Partida Rol por web

Incluso en la inminente oscuridad la benevolencia de la Jedi era casi palpable, no tenía necesidad de ocultar la alegría de volver a contemplar viejos amigos, siempre era un rayo de esperanza muy necesario ahora que estaba encerrada en una cárcel viviente.

- Me alegro de verles de nuevo, escuché las noticias de Garos IV y temí lo peor, desde lo ocurrido allí la Galaxia respira con evidente tensión, es palpable en el ambiente, como quien espera la peor parte de la tormenta.

Espero que portéis alguna noticia que ayude a esclarecer algo de lo ocurrido, desde la evacuación todo ha sucedido demasiado rápido, apenas he tenido tiempo de constatar ideas, opiniones y distintos informes. -

De todos los presentes solo uno era aun desconocido a los Jedi, pero con prudencia y con los medios de cada uno lo evaluaron nada más entrar, conscientes que en esa nave todos pueden ser a la vez amigos y enemigos

Aquell enorme figura de escasos dos metros parece demacrada por alguna enfermedad que escapa a la comprensión. Tanto su piel como sus cabellos están envejecidos prematuramente sin embargo cada movimiento, cada gesto denota fuerza y juventud, el resultado es una extraña y paradójica imagen.

Sus ojos son muy oscuros, casi confundiéndose con el negro, ataviado con una extraña armadura flexible y una amplia capa negra. Con extraños bordados en oro.

La voz es fría, carente de cualquier tipo de afectividad, cualquiera que pase unos pocos minutos de conversación con este hombre se dará cuenta que ha debido sufrir mucho en la vida y curtirse sin remedio para ello.

Zhoriam parecía tener serios problemas para mantener una actitud tranquila, la visión de Nhadima le arrancó una mueca bastante desagradable, incluso en su semblante se podía observar la malsana rivalidad. En aquellos sujetes carentes de los más básicos valores la envidia podía degenerar a algo mucho peor.

Pero era el miedo lo que parecía sacudirle ante la sola visión de Alexander Dante, para los ojos de Zhoriam ese hombre era un gigante que parecía sopesar si aplastarlo como un insecto molesto o no.

- Maestro, encontré a la última descendiente en... -

Aparentemente su maestro siempre tenía un paso de ventaja.

- Lo se, solo es una cría y está aterrorizada, las instrucciones eran sencillas. -

- Fue un encuentro muy violento maestro, asesinos exterminaron toda la tripulación, no tuve... -

- Siempre hay elección, dominada por el miedo no puede apelar al legado de Lisandrys, al menos sigue entera, considérate afortunado, me acompañan Caballeros Jedi de probada valía en el ámbito diplomático y antes de que te formules la pregunta cualquiera de ellos puede despachar a un par como tu sin dificultad. -

El maestro jedi sabía que Erianne se encontraba a bordo, un poco de luz en ese vacío de oscuridad. Cuando llegaron finalmente al puente, vio que la mujer estaba allí acompañada por Jarik y la mujer conocida como "la bruja de las tormentas". Los saludó a todos y se detuvo delante de Erianne, su mano en el hombro y le dijo:

Erianne, me alegro de verte de nuevo. Sucedieron muchas cosas en Garos y estoy seguro que pronto tendremos ocasión de hablar sobre ello.

Observó al nuevo invitado a bordo de esa extraña nave, le hizo un gesto de saludo y luego se dirigió a Dante:

No quiero parecer indiscreto, pero dudo que esa muchacha se sienta cómoda en presencia de este hombre, sin ánimo de ofender. Tal vez pueda hablar con ella, dudo que entienda muchas cosas de las que estan pasando...

- La edad de esta muchacha es el mayor impedimento para su viaje, puede que su falta de experiencia sea necesaria para cumplir su cometido ancestral, pero los rigores del camino van a ser demasiado severos para alguien poco curtido en la vida.

No va poder serenarse mientras continué aquí, con toda su vida y rutina rota y destrozada bruscamente. La falta de empatía de Zhoriam es solo un molesto añadido y mi presencia tampoco ayudo.

Dejo la tutela de esta muchacha en sus manos, Jedis, a fin de cuentas desciende de una criatura de la luz. Incluso un ciego vería quienes son más hábiles en la diplomacia en esta situación. -

El zabrak sonrió al ver a Erianne. Su hermoso rostro iluminado entre sombras era señal de esperanza y ánimo en los espíritus devastados. Ellos aún mantenían intacta su resolución, y pronto verían la consecución de semejante esfuerzo.

- Saludos, Erianne. Tu presencia aquí es inspiración. Nuestra suerte en Garos IV fue benévola. Muchos perecieron, me temo, pero la amenaza fue temporalmente rechazada y aquí estamos, dispuestos a cumplir nuestro papel, aunque quedan aún cosas por aclarar.

Se volvió hacia Dante, él estaba hablando y asintió cuando terminó de hacerlo.

- Aún quedan cosas por comprender, Dante. La chica, sea quien sea, es cosa nuestra. Vuestra presencia no puede animar un espíritu roto, así que será nuestro cometido prepararla para ese viaje. Espero disponer luego de algún tiempo para seguir estudiando. Sé que hay mucho que todavía no sé, y podría ser vital para todos sacar la mayor información posible de lo que tenemos.

La inexperiencia es a menudo crucial en muchas situaciones, los jóvenes mueven el mundo y, aunque nuestro deber es aconsejarlos, ellos deben decidir el futuro que desean. Estoy seguro que con ayuda, paciencia y guia logrará cumplir sus metas... no creo que me equivoque mucho si digo que parece una mujer fuerte.

En todo caso, creo que es allí donde mi presencia será más útil, a no ser que me necesiten para otro cometido. Si es así, agradecería que me indicaran el lugar donde se encuentra la muchacha y, Erianne, me gustaría que me acompañaras si no te es inconveniente. Gorek, quizás tu puedas ayudar a Carr a descifrar los entresijos de este misterio. Tu mente joven es mucho más ágil que la mía y tus conocimientos técnicos están a años luz de los míos -dice el jedi con una sonrisa-.

Jarik había optado por permanecer en silencio, al menos el tiempo necesario para las presentaciones y mensajes más importantes. Incluso el sentía alegría, si todos estaban reunidos aun quedaba opciones de detener a los Sith y evitar una desgracia, si bien sus motivos eran distintos los objetivos eran compartidos.

Pero tenía sus dudas y parecía que Dante estaba dispuesto a responder preguntas, así que prefirió formular una pregunta común.

- Con todos presentes creo tener una pregunta común, cuando abordamos esta nave Zhoriam nos hablo por encima de nuestro cometido particular, incluso nos facilitó cierta información que usted Sr. Dante había dejado preparada. Sino tiene inconveniente le rogaría que la constatara. -

Incluso en esas circunstancias Tharen prefería guardar un respeto prudente. Incluso a su vista entrenada ese hombre era un misterio. No tenía la menor duda del poder que era capaz de ocultar, pero desconocía completamente la magnitud real. Había demostrado un feroz temperamento y el Caballero Gris no quería estropearlo todo por un exceso en las confianzas.

- Dispondrá tanto de más tiempo, como espacio y material para sus investigaciones Sr. Junn. Pida lo que crea conveniente para su propósito, como he dicho antes Geela Ominia estará mucho mejor bajo la tutela Jedi. -

Alexander Dante se giró hacia el caballero gris mientras escuchaba con tranquilidad la pregunta. Las facciones de Dante no cambiaron en absoluto, únicamente hizo un pequeño gesto hacia un lateral.

Esa indicación solo era entendida por el Primarca, el suelo de la nave se abrió en una sección a medida que una amplia mesa con instrumental y varias sillas metálicas surgían del suelo. Una para cada presente. La mesa mostraba un mapa estelar a pequeña escala además de una pequeña computadora para cada integrante.

- Es el momento correcto, tomen asiento, intentaré ser lo más breve y sencillo posible, si es que es factible en esta inmensa locura. -

El joven caballero gris se había anticipado a la pregunta. Con otro planteamiento, pero a fin de cuentas era expresar la misma idea.

Lady Hagedis ya había sacado sus propias conclusiones, calculado, sopesado y ponderado cada variante. Pero aun así prefería tener la certeza absoluta de la boca del tarsoniano. Incluso el más pequeño matiz o diferencia podía significar la muerte y el fracaso más absoluto en su cometido, riesgo que la Tora Naga no estaba dispuesto a correr.

Dejar a Geela Ominia exclusivamente a la tutela de los jedi no era apropiado, se les acabaría escapando algún cliché sobre los usuarios del lado oscuro y eso provocaría un molesto condicionamiento de la muchacha.

Sin embargo era obvio que ninguno de los tenebrosos a bordo de la nave contribuirían a serenar a la joven. Xsycissae no era humana y Dante a pesar de su apariencia tampoco, puede que fuera el más inhumano de todos. Alcabros la intimidaría solo con su presencia física y los dos aprendices de Dante parecía años luz distantes de las artes diplomáticas. Hek Onwee no dudaba que Dante vigilaría a la muchacha muy a menuda, estando en su nave los ojos del Primarca eran los suyos propios, el León de Tarsonis tampoco estaría dispuesto a correr riesgos por mera ideología u opiniones poco objetivas.

La Bruja de las Tormentas pensaba con anticipación, el gesto de Dante no dejaba dudas, todos conocerían el cometido de los demás, cada uno formaría parte de una cadena en la que cada eslabón no podía permitirse perder un hermano, por muy lejos que estuviera. No permitiría suspicacias ni recelos entre cada tripulante.

- Apruebo la pregunta del Caballero Gris, sería conveniente empezar por la joven Geela Ominia, no deja de ser la más importante de todos, y aunque de momento no comprenda la magnitud de los acontecimientos el conocimiento de su cometido nos ayudará a todos a desempeñar mejor nuestro papel. -

Jarik había notado un cambio en la sensación que tenía del Primarca desde que su capitán estaba en la nave; parecía que estaba más tranquila, si eso se podía aplicar a una nave. Teniendo en cuenta lo que llevaba notando en su estancia, y más revelador aún, el movimiento de Dante comprendido a la perfección por la nave parecía asegurar algunas conjeturas del caballero gris, y aumentar otras. La nave tenía una inteligencia como un androide o superior aún, pero no tenía ni idea de cómo podía haber ocurrido algo así.
Si salimos de esta, tal vez pueda hablarlo con el capitán Dante; aunque no sé si querrá responder.

R2-T4 se balanceaba ligeramente nervioso. Su carácter interrogativo parecia indicar que quería conectarse a la computadora que salió ante la silla de Jarik, pero no quería ofender al capitán. Eso quedó resuelto con una mirada de Alexander Dante al pequeño androide, tan rápida que se podría dudar de haberla visto y en la que parecía que había dado su consentimiento, pues R2 se conectó rápidamente para mantener su curiosidad innata saciada.

Por otro lado, Jarik ya tenía ganas de ver el resto de la información; como tantos usuarios de la Fuerza ante situaciones importantes en las que iban a tomar parte, él había visto imágenes pero eran inconexas y a menudo tan cortas que casi no podía recordarlas. Pero eso sólo servía para aumentar el nerviosismo, cosa que no permitía. Lo que fuera a suceder, sucedería y él haría su parte. Parecía que todos los que se encontraban allí reunidos por Dante, excepto la persona más importante en la misión, estaban preparados para afrontar lo que hiciera falta; sólo faltaba comprobar si serían capaces de llevar la misión a buen término.

- Bien - asintió el zabrak, y se sentó -. Tengo curiosidad por ver si podemos entrelazar los hilos de forma que consigamos un entramado coherente. De momento la información es incompleta, y hasta que no tengamos claro el cometido, no aconsejo llevar a cabo ninguna acción.

El jedi esperó tranquilamente la respuesta de Dante. No le cabía duda que de un modo u otro accederían a la información necesaria para cumplir su misión. Lo único que seguía preocupándole era el por qué todos accedían a cumplirla. Algunos tenían motivos poderosos y obvios, pero las razones de otros se movían como bruma en la oscuridad.

Geela no había logrado acostumbrarse a la presencia sobrecogedora de la Tora Naga, el que decía ser su aprendiz Alcabros tampoco era una figura tranquilizadora, incluso Zhoriam al que ya conocía de un tiempo mayor no contribuía a serenar su mente.

Luego llegaron aun más desconocidos, al principio se sintió aliviada al contemplar la mayoría de ellos, en especial a los jedi, el más anciano tenía una expresión de bondad que le hacía sentirse más tranquila. El zabrak miraba curioso, inquisitivo y crítico a su alrededor, observaba la situación con paciencia y detenimiento, pero no había rencor, maldad o un mal sentimiento en la mirada, solo impaciencia, como tenía ella. Gorek era aun más joven que ella, y nada más verlo le había parecido alguien de confianza, tenía una grandeza que no podía explicarla con palabras. Mientras que Jarik Tharen parecía un mero observador de todo lo ocurrido, ajeno, pero a la vez inmerso en todo, le resultaba difícil evaluar a ese hombre, era como sino estuviera allí.

Pero el que se llamaba Dante y ostentaba el cargo de Capitán era el que la aterrorizada. Esos ojos rojos como el infierno le recordaban al de un depredador, un león salvaje y asesino que observa con detenimiento a sus presas. Tenía el hedor del poder, lo había sentido nada más verlo, sus movimientos, sus palabras estaban cargados con un hastío y desesperación sin precedentes, pero al mismo tiempo había una convicción fanática en su persona. Lo parecía, pero la twilek sabía que era el más inhumano de todos los presentes.

Tomó asiento muy nerviosa, no sabía como reaccionarían a sus palabras, pero era la última oportunidad de deshacer un malentendido y volver a casa.

- Creo que me han confundido, Capitán Dante, yo... ni siquiera se algo de eso que llaman fuerza, ni tampoco pelear como ustedes o la historia antigua, es un error, deben tomarme por otra. -

Alexander Dante esperó a que todos tomaran asiento. No hubo gesto el Tarsoniano que evidenciara su atención a las palabras de Geela Ominia, pero en realidad aquel hombre esperó a todos los presentes antes de responder cruel e inevitable, como la misma muerte

- No está aquí por sus habilidades marciales, ni por su conocimiento de la fuerza. Su presencia es solo por ser una mecánico dotada de talento natural, más allá de lo que puede esperar. Si estoy equivocado entonces usted, todos los presentes, el resto de la Galaxia y yo mismo estamos muertos.

Voy a desechar la idea de abrumarla con toda la información, es demasiado densa y complicada para transmitirla en una sola conversación, los que me acompañan tendrán que transmitirle más detalles cuando lo consideren oportunos, no es mi deseo tener su mente agobiada por conocimientos apocalípticos.

Se lo explicaré desde un punto de vista más científico, como verá aquí se reúnen miembros de varias especies, la galaxia es basta y rica en diversidad. Pero es solo una fracción ínfima de un universo aun mayor y casi infinito.

Basándonos en eso, sería de necios el creer que no hay otras especies, otras razas, civilizaciones, etc en otros confines tal vez distantes o tal vez no del universo. A su vez también es factible creer que civilizaciones hayan surgido y caído a lo largo de la historia, aunque no la conozcamos.

Verá, hay una raza muy antigua, tanto que es precursora incluso de nuestra propia historia, e incluso puede que sea la primera especie inteligente del universo. Son unos seres casi perfectos, dotados de una comprensión de la fuerza que incluso el Jedi más poderoso es apenas un aficionado en comparación.

Esta raza conocida como Los Ancestros tenía un basto dominio de la ciencia en todas sus ramas, y no es de extrañar que también de los viajes espaciales. Su afán de crear y perfeccionar era grande, viajaron por las estrellas alterando mundos yermos volviéndolos paraísos para la vida, vigilaron, protegieron y alteraron parte de la evolución para que algunas razas tuvieran una oportunidad.

Si, parece jugar a ser un Dios, pero nuestro juicio no esta preparado para comprender la mente de esos seres, en cualquier caso, nada existe sin su contrario, la vida no sería tal sin la muerte, la luz no tendría sentido sin la oscuridad y a esta raza ancestral pronto le apareció una especie que rivalizaba con ellos, el nombre que recibieron fue de Verdaderos Sith.

Esos seres representan la muerte, decadencia y desolación en estado puro, meros parásitos y vampiros estelares que se movían de mundo en mundo dejando necropolis a su paso. Considérelos el contrario absoluto de los Ancestros.

Las batallas entre esas razas alcanzaron proporciones épicas, no se cuanto se perdió para siempre en el olvido y es mejor no saberlo. Pero ningún bando tenía una ventaja cierta sobre el otro, pero los Ancestros tenían mucho que perder y poco que ganar, algo que no compartían esos Sith.

Por conflictos internos en sus propias filas esa guerra terminó drásticamente, los Ancestros crearon una maquina singular, capaz de alterar el espacio tiempo que conocemos, creando una inmensa burbuja en la que el viaje espacial no puede realizarse. De esa manera, se encerraron con sus enemigos, librando una guerra durante milenios.

Ahora en nuestra época esa máquina empieza a fallar y debilitarse, la burbuja tiene fallos, rupturas, por las cuales las naves Sith en su afán de destruir todo lo que han creado los Ancestros aprovechan para escapar. Son conscientes de que en nuestra galaxia también hay huellas de su paso.

Las naves que aniquilaron su transporte y toda la escolta no son más que una mínima avanzadilla de la flota negra Sith, el fin de los días para la galaxia.

Usted misma ha contemplado el potencial de esas naves, no quiera imaginar lo que una flota de miles y con mayor eslora puede hacer, y tampoco quiera adivinar el daño que su tecnología más avanzada puede hacer a esta parte del universo.

El desastre se puede evitar de una manera, puede que haya otras, pero esa es la única al alcance, se debe arreglar de nuevo el Perturbador MultiEspectral, la máquina que los mantiene sellados en una parte del universo.

Pero un ingenio de los Ancestros solo puede ser reparado por un Ancestro, o en su defecto, alguien que descendía de ellos, ya sea por sangre o por poseer algún cromosoma en su adn que se remonte a esa raza.

Si usted es quien es, tiene un don para la mecánica que muchos disfrazan de talento natural, pero va más allá, sueña con máquinas que nunca ha visto, e incluso puede reparar ingenios que jamás ha contemplado antes, no sabe explicar como, simplemente es como si algo la guiará y supiera que hacer.

Los twilek vieron favorecida su evolución por las acciones de una Ancestro llamada Lisandrys, y usted Geela Ominia, en algún lugar de su código genético guarda un legado de esa criatura ancestral, la última esperanza para esta Galaxia. -

Todo aquello era una locura, delirios de una mente enfermiza, profecías apocalípticas de algún demente. Geela creía efectivamente que había otras razas o que existieran en antaño, pero que un imperio jugase con la vida y la evolución así se salía de sus límites de tolerancia.

Aun más si ella como decían no era más que una parte de alguna maquinación a escala cósmica, sentía el deseo de replicar, pero cada palabra que pronunciaba Dante estaba cargada de tal convicción que rápidamente su deseo se esfumaba, la expresión de aquel hombre permanecía impasible y aun así solemne.

No lograba calmarse, la sensación de agobio y asfixia estaba aumentando, Geela jamás había tenido un ataque de pánico pero estaba apunto de comprobar lo desagradables que eran. Se levantó de la silla tirándola para atrás, casi termina en el suelo de no ser por los reflejos de Jarik Tharen, pero había perdido la educación para darle las gracias.

- No... no... ¡NO!, !ESTÁN EQUIVOCADOS, EQUIVOCADOS, EQUIVOCADOS¡ -

Alexander Dante clavó sus ojos en los de la muchacha, era el rostro de un león que amenazaba con despertarse ante los gritos, Geela perdió el valor para seguir gritando, limitándose a retroceder a trompicones hasta que las paredes del Primarca se convirtieron en obstáculo, los arañazos nerviosos de la twilek no lograron dejar ni una muesca en el metal del navío.

Solo hubo un gesto por parte de Dante tras el cual la pared del Primarca se deformó dejando una puerta en su lugar, aun desconociendo los interiores de la nave Geela Ominia la franqueó corriendo a toda velocidad.

- Hablaré con ella, está asustada y es comprensible. Creo que solo necesita tiempo y alguien que la escuche, no es una niña, pero adolece de la experiencia de ustedes, no está tan endurecida por la vida. -

Pero en un último instante la Jedi permaneció quieta en su asiento, esperando el consentimiento del capitán, nada de lo ocurrido había provocado el menor cambio en el semblante del tarsoniano.

- Haga lo que considere más acertado, no irá muy lejos. Es preferible que de momento no sepa la tarea directa que aguarda a los presentes.

No obstante todos son libres de elegir, haga saber a Geela Ominia que puede irse del Primarca si es su deseo, pero antes solicite a la nave que le muestre los estragos que la Flota Negra ha causado en espacio de la República y en el espacio Sith, que les facilité una lista con los mundos muertos que se ha cobrado la guerra Ancestral. -

Carr se encogió de hombros.

- La misión es lo primero. Uno no decide qué sucede...lo que sucede le busca a uno. Tendrá que aprender esa lección, Erianne, y rápido. Confío en ti para que se lo hagas entender.

Miró con firmeza al tarsoniano.

- Nosotros tenemos un asunto que tratar que no espera, ¿no es así? Debemos ser diligentes y veloces si queremos atajar esta situación. Creo que aún nos quedan piezas por encajar. Necesito saber más para encontrar sentido al libro - dijo dirigiéndose al sith -. Sabe a lo que me refiero, por supuesto... necesito saber qué orbita alrededor de toda esta historia. El comienzo de las cosas. El lugar donde ese portal fue construido...y el lugar donde se resquebraja.

Su mente revoloteó por las posibilidades. Empezaba a entender el motivo que el libro tenía en todo aquello. No era una mala pista, pero aún estaba incompleta. Debía concentrarse, porque empezaban a quedarse sin tiempo.

Si no les importa, acompañaré a Erianne. Esta muchacha necesita tranquilidad y, aunque no la encontrará mientras esté en esta nave, quizás la pueda ayudar.

Estaré con ella si me necesitan y si no me requieren por otro asunto antes -dijo, mirando con detenimiento primero a Carr y luego a Dante-.

- Quédese, la siguiente información le atañe a usted entre otros, Erianne es más que capaz de llevar este asunto debidamente. A Geela Ominia le resta aceptar su cometido, por el bien de todos... y luego desahogarse.

Por la información que ha descifrado Sr. Junn nos dirigiremos al abandonado sistema Gundrak, es un lugar muy poco conocido, muy cercano a basto campo de asteroides conocido como Tempestira, la única información sobre Gundrak es que no es un sistema habitable, solo empleando colonias subterráneas habría posibilidades de sobrevivir, la causa data de sus 3 implacables soles, es un inmenso horno mortal. -