Partida Rol por web

Lancelot se estaba cabreando. 

- Silvano, déjate de tonterías. ¿Por que estabas escuchando? Responde. - Y otra vez, su tono no daba lugar a protesta. 

-Ya te lo he dicho, acabo de llegar y me ha parecido sentir mi nombre, nada más. 

Lancelot no parecía nada convencido con la respuesta de Silvano, de hecho tan siquiera había cambiado de expresión. Se mantiene mirándolo fijamente, en silencio, cómo si esperara a que Silvano dijera algo más. Cómo si le estuviera dando una última oportunidad para ser totalmente sincero. De hecho, la simple mirada de Lancelot estaba intimidando a Silvano, tanto que le aterrorizaba pensar que iba a pasar si no conseguía convencerlo. 

Silvano intenta mantenerle la mirada a Lancelot pero de repente siente la imperiosa necesidad de parar de hacerlo, como si tuviera la mano metida en un barreño de agua hirviendo. Finalmente resopla.

-Bueno, es posible que no haya sido del todo sincero contigo. Puede que que ya llevara un par de minutos tras la puerta y oyera algo... interesante relativo a mi persona. Pero no era mi intención espiar, ciertamente lo he escuchado de rebote al pasar por aquí. 

- Esta bien. - Declara Lancelot, sin cambiar de expresión. - Ser sincero no era tan complicado, ¿No crees? - Aquellas palabras significaban mucho más de lo que decían... Silvano acababa de perder puntos en aquella conversación. Al cabo de unos segundos, continúa. - Tengo temas pendientes de lo que hablar contigo, pero prefiero solucionar primero esta interminable rencilla que os traéis Daga y tu. He escuchado su versión, ahora escucharé la tuya. 

-¿Qué es lo que quieres escuchar exactamente? ¿El transcurso del entrenamiento con Daga?

- Lo que consideres necesario, y sin andarte con rodeos. Pero sobretodo, la verdad. - La mirada de Lancelot parecía penetrar en el interior de Silvano, casi como si Lancelot ya lo supiera todo y sólo esperaba que Silvano se lo confirmara. 

-Pues me encontré a Daga y Arc practicando en el patio. Se me presentó la oportunidad para probar mis habilidades con Arc, pero Daga insistió en ocupar su lugar durante el entrenamiento con cuchillos. Dentro de la niebla me llegó a tumbar hasta en tres ocasiones. Y es en ese último... ''forcejeo'' donde me hice lo de la cara.

- ¿Consideras que Daga tenía la intención de herirte a pesar de ser sólo un entrenamiento? ¿Te dio en algún momento la oportunidad de terminar con el entrenamiento o continuo sin más? 

-No sabría qué responderte a la primera pregunta. Siempre tengo la sensación de que Daga quiere matarme. -pequeña risita. -Respecto a la segunda cuestión, yo no noté ningún ademán para que me retirara por parte de Daga. Quizá es que mi sentido de la ironía ya no es lo que era.

- Entiendo... - Dice Lancelot sin mudar de expresión. Tras eso parece que analiza a Silvano con la mirada, cómo si fuera en buscar de los daños, y acaba por encogerse de hombros. - Creo que Arc ha dramatizado un poco más de la cuenta la situación... 

Y cuando Silvano siente que puede soltar todo el aire que estaba conteniendo de nuevo vuelve a intervenir Lancelot. 

- Sin embargo, tu relación con Daga es un problema y es algo que podría afectar negativamente al resto del equipo. En lo que a mi respecta, deberías de dejar de provocarla de la misma forma que ella debería dejar de hablarte de forma hostil. Sin embargo... Hay razones por las cuales apoyo dicha hostilidad. - Frunce el ceño. - Iré directo al grano, Silvano. ¿Por que nos ocultaste que los Riscard te descubrieron? 

Silvano traga saliva como para desentenderse de la culpa pero finalmente acaba suspirando y empieza a hablar.

-Si te digo la verdad, no sabía que me estaban buscando a mi concretamente. Cuando nos los encontramos varios ciclos atrás, pensé que se trataba de una casualidad, pero ya veo que no.

Silvano se queda pensando por unos momentos.

-Ahora que me acuerdo, el Jarad ya me encargó una misión en la que debía hacerle entrega un mensaje de advertencia al líder de estos perseguidores para que no se entrometiera donde no lo llamaban. Pero parece ser que Julius está encaprichado en encontrar a los misteriosos asesinos de los que tanto se habla por los barrios bajos de Flegellia. Por eso pensé que ya estabais al corriente de esta situación. Siento haber traído cualquier complicación al grupo.

- Me alegro que por fin seas sincero, pero ya es demasiado tarde. Si lo hubieras dicho antes podríamos haber tomado precauciones al respecto y las cosas no hubieran acabado cómo lo hicieron. Sin embargo, no es algo que ahora podamos cambiar y castigarte por ello no nos beneficia. Lo que si hay que remediar ya es el estúpido conflicto que os traéis tu y Daga. Tenéis que hablar, y preferiblemente prefiero que no os matéis en el proceso. - Pequeña pausa. - Os mandaré en una misión, vais a acompañar a un equipo de exploración de los hombres de Lord Rakstein a investigar el origen de la niebla. Iréis juntos, cooperareis, y espero que por el camino os replanteéis vuestro comportamiento. Cuando volváis quiero ver a compañeros de equipo y no a un riesgo en potencia. - Y con una seriedad escalofriante, añade. - Si no, no hace falta que volváis. 

- Ninguna objeción. Solo una cosa, ¿Cuánto tiempo estaremos fuera? ¿Estaremos de vuelta para cuando el grupo reanude la misión?

- No voy a dejaros atrás, si es lo que te preocupa. Siempre que no volváis más revolucionados de lo que estais. - Se levanta. - Y con suerte no tardaréis más que un día. Si la niebla es tan espesa es porque lo que quiera que este pasando esta ocurriendo cerca. - Se comienza a marchar. - Ves a buscar a Daga y informala de la misión, y si tiene alguna queja al respecto que venga a buscarme. Pero que tenga en cuenta que considero que he sido bastante blando con esta situación. 

Y dicho esto, Lancelot se marcha por una de las puertas. 

-No sé qué habrás estado hablando ahí dentro con Lancelot, pero te seré franco, nos ha ordenado que trabajemos unidos y que descubramos el origen de esta niebla junto a los hombres de Lord Rakstein. Puedes aclarar cualquier discrepancia con Lancelot.

Daga estaba apoyada en el pasillo, y de nuevo le dedica a Silvano una mirada asesina. La misma no cambia mientras que Silvano la informa de las novedades. Su primera respuesta es un seco "tsk". 

- No la cagues. 

Es lo único que dice antes de irse por el pasillo y deja a Silvano completamente sólo. 

Silano hace los quehaceres propios de quien se prepara para salir de excursión. Se prepara su arco y sus flechas, afila sus cuchillos y va a ver a Roockie y a Lord Rakstein en los laboratorios.

- No, no puedes poner eso si no quieres que salgamos volando por los aires... - Comentaba Lord Rakstein en el momento en el que Silvano comenzaba a bajar las escaleras hacia el laboratorio.

Y como siempre, a pocos pasos de llegar, el laboratorio se quedaba en silencio y Silvano se encontraba a Lord Rakstein mirando en dirección a la entrada y con Nez en la mano. Roockie estaba a su lado, toqueteando un bote en alto. Lord Rakstein parece sorprendido. 

- Vaya, no has tardado en volver. ¿Te encuentras mejor? ¿Has reconsiderado la oferta? - Sonríe. 

-Nada de eso, venía a finalizar los últimos preparativos antes de marcharme. Me temo que acompañaré a sus hombres en una misión de la que usted debe de estar familiarizado.