Partida Rol por web

Tic-Tac caminaba por el pasillo casi bailando, meneaba la cabeza al ritmo de la música que tocaba en su cabeza y sonreía. Cuando vió aparecer a sus compañeros su sonrisa se ensancho un poco más al tiempo que decía. - ¡Buenos días colegas!

En diversos momentos pero todos antes de las 7h del ciclo el pelotón se reúne en la sala 3327. Les recibe una gran mesa con café, leche y algunos bollos sintéticos. Las sillas están justas, 12.

Todos se saludan amigablemente, y nadie duda de porqué están allí.

Lo que les espera es seguramente uno de los discursos del tipo que ha estado rompiéndoles las pelotas estos dos últimos meses. El Sargento Instructor McGriff.

Y todos saben lo que significa, Mc Griff es un héroe, una leyenda, y un cabrón con pintas. Lo normal es que les de 5 minutos de cortesía. Así que el pelotón aprovecha para ponerse al día.

Cuando Tic-Tac y Smirnoff llegaron a la sala de reuniones aún no había aparecido nadie. Sonriendo por haber llegado los primeros, Tic-Tac vio al ruso alejarse y coger un sitio prefente. Siempre lo hacía. - Eso, sientate junto al Sargento no vaya a ser que no te escuche cuando le hables. - bromeó Tic-Tac mientras se dirigía a la comida. 

Comenzó a preparar un par de tazas de café. Uno con leche, largo de café para él y otra de café solo para el ruso para que este lo condimentase con vodka. Pilló un puñado de bollos sintéticos, parecía mentira que Tic-Tac mantuviese su estado de forma comiendo tanto. Pero era puro nervio, alguna ventaja tenía que tener. 

Le llevó la taza a su compañero y se sentó en medio de la mesa al otro lado de donde se había sentado el Oso ruso. Para poder hablar con él mientras esperaban. Dio un sorbo al café mientras la mano que no estaba con la taza comenzaba a repiquetear los dedos contra mesa de madera. - ¿Que tal has dormido?¿Conseguiste a alguien que te llevase a casa desde la taberna ayer? - preguntó con una sonrisa Tic-Tac. 

Mansell ocupó su asiento en la mesa, saludando con un leve gesto de la cabeza. Su espalda se mantenía perfectamente recta y sin tocar en el respaldo.

- Parece que la espera ha terminado- comentó.

Baghi ocupó el asiento de al lado. Durante estos dos meses de convivencia, todos se habían percatado de que Jones parecía haberse convertido en la sombra de Mansell.

- Ya era hora- añadió- no hay nada peor que las largas esperas.

Mas que conforme con los sitios que tanto el cómo su compis Tic Tac habían conseguido, el RUSO se dedico a ponerse cómodo en la amplia butaca mientas esperaba a los demás.

Agradecido por la atención de Tic Tac, Smirnoff – aprovechando que no había nadie -, tiro un chorrito, - bueno un chorro, ok, era casi TODO vodka -, en su taza para luego hacer lo propio con la de su colega.

En eso estaba cuando el resto de la tropa comenzó a llegar.

SALUDOS CAMARADAS, le grito aunque en realidad, y bajo su percepción, así era la forma en la que debía hablarse la gente, y sin esperar contestación se dedico a escuchar lo que Tic Tac decía.

DORMIR? BIEN, SMIRNOFF SIEMPRE DUERME BIEN, A CASA SOLO ME HE LLEVADO A MI MISMO, SMIRNOFF TIENE NECESIDADES, dijo alarmado, ¡NECESIDAD DE FOLLAR COMO OSO EN EPOCA DE CELO!, PERO LAS MUJERES TEMEN A SMIRNOFF, SMIRNOFF NO ENTIENDE PORQUE, comento mientras salpicaba todo de migas pues comía bollos sintéticos y hablaba a la vez sin decoro alguno.

No me perdería ni queriendo, podría seguir el olor a vodka hasta la sala de reuniones, y para más guía, el nivel de decibelios era varias veces superior a lo normal en las inmediaciones del lugar. Ya oía los rebuznos. Cuanto echaba de menos el traje táctico, al menos con el puesto, podía silenciarlo para descansar el oído. Entro en la sala mientras el ruso acaba de explicar sus problemas con el sexo opuesto.

- Buenos días capullos, otro hermoso día en el espacio. Aunque parece que este es el bueno, ¿no? - me dirijo al café del cual me sirvo un vaso, solo, negro, hasta arriba y sin azúcar. No me gusta una mierda, pero contraviene las normas de sustancias y me gusta dar por el culo en ese sentido. Me siento, apoyando los pies en la mesa, mientras me enciendo un pitillo con mi mechero zippo, exhalando el humo con cara de gusto.

Miro al ruso de manera indolente mientras esbozo una sonrisa malévola. - Eso es porque no te abres a ellas hombre. Tienes que enseñarles cómo eres por dentro, ya que por fuera no hay mucho que aprovechar. Te diré dos trucos: - miro a un lado y a otro, observando la ausencia de féminas en la sala - Primero, guarda silencio a menudo mientras ellas hablen, que parezca que las escuchas. Y segundo, usa algún tipo estrategia, no se... ¡componer poesía! Eso siempre las ablanda. Te recomiendo que empieces con Stronghold, he oído que le gustan los tipos del Este. - Me encojo de hombros mientras doy una calada al pitillo mirando a los presentes. Espero que hoy el Predicador no dé el coñazo con el Apocalipsis y esas mierdas, me ponen de mal humor antes de comer...
 

Smirnoff bebe y mastica animado sin decoro mientras escucha a otro de los soldados quien le habla. Cuando el apodado Snow ha terminado, Smirnoff vuelve a tomar la palabra en su particular forma.

SMIRNOFF TE AGRADECE LAS PALABRAS CAMARADA SNOW, TE AGRADECE PERO SMIRNOFF PREFIERE LOS "CANTARES" DE SU PUEBLO, SMIRNOFF TE DIRÁ UNO PARA QUE TU APRENDAS SOBRE BUENOS "POEMAS" CAMARADAS, AQUÍ TE VA:

Sin problemas piojos cría el cabello más dorado,
y en la nariz del rostro más hermoso,
se esconde el moco verde y asqueroso
también tras la boca de la mujer más bella
que el hombre ansía besar con ansia loca
se esconde del gargajo la flema pegajosa,
y más abajo del la vulva queda el ano,
que suda, caga y mea cuando le place,
si este es el bien que me enamora ahora estoy seguro,
yo me cago en el amor y sus verdades. 

AHÍ LO TIENES, CAMARADA, SMIRNOFF PIENSA QUE LA MUJER TAMBIÉN DESEA COMO EL HOMBRE, EL RESTO DE LAS COSAS QUE PROPONES SOLO HACEN PERDER EL TIEMPO. MEJOR SER COMO LOS OSOS QUE NADA SABEN DE POESÌA NI MARICONADAS Y FOLLAR DONDE CAIGA A BIEN HACERLO.

Y sin más para agregar sobre el tema, el RUSO vuelve a lo suyo, mascar y beber café-vodka mientras escucha el resto de las conversaciones.

H. escuchó agradeció no estar dentro de la sala cuando el ruso cantaba como un poseso. ¿Cuando los tecnólogos del equipo le abrirían la cabeza y le ajustarían el nivel del volumen? Pero bueno, en realidad era bueno tener a alguien así en el equipo. Era divertido, alegre y, sobretodo, destacable por lo que era fácil mantener un perfil bajo a su lado.

-Solo las rusas locas caerían si les cantas eso. El resto de la humanidad huirá despavorida, incluso las marcianas que tiene fama de fácilonas- declaró mientras entraba sonriendo- Buenos días caballeros- dijo mirando a sus compañeros- y oso- esta vez mirando a la escandalosa bola de pelo que era Voivoli- ¿Alguna novedad? parece que ya nos van a dar la misión.- comentó con una sonrisa mientras agarraba uno de los bollos y se lo echaba a la boca antes de llenarse una taza de café con leche. 

Fue hacia donde estaba Snow mientras sacaba uno de los cilindros de nicotina y se apoyo contra la pared. 

-Dame fuego anda- Le pidió a su compañero- Ya puedo oler el mojón color Tic Tac que tenéis pegado al culo por culpa de la misión. Espero que lo dejéis aquí no quiero malos olores en la lanzadera ¿eh?- Bromeó con tono burlón mientras le daba un pequeño codazo a Snow mientras hacía un gesto con la cabeza hacia Thyrone.

La respuesta de Oso no se hace esperar, y cuando de su boca salen las palabras "BUENOS "POEMAS" CAMARADAS", consulto la hora en la IA de mi muñeca, con una rápida pulsación de la pantalla táctil*.

Escucho impertérrito la muestra de arte ruso, para finalizar mientras asiento con la cabeza. - Bueno tío, quizás también funcione y a Stronghold le guste. Después de todo siguen naciendo un montón de rusos por ahí. - Le doy un sorbo al café, mientras le pego otra calada al cigarro. - Y si no en algún momento podremos importar una Mamushka rapada al cero, vacunada contra la gripe, y con una purga reciente como para una colonoscopia. Digo yo... - Consulto otra vez la hora en la IA*, mientras miro hacia la puerta y mi mechero cambia de manos por unos momentos hacia las de H.. El momento se acerca.

Mansell puso los ojos en blanco mientras Baghi esbozaba una sonrisa sutil. El ruso era un tipo alegre y campechano. Uno de esos con los que Mansell nunca se hubiera relacionado de haberle dado a elegir. No obstante, era el tipo de persona que no dudaría en seleccionar para una misión como aquella.

Saludó con un gesto de cabeza a los que iban entrando y escuchó las palabras de Snow. Tras la respuesta de Smirnoff, Tic-Tac ocultó su sonrisa detrás de la jarra de café. Sin duda el Oso era especial, les serviría para echar unas risas allá fuera en el espacio. 

Café y cigarro... - dijo con una sonrisa ante el comentario de H. - Pero bueno, no todos podemos ser valientes caballeros de brillante armadura. - le dijo a H. con un guiño de ojo. - De todas formas Oso, yo creo que no deberías probar con Stronghold. Donde tengas la olla no metas la polla y eso. - 

- ¿Donde crees que van a mandarnos Bad? - preguntó el joven norteamericano. Aquel tipo era un cerebro con patas, debería tener alguna idea de a que agujero iban a mandarles. 

El Predicador entra en la sala, silencioso como un espectro. Sus ojos pasean de uno a otro miembro presente el la sala, mientras toma asiento en una silla al fondo de la sala, mientras parece que murmura algo en silencio para sí mismo. Los ojos acuosos y casi incoloros del Predicador son inquietantes. Parecen asomarse dentro de uno y observar lo que allí se esconde.

Mira a Tic-Tac tras su última preguenta mientras acaricia un pequeño librito forrado en cuero negro y de páginas de borde dorado que pone en la mesa con un movimiento rápido, mientras susurra.

- "Publiquen esto entre las naciones: ¡Santifíquense para el combate! ¡Animen a los valientes! ¡Que se presenten y suban todos los hombres de guerra!" Antiguo Testamento. / Joel / Juicio contra las naciones/. Nuestro juicio ha empezado Thyrone. - Una tirante sonrisa se esboza en los finos labios del Predicador.

Bollos. Pensaba que con los nervios no iba a tener hambre, pero el simple aroma de la habitación me hace pensar que no he comido en meses.

Saludo con un jovial "¡hola!" a todo el mundo a medida que paso cerca de mis compañeros, cojo lo primero que tiene pinta de subir el azúcar en sangre que veo al llegar junto a la mesa y me siento tranquilamente a degustarlo.

Mi actitud pues parecer exageradamente risueña y hasta un poco infantil, pero no me importa lo más mínimo. Masticando con una gran sonrisa, me dedico a escuchar a los demás hablar.

La conversación me resulta, cuanto menos, curiosa. Río con ganas cuando alguno de los otros hombres increpan al enorme ruso sobre sus formas. El "poema" de Voivoli casi me hace escupir el bollo. Me salva de hacerlo Tic-Tac, al cambiar de tema y hacerme fijarme en El Predicador. Recuerdo entonces para qué nos han reunido y de nuevo siento los nervios recorrerme las paredes del estómago.

Tras la pertinentes preguntas (de haberlas) el Predicador agarra el pequeño libro que descansa en la mesa ante él, y se dirige hacia la puerta con paso rápido y silencioso, y antes de que nadie se pueda dirigir a él traspone el umbral, desapareciendo. Parece que tenía bastante prisa por algo.

Aunque ahora que lo pensáis, el tipo no es muy sociable y tiende a desaparecer a menudo.

Stronghold había entrado silenciosa como una gata mientras el ruso berreaba su canciones y se había puesto tras Smirnoff, de manera que cuando Snow volvió a proponerla como objeto de las atenciones del oso, ella le agarró la cintura desde atrás con ambas manos  y comenzó a mover su cintura de manera obscena.

-Mmm sabes que yo simpre estoy disponible para desvirgarte ese culete ruso- propuso con voz sugerente la mujer que le sacaba la cabeza a Voivoli- Pero no creo que me aguantases mucho y para que me dejen insatisfecha ya tengo a los altos mandos- rió la mujer en tono de broma mientra soltaba a su compañero, le daba un azote de coña en el trasero e iba a por la bandeja de los bollos y a por su café con azúcar de todas las mañanas. En su patria, España, le gustaba echarle un chorro de leche condensada al cafe pero bueno Nexus estaba limitada en cuanto a lujos por lo que el azúcar tendría que servir.

Cuando llegó el sargento se puso en posición de firmes y espero a que su binomio, H. hablase por ella ya que él solía tener mejores ideas.

Parches llegó apenas un minuto antes de que llegase el Sargento Instructor. Todo el mundo parecía estar ya en la sala, bromeando como siempre. Entró con su café y tras un saludo con la cabeza a los presentes se sentó en la única butaca libre. Se había traído el café de la habitación y se le notaba algo ajetreada, cualquiera diría que había estado a punto de quedarse dormida. 

Se puso en pié cuando llegó el sargento y se cuadró. Parecía que por fin iban a salir de misión así que tendría que celebrarlo con una cena en familia. - IA, manda un mensaje a mi padre. "Salgo de OEM en 3 días. Celebración familiar?" - ordenó la doctora. 

Necesitaré saber condiciones atmosféricas, posibles enfermedades, virus y otros bioriesgos para preparar el material. - dijo la doctora con respeto cuando H. hubo acabado de hablar.