Partida Rol por web

Rune se dirigió al trote hacia sus compañeros, tras el fallido disparo, dispuesto a buscar cobertura y dirigirse hacia el objetivo declarado por los tecnomarines. Dejó por el momento las reprimendas entre sus hermanos de manada y se centró en responder a Hrorik 

-Sólo tengo las granadas estándar, fragmentación y perforantes disponibles. También podría prestarte la munición del lanzamisiles pero lo convertiría en un palo extremadamente pesado...-bufó sólo de pensarlo. Aunque si el sacerdote de hierro tenía un plan tal vez mereciera la pena.

Al final, el variopinto grupo de legionarios se movió en la dirección que los tecnomarines fueron dando. No tuvieron otra que dejar el cadáver de Jharl ahí tirado, no podían cargar con su cuerpo inerte, no podían permitirse el lujo de llevar un peso muerto cuando la misión requería de un avance rápido y lo más sigiloso que se pudiera hacer.

Las calles y los enormes edificios siguieron todos igual, parecían hechos con el mismo patrón, como si aquella ciudad fuera construida con una optimización lógico que rayaba la obsesión. Los edificios mostraban su mismo aspecto, había algunos dañados pero en general todo parecía intacto y por sorpresa para los legionarios, aparentemente vacíos, la actividad civil de aquel planeta parecía inexistente y además de que el ruido de la gran batalla estaba detrás de ellos, y cada paso que daban los alejaba de los focos de violencia ¿estarían las fuerzas imperiales enfrentándose a todo el planeta? La idea hizo estremecer al que se la planteo, aquel planeta tendría más de mil trillones de pobladores...

Fuere como fuere, tras una caminata de cerca de una hora a paso táctico, les llevó a lo que se temían, una edificación de menor tamaño que aquellas ciclopeas torres. No había vigilancia, al menos a simple vista y se podía ver que en la parte superior de la torre había una enorme antena de comunicación; tras una breve comprobación, aquel era el punto emisor de la enorme interferencia, hecho que constataron cuando el auspex se salio de la escala y estuvo apunto de averiarse ante aquella brutal emisión de ondas.

Casi parecía demasiado fácil pero Rune no pudo evitar romper el silencio de comunicador con sus hermanos de manada-¿Creéis que si lo volamos desde aquí acabarán las interferencias? ¿Qué opinas Hrorik? Tú que sabes de estas cosas...-como esperando una respuesta se echó el tubo lanzamisiles al hombro, valorando qué munición sería más efectiva-¿Preguntamos a nuestros primos?-la cuestión, algo guasona, no dejaba mucho lugar a interpretar: Dale un martillo a un lobo y todo le parecerán clavos.

Soram se había resguardado para extraer la semilla genética del Lobo espacial para cuando al final decidieron por el curso de acción a tomar, la mayor dificultad a la que se enfrentaban era la falta de comunicación y ellos debían eliminar esa traba. Sus pasos tras liberar la carga tan preciada en sus manos y el Nartecium, fue el seguir  a sus hermanos por medio de coberturas hasta encontrar el ligar del principio de sus dificultades.

Cuando alcanzaron dicho lugar, el Apotecario se quedo mirando el lugar y trato de recordar las distribución de los planos de aquella situación que analizaron desde sus barcazas antes de empezar los combates.

Hrorik miró el lugar, que parecía pequeño en comparación con los edificios que lo rodeaban. Intentó centrarse en ese edificio más que en pensar que si todo el planeta se había alzado en armas lo tendrían muy complicado, pero luego pensó en aquellos a los que se habían enfrentado que habían huido casi al empezar el combate. No se parecían a las armaduras o los invisibles, puede que fueran levas...

Quitó esos pensamientos de su cabeza y escuchó lo que decía Rune- No creo que con un misil desde fuera pudiéramos derribarlos, pero... -comenzó a intentar analizar la estructura y a pensar en la forma más eficiente de derribarlo basándose en la estructura y disposición de pesos y fuerza que veía.

Harek contempló con desidia el edificio de comunicaciones. Ni un sólo enemigo digno a la vista. Es más, ni un sólo enemigo. Se suponía que esos hijos de puta tendrían que estar combatiendo con ellos, pero se dedicaban a esconderse e intentar acabar con ellos ocultos y desde lejos. Como los cobardes que, sin duda alguna, eran. Sólo pensar en un enemigo así le daba ganas de vomitar. En Fenris los guerreros tenían más honor, y la fauna más cojones a la hora de combatir. 

Pero claro, aquí estaban más civilizados. Salir con un hacha y medirse con él era demasiado bárbaro para los humanos de este planeta. Bah, iban a acabar muertos de todas formas, ¿qué les costaba hacerlo con algo de honor?

Mientras estos pensamientos pasaban por su cabeza, sus hermanos parecían estar observando el edificio. Él no era un experto en demoliciones, así que decidió que lo mejor sería dejarles actuar. Cuando los enemigos hicieran acto de presencia, o necesitaran que hiciera algo, él se encargaría de ello. Hasta entonces, sólo podía permanecer junto a ellos, relativamente alerta, y revolcándose en la amargura de los combates indignos. 

El análisis del tecnomarine fue rápido y escueto, sin duda había valorado bien la estructura enemiga pero no todo lo deseable, parecía haber lagunas en su informe, pero bastante había logrado hacer con un vistazo a distancia, ninguno de los demás lo hubiera podido hacer mejor.

El edificio en si mismo era vulnerable como cualquier otro, obviamente la antena era susceptible a un ataque directo, pero para todos había pasado desapercibido algo que solo Hrorik pudo ver, el edificio estaba protegido por un campo de energía, similar a los que portaban aquellas armaduras de élite del enemigo, pero sin duda, con una fuerza de protección aún mayor... un ataque a distancia quedaba descartado, sería inútil y un derroche de munición. Al menos, loado sea el Emperador, no había, de momento, presencia enemiga por la zona.

Hrorik miraba el edificio en el que pudo captar ese maldito campo de fuerza. Su ataque fácil y rápido se iba a la basura- Bueno, el día que haya un ataque fácil nos quitaran del trabajo, ¿no creéis? -dijo por los comunicadores internos de la armadura mientras intentaba ver como podrían llegar a ese sitio...

-Seguro que, aunque no hubiera campo de energía, esto no sería fácil-dijo el marine de asalto, riéndose por el comunicador-estos renegados son capaces de tener torretas con esas malditas armas por todos los pasillos, o cualquier otra artimaña innoble. 

Él, al igual que sus hermanos, observó el edificio con el detenimiento de que fue capaz. Quizás habría algún montón de cables a la vista que cortar para que el campo de energía dejara de alimentarse... Aunque probablemente sería algo más sutil. 

Al este de vuestra posición veis varios hermanos caídos, un lobo lunar y tres lobos espaciales. Sus armas están ahí, junto a ellos. Había munición bolter, y misiles, aunque a esa distancia era difícil determinar de que tipo serían; sin duda, una suerte, pero como todo en la vida de un legionario, nada era fácil ni nada era gratis. 

Los marines percibieron a su alrededor como estaban siendo rodeados; no se veía a nadie, por lo que rápidamente dedujeron de que se trataba, de aquellos cobardes que llevaban armaduras con camuflaje óptico que las hacía indetectables a simple vista; el hecho de que no se movieran lo hacía todavía peor, pero una cosa estaba clara, estaban rodeados. 

El sitio estaba, literalmente, vacío, carente de vida, carente de objetos... los cascos no revelaban nada, de hecho, parecía que no estuvieran ni vuestros hermanos de batalla al lado vuestra. Todo parecía tranquilo y una cosa tenían clara los dos Lobos Espaciales... el lugar era seguro, podrían avanzar directamente hacía el objetivo sin temer ser atacados.

Soram no sabia bien que esperar, al menos habían encontrado hermanos, caídos pero hermanos, tras revisar sus sistemas vitales y confirmar que no había posibilidad para estos, se dispuso para extraer sus semillas genéticas, pero sus sensores indicaron que estaban siendo rodeados por aquellos invisibles de nuevo.

- Maldita sea, otra vez estos. cubrios hermanos y fuego de cobertura. - Fueron sus palabras antes de poder extraer las simientes de los hermanos.

-¿Estos quienes? ¿Y dónde?-preguntó el marine de asalto, confuso, que ya había dado un par de pasos hacia el edificio-todo está vacío, yo no veo nada relevante. Al menos, no veo enemigos...-sentenció, pero quedó dudando. Podría referirse a algún tirador oculto que se le hubiera escapado, o quizás sólo le había parecido ver algo...

Soram bien sabia la situación, estaban en clara desventaja frente a aquella tecnología Xenos y mas aun rodeado por aquellos invisibles sin saber de donde les vendrían los próximos disparos u golpes. La verdad que habían demostrado hasta el momento era que en un combate cerrado no tenían posibilidad de perder frente a estos por lo que debían hacerlo lo mas rápido posible, pero como se acercaba a uno a uno de estos seres si no podía verlos. No contaban con recursos suficientes para ello y no contaban ni siquiera con un lanzallamas para este caso.

Yo también los veo hermanos - dijo algo titubeante al centrarse en observar más que en hablar. Alzó su arma y la asió con fuerza listo para entrar en combate - pero... - dudó mientras miraba a un lado y a otro encarando su arma hacía donde miraba - pero, es imposible saber su posición... no... no se están moviendo... jodidos cobardes invisibles - masculló al final sin dejar de moverse, iba avanzando hacía los cadáveres de los legionarios muertos que había a poca distancia, cosa que todos acabaron por ver, legionarios muertos, municiones que podrían ser de utilidad.