta, pero sería su vida, sus reglas.

No todos sus hombres le seguirían, pero muchos si, en su mayor parte eran granujas, piratas, contrabandistas, mercenarios, no les importaban las creencias ni la filosofía de los Sith, solo el dinero y la reputación constante y sonante.

Tarian se rió, una sonora carcajada que silenció por completo la taberna. Parecía una risa demente, loca, y no se equivocaban.

Con un rápido movimiento ejecutó una violenta patada en plena cara de su interlocutor, el pobre diablo se derrumbo inconsciente con los labios rotos, sangrando como un cerdo.

Silencio y sorpresa, un comportamiento impropio de una dama, ¿dama?, no, asesina, dejó de ser una dama hace mucho.

- No eres mi tipo. - Fueron sus últimas palabras antes de abandonar aquel lugar.

Tarian abandonaría Corelia y el nombre de Darth Viper con buena parte de la flota y tripulación, se convertiría en una respetada pirata, contrabandista y señora del crimen, ella pondría las normas y las haría ejecutar.

Por ella... Lord Hasser, Maverick Tarnesh, Jedis, Sith y la propia Galaxia podían irse al mismo infierno.