Partida Rol por web

MALDITA SEA!! - exclamo, mientras miro estúpidamente como el fuego quema mis ropas sin acertar a hacer nada para evitarlo - ME ESTOY QUEMANDO, ME QUEMOOOO!!

¡Por un demonio!!

Intento quitar mis ropas, pero las ropas de mercader tan distintas a las mias oponen cierta resistencia

El fuego que consumía las ropas se apagó junto con las llamas que consumieron al salvaje, por desgracias antes de extinguirse provocaron serias quemaduras a las ropas y manos de los lunares que sienten el escozor en su piel y el desagradable olor a pelo, carne y tela quemada.

No hay ni rastro del salvaje. Su lanza permanece allí, en el suelo, pero ni rastro de él.

¿Qué demonios ha sido eso...?. Señor..., ¿había visto alguna vez algo semejante? - pregunto a Magner, mientras sacudo algo torpemente los rescoldos que quedan en mis ropas mirando los restos calcinados del salvaje con asombro.

Observas que la lanza del salvaje ha cambiado, ya no tiene las plumas rituales de colores, pero no parecen haberse quemado.

lanzo un leve gruñido, no a sido mi dia,
mi hermosa kaa anda desaparecida,
mi plan casi perfecto arruinado por un salvaje,
me duele la cabeza, y tengo el cuerpo algo quemado
y demonios,
¿Como rayos se incinero el maldito salvaje?

Me agacho sin decir nada y recojo la lanza del salvaje para examinarla con atención. Sin embargo, esto apenas dura un instante, le echo apenas un vistazo por encima y no le hago demasiado caso, volviendo la mirada a Magner pregunto:

¿Señor...? - simplemente.

Al decir aquello, Stred señalaba la lanza, esperando que su superior observase lo mismo que él.

Escupo al piso una mezcla de saliva y sangre.

Extraño, la lanza aun sigue aqui, buena observacion Stred

Aquellos hombres misteriosos cargaban varias lanzas, y para un kadvurie su lanza es su alma, ¿estaran controlandolos?

Calculas que la lanza costará como mucho 10 peniques.

Envuelvo con cuidado la lanza, despues de todo un guerrero que muere con honor merece respeto.

Tendremos que seguir con nuestro plan, extrememos precauciones

Asiento sin decir palabra, la estúpida expresión de mi cara denota bien a las claras que no entiendo nada y que posiblemente no lo entendería aunque me lo explicaran mil veces.

Antes que nada, empezemos por curarnos y por revisar el resto del edificio en busca de mas enemigos

El edificio consta de otras 9 habitaciones, algunas de ellas cerradas sus puertas.

Con los medios con los que cuenta Magner y sin un espejo donde observarse es incapaz de curarse parcialmente bla herida que sigue sangrando.

Con un jirón de sábana algo humedecido en una jofaina que encuentro en la habitación, limpio mis cortes y trato de cerrarlos con un vendaje, como me enseñó mi viejo maestro. Aunque algo improvisado parece surtir efecto, al menos he dejado de sangrar.

Una vez he terminado, y viendo que Magner no ha conseguido restañar sus heridas, me acerco a él y le susurro:

Permítame Señor, le ayudaré... - rasgando otro jirón de sábana, le curo como mejor sé.

Stred bien instruído en la batalla y sus postrimerías se sana la herida del pecho meintras hace lo propio con Magner, al que sutura la herida conuna gran presión y algunos hilos de la sábana.

Gracias, tal parece que ese golpe en la cabeza me afecto mas de lo que esperaba, pero va, no te preocupes mas por mi, sobrevivire, por el momento lo mas importante asegurar el lugar

¿Está seguro, Señor...? - pregunto con algo de temor en la voz - Quiero decir, ¿no sería más prudente solicitar ayuda para rodear el edificio...,?. No es que tenga miedo ni nada de eso, no señor, pero han mostrado ser oponentes duros estos salvajes... - añado, como arrepintiéndome inmediatamente de lo que suelta mi boca.