Partida Rol por web

Las velas de los barcos del sur se agrandaban por momentos, Plesel asustado como siempre de un posible, y real, ataque tembló ante esa visión, al tratar de abordar el bote una ola hizo moverse la borda de éste haciéndole perder pie. No tardó en caer con la cadera cobre uno de los remos.

Haciendo equilibrio con las posaderas sobre el remo para intentar no caerse Plesel pensó fugazmente sobre lo dura que es la vida del comerciante de pescados... Quizás por ese momento de vacilación o quizás por torpe, el caso es que resbaló y cayó al agua ocn un sonoro Socorro!! A mí!!

La "i" final de su grito quedó ahogada por el agua entrando en su boca mientras cu cabeza desaparecía bajo el agua. El marinero y el infante se miraron negando con la cabeza en silencio. Para alargar la mano en busca del jefe bajo el agua.

El marinero remero logra agarrar la mano de Plesel mientras le trata de subir a bordo. Mientras el infante vigila la posibilidad de algún depredador muy común en estas aguas, pero parece no haber ninguno, al menos en la superficie.

¡Vamos suba jefe, que no tenemos todo el día! - Le alienta el marinero. - ¡Arriiiiiba!

El peso de Plesel es demasiado incluso para el hombre, por lo que le es imposible subirle sin la ayuda del propio naufrago.

Ayude un poco hombre.

Sería irónico que un comerciante de pescado muriese ahogado pensó Plesel mientras intentaba aferrarse a algo para trepar al bote... Pero no solo no lo consiguió sino que el marinero que intentaba echarle una mano casi cae la agua debido a los frenéticos movimientos del comerciante que empezaba a estar realmente asustado... Y eso en él ya era decir mucho...

El capitán viendo como el marinero tuvo que soltar al jefe para evitar caer al agua llamó a dos de sus hombres.

¿Por qué insistirá en venir en barco? - Suspiró. - Traed los ganchos y la red de aparejo, creo que hay una en la bodega.

Los marineros no tardaron aparecer con dos largos ganchos y una red en bastante mal estado de no usarla.

Los dos ganchos hicieron presa en Plesel por el pantalón y el cuello de la camisa empapada. Le izaron levemente mientras otros dos lanzaban la reda a su lado, para cerrarla entre los del bote y los del barco. Finalmente, cual bacalao apresado fue puesto en el bote, escupiendo agua salada.

¿Esta bien jefe? - Le preguntó el marinero casi riéndose. - ¿Podemos irnos?

Yo?

Escupitajo de agua...

Pefectamente marinero

Escupitajo de agua...

Mirando hacia el barco Gracias capitán!!!

escupitajo de agua...

Pesel se recolocó la ropa para parecer digno... Aunque sin mucho éxito Recuérdeme que cambie esos remos en cuanto volvamos a puerto, son peligrosos... Alguien menos hábil que yo podría matarse tóntamente... Plesel vio su sombrero flotando en el agua junto al bote e hizo un ademán de recogerlo pero, pensándoselo mejor le indicó al infante con un ademán mientras daba instrucciones...

Podemos irnos marinero pero antes, usted, recoja mi sombrero, es muy caro...

Luego se acomodó en la bancada y vació de agua el sombrero que le pasó el soldado antes de ponérselo... ante la expresión de sus hombres decidió que lo mejor era esperar a que se secase... Se lo quitó y señaló la costa... Vamos... Reme!!

El capitán hizo una mueca de incredulidad ante las palabras de Plesel. Miró al cielo un par de segundos.

Señor, ¿dónde quiere que le vayamos a buscar? - Espero un respuesta, pero creyó que era mejor dar más datos a su jefe, para ganar tiempo. - Me encontraré con la armada en el oeste, en el punto habitual.

Plesel siguió la mirada del capitán al cielo pero no vio nada habrá visto gaviotas? Con un encogimiento de hombros volvió a mirar hacia la costa mientras pensaba en las palabras del capitán...

En principio los enemigos no van hacia Plesel, sino hacia Kap. Tu te has puesto en medio, pero es en Kap donde dejáste a Leanan, Levirius, tu fiel Ruwulf y a dragonut silencioso. Por eso vas hacia allí.

Plesel sintió un dilema importante si volviese a Nueva Plesel podría reunir tropas y plantear esto desde un punto de vista más... adecuado con la filosofía familiar... Pero Leanan y los demás pueden tener problemas...

Suspiró Aaaaay... Pero quien me mandaría a mí volver a meterme en jaleos? Su mano resbaló hacia la empuñadura de la daga de su abuela Mi abuela me mataría por lo que estoy a punto de hacer... Capitán recóganos en Kap... No espere!! Miró hacia el oeste, su palacio fortificado, sus guardias armados en cada puerta, su oro... Volveremos a Nueva... Oh que diablos, a Kap capitán, vamos a Kap... Miró hacia el cielo Morir yendo al peligro? La deshonra de la familia... Más me vale salir vivo de esta... Mis ancestros se estarán revolviendo en sus tumbas... Buena suerte capitán... Y mantenga el barco de una pieza, recuerde que vale una fortuna!!!

Miró en dirección a los barcos que se acercaban Marinero... Reme, reme que esos de ahí se acercan... Digo... Que cuanto más permanezcamos aquí más riesgo corre el barco...

El capitán asintió contestando la orden.

Muy bien señor, en unos cuatro o cinco días estaremos de regreso, si no nos hunden, con toda la tropa que logremos reunir. Armaremos bien los barcos.

Una vez dicho, comenzó a lanzar peroratas a sus marineros, acordándose de sus familias y escasa virilidad. Por lo que todos se pusieron a trabajar. El Lagsol D'Oro, no tardó en virar e ir hacia el oeste, a toda vela.

Los barcos, siete, según lo que se podía ver ahora mas claramente, cuatro se lanzaron contra la costa de Kap, hacia Plesel y sus dos hombres, mientras tres llamados tal vez por la curiosidad, o bien de manera premeditada se van en persecución del barco insignia de Pescados Lagsol.

Los barcos son mas veloces de que podría parecer y el Lagsol D'Oro no logra abrir brecha, al contrario al emprender ahora su viaje esta se recorta, puede que el tiempo de arriar el bote haya sido crucial.

El remero con buenas dotes se lanza hacia la costa a una media milla náutica.

Mientras el remero no tarda en llegar a tierra firme y los barcos que los persiguen tratan de fondear, lanzando sus primeros botes al agua, Plesel y sus dos hombre atracan en tierra.

Por desgracia Plesel va viendo como su barco insignia está siendo alcanzado inexorablemnete.

Mi barco, mi precioso barco... Coste total... Menos el beneficio que le he sacado, menos la indemnización a las familias de los marineros que van a morir... Y mis muchachos!! Espero que el capitán pueda salvarlos... Tengo que revisar mis condiciones de contratación, aquí va a morir mucha gente y me va a salir por un precio desorbitado...

Luego se percató de los botes descendiendo de los barcos Mandan una partida de desembarco para perseguirme? Pero porqué tanta desgracia? Es que no podré descansar nunca? Y además también pierdo el bote que también vale lo suyo... Venga vámonos, a ellos ya solo podemos desearles suerte, ahora hay que salvar mi... Nuestras vidas y las de los demás, recoged todo equipo y huya... Vayamos en busca de los otros... Hacia el bosque!!!

Sus hombres lo miran estupefactos unos segundos y Plesel, al ver que su arenga, inexplicablemente, no ha conseguido el efecto inspirador deseado, los apresura mientras retrocede lo más dignamente posible Raaapido, raaaapido vamoooossssss... Tanto tiempo en palacio... He perdido la costumbre, tendré que entrenar más las retiradas estratégicas...

Los tres hombres se dirigen hacia el bosque en el noreste. Dejando la pequeña población pesquera de Kap al sur. Desde una de las lomas puede ver como el barco del capitán Naotro va dejando atrás a los perseguidores sin demasiada velocidad, pero posiblemente lo logre si todo va bien. Pero no es seguro, en unos instantes, los cuatro barcos se convierten en un punto conjunto y blanco.

Los botes de los cuatro barcos que fondearon cerca de la costa ya toman tierra y puntos negros saltan a tierra. No se aprecia muy bien y los dos marineros apenas pueden distinguir quienes son.

EL bosque queda a unos 2000 pasos mientras que los de los botes se encuentran a unos 1500 de los tres hombres, pero con un gran desnivel en el terreno.

Plesel se dirige al bosque lo más rápido que sus pies se lo permiten pero, ciertamente, está desentrenado en las retiradas estratégicas, porque: tropieza con dos ramas, una roca, un desnivel del terreno le hace caerse de bruces y una ardilla que se asoma por allí le asusta y hace que tenga que detenerse un momento para recuperar el resuello...

El soldado va detrás de él con cierta dificultad, probablemente por la pesadez del equipo o cumpliendo su deber claro, pero el marinero en varias ocasiones se adelanta y Plesel debe recordarle que es él el que manda y, por lo tanto, el que va primero...

Los tres hombres avanzan con el comerciante en el centro mientras el infante con todo el equipo incluyendo sus armas arrastra más peso y es incapaz de seguir el ritmo.

Los perseguidores siguen las huellas y finalmente parecen haberos visto. Ahora más cerca se les ve claramente. Son una especie de humanoides con cuatro brazos enfundados en unas armaduras negras mate. Que no reflejan la luz de brillante sol.

Finalmente alcanzan el borde del bosque, sin embargo la cercanía de los enemigos les muestra por donde os introducís en el bosque de Karetia.

Ya en el bosque perdéis de vista el llano costero y avanzáis sin dirección prevista. El remero que marcha en cabeza mira a Plesel dubitativo.

¿Hacia donde vamos señor? - La voz parece quebrada. - Terribles historias cuentan sobre este bosque maldito.

Plesel pierde su voz Mald... mal... Maldit-to? Ya empezamos, porque siempre tiene que haber algo maldito o algo mágico delante y unos tipos feos armados detrás? Bueno marinero, o la maldición delante o las espadas detrás, vamos en busca del rastro de Leanan, Ruwulf y los demás...

Miró al soldado Soldado déjame que te ayude con eso Plesel coge la bolsa más pequeña de todas las que lleva el soldado mucho mejor verdad? Si se cansa demasiado a ver quien se enfrenta a las cosas esas... Dicho esto comenzó a buscar indicios de algún rastro de los otros mientras calculaba la ruta que habían seguido...

Espera!! el rastro... Plesel miró hacia el suelo detrás de ellos preocupado...