Partida Rol por web

Obsesión

4. Buscando pistas

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20/09/2011, 13:45
Aleph

Aleph dejó de respirar durante unos segundos, y luego se incorporó de forma algo brusca, apartando la mano del hombro de la niña

Elisabeth... Ha ocurrido algo, tengo que dejarte. No te separes de Erik, ¿de acuerdo? Volveré cuando pueda

Rápidamente se giró hacia el guardaespaldas, y esta vez su expresión se volvió más seria y grave. Siguió hablando, esta vez en yamato

Erik, puede que tengamos problemas. Mantente alerta

Acto seguido, y, sin esperar respuesta, comenzó a correr hacia el comedor

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20/09/2011, 13:45
Aleph

Tú dame la entrada cuando quieras. Mejor que no se espere que yo voy a estar allí. Así contaremos con el factor sorpresa

Le costó proponer esa idea. Saber que Celeste podría estar en peligro, a tan solo una puerta de distancia, le hacía apretar los dientes hasta tener dolor de mandíbula. Pero era lo más inteligente. Si querían atrapar a Serena desprevenida, lo mejor sería aprovechar toda la ventaja que pudieran sacar

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20/09/2011, 13:50
Elisabeth Mastrall

La joven puso una mueca sorprendida e hizo ademán de seguir a Aleph por instinto. Si alguien iba a protegerla, debía de ser el gigante de Alberia. Pero al ver que hablaba con Erik, Elisabeth comprendió. Se volvió hacia su guardaespaldas.

-Ten cuidado, Aleph -dijo mientras lo veía alejarse.

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20/09/2011, 13:57
Celeste Índigo

-Mala respuesta.

Los ojos de Celeste se abrieron de par en par cuando dijo esas palabras, y de su boca salieron cánticos extraños mientras clavaba su vista en Serena. Sus manos también estaban en movimiento cuando esto ocurrió. Celeste empezó a notar como la energía mágica crepitaba en su interior, empezó a sentir como la luz se concentraba, como adquiría otra dimensión existencial para ahora residir dentro de ella, y con un gesto de su mano, la liberó.

De su palma emergió de pronto un rayo de luz. Pero esa luz, más que cegar, o herir tenía una resistencia excepcional y parecía imposible de traspasar. El rayo de pronto se dividió en dos surgiendo de los extremos un par de manos luminosas que trataron de atrapar a la ex-guardaespaldas de María. Solo sería un momento, hasta que llegar Aleph, pero al menos se quedaría quietecita.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Conjuro Lazos de Luz, tirado sin aumentos.

Se trata de un ataque de presa, disparado por lo que Serena si puede/quiere defenderse contará con un malus de -80 o -30 según pare o esquive. El hecho de ser mágico creo que no tiene relevancia en este momento... *excepto para cosas psicológicas... asustarse, enfadarse... etc...* Además, si consideras que tiene sorpresa tiene un -90 a su defensa.

Si tras la tirada de ataque, penetro sus defensas, hay un control de fuerza:

SI el resultado del combate ha sido inferior a 100: -3 a mi fuerza

SI el resultado del combate ha sido superior a 100 pero inferior a 200: no hay bonos

SI el resultado del combate ha sido superior a 200: +3 a mi fuerza

Y... eso es todo.. creo. Lo comento para que no tengas que buscar las reglas, por si acaso ^^

 

**y ya que me pongo... tiro estilo, que me encanta. ^^

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20/09/2011, 15:52
Serena

Uno de los extremos de los lazos se enredó en la muñeca de Serena y dio un tirón hacia atrás, mientras que el otro se enroscó alrededor del otro brazo y de la cintura. Soltando un gemido de sorpresa y frustración, Serena cayó al suelo de culo. Trató de forcejear, pero aquel hechizo era muy potente y poco podía hacer para zafarse.

-¿Qué demonios...? ¡Brujería! ¡Hija de puta!

Notas de juego

Ni me molesto en tirar.

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20/09/2011, 16:05
Director

Aleph escuchó un golpe sordo y luego un grito:

-¿Qué demonios...? ¡Brujería! ¡Hija de puta!

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20/09/2011, 17:39
Celeste Índigo

-¿Vas a contestar ahora?

Celeste tenía a Serena inmovilizada. Y era el momento del interrogatorio.

Notas de juego

También es una solución. ^^

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20/09/2011, 17:42
Celeste Índigo

Aleph, me encantaría que llegaras en este momento. Tengo a Serena inmovilizada, he usado magia. Por eso me gustaría que llegaras cuanto antes, no me gusta estar demasiado tiempo sujetándola.

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20/09/2011, 19:31
Aleph

Aleph ni siquiera respondió. Acto seguido las puertas se abrieron. Allí estaba, de pie, con expresión preocupada y alerta

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20/09/2011, 19:32
Aleph

Aleph se apresuró a entrar en la habitación

Que no sea demasiado tarde...

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20/09/2011, 20:25
Serena

Aleph irrumpió en el comedor y vio que Serena había sido atrapada por los lazos de luz y se debatía con los ojos como platos mientras insultaba a Celeste. Como no le fue posible zafarse de las ataduras, la zínner se tranquilizó y suspiró.

-Muy bien. Sí, lo hice. Intenté matar a Elisabeth. ¿Contenta? Ahora déjame en paz o te vas a enterar.

La presencia del gigante la asusto un poco, pues bajó el tono.

-Vamos, ¡suéltame! Tengo que hablar con María.

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20/09/2011, 21:26
Aleph

Aleph miró a Celeste, luego a Damien y a Junette. Luego, al ver que se encontraban bien, y, sin mediar palabra, se acercó a la guardaespaldas de María, y la desarmó, si estos no lo habían hecho antes. Acto seguido la rodeo con los brazos, ejerciendo una fuerte presa tal y como le habían enseñado a hacer durante sus años de entrenamiento

Por último, miró a Celeste, y asintió

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20/09/2011, 21:29
Aleph

No gastes más energías, pequeña. Ya la sujeto yo

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20/09/2011, 21:34
Celeste Índigo

Celeste soltó sus lazos de luz, que volvieron súbitamente hasta sus manos. Una vez hecho esto, se las sacudió y miró a Serena. No tenía del todo sentido lo que había dicho... 

-Así que intentaste matar a Eli, y quieres que te suelte para que hables con María. ¿Y qué es lo que me tiene que hacer pensar que no vas a repetirlo? ¿o que no lo vas a intentar con María? Es más... ¿Por qué piensas que tendríamos que ser benevolentes contigo?

Se paró un segundo y continuó, la verdad es que la vida de María no le importaba lo más mínimo, pero al menos podía usarla como excusa:

-Serena, ahora es el momento de hablar, y cuando María esté más tranquila... Y protegida... quizá puedas hablar con ella. Dime, ¿Por qué trataste de matar a Elisabeth?

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20/09/2011, 21:42
Serena

Serena, al cambiar de sujección, trató de zafarse por si era más fácil. Tampoco lo consiguió. Era una mujer fuerte, pero el tao la superaba por mucho. Se dejó caer y suspiró.

-No haría daño a María. Vosotros no lo entendéis. -Se giró hacia Damien e hizo una mueca-. Amo a María. Sí, y ella a mí... hasta que habéis metido las narices. Vosotros no lo entendéis. No sabéis lo que es tener una relación en secreto con ella. Tiene que fingir y aparentar. Tiene que jugar y coquetear con todo el mundo. El imbécil de Wilkinson sufriría un ataque si supiera lo que sentimos, y su carrera... Para ella cantar es lo más importante.

Volvió a intentar soltarse, pero desistió.

-No quería hacerle daño a Elisabeth. Ni siquiera la conocía. Pero María hablaba todo el tiempo de ella. Se mandaban cartas que no me dejaba leer. Todas las cartas de los demás las echaba al fuego, pero las de Elisabeth... Sólo quería estar segura. Por eso envié a Laszlo.

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20/09/2011, 21:53
Celeste Índigo

-Y para estar segura mandas un asesino. Muy bien Serena. No estoy seguro de que María este segura en tus manos, por mucho que la ames. Ella ama cantar... acabarás matando a cualquiera que se te interponga... ¿Quizá ese actor se acerca demasiado? ¿Quizá el productor está muy interesado? ¿No está ensayando mucho esta semana, seguro que hay alguien detrás?

-Están bien los celos, cuando no son enfermizos. Creo que a María le sentará bien no estar a tu lado.

Celeste usaba a María como quería, le importaba su relación con ella lo que le importa a un grillo los entresijos del oro negro, pero al menos era muy útil. Al parecer, los dos hechos, el asesino y el elemental eran cosas aisladas... o... ¿quizá no?

Tras unos momentos de silencio, Celeste preguntó a Serena un tema totalmente distinto.

-Serena, ¿conoces un símbolo que consta de siete círculos entrelazados? Y sé sincera, por favor, no te muerdas la lengua.

Celeste se rió para sus adentros por su propio chiste. La situación le parecía tan chistosa. Mandar matar a un supuesto enemigo... por ¿Celos? vaya extraño sentimiento.

 

 

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20/09/2011, 22:13
Serena

-¡Tú no tienes ni idea! Es muy fácil juzgar desde fuera, estúpida bruja. Tú nunca has querido a nadie como yo. Nunca sabes lo que es el miedo a... a que se vaya. ¡Así que no me juzgues!

Cuando Celeste mencionó los siete círculos, Serena se encogió de hombros.

-No sé qué es eso.

Después volvió a la carga.

-¿Es que vais a retenerme aquí para siempre? ¿Vais a llamar a la guardia? Vamos... Al final no ha pasado nada. Esa niñata está bien y todo vuelve a ser como antes. Dejadme ir, vamos. Yo no soy mala para María. ¡La adoro! Vosotros no tenéis ni idea de cómo es en realidad, qué vulnerable... Créeis que es una niña bien, pero es algo más. Ha sufrido mucho. Las marcas que tiene, esas quemaduras... -Serena enseñó los dientes. Empezaba a perder los nervios-. ¡Soy su protectora! Yo la cuido, le doy cariño y le pongo apósitos cuando le duelen. ¿Y decís que no soy buena para ella? ¡No sabéis nada!

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20/09/2011, 22:26
Celeste Índigo

A Celeste le aburría la rabieta de Serena, claro, estaba enamorada, solo quería mantenerse cerca de María. Que locuras hacen las personas por amor... En parte comprendía ese sentimiento, pero al menos lo suyo no era por una persona. Su ciencia le esperaba siempre y es cierto que se podía cometer hasta asesinato por ella... 

Aunque... pensándolo bien... amor... persona... todo le sonó muy confuso, y miró a su compañero un solo segundo, que permanecía aferrando a Serena. Y si... 

Negó con la cabeza y siguió preguntando, había una parte de lo que había dicho que le sonaba extraño.

-¿Quemaduras? ¿Quemaduras que aún siguen doliendo después de curadas? Explícate.

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20/09/2011, 22:32
Jules Lázarus

Antes de que Serena pudiese abrir la boca, por la puerta apareció Jules en compañía de un hombre al que no había visto hasta entonces. El burgués se acercó a la zínner y espetó:

-¿Eres tú la que intentó matar a Elisabeth? -No necesitó confirmación. Abofeteó a la guardaespaldas a derecha e izquierda, muy enfadado-. ¿Para quién trabajas? ¡Habla!

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20/09/2011, 23:52
Aleph

Aleph dio un paso hacia atrás, separando de forma más bien simbólica a Serena de Jules, mientras fruncía el ceño de forma casi imperceptible. No aflojó la presión, sin embargo, sobre la zínner

Jules, contrólate. No permitiré que la hagáis daño, no hasta que todo esté aclarado

Y ni aún así

Se cuidó de expresar ese último pensamiento en alto