Partida Rol por web

Aurora guardó silencio sepulcral durante todo el proceso de la vaulderie y ese sermón añadido.
-Era la tercera manada con la que lo hacia, le traía buenos recuerdos. Y otros no tan buenos también. Pero no tenia reparo algún en beber, simplemente le invadía la nostalgia.

Tomó el cáliz de las manos de Víctor y se tomó unos breves instantes antes de ingerir, pudo verse vagamente reflejada en el. Suspiró con pesadumbre y bebió un tercio aproximado de lo que quedaba, notaba como la sangre, potente, descendencia por su garganta.

luego pasar el cáliz al Leonid. -Ductus.

El efecto no siempre era inmediato y no siempre tenia un efecto mecánico pero tras saborear la sangre se sentia feliz, sobre todo por la bienvenida formal.

Athanasivs recoge el cáliz y tras hacer un gesto de ritual, se lo pasa a Aurora.

-Te toca hermana, siente nuestro enlace común.

Observa como el rito se lleva a cabo de manera solemne y ahora conforme con la respuesta dada por parte de Víctor, el corte profundo realizado en la palma de su mano para dejar caer cada gota de sangre que ha de terminar por formalizar el ritae de sangre.

Escucha sin interrumpir el sermón del Padre y como este ofrece el cáliz, Aurora fue la última quien lo deposita ahora en sus manos. Lo bebe con calma dejando lo suficiente para entregárselo a Athanasivs y de esa manera concretar de manera definitiva el ritual.

Recoge la copa y bebe lo que queda.

Tras terminar:

-El círculo está completo.

Aurora fue la primera que rompió el silencio.

-Bien. Sobre el juego de instinto me gustaría saber que tienes preparado, Atha. Sobre todo por que el viaje ya está programado y a algunos aún nos quedan preparativos que hacer. Comprendo la importancia de los ritae tanto como tu comprenderás la importancia de la Logística para esta aventura.

Además tengo que encarnarme de explicar a Víctor unas cuantas cosas. -Concluyó encogiéndose de hombres y señalando al gangrel con el dedo pulgar.

Athanasivs baja la cabeza y manteniendo fijos los ojos en Leonid:

-Si nuestro líder está de acuerdo, podríamos celebrar el juego de instinto cuando lleguemos a nuestro destino.
-Nuestro nuevo amigo demostrará facultades antes del propio juego de instinto, cazará una bestia, atrapará mortales, y luego se pondrá a prueba sus facultades en unas determinadas circunstancias.

Escucha detenidamente el intercambio de ideas entre ambos cainitas, sabe que deben economizar tiempo para garantizar que los juegos de instintos se lleven a cabo con éxito. Considerando al mismo tiempo que llevarlos a cabo en el mismo territorio de exploración resulta arriesgado.

-Los juegos de instinto serán realizados en las provincias ubicadas de nuestro objetivo a investigar-.

Pensando que la cacería es elemental de colocar a prueba al igual que él sacerdote.

-Durante el mismo viaje podremos pulir mejor el enfoque de los juegos de instinto dado que nuestro objetivo es exploración y de a momento no debemos levantar mayor sospecha-.

Entrecierra los ojos mirando directamente al Gangrel y esa sonrisa siniestra cargada de astucia se dibuja en su rostro. Como si ya tuviese una idea clara de como será la misión para el novato.

¿Una decisión salomónica? Me parece bien. -Afirmó

Bueno compañeros, supongo que no soy la única pero quería informar de que ya tengo a mis contactos asentados y trabajando en Alaska así como buena parte de los recursos que necesitaremos. Ademas tengo preparadas unas sorpresas para nuestra llegada que seguro os van a fascinar.

-Aurora era una "cabra loca" pero se tomaba muy en serio su trabajo, en particular a la hora de ejercer como abad. -Si hay algo que necesitéis tener allí de antemano como armas o información, me lo decís ahora o mañana, luego ya será tarde.

Miró al Ductus. -Doy por hecho que los refugios A y B están listos ¿no?.

Luego miró sacerdote. -Según lleguemos al refugio me tendré que poner a trabajar como una negra en mis rituales, necesitaré para ello que capturemos lo antes posible a unas... -Contó con los dedos -Entre cuatro y siete personas adultas. Te lo digo a ti por si es combinable con el ritae de instintos o para darte ideas.-Guiño un ojo e hizo un gesto con la cabeza muy sutil en dirección a Víctor sin que este pudiese vero.

Athanasivs asintió conforme a la propuesta de Aurora:

-En efecto, ambos combinados nos serán de gran utilidad.

- He de confesar... dice el cainita gangrel mientras observa uno a uno a los presentes. - ... que desconozco realmente lo que se espera de mi en estos juegos, pero se que no se van a defraudar con mi desempeño. Sin saber de donde, el vampiro habia adquirido ahora una enorme necesidad de demostrar su capacidad. Sin embargo, esta seria la primera y ultima vez que Victor hablaria de ello, pues el preferia demostrar este tipo de cosas con acciones, mas que con palabras vacias.

- ¿Hemos terminado? preguntó dirigiendose más a Aurora que a los otros dos Cainitas -No es por falta de respeto, es solo que aún no estoy del todo preparado y he de ajustar algunas cuentas antes de partir.

Se dirigió a Víctor dándole breves pinceladas de lo que iba a experimentar:

-Hasta ahora has servido, conscientemente o sin saberlo, a los Antiguos.
-Te han adiestrado para que reprimas la Bestia, a obedecer siempre a tu superior.
-Si sobrevives a estos juegos, habrás cambiado por completo, primero habrás aprendido a responder a tus instintos, y segundo, a no acatar mandatos de otros sin mas.

Oye Atha ¿Tu me escuchas cuando hablo? ¡Bah! Déjalo, en otro momento cuando haya mas tiempo hablaremos tu y yo. -Parecía que había algo en lo que hacia el tzimisce que molestaba a la tremere, por suerte incluso sin el ritae, Aurora sabia decir las cosas a la cara. Esta sacó el móvil y miró una notificación.

-Pues por lo que me acaban de comunicar el avión sale en unas cuantas horas, Esta noche Y nos queda por lo visto una visita a los muelles. De puta madre... -Le acaban de romper todos los esquemas.

-Oh, es cierto lo siento mi querida Aurora, en efecto cuando estemos solos te explicaré lo que tengo en mente...

El ritual fue llevado a cabo, las luces de las estrellas palidecían aún más ante un evento sacro que sucedía en la tierra. Cuando la calma se había asentado y el silencio se había vuelto insoportable, el suave rugir de un motor se iba acrecentando hasta que las luces alumbraron el lugar donde todos estaban reunidos.

Se apagan los faroles, el motor se mantenía encendido, era un gran camión, uno de esos Hummers blindados con capacidad de atravesar un edificio sin siquiera temblar, aunque sea un poco.

Las puertas delanteras se abren lentamente, bajan un par de tipos, el chofer que parecía una mole y otro hombre cuyas pintas no tenían nada que envidiar a un actor de películas, el hombre apuesto mira al grupo y sonríe burlonamente, luego pasa a abrir la puerta izquierda para dejarle paso a una dama de presencia imponente y de rostro cubierto por un velo.

- Digamos que la paciencia no es una de mis virtudes y espero que la próxima vez que diga una hora, sea esa la hora en la que nos reunamos – se saca el velo mientras lanza una mirada fulminante a Aurora, tenía un semblante casi tallado por los ángeles y unos ojos azules que brillaban en la oscuridad – soy Aasiyah Bathich Maalouf, o Aasiyah para ustedes, enviada del Del´Roh Anadja para buscarles y llevarles hasta Erebo, digamos que son bastantes atrevidos con los huevos bien puestos para hacer este rito en medio de una ciudad de la Camarilla – su tono de voz era bastante condescendiente ante estas palabras – estos son Archil y Engel – primero señala a la mole en forma de hombre que hacía de conductor y luego al guaperas quien no soltaba su risa despectiva en ningún momento – ¿imagino que ya sabrá cada uno de los presentes el motivo de esta reunión no? – espera respuestas pero luego continua – de todas maneras, me toca volver a explicarles – se une cada dedo de cada mano para tratar de hacer énfasis mientras suelta una delicada sonrisa que solo acentuaba su belleza pero también su aire de grandeza – Lady Anadja ha querido que tanto despertados, como danzantes y sabbatistas se unan en esta sigilosa cruzada hacia esta tierra que poco o nada conocemos, así que, espero que sepan guardar los colmillos cuando todos estemos en el avión, Anadja confía tanto en ustedes como en nosotros, así que si no tienen preguntas, los invito a ir de una buena vez hasta el hangar, que hay gente esperándonos – realiza un ademan respetuoso de invitación, dentro del rodado había suficiente espacio para todos -

Cuando el hammer hizo aparición Aurora se mantuvo tranquila, no esperaba visita y se suponía que nadie sabia que estaban allí reunidos asi que se mantuvo expectante, si de repente se oia disparos ya reaccionarían.

-Calma chicos. -Dijo al grupo en general y aparte le puso una mano entre el pecho y el hombro a Victor cuando vio a esos dos hombres tan distintos salir, por alguna razón extraña le dio mas miedo el guaperas que el musculitos, su experiencia le decía que ninguno de ellos eran simples personas. -No hables salvo que se te dirijan personalmente ¿vale? -Le susurró al gangrel cerca del oído para dar unos pasos al frente preparando un hechizo y palpando con suavidad la escopeta bajo el abrigo.

Vio como habrían la puerta y salia aquella mujer de ropas moriscas y velo, dejando claro desde el primer instante que toda esta misión era eso: Una misión y no un encuentro para hacer amigos. Miró la hora en su reloj y se quedó callada sabiendo que aún queda tiempo para llegar al muelle con algo de retraso y comenzó a preguntarse que método usaron para localizares mientras la mujer seguía despotricando.

Miró al Ductus por si el intercambiaba palabras con la contacto pero al no apreciar ninguna iniciativa en ella siguió guardando silencio. -"Sabatistas" -Pensó mientras le rechinaron los dientes.

Cuando la mujer terminó de hablar y ver que el ductus no decía nada se guardó toda la mierda que habría soltado en otras condiciones y simplemente dijo: -Buenas noches. Primero a la mujer y luego a los guardaespaldas con un tono algo seco.
Iba a preguntar algo pero lo cierto es que con menos de un minuto de presentación ya sabia que esa mujer tenia un cetro metido por el coño y le caía mal. Así que negó con la cabeza acompañado con un gesto de desaprobación a la pregunta de si tenían dudas y solo esperaba que el resto del grupo se guardase también sus opiniones para otro momento, hizo un gesto con la mano para que el resto del grupo se pusieran en marcha y fue la primera en montarse en el vehículo.

-Cuando estemos en el punto a investigar llevaremos a cabo los rituales correspondientes, cuando hayamos aterrizado podremos gestionar con mayor claridad nuestros recursos-.

Observa a lo lejos en ese momento el Hammer acercarse, entrecerrando los ojos ante la expectativa de quien pudiese ser. Recordando mentalmente que lleva oculta una pistola Beretta modificada en caso de precisarse un enfrentamiento.

-Por ahora mantengamos la cautela-.

En ese momento baja una mujer de rasgos árabes con esa sonrisa embustera, sin evitar pensar que encuentra evidente atractivo en ella y ciertas ideas de lo que pudiese concebir en explorar aquel cuerpo. Luego dedica una mirada a ambos acompañantes masculinos, pensando que en caso de un enfrentamiento debió asegurarse de traer a su Perra de batalla en caso de complicarse aquella reunión.

Se presenta como corresponde y empiezan a dar las indicaciones correspondientes, asumiendo el comportamiento impulsivo de Aurora al cual se ha acostumbrado durante todos estos años. Se acerca hasta quedar a cuatro pasos de distancia de aquel trío.

-Un gusto conocerla señorita Anadja...mi nombres es Yarilo, líder de la Cofradía que colaborará en esta cruzada-.

No corresponde dar el nombre de su facción, precisando mantener bajo resguardo el nombre de su grupo y como siempre presentándose bajo su apodo como uno de los dioses oscuros rusos.  Nombre por el cual es conocido generalmente y al escuchar el comentario de ella respecto a su ritae, no puede evitar sentir cuidado de haber sido observados, significando que están bajo peligro más de lo que hubiese esperado.

-Bueno...se nos da bien los riesgos y por lo mismos nuestro grupo fue escogido para llevar a cabo esta misión-.

Correspondiendo al tono de ella y haciendo evidente su confianza absoluta en cada uno de los integrantes pertenecientes a la Cofradía. Al escuchar el comentario del musculoso, su sonrisa se torna un poco seria sin perder ese corrompido encanto.

-Por mi parte considero prudente que las preguntas a realizarse sea dentro del hangar-.

Observa al resto de sus compañeros dando a entender en ese gesto que cuentan con libertad de aclarar sus dudas previamente. En caso de no, solo apresurar el paso.

La conversación entre los cuatro miembros de la manda se vió interumpida cuando de pronto un vehiculo blindado se acercó a la escena. Al instante, Victor tensó sus musculos imaginando que habría algun problema, quizás habría que entrar en acción, pero solo bastaron unas palabras de Aurora para que el Cainita se relajara y esperara paciente a ver como se desarrollaba la escena.

Victor consideró prudente hacer caso y no hablar hasta que alguien le dirigiera la palabra. Al parecer la mujer que había llegado ante ellos tenia una autoridad o poder que el nuevo desconocia. El neonato debió hacer uso de todo su autocontrol para acatar ordenes y seguir a los demas con tranquilidad, ya que la presencia de los dos guardaespaldas, por alguna razón que Victor no comprendia del todo, le hacia hervir la sangre, ¿era acaso esto producto del nuevo lazo que compartia con sus hermanos y hermanas?

Aunque el motero pudo conservar la compostura, no dejó ni por un segundo dejar de pensar estrategicamente, moverse en comunion con su manada, siempre en una postura preparada para cualquier inconveniencia, y pensando en como actuar si la escena que vivia ahora se tornaba carmesi por la violencia repentina de los recien llegados...

La llegada del vehículo incomodó a los miembros de la manada en aquel parque de esa noche silenciosa, se trataba de uno de los rituales más importantes para el grupo ademas de ser ''privado'' al cual pobres de los humanos pardillos que les picasen la curiosidad por ver de qué trataba, ya que acabarían siendo un aperitivo para el grupo, sobretodo mas para alguno en concreto...

En circunstancias normales, Athanasivs les habría dado a los visitantes el mismo destino que a un cordero dentro de la guarida del lobo, pero dada la delicada circunstancia que se producía para la transición de su grupo al nuevo lugar, reprimió sus instintos y los dejó en la reserva, para cuando llegase el momento acertado de liberarlos con éxito. Por lo demás permaneció en silencio y les observó.