Partida Rol por web

Celeste está allí Dijo Aleph ¡No hay tiempo para explicaciones! ¿Por donde se va a los barrios bajos?

-¡Espera! Ven, sube de nuevo. Iremos en carruaje.

La mujer aguardó hasta que Aleph subiera para decirle al cochero que pusiera rumbo a los barrios más humildes de la ciudad. No tardaron mucho en perder de vista los edificios hermosos y las calles empedradas para comenzar a vislumbrar edificios deplorables y senderos embarrados.

El carruaje se detuvo frente a El rabo de cerdo, una posada de aspecto sucio con una afluencia anormal de gente. La guardia vigilaba la puerta.

Por el camino, Aleph hizo un breve resumen a los otros

Celeste estaba en esa posada. Pero han debido secuestrarla, y se ha quedado sin energía Miró a Fiona y Elías, sin preocuparse por ceremonia alguna Celeste controla la magia Volvió a mirar al resto No sé lo que ha ocurrido a ciencia cierta, pero sé que está en peligro

Aleph salió antes que nadie, y se dispuso a entrar, casi corriendo, en la posada

Ante la señal de Fiona, acudió al despacho a recoger todas las notas que pudo y cualquier cosa que creyó útil en aquel momento. Intentó eludir a Jules todo lo que pudo, caminando de puntillas prácticamente por toda la casa, y saliendo veloz de la misma en cuanto pudo. A pesar de eso, era consciente de que la ausencia de todos y el sonido del carruaje alejándose les iba a delatar de un momento a otro.

El traqueteo del vehículo le incomodaba, miraba por la ventanilla intentando no ponerse más nerviosa de lo que estaba. Se revolvía en el asiento y empujaba a la vez a Damien para que le hiciera un poco más de sitio, algo imposible en un lugar tan estrecho como ese. El golpe y tambaleo que siguieron al grito de Aleph sólo hicieron que se agobiara todavía más. Miró incrédula al hombre, incapaz de asimilar de qué estaba hablando hasta que él mismo mencionó la magia. Debe ser algún tipo de vínculo mental... Estuvo dudando si preguntar, de algún modo le pareció de mala educación incidir en los detalles de la peculiar relación entre Celeste y Aleph. Pero si naturaleza curiosa y ansiosa por saber, le hizo hablar.

- ¿Cómo sabes que ha ocurrido algo? - preguntó entornando los ojos - ¿Sabías que iba a esa posada en concreto, o también lo sabes de manera... instintiva? - aquello tenía algo de fascinante - Tal vez nos ayudaría a saber qué esperar una vez lleguemos allí el que nos dijeras qué fue a hacer a ese sitio...

No sé más detalles, ni sé qué hacía allí. Sólo sé que ha ocurrido algo, probablemente algo malo, en ese lugar. Más tarde habrá tiempo para explicaciones

El grandullón no parecía demasiado interesado en seguir hablando del tema. Por la ansiedad que desprendía su cuerpo, y la mueca desesperada que exhibía su rostro, no parecía que aquel momento fuera el mejor para hacer preguntas

Junette no era tan tonta como para no captar los nervios de Aleph y darse cuenta de que darle vueltas al tema no iba a solucionar nada.

- Debemos estar preparados para cualquier cosa, entonces. - dijo asintiendo y aceptando posponer las respuestas. Miró al resto, esperando encontrar algún plan de acción, cosa que Aleph no parecía estar dispuesto ni a plantearse.

Cuando entraron en la posada escucharon numerosas veces las palabras "asesinato", "horrible crimen" "asesinos". No se podía subir a la planta de arriba y todo el mundo parecía muy conmocionado. Cualquier pregunta a uno de los curiosos les permitía conocer una de las versiones: habían matado a un viejo y había sangre por todas partes. Alguien dijo que había visto a Jules hablar con la guardia y de labios de una matrona cotilla supieron que Celeste había estado arriba, investigando con Jules... y que se habían marchado hacía mucho rato.

Durante el recorrido hacia la posada Damien parecía absorto en algo, aunque probablemente nadie se dio cuenta de ello debido al requerimiento de Aleph, ignoró a sus compañeros hasta que entraron en la posada y contempló la escena.

Me estoy acostumbrando demasiado a la sangre.

Damien contrajo los músculos de su cara en una mueca de preocupación y se acercó a la comadrona.-Disculpe buena señora, pero debemos saber lo que ha pasado, nos va mucho en ello. ¿Donde está el cadáver del anciano? ¿Y cómo fue asesinado?.-

Con la mano hizo una señal a sus compañeros para que subieran al piso de arriba, para ver que podían encontrar. Igual encuentran alguna pista de dónde se han marchado Celeste y Jules. Mientras tanto él se dispuso a sacar lo que había ocurrido realmente a los testigos, escuchando como habia sido la pelea o el ataque y tratando de encontrar a alguien lo suficientemente sensato para reconocer lo que había pasado.

Definitivamente tengo que hablar con Celeste sobre el trabajo en equipo.

Cualquier intento de subir fue denegado por la guardia pues "se está investigando y no podemos permitir curiosos". Las preguntas de Damien dieron como fruto un atropellado relato sobre Jules encontrando la escena. Al parecer, habían torturado al hombre con cristales rotos y lo habían desangrado lentamente, no sabían para qué. El hombre vivía allí desde hacía unas semanas y no había dado mucho de qué hablar.

Celeste no estaba allí

Aleph se había ido desinflando desde que entraran en la posada, como si la energía escapara de su cuerpo lentamente. Su preocupación por Celeste era casi palpable: Un aura de impotencia e inseguridad parecía rodearle, y la idea de que su compañera pudiera estar en peligro parecía estar minándole por dentro, algo que se reflejaba perfectamente en su rostro

Damien no se dejó llevar por el desánimo y continuó con las preguntas-¿Han torturado? ¿Han desangrado? ¿Y se sabe algo de quienes lo han hecho? ¿Cuántos eran o cómo iban vestidos?-

Espero que el responsable de todo esto no tenga el pelo azul y un vestido rojo muy llamativo.

Por el rabillo del ojo contempló a Aleph, pero si perdía el tiempo animándolo, igual se le escapaba alguna información importante.

Aún no se habíe detenido a nadie y no se sabía del paradero de los rufianes, pero el clima general era de morboso miedo. Al parecer, el atacante había entrado y salido sin llamar la atención. El señor Lázarus estaba investigando, y una chica muy llamativa lo había estado ayudando.

Perfecto, ahora cuando nos encontremos con Jules y Celeste será todavía más difícil fingir. Echó un vistazo a Fiona y Elías, buscando alguna reacción a la presencia de Jules en la escena, después de todo lo que habían estado hablando le costaba imaginarse que se quedaran impasibles.

Aleph parecía de poca ayuda en esos momentos, y Damien no conseguía sacar información de la gente que se arremolinaba alrededor de la tragedia, profesionales en acechar el morbo allí donde algo macabro ocurría. Si no les dejaban subir a la escena del crimen, lo mejor que podían hacer era encontrar pronto a Celeste y que les explicara qué había pasado.

Salió a la puerta de la posada y buscó a alguno de los mirones que estuviera cerca, estaba segura de que alguien se habría dedicado a controlar quién entraba y salía del lugar. Puso su mejor pose de cotilla, esperando mezclarse entre la gente allí reunida. Asentía con la cabeza y abría mucho la boca con sorpresa al escuchar lo que se hablaba en los corrillos. Finalmente, se atrevió a intervenir.

- ¿Y alguien sabe en qué dirección se fueron el señor Lazarus y la chica? - preguntó con tono inocente - ¿Huyeron como si hubieran hecho algo malo por la puerta de atrás o se fueron en carruaje? - añadió intentando crear dudas y soltar lenguas.

-Yo los vi salir como una flecha por la puerta después de estar en la habitación -dijo alguien-. Se subieron al carruaje y se marcharon en esa dirección.

Esa dirección era calle abajo, pero mirando hacia allí no veían ningún carruaje, sólo miseria y ojos hundidos.

-Si se han marchado en esa dirección será mejor que los sigamos -dijo Fiona, cada vez más preocupada-. Si mi hermano estaba con Celeste cuando la han atacado... Vamos, Elías.

La albina tomó a su hermano mayor de la mano y le llevó calle abajo esperando que el resto la acompañase. Los ropajes elegantes de todos destacaban entre las casas abandonadas como una mosca en la leche, y no pocos los miraban con ojos golosos, como calculando cuánto costaría robarlos.

No tardaron mucho hasta que Fiona se detuvo y señaló al suelo.

Había un reguero de sangre.

Sin mediar palabra, Aleph comenzó a seguirlo, sintiendo que su corazón encogía por momentos

El reguero empezaba en mitad de la calle y se internaba en goterones densos y ya secos hacia el interior de un edificio abandonado donde apestaba a polvo y a humedad y la luz era muy tenue. Subía por las escaleras hasta el piso superior. La ventana abierta y el techo hundido permitían que Aleph viese algo. En el centro de la habitación había un gran charco de sangre y huellas de manos. Junto al charco, el polvo del suelo parecía revuelto, como si alguien hubiese caído al suelo.

-Parece que se ha originado aquí -dijo Fiona.

-Y quien sea que esté herido ha sido llevado hacia fuera... -siguió Elías.

Sintió un escalofrío al ver la dirección en la que habían desaparecido Jules y Celeste. Éste se acrecentó al ver que Fiona estaba dispuesta a seguirlo, a plena luz del día sin ningún tipo de disimulo. Cuando encontraron el reguero de sangre se sintió directamente expuesta a lo que fuera que lo había provocado. Aquel tipo de situación se escapaba a su control.

- Aleph, sé que no es un buen momento para hacer preguntas... - se acercó al grandullón y apoyó su mano en el brazo del hombre. No sabía si podía reconfortarlo de alguna manera, pero no estaba de más ser amable. - ¿Sientes cerca la presencia de Celeste? ¿Puedes darnos alguna indicación de dónde se encuentra? - preguntó de forma delicada.

No Respondió, descompuesto, mientras bajaba la mirada hacia el charco seco de sangre No siento nada. Nada

Torció el gesto sabedora de lo que podía significar eso. Sin embargo no quiso dejarse llevar por el pánico y consideró que mantener una actitud positiva era más útil en aquellos momentos.

- La encontraremos, no te preocupes. - dijo cogiendo la mano de Aleph entre las suyas y apretándola. Miró a Elías luego, que había sugerido que quien fuera que estuviera herido había sido llevado fuera. - Entonces será mejor que intentemos seguir sus pasos, antes de que sea demasiado tarde. No parece que haya nada útil aquí.