Partida Rol por web

- ¡Señor, sí señor!

Baghi y Marius se levantaron como un resorte. Sin darse cuenta, de algún modo, Harada se había metido en sus propias mentes. No habían pensado en levantarse, ni en responder. Su propio cuerpo respondió a la orden sin pensar. Aquel hombre tenía un don natural para el mando. No dudaban de que más de la mitad de la nave saltarían al mismísimo vacío si Harada lo quisiese. Era evidente el porqué su cargo de comandante.

El Predicador se levanta a la vez que asiente con gesto severo a las palabras de Sato Sama. Es agradable encontrar a alguien que cree en el valor del sacrificio por un bien mayor.

- Señor, sí Señor. - Contesta en tono grave y sostenido sin caer en la exclamación.

A aquel hombre habían tenido que meterle un palo por el culo en algún momento de su vida y por eso estaba tan resabiado. Empezó con una charla cargada de humildad sobre el proyecto Nexus y lo que significaban los OEM para ese proyecto y continuó hablando de honor, importancia y bla...bla...bla... 

Tic-Tac no estaba allí por honor, no estaba allí para cargar sobre sus hombros con el destino de la humanidad. No. Estaba allí para salir de aquel enorme ataúd metálico en el que viajaban. Siempre las mismas caras, siempre la perfecta perfección y el perfecto orden mientras que por dentro envían cientos y cientos de hombres a morir por conseguir un puñado de cristales. 

Aquello era un mierda bien grande y tenía poco de honor. Por eso Tic-Tac no se levantó gritando como habían hecho algunos de sus compañeros "Señor, si señor" ante un discurso que no anunciaba nada bueno. Aquel hombre les acababa de decir que no dudaría en hacer cualquier sacrificio para cumplir la misión. ¡Pero que mierdas de sacrificio va a tener que hacer él! Si se va a quedar con su culo bien cómodo sentado en su sillón de la sala de operaciones. 

Una cosa es saber que pones en riesgo tu vida en un OEM, que es obvio. Pero que te anuncien tan alegremente que tu vida no vale una mierda y que están dispuestos a sacrificarla sin dudar no era bueno. Hubiese preferido un oficial que antes de sacrificar una vida agotase el resto de opciones. Y Harada no era así. 

Mientras sus compañeros se levantaban, o no, y respondían, o no, al oficial, Tic-Tac permaneció sentado y en silencio mirando al oficial con gesto serio esperando que acabase con aquella pantomima y les diese la información de una puta vez. 

Dejando claro el entusiasmo que embarga a Bravo 2, Snow interviene desde su asiento, sin llegar a levantarse, pero claramente envarado en el.

El discurso de manual del Comandante le ha dejado bastante frío. He aquí un tipo que no dudaría en pulsar el botón de la compuerta espacial para dejara Bravo 2 en el espacio, a cambio de la carga que acarreara. Es fácil tomar ese tipo de decisiones desde el otro lado de la compuerta. Pero la verdadera pasta de alguien se ve cuando pulsar el botón implica quedarse fuera, en el espacio. Ahí si se aprecian las verdaderas pelotas.

Ante las palabras de un maníaco del control, con capacidad de sacrificio ajeno declarada, un limón en el paladar, y una escoba en el culo, Snow responde de la mejor manera posible dadas las circunstancias.

- ¡Señor, perfectamente, señor! - Mira a Sato por un momento, y luego al resto del pelotón.

El viejo oficial no se permitió ni la sombra de una sonrisa de satisfacción. Se limitó a asentir secamente.

- Bien. Tomen asiento.

Aguardó a que todos se sentasen de nuevo y después clavó una mirada gélida en Tic tac, que había permanecido callado y sin levantarse. El silencio se prolongó durante varios latidos.

- Capitan... Snow - mascó el mote con desagrado como si le pareciera impropio de un soldado - parece que uno de sus soldados no comparte el entusiasmo del resto del pelotón. ¿Esta es el nivel de disciplina que puedo esperar bajo su mando? ¿No va a hacer nada al respecto?

Tic-Tac aguantó la mirada y el gélido silencio sin perder la compostura, relajado y paciente. Pero lo que siguió le dejó un poco trastocado. No sabía como funcionaba el ejército japonés pero desde luego en los marines cuando se pasaba la instrucción básica se dejaba atrás eso de levantarse y gritar como monos. 

Cuando uno acude a una charla de operaciones saluda al oficial como había hecho al entrar, se sienta y el encargado de la charla da la charla, responde preguntas y santas pascuas. Parece que aquel tipo quería montar un circo. Cualquier cosa con tal de no darles la información. Tic-Tac negó con la cabeza y miró a Snow a la espera de que decía este. Acataría cualquier cosa que dijese el Capitán, no quería traerles problemas a los de su grupo. Si querían que se levantase y chillase lo haría de tal forma que incluso el Oso parecería estar susurrando. 

-"mierda"- pensó H. al acordarse de quien era el tal Harada. Su IA le había proporcionado la información más preocupante que podía haber esperado. Estaba casi seguro de que a Stronghold este tipo le encantaría, pero claro a ella no le importaba dejar un bonito cadáver en alguna clase de acción heroica. Por el contrario el danés ya estaba viéndose con otro marronazo que había que resolver. Como si la letal misión no fuera suficiente, vamos. 

-"mierda"- volvió a pensar ante el discurso del japonés. Había dos palabras que H. odiaba: "hidratante" porque no le sonaba agradable cuando la pronunciaba y "sacrificio" porque habitualmente se usaba para cuando te mandaban a la muerte sin ninguna clase de motivo. El comando no negaba que a veces resultaba necesario morir en situaciones violentas antes de lo que sería recomendable, pero personas como Harada restaban valor al hecho de entregar lo máximo que puede dar una persona enviando valiosos soldados a misiones suicidas recubriéndolas de honor y dignidad por un supuesto "bien mayor". Por supuesto el único beneficiario era el mismo comandante que mataba dos pájaros de un tiro, por un lado se ahorraba una planificación detallada pensando en sus hombres y por el otro se llevaba la gloria en caso de que la misión se cumpliera con éxito. El hecho de que fuera un oficial condecorado era una evidencia de hasta que punto le había servido la táctica de dorarle la píldora a los soldados con discursos como aquellos. 

El soldado se puso en pie para dar un discreto "señor, si señor" sin mucho ánimo cuando vió a Tic Tac quieto en su sitio.

-"Mierda"- pensó una tercera vez el danés en escasos momentos. Esa clase de cojones eran a los que H. alabó frente al sargento McGriff. Ese raro valor que hace que uno sepa que siempre tendrá al compañero cubriéndole la espalda pase lo que pase. Si a ese coraje le quitas la locura o el fanatismo que presentaban algunos de sus compañeros y le añades una mente rápida, inteligente y resolutiva como la que tenía el afroamericano obtenías al perfecto líder que le había descrito al suboficial hacía unos minutos. Opinión que había sido ignorada vilmente y que H. esperaba demostrar en algún momento. 

El danés no quiso añadir nada por el momento, ya que dos actos de "insubordinación" en tan poco tiempo sería visto como un motín para las estrechas miras del comandante, y eso era lo último que necesitaban en aquellos momentos. Esperó a ver como reaccionaba Snow, tampoco era cuestión de socavar su recién conseguida autoridad, y como se desarrollaba aquel marrón antes de actuar e interceder por su compañero.

Smirnoff no se encontraba a gusto y eso era palpable para todos sus compañeros.

Y la causa de esto era a la vez sencilla y preocupante.

Sencilla por que leer al RUSO era tan fácil como verse la mano metida en el agua cuando esta era cristalina y límpida.

Preocupante porque todos ellos le conocían y sabían muy bien la clase de puto maniático que podía ser cuando se descontrolaba.

En estos momentos, se removía como un OSO con hormigas en el culo y con los ojos clavados en los del japonés pequeñito y cabron.

No le había gustado nada la forma en que aquel – según su entendimiento – “PUTOCHINODELOSCOJONES”, le había hablado de su HERMANO TIC-TAC y estaba más que listo para saltar encima de aquel cabron si hacía falta.

SMIRNOFF TE VA A ARRANCAR LOS PUTOS HUEVOS CHINO CABRON DE LOS COJONES, pensó en voz alta, TE LOS VA ARRANCAR SI LE HACES ALGO A TICTAC HERMANO DE SMIRNOFF.

La suerte, o el infortunio según como se lo mire, había propiciado que el RUSO estuviera sentado al lado de Tic Tac y este, dado el nivel de conocimiento que tenia del peludo soviético, sin dudas podría apreciar la tensión que comenzaba a juntarse en el interior de su compañero comando.

Bastante más allá estaba Hikaru, silenciosa, quieta y bastante aburrida.

Quería que toda aquella pantomima se acabase de una condenada vez mientras pensaba en lo infantil que resultaba ahora el comandante al hacer perder un valioso tiempo porque Tic Tac no había respondido al saludo estándar de un novato recluta.

¡Joder!, ellos eran comandos y estaban a punto de salir en una OEM por el maldito Marzio. Incluso les habían “sugerido” lo tan prescindibles que eran en sus putas caras y, ¿Qué?, ¿ahora Harada San se había “ofendido” por esa nimiedad?.

Patético.

Todos los maniáticos líderes de la NEXUS estaban siendo patéticos y caprichosos como niños y de seguir así, ya bien podían poner al RUSO como líder supremo y volver la NEXUS el país de Jauja Capital de los Locos y los Perdidos.

Snow permanece sentado, pero adopta otra vez ese aspecto envarado que usa para dirigirse al Comandante.

- Señor, cuando la disciplina afecte al cumplimiento la misión, volaré a nivelarla. Me parece que eso es lo que se espera de todos nosotros, pero mientras cada uno debe mirar dónde pisa, señor. He sido nombrado Capitán, pero limpiar culos no entra en el cargo, a no ser que afecte al cumplimiento de la misión, con lo cual estaría encantado de limpiar los que hiciera falta, señor. - Snow esperaba que la referencia a la eficacia del cumplimiento de la misión y su propio lenguaje, no muy políticamente correcto atrajeran la atención del viejo sobre él, dejando a Tic-Tac en segundo plano.

- Joder negro... todo el día rajando y elijes la pregunta del viejo para quedarte mudito, mecagoentodo... -

- No obstante Pelotón, únicamente yo responderé a las preguntas que se le formulen de manera general en lo sucesivo, gracias Soldados. Si no menudo gallinero, coño. Señor, perdón por la interrupción señor. - Snow se repantiga otra vez en la silla, dispuesto a capear la mierda que le lance el Comandante.

Creo que ni siquiera llego a escuchar al comandante. Los efusivos "señor, sí señor" de algunos de mis compañeros son los que me sacan de mi enmimismamiento. Ni siquiera Karl, que tampoco se ha levantado pero observa a Harada con gesto adusto me ha dado uno de sus típicos empujones.

Cuando Harada habla de la falta de entusiasmo por un momento me sonrojo de vergüenza, pensando que puede decirlo por mí, que ni siquiera me he molestado en mirarle, pero por suerte el comandante ni siquiera había reparado en mi presencia. Lógico, tan pequeña, más al lado del alemán, en la segunda fila prácticamente escondida tras Bad...

Tengo la sensación de que si me meto por debajo de las sillas, puedo salir de la sala sin que nadie se dé cuenta.

Los ojos de Harada se clavaron como dos punzones en Snow. Si lo que pretendía era atraer la atención sobre si, parecía haber tenido bastante éxito. El veterano comandante no alteró su posición rígida con las manos en la espalda y su semblante pétreo apenas se envaró levemente.

- Cuando fue seleccionado por Mc Griff como capitán, "Snow", supe de inmediato la clase de soldado que sería usted. El sargento es vulgarmente predecible, tanto como lo es usted. - Desvió la mirada y les observó a todos de nuevo. - Muchos de ustedes tienen la falsa impresión de que son elementos valiosos o imprescindibles. Vienen de sistemas de instrucción en los que la iconoclastia se alaba como una marca distintiva. Todos ustedes se consideran "únicos" e "importantes". Creen que son protagonistas de su propio holodrama y nos ven a los oficiales superiores como molestias irritantes en su camino personal hacia la victoria o la supervivencia. No tengo tiempo para enseñar a ser soldados a niños idiotas y egoistas.

Hizo una pausa. Clavó aquellas pupilas negras en Snow de nuevo, con una extraña intensidad. Su semblante no cambió, pero había una amenaza hambrienta en aquella fijaza, en la rigidez de su postura.

- La próxima vez que se crea con la atribución de decirme como va a ser nuestra relación mando subordinado, le mandaré un mes a reeducación. Si vuelve a tener otro arranque ingenioso fuera de lugar, mandaré a hacerle compañía a cualquiera que se permita la sombra de una sonrisa. - Aparta de nuevo la mirada y les recorre de nuevo uno por uno. - ¿Creen que no lo haré? ¿Que en una nave con tres millones de soldados son fundamentales para la misión?

De nuevo silencio, mientras aquel pequeño hombre les contemplaba con la misma pasión que un pescadero a punto de empezar a trocear un pez.

- Asuman, desde este mismo momento, que desmontaré y volveré a montar este pelotón cuantas veces considere necesario hasta que sean la máquina de combate que necesito que sean. Arrancaré de raíz cualquier muestra de insubordinación. Tengo la misma paciencia con los rebeldes - y sus ojos se dirigieron entonces a Tic tac - que con aquellos demasiado ansiosos por agradar. - Y su mirada entonces resbaló hasta Mad y Baghi. - Si hago una pregunta, ustedes responden. Si doy una orden, ustedes la cumplen. No son "vaqueros espaciales" sentados en una vulgar cantina y jugando a las miradas asesinas. Son soldados bajo mi mando. Se comportaran como tales o serán desechados de inmediato. Sus vidas tienen el valor que yo decida desde el momento en el que cruzaron la puerta de esta sala.

Pausa. Harada se mueve por fin, bajando del atril y caminando lentamente hasta colocarse frente a Snow. Se inclina con rigidez, las manos de nuevo enlazadas en la espalda, hasta que su rostro queda a pocos centímetros de los del ex-espía.

- Y ahora que todo ha sido aclarado, capitán, - pronunció despacio, con un susurro áspero y ronco que sin embargo se escuchó en toda la sala - ¿se siente capacitado para servir bajo mi mando?

- Señor, trataré de seguir el orden de sus preguntas, señor. - Snow se envara sin perder de vista los ojillos muertos del Comandante.

- Señor, creo que lo hará. Mandará a quien considere a reeducación, señor. - Lo cual sería un cambio positivo, ya que así olvidaría el haberse cruzado con este pedazo de hueso viejo.

- Señor, creo que sí somos fundamentales para la misión. No dije irremplazables. Pero creo que estamos aquí por algo, porque el proceso de selección nos ha puesto en sus manos, señor. - Igual sería mejor recibir una paliza a manos de "Torre", pero hoy es lo que toca.

- Señor, somos soldados. Seguiremos órdenes. Estamos preparados para ello, señor. - Y Snow espera no haberse dejado nada en el tintero y que el viejo megalómano acabe rápido su numerito.

Sato se endereza bruscamente y regresa al atril.

- Supongo que tendrá que ser suficiente. IA, muestra de nuevo la simulación 7703.

El holoproyector cambió de nuevo de imagen, mostrando el modelo en rotación de un sistema planetario.

- Este es el Sistema Omicron, descubierto por nuestras sondas hace 3 semanas. Se trata de una conformación estandar de 7 planetas. Cuatro gigantes gaseosos con lunas de minerales inertes conforman el borde del sistema. Lo que nos interesa es lo que viene a continuación: Omicron 3.

Un brusco zoom les catapulta hasta el planetoide con el que todos están ya familiarizados. Alrededor de el brilla débilmente el campo de escombros que rodea la atmósfera.

- Caballeros este es nuestro blanco. Como seguramente habrán visto, se encuentra rodeado por un denso campo de restos. Al contrario de lo que suele ser habitual, los restos no han formado un anillo. Eso nos lleva a pensar que son relativamente recientes, o que el campo magnético de Omicron no esta conformado según los parámetros habituales. Traspasar esa barrera será nuestro primer obstáculo.

Con un gesto brusco de la mano, detiene la simulación.

- Dado que apenas tenemos datos de superficie a causa de este obstáculo, debemos contar con que la tarea de alcanzar el planeta será compleja. Por ese motivo, el Almirante Ozume ha solicitado personalmente que esta misión fuera asignada a un pelotón que contase con uno de los nuevos pilotos comando del programa Hermes. Pueden dar las gracias a su compañero Tic tac por este honor. Lo habitual es que un OEM como este fuese destinado a un equipo mas veterano.

Una fría sonrisa aparece en el rostro de Harada.

- Aunque el Almirante espera que esta prueba sirva para demostrar el éxito potencial de Hermes, les he equipado con dos minas tectónicas de clase Behemot. Si no encuentran una trayectoria de acceso o evacuación adecuadas, podrán usar la IA de su nave de salto para desplegar y detonar las minas, creando así un hueco que permita un franqueo limpio por unos minutos. Tengan en cuenta que esta acción drástica puede provocar una reacción en cadena. Superado este punto, centrémonos en el planeta propiamente dicho...

Zoom sobre la corteza terrestre. Tremendas tormentas alternadas con desiertos rojizos y titánicas mesetas rocosas.

- Lo que ven es en realidad una extrapolación. No tenemos datos fiables de la superficie. La sonda recuperada nos ha suministrado algunos datos que Operaciones ha utilizado para esta simulación. Según mi experiencia personal, eso quiere decir que no pueden confiar en absoluto en que lo que ven sea completamente cierto. Sin embargo, es todo lo que tenemos para trabajar. Clima desertico, atmosfera semirespirable. Con buen tiempo, excelente visibilidad. Ciclo de rotación de 27,54 horas. Gravedad 1,13 la de la Tierra. Si tuviese agua, sería casi un milagro. Las condiciones de colonización serían casi perfectas. Hasta ahí las buenas noticias. El clima es sumamente inestable. Las tormentas son virulentas y van acompañadas de fenómenos electromagneticos y vientos de hasta 300 km/h. Mi recomendación: tomense su tiempo antes de aterrizar y busquen una ventana adecuada para el aterrizaje. Aprovechen esa ventana y evacuen antes de tener que sufrir las inclemencias del tiempo.

El Comandante contrae la mano y el zoom se aleja un poco.

- No tenemos datos sobre la biología local. Los datos de las sondas nos hacen suponer que hay vida, y que pueden tratarse de formas de vida de enormes dimensiones que se mueven bajo tierra. Ni que decir tiene que lo que sabemos sobre Omicron y sus recursos hacen esto imposible, por lo que manejen estos datos según su criterio. Sin embargo, deben dar por sentado que se trata de una incursión en territorio enemigo. IA, muestra la simulación 5098.

Un nuevo cambio de imagen. En el aire flota la luminoscente imagen de una sonda de exploración muy dañada.

- Cuando se nos asignó este blanco, solicité examinar personalmente la sonda superviviente. Nuestros científicos no han podido determinar con exactitud el origen de los daños sufridos. La fuente mas posible es particulas en suspensión en el campo de asteroides. En otras palabras. Grava espacial. Sin embargo, según mi experiencia, las marcas se parecen demasiado a impactos balísticos como para ignorarlas. Sobretodo, si tenemos en cuenta que los impactos parecen concentrarse en un 56,33% en la unidad de datos. Asumiremos por tanto que en Omicron hay hostiles armados y procederemos en consecuencia. Es también por este motivo por el que se les ha asignado una nave de salto de clase intermedia, mas armada y blindada que los modelos de menor tamaño. Pedí un trasporte de incursión avanzada, pero debido a su baja graduación, me lo han denegado. IA, fin de la simulación.

Harada da un paso adelante y recorre la sala con la mirada, dejando que los datos os calen por unos intantes.

- Se habrán percatado de que no tenemos un punto fijo de aterrizaje. La palabra Marzio aún no ha salido de mis labios. No tenemos puntos calientes, ni yacimientos localizados. Solo una medición en una sonda dañada que indica una cocentración que se sale de las escalas. Si sumamos eso a las circunstancias anteriormente expuestas, tenemos dos posibilidades. Uno, datos falsos orientados a emboscar un pelotón de nuestras tropas por parte de un enemigo por identificar. Dos, el yacimiento mas rico detectado desde que cruzamos el Canal. Debido a ello, el mando de Operaciones da mas valor a los datos obtenidos que al mineral recuperado. Se les exige evacuar con datos de reconocimiento consistentes. Sin embargo, nosotros iremos mas allá. Si en Omicron hay Marzio, espero una extracción mínima de 500 unidades como muestra, es la cifra que se espera de cualquier pelotón novato y las circunstancias adversas de la misión no son diferentes de las que podrían afrontar en... misiones menos peculiares. Traigan los cristales o no se molesten en volver. Eso es todo.

Pausa. Saca las manos de la espalda y las entrelaza sobre el abdomen. Entre sus dedos podéis ver algo que se desliza de manera mecánica. Parece algún tipo de collar de cuentas, que el Comandante desliza de manera mecánica, cuenta a cuenta.

- ¿Preguntas?

Tic-Tac se alegró que todo aquella charla disciplinaria acabase y pasasen al meollo del asunto. Le sorprendió la relativa sinceridad con la que el oficial les habló sobre la misión que tenían delante y quizá por eso se arrepintió por haberle juzgado tan duramente al principio. 

Señor tengo una pregunta, señor. - dijo el soldado pidiendo la vez tal y como había dicho Harada que lo hiciesen. - Señor, si no he entendido mal, los datos de las sondas son ciertos y sus suposiciones sobre los impactos a la sonda que se envió son correctas. ¿Sería lógico suponer que debemos hacer frente a, al menos, dos tipos de criaturas, señor? - preguntó el soldado desde su posición mientras golpeaba con sus dedos su propia pierna a un ritmo frenético. 

Harada se encoje ligeramente de hombros. Si muestra alguna reacción ante el cambio de

- No puedo responder a esa pregunta con datos tan escasos. Mi valoración personal es que si, en efecto. La criatura detectada por los aparatos sismográficos debe pertenecer a la fauna local. Y lo que intentó abatir a la sonda, era un ser inteligente armado con un arma de proyectiles sólidos. Pero, y que esto quede bien claro, es mi estimación sobre el peor escenario posible. Actuaran en consecuencia. Adicionalmente, si es cierto que hay fauna, por fuerza debe existir un ecosistema, y recursos que posibiliten su sustento. Por lo que también debemos cuestionarnos los datos de superficie de los que disponemos.

Pausa, otra mirada en derredor.

- ¿Mas preguntas?

Señor, ¿Dispondremos de un equipo para tomar muestras del terreno y la fauna local, señor? - preguntó la doctora con respeto. - ¿Alguna prioridad respecto a que muestras tomar, señor? - añadió tras un segundo de duda. Había estado todo muy cerca del desastre para tentar a la suerte. 

Harada mira sesgadamente a la médico.

- La fauna local solo nos interesa en tanto en cuando suponga un obstáculo para la misión. En un OEM no hay espacio para la xenobiología. Cualquier forma de vida será tratada como un enemigo potencial. En ese sentido, cualquier dato sobre sus capacidades ofensivas será valioso para futuras expediciones. Si topan con seres inteligentes, nos interesa enormemente su organización militar y su armamento. Sin embargo, tengan claro que su prioridad será siempre eliminar cualquier amenaza potencial y regresar con datos y mineral. Dejen que su capitán calibre los riesgos y las ganancias. ¿Algo mas?

Bueno, al menos el viejo no ha intentado vendernos un caramelo sucio. Ha dicho la verdad: Que es una puta mierda de misión. Snow va mirando los differentes hologramas, y atiende a las explicaciones de Sato. Por último una bombilla de paranoia se enciende en su cerebro.

- Señor, una cosa. Mandamos un montón de sondas y sólo vuelve una. El/Los que le dispararon parecen conocer nuestra tecnología, ya que apuntaron firmemente a la unidad de datos de la sonda, como demuestra la concentración de impactos. Eso por una parte, señor. - Snow mira intensamente el holograma de la sonda, alcanzada en las partes donde guardaba sus datos.

- Señor, la otra parte es que si sólo escapó esta, abatieron probablementelas otras. Con lo que no estaban en absoluto interesados en que viéramos los datos que en ellas había. Dice que los datos de la sonda apuntan a que es el yacimiento mas rico detectado desde que cruzamos el Canal. Yo digo que hay alguien allí recolectando Marzio, y hemos apuntado a su almacén con nuestras sondas. Puede que no sea un yacimiento. Puede que sea donde otros mineros guardan su cosecha de Marzio, señor. - El Capitán abre los brazos, apuntando a los hologramas, reforzando su opinión. No es una certeza absoluta, pero sí una posiblilidad inquietante.

Sato lanza una larga mirada a Snow con sus ojos de pez muerto, antes de hablar con el mismo tono frío, ronco, brusco y cargado de acento japonés.

- Capitán, eso son meras especulaciones. Los análisis de balística son poco concluyentes. Si es lo que desea creer, adelante. Esa precaución adicional no perjudica a la misión y su idea es factible. Pero mantenga una mentalidad abierta para no extraer conclusiones basadas en hechos circunstaciales. Antes de condicionar la mentalidad de sus hombres, intente comprender la diferencia entre realizar una pregunta y exponer una teoría.

Aparta su atención de Snow con brusquedad y abarca de nuevo la sala.

- ¿Alguna otra duda?