Partida Rol por web

Asiento estúpidamente a las palabras de Magner, haciendo ver que las he comprendido.

Sin embargo, al salir no digo nada, ni tomo iniciativa alguna, y me limito a seguirle detrás del comerciante.

la prudencia nunca esta de mas en un soldado, y stred parece serlo, aun que nesecita cultivarla un poco...

Salimos tranquilamente a al calle, asegurando antes nuestras monturas y pertencias, masa idea seria perder lo poco que nos queda, y mas teniendo en cuenta la situacion.

Me calo la capa y sigo tras el comerciante; esperando que Stred siga mi ejemplo

Esto se está liando, espero que sepa lo que hace... - pienso para mi mientras sigo a Magner.

El comerciante llegó hasta una pequeña tienda en la que preguntó por una mujer. Al salir esta pidió que sirvieran a Magner y Stred todos los víveres que necesitara y los preparara para un largo viaje.

Una vez hecho, el comerciante se alejó de los dos hombres, no sin preguntar.

¿Se les ofrece algo más?

Ropa y mercancias varias- le guiño un ojo- un par de comerciantes no creo que llamen mucho la atencion ¿o si?

Claro, pulir un poco nuestras armas no estaria de mas....

NO se preocupe, pagaremos con creeces este ultimo pedido

Cuando Magner trata de buscar el fuerte de su dinero descubre que no lo tiene. En ese momento le viene a la mente el niño de Saxfa, en el puerto. Ese bribón le robó su bolsa grande.

intento buscar si tengo mas dinero

Serán 20 monedas de plata. - Les dice finalmente la mujer.

mmm...

espero que el precabido de streed lleve algo de dinero

Sacando con visible reticencia las 20 monedas, y contándolas una a una ceremoniosamente, le entrego el dinero a la mujer insistiendo demasiado en hacer una última comprobación de que "todo está correcto" con un tono de desconfianza absoluta y presunción de culpabilidad.

Perfecto, - dice la mujer, - ¿a donde quieren que les lleve los víveres?

NO se preocupe por ello, nosotros cargaremos con ellos, ¿o no streed?

Sin embargo, ¿tiene alguna habitacion que pudiese prestarnos para probar las ropas?

La mujer extrañada os mira con reparos.

Esto es un puesto de venta, no una fonda. -Señala una taberna cercana en mal estado, como recién golpeada por los disturbios recientes. - Preguntad donde el elfo borracho.

No se trata más que de un momento, apenas el necesario para probar esas ropas por las que hemos pagado, me parece, un buen dinero... - insisto con algo de enfado en la voz - Nada habéis de temer, somos soldados lunares que hemos luchado arriesgando la vida, y no hace mucho, porque podáis conservar este tugurio al que llamáis "puesto de venta".

Un poco de agradecimiento no estaría de más, tratándose de un favor tan pequeño, que nada os costaría...

La mujer rebajando el tono de su voz entiende la demanda de Stred, señalando con la mano abierta su puessto, en la calle.

No es que no quiera dejarle es que, como ve, no hay lugar donde hacerlo, por ello le comento que nosotros mismos, nos hemos cambiado y aseado en otras ocasiones en la taberna de Taurnil, el elfo. - La cara de la mujer vuelve a agriarse. - Pero como ve, ha sido dañado seriamente. Aún así, podrán cambiarse dentro.