La compañía llevaba varios meses sin luchar, había ido de un lado a otro haciendo de recaderos, llevando a los novatos a las compañías donde era necesario, transportando misivas importantes al propio Horus o al primer capitán; sin duda un duro golpe para la moral al estar tanto tiempo apartados del frente y un sentimiento de inutilidad y resentimiento hacía el propio primarca u oficiales superiores se diseminó por entre las filas de la cuarta; pero aquello parecía llegar a su fin.
La flota en la que estaba la cuarta compañía del segundo batallón y del primer capítulo había recibido una inesperada visita, Ezekyle Abbadon en persona estaba ahí, en frente de toda la compañía y protegido por su guardia de honor. Aquel hombre originario de Chtonia, más alto que la gran mayoría de marines, tan ancho como la gran mayoría de marines, con un cuello de toro que podría partir una pesada puerta de acero... su cola de caballo se removió tras su afeitado cráneo mientras pasaba revista a las tropas desde el amplío atrio; tras el estaba Severian Angost y el capitán Ethan Karj...
Alzó los pesados brazos, enfundados en sus guanteletes de color blanco, la imponente armadura de exterminador lo hacía parecer un titan entre simples mortales - Vengo en persona, en nombre de Horus, nuestro amado padre para pediros que volváis a donde debéis estar, al lugar que os pertenece - cerró el pesado puño ante su rostro - la guerra contra los enemigos del Imperio - varios murmullos de aprobación inundaron el lugar - ¡SILENCIO! - la legendaria ira del primer capitán hizo aparición y cualquier cuchicheo fue acallado con rapidez - Nuestro amado padre lamenta no poder daros las ordenes en persona, por eso me envía a mi - cierto desprecio surgió de su voz - esta sometiendo un sistema completo de humanos traidores a su especie al aliarse con esos xenos - estaba claro que lo habían apartado del frente y aquello, sin duda alguna, lo había enfurecido; y sin duda, se trataba de una maniobra del propio Horus, una forma de pedir perdón a la cuarta - se os convoca para ayudar al sometimiento de un sistema de humanos que se ha mostrado hostil exterminando al setenta por ciento de las fuerzas imperiales... no los subestiméis, según los datos que tenemos su tecnología es formidable y en unas horas acabaron con todas esas fuerzas leales al Imperio... no seréis la única compañía que acudirá, los hijos de Russ están a la misma distancia que vosotros y acudirán a la llamada... Lupercal quiere que les enseñéis como luchan los Lobos Lunares a esos lobatillos de las nieves ¡¿ME HABÉIS OÍDO?! - un rugido de jubiló inundó la amplía estancia, gritos de alegría, de reto, alzando a Lupercal y al propio Abbadon...
Pronto se dejaron pasar a los sirvientes y empezaron a traer mesas con comida, carne, bebida y demás alimentos para festejar la vuelta al combate, restaurar la moral y prepararse para la guerra se avecinaba para la cuarta... los oficiales estaban visiblemente aliviados e iban, escuadra por escuadra, saludando y hablando con sus hombres.
Junto a sus hermanos, Eivander coreó las palabras del primer capitán con entusiasmo. - ¡¡Siii!! Mientras los oficiales se felicitaban con la tropa, no pudo dejar de pensar que las cosas iban a cambiar para mejor. Al fin entrarían en combate y podrían aspirar a la gloria como el resto de los hermanos de su legión. El hecho de poder medir sus habilidades marciales con las de los lobos de Fenris era una añadido interesante. Pronto conocerían el orgullo de ver combatir a los Lobos Lunares, punta de lanza indiscutible de la Gran Cruzada. Estaba deseoso de probar sus habilidades marciales una vez mas y templarlas en batalla. Eran buenas noticias, sin duda.
El jolgorio, la fiesta, la rivalidad... que lejos le quedaban a Yoel. Sentía lo que significaban e incluso sabia que había participado de buen grado en tales actos de más joven pero su paso por Marte le había abierto los ojos a la verdadera meta, el conocimiento y la formación del Imperio.
No es que no disfrutase de tales actos, es que ya no le llenaban. La mayor importancia de la unión con sus hermanos Lobos era el intercambio de información. Siempre habría tiempo para las fiestas.
Soram estaba presente con sus hermanos cuando el 1ª Capitán hablo. Parecía que al final habían sido escogidos para redimirse y poder obrar delante de sus mandos de acuerdo a las costumbres que Cthonia marcaba.
Mientras lo celebraba con los demás hermanos, escucho como ultima declaración que iban a participar junto a os Hijos de Russ lo cual le llevo pensar si esa amenaza era tal que exigiera a dos grandes y belicosos grupos cooperando conjuntamente.
Lo siento, he tenido un empiece duro de la UPV y me he retrasado en mis turnos de posteo. Ahora que más o menos lo tengo todo asentado creo que puedo mantenerme.
La celebración se dio sin ningún altercado, la bebida corrió, la comida abundó y las risas y bravatas de los marines abundaron. La amplía estancia estuvo inundada por el clamor de las voces de los lobos lunares; fue increíble ver como toda una compañía pasaba de un humor de perros y melancólico a aquella explosión de alegría cargada por la excitación de volver al combate, de otra oportunidad para aplastar a los enemigos del imperio y una nueva campaña por la que morir y sangrar... forjar los espíritus, mejorar las dotes de combate y guerra.
La reunión duró horas y daba igual que al día siguiente, nada más iniciarse el ciclo diurno tendría lugar la reunión en donde se revelarían los datos sobre la misión, o más bien, la poca información que se tenía al respecto.
Abusando de su superior fisiología, los marines aprovecharon hasta el ultimo segundo y devoraron hasta el ultimo trozo de carne sanguinolenta y asada que se sirvió... contentos y pletóricos, dieron paso a la reunión...
Abbadon ya no estaba en la nave, partió en mitad de la celebración, debía reunirse con el primarca y aunque seguramente el tendría que dar las ordenes en esta reunión, todo el mundo lo conocía lo suficiente como para saber que no iba a perder ni un segundo más alejado de su padre genético y menos todavía del frente; por ello el capitán del segundo batallón, Severian Angost, estaba ahí, con la cuarta compañía dispuesto a dar las ordenes...
El capitán iba con una túnica sencilla, de color blanco y ribeteada con hilo de oro, pequeños detalles que solo eran visibles si uno se fijaba con detenimiento. Angost subió al amplió atrio donde horas antes había estado Abbadon con toda la plana mayor; Severían observó a toda la compañía, en posición de firmes, divididas por escuadras. Observó al hermano Vitorius, el dreadnought, que estaba en mitad de la formación ocupando el lugar de honor para uno de los más veteranos de todo el batallón...
- Hermanos - comenzó el capitán con cierta camaradería - se nos ha convocado para una importante misión, enfrentarnos a un enemigo que ha vaporizado, casi en su totalidad, a una flota Imperial y a su ejercito en tierra... se dispone, por ahora, de pocos datos. El astropata que emitió el grito de auxilio envió toda la información de la que disponía murió al hacerlo, eso no es más que un indicativo de la desesperación a la que están sometidos... - cogió los extremos del púlpito con sus manazas - la nave iniciará la transición el empireo en veinte minutos, que será cuando se acaben los procesos de santificación de la nave. Tenemos seis días si todo va bien para destrozar las jaulas de entrenamiento y memorizar la información. Los quiero entrenando sección contra sección, tiro, cuerpo a cuerpo... haced un torneo interno si queréis - dicho aquello accionó una runa y la sala se oscureció por completo para luego mostrar una pantalla holografica instalada en el centro de la sala. Mostraba un planeta y una luna que la órbita. Los siguientes quince minutos Severian los invirtió en ir explicando detalles sobre el planeta y la luna, situación, estructura... habló de la guerra civil de aquel imperio, de las facciones enfrentadas pero no mencionó un plan de actuación, solo dejo caer que sería un desembarco orbital pero que a falta de tener detalles del planeta no se podía estimar donde serían los puntos de desembarco.
Dicho aquello despidió a toda la compañía, dejándolos ahí a la vez que la nave entraba en la disformidad, la sensación de angustia, que arriba se volvía abajo, la sensación de traspasar a otra dimensión que helaba la sangre, hasta la de un astartes, después, los marines se fueron dispersando en grupos reducidos...
ahora sabéis los datos relacionados a planeta y el enemigo, pero no los tipos de armaduras ni armamento
Soram había escuchado y recibido las palabras del Capitán Severian. Sus informes aunque escuetos daban fiabilidad de la habilidad del mismo para reducir información innecesaria e ir al grano del meollo. A pesar de todo, la curiosidad puso con el Apotecario al vislumbrar la poca información de los xenos qué habían eliminado semejante ofensiva del Emperador y sus fuerzas.
Mientras evaluaba sus opciones, decidido, el apotecario espero a la conclusión de la reunión informativa y cuando esta se dio por finalizada, partió en busca de un lugar donde solicitar más información sobre esos xenos y su tecnología. Tal vez incluso hubiera algún informe de la complexión o composición de estos.