Partida Rol por web

Ella sabe lo que hace

Aleph meditó durante unos segundos. Aún parecía estar más en otro lado que en la conversación. Sin embargo, cuando el tema cambió de rumbo, recuperó algo de interés en la conversación

Llevo un tiempo dándole vueltas al asunto, pero no soy muy bueno en estos temas. Aún así, creo que Junette encontró algo sobre un terremoto en la costa Brechada...

Junette parecía sorprendida por la reacción de Celeste, y no dejaba de mirar a Aleph. Aunque este no había llegado a esa conclusión aún, bajo los ojos de Celeste era bastante obvio que lo que más extrañaba a la joven era que la pareja se separara de esa manera tan antinatural

¿Y es prudente que vaya sola? Me extraña que no la acompañes, Aleph. Entiendo que sea lo que sea que vaya a hacer, no nos incluya a nosotros. Pero a ti...

Ella sabe lo que hace Respondió Aleph, poco convencido. Sin embargo, su mente era un bullicio de ideas y preocupaciones, y más tras las palabras de Junette

Tú ya habías investigado el sitio, ¿no, Elías? Preguntó Fiona a su hermano

Sí, y no había nada de interés Respondió este. Fiona volvió a hablar

Bueno, siguiendo con lo que estábamos diciendo... Terremoto y huracán. ¿Conocéis a alguien que haya estado en uno de los dos fenómenos? ¿Han ocurrido en las cercanías en el pasado cercano?

Gracias a este repentino cambio de conversación, Aleph logró tranquilizarse un poco. Tener la mente ocupada en otro asunto que le interesara, como el rescate de los siguientes recipientes, conseguiría despejar las inquietudes de Aleph respecto a la seguridad de su compañera. No tardó en recordar un detalle importante, y rápidamente lo puso en común con el resto

Llevo un tiempo dándole vueltas al asunto, pero no soy muy bueno en estos temas. Aún así, creo que Junette encontró algo sobre un terremoto en la costa Brechada...

Junette no tardó en responder

Así es, un terremoto considerado un tanto extraño, incluso encontré referencias a que algunos dudaban que hubiera sido producido de forma natural. No había considerado que fuera de gran importancia, pero ahora que sabemos más del asunto... Tiene que ser lo que buscamos Sus manos agarraron con fuerza un puñado de tela de su falda, parecía impaciente Debería ser relativamente fácil buscar supervivientes de aquella catástrofe, a la gente le encanta hablar sobre esos temas y regodearse con las desgracias ajenas Sonrió Y entonces sólo nos quedará encontrar el huracán

Asintió a Aleph y decidió darle un voto de confianza a Celeste. Estaba segura de que podía cuidar de si misma, a pesar de que le intranquilizara un poco que se hubiera marchado sola. Cuando la conversación se volvió a centrar en el tema de los accidentes no-naturales, tuvo que volver a asentir con firmeza ante las palabras de Aleph.

- Así es, un terremoto considerado un tanto extraño, incluso encontré referencias a que algunos dudaban que hubiera sido producido de forma natural. - parpadeó al considerar el asunto una segunda vez - No había considerado que fuera de gran importancia, pero ahora que sabemos más del asunto... Tiene que ser lo que buscamos. - sus manos agarraron con fuerza un puñado de tela de su falda, la impaciencia por ir a investigar empezaba a apoderarse de ella - Debería ser relativamente fácil buscar supervivientes de aquella catástrofe, a la gente le encanta hablar sobre esos temas y regodearse con las desgracias ajenas. - su mirada resuelta fue acompañada por una sonrisa determinada - Y entonces sólo nos quedará encontrar el huracán.

-El terremoto de la Costa Brechada... -murmuró Fiona-. Ocurrió hace unos... diez o quince años, ¿no, Elías?

Él asintió.

-Podría ser un buen lugar para empezar a investigar. Quizá haya algo de interés en alguna hemeroteca. No sé quién podría haber sobrevivido a él, la verdad... ¿Quizá preguntando en la ciudad?

-Pero...-dijo Damien confuso.-¿Tuvo que estar necesariamente cerca? ¿O además tendría que haber nacido al lado?.-

-Y éstos fenómenos naturales, ¿serían provocados por alguien?- No me gusta nada esta línea de pensamiento, apunta a Mateo, y le prefiero como muerto o benefactor a loco psicópata.- ¿Hay magia tal que puede provocar un terremoto o una inundación?-esta pregunta estaba dirigida sobre todo a Aleph, ya que de los que estaban allí era el que Damien creía que dominaba más todos esos asuntos.

-Antes de lanzarnos a inquirir podríamos delimitar éstas cuestiones, que nos ayudarían a saber donde realizar nuestras preguntas.-

-Pero yo ya propongo  como lugar para investigar, los alrededores de la brecha o grieta o lo que sea. Los pueblerinos no suelen mudarse de sitio, y algo tan impactante habrá sido el suceso que haya moldeados las vidas de los destripaterrones de los alrededores. Sabrán quien vivió y quien murió en las cercanias de aquel destastre. Mejor que cualquier libro escrito por un investigador descuidado.- Junette te va a golpear.- No todo está en los libros.- ¿Por qué sigo provocando a Junette? Ahora me voy a quedar sin espinilla.- Unas monedas en alguna granja cercana podría darnos muchas pistas.-

Los ojos de Junette se entornaron y cruzó los brazos en una pose claramente defensiva.

- ¿Y cómo crees, oh sabio entre los sabios, que se escribieron esos libros que no quieres leer? - preguntó con cierta sorna en la voz - ¿Se sentaron esos escritores esperando a que la luz divina les dictase las palabras? ¿O hicieron lo que tú propones y hablaron con la gente del lugar? Con la ventaja, incluso, de que mucha de la gente con la que hablaron hoy en día puede estar muerta. Linea directa con los muertos, fíjate bien. - una sonrisa apareció en su boca, aunque no claramente burlona, más bien divertida por enfrentarse a su primo - Notarios e historiadores locales hicieron bien su trabajo en el pasado, no deberías despreciarlo. - frenó el impulso de despeinar a Damien como si fuera un niño pequeño, estaba segura de que algo así sí que no se lo perdonaría. Decidió dejarse de jueguecitos y miró a Fiona de forma muy decidida. - Si alguien sobrevivió a ese terremoto, lo encontraremos. ¿Cuándo nos ponemos en marcha?

Hay magia capaz de hacer esas cosas, sí. Y mucho peores. Sí, alguien pudo causar esos desastres adrede

Suspiró

Aunque me cuesta pensar en alguien tan cruel como para hacerlo

El terremoto de la Costa Brechada... Murmuró Fiona Ocurrió hace unos... diez o quince años, ¿no, Elías?

Este asintió.

Podría ser un buen lugar para empezar a investigar. Quizá haya algo de interés en alguna hemeroteca. No sé quién podría haber sobrevivido a él, la verdad... ¿Quizá preguntando en la ciudad?

Pero... Respondió Damien, con expresión confusa ¿Tuvo que estar necesariamente cerca? ¿O además tendría que haber nacido al lado? Y éstos fenómenos naturales, ¿Serían provocados por alguien? ¿Hay magia tal que puede provocar un terremoto o una inundación?

La pregunta, esta vez, iba dirigida a Aleph, que se apresuró a responder sin pensarlo dos veces

Hay magia capaz de hacer esas cosas, sí. Y mucho peores. Sí, alguien pudo causar esos desastres adrede

Suspiró

Aunque me cuesta pensar en alguien tan cruel como para hacerlo

Una imagen apareció entre los pensamientos de Aleph. Una imagen que Celeste conocía bien. Aquel que la había secuestrado, aquel contra el que Aleph había combatido todos esos años. Aquel que pervertía la vida, el cuerpo, y el alma

Antes de lanzarnos a inquirir podríamos delimitar éstas cuestiones, que nos ayudarían a saber donde realizar nuestras preguntas Comentó Damien Pero yo ya propongo, como lugar para investigar, los alrededores de la brecha o grieta o lo que sea. Los pueblerinos no suelen mudarse de sitio, y algo tan impactante habrá sido el suceso que haya moldeados las vidas de los destripaterrones de los alrededores. Sabrán quien vivió y quien murió en las cercanias de aquel destastre. Mejor que cualquier libro escrito por un investigador descuidado. No todo está en los libros. Unas monedas en alguna granja cercana podría darnos muchas pistas

Los ojos de Junette se entornaron y cruzó los brazos en una pose claramente defensiva.

¿Y cómo crees, oh sabio entre los sabios, que se escribieron esos libros que no quieres leer? Preguntó con cierta sorna en la voz ¿Se sentaron esos escritores esperando a que la luz divina les dictase las palabras? ¿O hicieron lo que tú propones y hablaron con la gente del lugar? Con la ventaja, incluso, de que mucha de la gente con la que hablaron hoy en día puede estar muerta. Linea directa con los muertos, fíjate bien Una sonrisa apareció en su rostro, más divertida que burlona Notarios e historiadores locales hicieron bien su trabajo en el pasado, no deberías despreciarlo Acto seguido miró a Fiona de forma algo más seria Si alguien sobrevivió a ese terremoto, lo encontraremos. ¿Cuándo nos ponemos en marcha?

-Cuando se invoca a un guardián se provoca un desastre relacionado con su elemento -contestó Elías-. La magia inherente en ellos... Es la única pista que nos dejan.

Fiona asintió.

-Vamos a ponernos en marcha -dijo Fiona-. Recoged lo que nos sea de utilidad. Yo debo tomar algunas de mis notas también. Hay que intentar que todo esto se haga de la manera más discreta posible, ¿de acuerdo?

Los dos hermanos se dirigieron hacia la mansión y fueron a prepararse, dejando que los demás hicieran lo propio.

Mientras Damien ultimaba preparativos, Elías se acercó a él discretamente.

-Siento si te ha molestado mi... hum... incapacidad para confiar en mi hermano pequeño. Veo que es capaz de inspirar lealtades como siempre. Al menos no ha perdido facultades. Eso está bien para una familia como la nuestra. Verás, no estoy seguro de mis sospechas. Quisiera confirmarlas o refutarlas. Quizá tú puedas ayudarme...

Damien había metido algo de equipaje en un arcón y se había vestido con ropas prácticas y cómodas, como para hacer un viaje, similares a las de caza pero más comedidas en adornos.

Justo cuando empezó a afilar su arma, Elías se le acercó con la propuesta.

Tu hermano pequeño inspira lealtad, sí, pero a través tanto de sus palabras como de sus actos.

Envainando la espada, Damien se levantó y miró francamente a Elias.-No me ha molestado eso, la confianza o desconfianza es muchas veces irracional, y aunque a veces los parientes se llevan fatal, creo que a mí no me importaría tener unos hermanos como Jules o Fiona. De hecho creo que me sentiría afortunado.- Sin embargó tú... ¿Cómo te las apañaste para arruinarlo todo?. Lo que me ha molestado es que no piensas ¿Qué ganaría Jules haciendo lo que crees que hace?. ¿No crees que si no fuera trigo limpio ya habría ganado?.

Damién endureció el tono de voz -Si ni tú mismo estás seguro de tus sospechas ¿Por qué las tienes? ¿Porque así todo es más cómodo? Si Jules fuera un canalla... ¿Te sentirías mejor? ¿Tu vida tendría sentido? Mira...- Por un instante Damien estuvo tentado de mandar a Elías a sentarse sobre su espada, pero se contuvo.

-Mira, Fiona confía en tí, y yo confío en su juicio, así que adelante, si refutamos tus sospechas sobre Jules nuestro bando tendrá menos disensiones internas y podremos trabajar más cómodamente.-

-¿Qué quieres de mí? ¿Cómo puedo ayudarte a disipar tus dudas?.-

Elías se acercó a Damien con aire confidencial:

-No se lo he pedido a ese gigante porque no le conozco. Junette está enamorada de Jules desde que era una niña. Tú... Sé que siendo un joven con ganas de comerse el mundo Jules es una referencia a tener en cuenta, pero confío en que lo que piensa mi hermana sobre ti no sea orgullo de madrastra. No tienes la cabeza hueca, ¿verdad? Y por eso mismo serás capaz de hacer lo que voy a pedirte que hagas.

Necesito que me ayudes a buscar algo entre las cosas de Jules. Estoy seguro de que debe de haber alguna prueba, por nimia que sea, de que algo sabe. Dos pares de ojos, uno que conoce la casa y otro que es un invitado. Nada mejor para asegurarse de mirarlo todo, ¿eh?

¿Algo sabe de qué? Claro que sabe algo, pero la clave es si está aliado con esos hechiceros. Maldito seas Elías por haberme metido la duda en la cabeza. Además Junette debería saber todo lo que hace Jules, a no ser que esté implicada también.

-De acuerdo, pero creo que ahora no tenemos tiempo para registrar todos los aposentos de Jules, además ¿cómo piensas evitar a los criados?-

-Aunque ya no viva aquí todavía reconocen al amo -dijo Elías con arrogancia-. Cuento contigo, ¿verdad?

A la respuesta afirmativa de Damien, Elías asintió y le dejó a solas. No había tiempo para búsquedas: eso quedaba para después.

Tras reunirse todos y llamar a un carruaje, iniciaron la escapada al centro para investigar por las líneas propuestas. El traqueteo del camino hacía ridículamente lento el trayecto. Elías parecía muy nervioso; no dejaba de mover la rodilla arriba y abajo. Fiona, por su parte, miraba a la ventana pensativa y no muy contenta.

Había pasado casi una hora desde la última conexión de Celeste. Cuando estaba enfrascada en sus estudios o muerta de curiosidad por algo era raro que hablase. No le había parecido extraño. Pero, de repente, como un rayo en una noche sin nubes, Celeste dijo algo que era motivo de preocupación:

-Mi poder se agota, la conexión se cierra. Me han capturado. Cerca de Posada el rabo del cerd...

Y después la nada. Ni siquiera un eco que implicaba que alguien escuchara más allá. Aleph volvía a estar, por primera vez en mucho tiempo, completamente solo.

Cuando se invoca a un guardián se provoca un desastre relacionado con su elemento Había dicho Elías La magia inherente en ellos... Es la única pista que nos dejan.

Fiona asintió, y respondió

Vamos a ponernos en marcha. Recoged lo que nos sea de utilidad. Yo debo tomar algunas de mis notas también. Hay que intentar que todo esto se haga de la manera más discreta posible, ¿de acuerdo?

Los dos hermanos se habían dirigido a la mansión, y el grupo entero había ido a prepararse. Aleph había cogido su Ram Dao y se había reunido con el resto en el hall. Fuera, habían cogido un carruaje, y luego habían comenzado a dirigirse al centro, de forma lenta y pausada, hecho que parecía poner algo nerviosos a los pasajeros

Lo último que escuchó Celeste fue una palabra de Aleph, justo antes de que se cortara la conexión

¡No!

¡No!

El gigante se levantó súbitamente, golpeando con la cabeza en el techo, y haciendo que el carruaje se tambaleara peligrosamente. Aún así, el dolor pareció no importarle, y su rostro estaba desfigurado en una mueca de preocupación e impotencia

Celeste Dijo, mirando a los otros sin verlos Esta en problemas

Abrió la puerta (Casi desencajándola en el proceso) y saltó a la calle. Una vez fuera, se giró y miró a los Lázarus

¡La posada "El rabo de cerdo"! ¡¿Donde está?!

Más que agresivo o violento, sonaba ansioso

Vacío

El interior de Aleph era una tormenta. Donde antes había estado su voz, ahora solo había viento. Donde antes había estado su imagen, ahora solo había polvo. Celeste había desaparecido

Dolía

-Eso me suena a que está en los barrios bajos -dijo Elías-. En un... ehm... ¿Qué demonios te pasa?