Partida Rol por web

-La sangre aquí parece haberse acumulado. ¿Los hirieron aquí? Luego los sacaron... ¿Por qué se detiene el rastro? -se preguntó Elías.

Llueve. Sus ojos abiertos, infantiles, le devuelven la mirada, mientras el brillo desaparece de estos. Sus labios pronuncian unas últimas palabras. Luego, la pierde

Nunca más volveré a fallar. Nunca

Aleph cayó de rodillas, y los cabellos taparon su rostro al bajar la cabeza. No dijo nada. En esa postura, casi parecía un monumento caído, un gigante derrotado. Incluso así, seguía siendo grande, pero solo una sombra de lo que era normalmente, como si toda la fuerza se hubiera escapado por cada uno de sus poros

Nunca... Murmuró

Su cabeza se debatía entre consolar a Aleph y dedicarse de pleno a la investigación. Se veía incapaz de calmar al gigantón y sus ojos buscaron a Fiona, esperando que sus dotes como madrastra salieran al rescate.

- Tal vez... tal vez los heridos no fueron ellos. - contestó de forma débil a Elías - O no sólo ellos. Quizás los metieron en algún medio de transporte, o en una caja. Pero todo me parece tan raro que si me dices que hay magia de por medio, lo creeré. Aunque no tengo ni idea de si existe un poder así, capaz de teletransportar a alguien.

Miró de nuevo a Aleph y tomó una decisión.

- Los lamentos no sirven ahora de nada. - su voz cambió, intentando que se hiciera más severa a pesar de que fluctuaba bastante - Tienes que ayudarnos a encontrarla, eres el que más sabe de sus poderes y de la magia en general. ¿Crees que alguien la ha podido usar aquí? - estaba segura de que Aleph había recibido palabras más duras que esas, pero le costaba un mundo tratarle de esa manera en un momento tan delicado para él.

Aleph no respondió inmediatamente, dejando que unos segundos de silencio incómodo se asentaran en el lugar, mientras todos esperaban que respondiera a la pregunta de Junette. Cuando la joven ya creía que el grandullón no iba a decir nada, su voz se oyó, algo más baja que de costumbre, casi un susurro

No... No sé nada de magia. Mis habilidades proceden de una fuente muy distinta a las de Celeste. Sin embargo, quizás...

Cerró los ojos

Aleph no vio nada fuera de lo habitual al otro lado. Nadie había sido asesinado allí, al menos.

Nadie ha muerto aquí Dijo Aleph tras unos segundos. Seguidamente, se levantó, imbuido por una sorprendente energía Es el principio del rastro. Quizás al final encontramos algo

Sin esperar a nadie, salió de la habitación, y comenzó a correr siguiendo el rastro

Damien permaneció cerca de Fiona y Elías en todo momento, no se fiaba de la gentuza del lugar y temía por ambos nobles, probablemente no sabían defenderse ni la mitad de bien que él.

Una vez allí, antes de que Aleph se precipitara fuera siguiendo una pista sólo visible para él, el joven colocó su mano encima de las huellas sangrientas de manos, para ver de que tamaño eran, las suyas eran de varón y bastante grandes y sin duda Celeste las tendría algo más pequeñas.

Luego ya siguió a Aleph procurando no dejar atrás a los demás.

Las huellas de las manos tenían un contorno grande y masculino, nada parecido a la que dejarían las manos de Celeste.

Abajo, fuera de la casa, Aleph no distinguió nada más. Junette, sin embargo, vio que en el callejón que formaban dos edificios colindantes había un crío sucio y desarrapado que los observaba sigilosamente.

Nadie ha muerto aquí, tampoco. En principio

Aleph seguía bastante turbado, pero al menos parecía que el shock inicial había pasado, y el gigante estaba dispuesto a calmarse y cooperar

- Bien, eso ya son buenas notícias. - dijo mientras miraba de reojo al chiquillo desarrapado - Pero será mejor que vayamos con cuidado, nos están vigilando. - añadió bajando la voz - Es posible que alguno de los que ha dado problemas a Celeste - dejó a Jules fuera de la ecuación, dudando como estaba de su papel en todo eso - se haya quedado atrás para cubrir sus pasos. Aunque...

Sólo había una manera de saber si les estaban vigilando o si aquel niño había sido testigo de algo que no podía entender. Miró a Damien y le hizo un gesto con la cabeza para indicarle que se iba a acercar al crío.

- Vigila por si acaso... - dicho esto, se acercó al mocoso poco a poco con una gran sonrisa - ¡Hola! ¿Llevas mucho rato por aquí? Estamos buscando a unos amigos, igual uno de ellos se ha hecho daño... - dijo con tono meloso.

-¿A los que se han llevado en un carruaje flotando? -preguntó el niño-. El hombre estaba sangrando.

Parpadeó intentando no perder la sonrisa.

- ¡Sí, esos mismos! - contestó como si fuera lo más natural del mundo - ¿Sabes por dónde ha ido el carruaje? Nuestro amigo necesita ayuda, cielo. - explicó con tono dulce y preocupado.

Esperaba que su simpatía natural fuera suficiente para sacar el resto de información necesaria, pero dado el caso contrario tal vez pudiera tentar al niño con una moneda.

-Por allí -dijo el niño señalando-. Era un carruaje de madera roja.

Qué diablos, se merece la moneda de todos modos. Sacó una moneda más bien pequeña, pues tampoco es que tuviera demasiados fondos en aquel momento, y se la dio al niño con una sonrisa.

- Gracias, pequeño. - agradeció al mocoso. Volvió entonces con el resto y señaló hacia donde había indicado el niño. - Con indicaciones tan particulares no deberíamos tardar en encontrar el carruaje si vamos preguntando a la gente. No es lo más disimulado, pero... - se encogió de hombros, era lo máximo que podía aportar ella en aquellos momentos.

Aleph asintió

No hay tiempo que perder

Menos mal que Junette le ha dado una moneda pequeña, si le llega a dar una grande seguro que se la quitan al pobre muchacho en cuanto vaya a gastársela.

-Sigamos el rastro, pero por favor, estad atentos, si han podido con Jules y Celeste tendremos que tener mucha suerte para hacer algo nosotros. Pero deberíamos montar en el carruaje, si ellos han montado en uno, necesitamos su velocidad o nunca llegaremos.-

-Aleph... ¿Sabes algo de lo que iba Celeste a hacer? ¿O la sorprenderían? Ella misma nos comentó que no era buena idea enfrentarse a los...-baja la voz-siete círculos abiertamente-

Iban a investigar la muerte de alguien, algún conocido de Jules o algo así. No sé más

-Me parece extraño entonces que Jules no avisara. Teniendo en cuenta todo lo que ha pasado.- 

Damién miró a Elías un momento y luego siguió avanzando, desesperado por encontrar una pista y no estar corriendo siempre a todas partes detrás de información vaga e inconexa.

Junette entornó los ojos ante el nuevo pedazo de información.

- ¿Y por qué Celeste no nos dijo nada de que iba a ir a investigar con Jules? Al fin y al cabo es la primera que dudó de él. O es muy temeraria o hay muchas cosas que no nos ha explicado... - sacudió la cabeza, empezaba a marearla tanta información contradictoria. - En cualquier caso, estoy de acuerdo con Damien, deberíamos volver a coger el carruaje y ponernos en marcha de una vez.

...

Aleph no hizo nada por justificar a su amiga. No le habían preguntado directamente, más bien parecía que estaban haciendo suposiciones al aire. Más tarde, cuando se encontraran con Celeste de nuevo, ella podría darles explicaciones. Lo único que conseguiría el grandullón sería liar más las cosas

Porque encontrarían a Celeste, viva, y volverían todos a la mansión. Aleph no quería pensar en la otra posibilidad