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Nieve y Hambre, capítulo 1.5: Interludios

0 - Después de Sultünge

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03/12/2018, 08:04
Director

Mediados del Invierno, año 991 D.C.

Semanas tras el incidente en Sultünge, y habiendo dejado a Ingur en algún punto del camino, el grupo llegó a tierras del clan Thurizung, en donde fueron recibidos con toda la hospitalidad que los norteños de Goldar fueron capaces de procesar. Allí se les dio cobijo y alimento, en especial tras oír de la emboscada que sufrió Saga. Los jefes del clan, al parecer, habían estado esperando la visita de la diplomática hedense con cierta expectación. Lamentaron, más incluso que la pérdida de los bienes que portaba desde Hendell, las penalidades a las que se había visto sometida, y no dudaron en mostrarse generosos, pues las reservas para el Invierno eran numerosas. Había sido un buen año.

Habiendo llegado por fin a su destino original, y con la misión de afianzar las relaciones entre Hendell y el clan Thurizung aún presente en su cabeza, Saga se esforzó por apartar de su mente lo ocurrido en Sultünge y cumplir con su labor, dedicando gran parte del tiempo a conocer y tratar con las gentes del clan. Adoptó rápidamente el papel para el que había acudido allí, transmitiendo las palabras y los deseos del rey hedense, y lidiando en las negociaciones para alcanzar un acuerdo favorable. Sin embargo, en su mirada se apreciaba el rastro de una sombra que no terminaba de despejarse.

Tras lo acontecido en Sultunge Thorir cambió, lo que vivió en esa semana le hizo pensar. Vio que su estrategia de buscar apoyos estaba siendo un auténtico desastre, por otro lado, las tragedias que allí presenció le marcaron y le abrió los ojos a que su causa no era lo único que había que enmendar en este mundo. Por otro lado, con la pérdida de Drunfo, dejó la promesa de esclarecer lo ocurrido con su familia y para Thorir la palabra es la palabra.

Encontrar a Saga fue para Thorir como un marinero perdido en el mar ver la luz de un faro, por ese motivo, la ayudaría en sus asuntos con la promesa de que en un futuro, ella le ayudara a él. Por su parte, se veía inmerso en un serio dilema. Su condición de proscrito y paria podría llegar a interferir con los planes de Saga. Cuando tuvo que presentarse ante el clan Thurizung Thorir mostró una postura muy discreta, limitándose únicamente a contestar cuando se dirigían a él y a observar todos los movimientos que ocurrían en aquel lugar y así, hacerse una idea de donde estaban.

A la hora de presentarse se presentó como Thorir, guardián y acompañante de Saga. No dio más detalles, ni el nombre de su padre, no su lugar de procedencia, únicamente Thorir, era lo único que se había negado a ocultar, su nombre.

En lo que respecta a Bedelia, decir que lo ocurrido en Sultünge tuvo un impacto profundo en ella sería quedarse corto. La sureña ya no parecía ella misma, ni siquiera se esforzaba por fingirlo. Su optimismo y vitalidad, tan representativos, habían sido sustituídos por apatía y una reactividad muy, muy baja con todo lo que sucedía a su alrededor. Ahora parecía limitarse a observar, cumpliendo diligentemente con lo que se esperaba de ella a nivel profesional pero sin ir más allá, sin apostar por nada que no fuese su estoque, el aprendizaje del Hermital o los diversos quehaceres diarios. En consecuencia se había distanciado de Thorir y Saga y ahora Bedelia esta más cerca de ser un cascarón vacío que la mujer que conocieron en Sultünge.