Partida Rol por web

Ojeo a Nox, de arriba a bajo, algo descarada incluso, en el momento que se presenta, me sonrojo. Me limpio rápidamente con la servilleta, y le doy la mano. Mi mano es bastante fina, digna de una señorita que no ha dado palo al agua en toda su vida. 

-Ehm... un placer, a mi me llaman Samay... ¿eres nuevo por aquí? yo acabo de llegar, la ternera de aquí esta deliciosa...- le comento con una sonrisa en el rostro. Siempre esta bien conocer gente nueva, gente con la que hablar... y ya he pasado bastante tiempo sola. 

Entras en el pueblo mirándolo todo a tu alrededor, decides andar recto nada más entrar a ver que te encuentras. 

Lo primero que te llama la atención es una exhibición bastante macabra, sobre la entrada a una cuadra cubierta de un establo hay una colección de orejas goblin: preservadas y clavadas a tres travesaños distintos, cada uno con un nombre goblin grabado a fuego en la piel correosa. Después te fijas que hay un cartel donde aparece un goblin arrollado por las patas de un caballo (localización 38).

Justo enfrente del establo (localización 41) hay una gran tienda, te asomas y vende ropa, armas, juguetes, obras de arte, libros y herramientas importadas.

Continúas y justo al lado del establo (en la localización 37) empieza a oler bien, a comida. Es un edificio de grandes dimensiones y en el tejado hay un impresionante y, bastante oxidado, dragón de hierro que se alza sobre el tejado del edificio, sirviendo tanto de pararrayos como de decoración. Parece una posada y se oye murmullo dentro.

Por la calle viene andando un semi-orco y parece que se dirige allí.

Te asomas y efectivamente es  una posada, está al completo el salón y sólo hay una posadera atendiendo a todo el mundo. El salón es bastante grande con mesas rectangulares de madera para seis personas la mayoría. Hay unas 17 mesas. Ves que al fondo a la derecha hay una mesa para cinco personas con sólo dos comensales. Los aseos están al fondo enfrente y al lado de la mesa vacía hay una puerta cerrada. En el fondo a la izquierda está la barra y del centro de la posada hay una escalera que sube y divide en dos el salón.

Los que hay allí son todos humanos, aunque hay uno con el pelo blanco en la mesa que te has fijado y hay bastante ruido, aunque el lugar parece acogedor.

Hay un cartel al lado de la barra que pone "Se necesita ayuda".

Te decides a entrar y la posadera se acerca a atenderte Vienes solo? Allí hay una mesa que sólo tiene dos comensales, acomódate si quieres y ahora voy a atenderte y te guiña un ojo después de señalarte la mesa que tú habías visto.

Cuando te acercas al Dragón Oxidado ves que acaba de entrar un elfo.

Te asomas y efectivamente es  una posada, está al completo el salón y sólo hay una posadera atendiendo a todo el mundo. El salón es bastante grande con mesas rectangulares de madera para seis personas la mayoría. Hay unas 17 mesas. Ves que al fondo a la derecha hay una mesa para cinco personas con sólo dos comensales. Los aseos están al fondo enfrente y al lado de la mesa vacía hay una puerta cerrada. En el fondo a la izquierda está la barra y del centro de la posada hay una escalera que sube y divide en dos el salón.

Los que hay allí son todos humanos aunque en la mesa que te has fijado hay uno con el pelo blanco y hay bastante ruido, aunque el lugar parece acogedor. Parece que el elfo va para allá.

Hay un cartel al lado de la barra que pone "Se necesita ayuda".

Te decides a entrar y la posadera se acerca a atenderte Vienes solo? Allí hay una mesa que sólo tiene ahora tres comensales, acomódate si quieres y ahora voy a atenderte y te guiña un ojo después de señalarte la mesa que tú habías visto.

A la mesa de Samay y Nox se acercan un semi-orco y un elfo.

Un cartel profético - dice a la posadera ceceando -zoy bardo y también zaco a loz que arman bulla zi lo necezitaz. Ya me diráz.

Después se acerca a la mesa observando y olfateando visiblemente.

Mercenarios, aventureros o un poco de todo.- piensa antes de coger uno de los taburetes y sentarse pesadamente.

Kalimash, bardo y aventurero - dice mientras apoya unos antebrazos en la mesa tan gruesos como los muslos de una persona normal.

Punta arena parecía un pueblo pacífico, los niños estaban jugando por ahí, los pobres eran pocos, pero no estaban completamente hambrientos. A uno le doy 5 monedas de plata, y le pregunto el lugar de la taberna del pueblo. Cuando me lo dice, le doy las gracias y me dirijo a la taberna.

La posadera se acerca a vuestra mesa, parece excitada, se dirige al semi-orco ¿Un bardo has dicho? Por contar historias o tocar música hago descuentos, a eso se refiere el cartel. ¿Te animas? Parece impaciente

Observo a los hombres que se acercan, algo descarada incluso. <Perfecto...> la verdad es que me siento un tanto extraña entre tanto desconocido, parece que la camarera nos va a sentar a todos juntos, no puedo evitar mirar de reojo hacia ella, aunque cuando escucho a Kalimash hablar, le dedico una amable sonrisa.

-Un placer Kalimash, este es Nox y a mi me llaman Samay- presento también a mi nuevo conocido.  pienso al verlo sentarse con nosotros también. 

Observo a Eladamri, al que saludo también con un gesto -un placer- 

El pueblerino te mira asombrado cuando le das las cinco piezas de plata. Muchas gracias señor! Claro, hay varias posadas en el pueblo pero sin duda alguna la mejor es la del Dragón Oxidado. Acompañeme.

Lo primero que te llama la atención es una exhibición bastante macabra, sobre la entrada a una cuadra cubierta de un establo hay una colección de orejas goblin: preservadas y clavadas a tres travesaños distintos, cada uno con un nombre goblin grabado a fuego en la piel correosa. Después te fijas que hay un cartel donde aparece un goblin arrollado por las patas de un caballo (localización 38).

Justo enfrente del establo (localización 41) hay una gran tienda, te asomas y vende ropa, armas, juguetes, obras de arte, libros y herramientas importadas.

Continúas y justo al lado del establo (en la localización 37) empieza a oler bien, a comida. Es un edificio de grandes dimensiones y en el tejado hay un impresionante y, bastante oxidado, dragón de hierro que se alza sobre el tejado del edificio, sirviendo tanto de pararrayos como de decoración. Parece una posada y se oye murmullo dentro.

Te asomas y efectivamente es  una posada, está al completo el salón y sólo hay una posadera atendiendo a todo el mundo. El salón es bastante grande con mesas rectangulares de madera para seis personas la mayoría. Hay unas 17 mesas. Ves que al fondo a la derecha hay una mesa para cinco personas con un sitio libre. Los aseos están al fondo enfrente y al lado de la mesa vacía hay una puerta cerrada. En el fondo a la izquierda está la barra y del centro de la posada hay una escalera que sube y divide en dos el salón.

Los que hay allí son todos humanos aunque en la mesa que te has fijado hay uno con el pelo blanco y hay bastante ruido, aunque el lugar parece acogedor. Parece que el elfo va para allá.

Hay un cartel al lado de la barra que pone "Se necesita ayuda".

Te decides a entrar y la posadera se acerca a atenderte Vienes solo? Allí hay una mesa que sólo tiene cuatro comensales, acomódate si quieres y ahora voy a atenderte y te guiña un ojo después de señalarte la mesa que tú habías visto.

Se acerca a la mesa también un semi-elfo.

Zi me traez una cerveza, remojo el gaznate y me quito el zofoco del viaje, despuéz zoy todo tuyo -dice a la posadera con una sonrisa todo colmillos.

Entonces mira a Samay y pregunta con gesto más serio aunque sus ojos parecen chispear -¿te llaman? ¿Y tu como te llamaz a ti mizma?- su voz es grave y profunda, aunque parece que el bardo tiene cierta pericia en modularla y no parecen los gruñidos del orco medio.

Buenas a todos. Si no es indiscrección, cuales son los motivos de vuestros andares? No pareceis de aquí. Les digo a las personas con las que voy a compartir mesa

Asiente complacida mirando a Kalimash Ahora mismo, los demás qué vais a querer? os quedáis a dormir todos? De comer tenemos estofado de verduras, chivo o sopa, a 3, 5 o 1 pieza de plata respectivamente. La bebida son 2 pp. Y dormir depende si queréis individual la habitación a 2 po, o para los cuatro que faltan 5 pp cada uno.

Antes de que la chica pudiera apartar la mano, en vez de apretarla lo que hizo fue llevarla a los labios y besarla, casi un roce, a la altura de los dedos, para después soltarla y guiñarle un ojo. 

Antes de que pudiera responder a Samay, sin embargo, apareció de nuevo la camarera trayendo a más gente. En cuestión de minutos el poco hueco que había en la taberna acabó por llenarse con sus nuevos compañeros de mesa. Cuando vio al elfo se quedó un momento parado, fijándose en él, pero fue al aparecer el semiorco cuando un escalofrío le recorrió el cuerpo y notó el hormigueo que solía notar en el lugar donde caía un rayo, pero en las yemas de sus dedos. ¿Cómo podía aquella gente ver con buenos ojos a aquella bestia, tratarle como a cualquier otro? Esas personas, sin duda, no habían sufrido los asaltos de los pieles verdes cada verano ni habían perdido gente a sus manos.

Pero aquél ser hablaba bien, no era gutural ni - visto de cerca - monstruoso. Y decía ser bardo. Aún le faltaba mucho mundo por ver, muchas cosas desconocidas que debía aprender. Tal vez no en todas partes eran iguales... 

Como fuera, sus pensamientos volaron cuando un quinto apareció de nuevo y se acercó a la mesa, visiblemente decidido a sentarse también. Él, por su parte, se arrimó más a Samay, dejando hueco a los nuevos, y miró con curiosidad a aquél pequeño grupo tan variopinto que se había formado en un momento, optando por permanecer callado y ver como se desarrollaba todo entre ellos, aunque atendiendo a la posadera, eso sí. 

- Yo si me quedaré a dormir si hay hueco... - Miró de reojo a Samay -. Y tomaré lo mismo que ella, espero que sea verdad que está tan bueno. 

¡Zoy bardo!- repite al recién llegado mientras se va quitando el enorme macuto de la espada, seguido de una enorme hacha casi tan alta como una persona que deja encima del macuto, seguida de una bandolera, seguida de un chaleco de cuero -recorro loz caminoz, eztudio nuevaz culturaz, invento nuevoz relatoz, vendo mi brazo como mercenario- añade amigablemente.

Teniendo en cuenta que es un semiorco de dos metros, de semblante feroz y unos músculos enormes, parece una ocupación bastante curiosa.

¡Yo también me quedaré por lo menoz un par de díaz!

No puedo evitar dedicarle una tierna sonrisa a Nox por su gesto de caballero antes de hablar con los demás. 

Miro de forma directa al semi-orco, clavando los ojos en el, dibujo una sonrisa de medio lado, algo pícara 

-No acostumbro a llamarme a mi misma, cuando hablo conmigo misma no uso ningún nombre en concreto- le guiño el ojo, divertida. Es entonces cuando veo al otro hombre que completa la mesa.

-Se te saluda- digo alzando el vaso de hidromiel hacia el en forma de saludo, doy un pequeño sorbo y ladeo la cabeza para seguir contestándole -supongo que a todos nos ha traído aquí el olor a rica comida, la buena bebida y el cansancio. Es un buen lugar para pasar la noche- le dedico una amable sonrisa. Claramente, no me apetece contar lo que ronda en mi cabeza, o por lo que he llegado a este sitio. 

¿Entoncez porque hablaz de ti mizma en tercera perzona? - dice mientras extrae un libro que parece minúsculo en sus manazas, cálamo y un tintero de la pequeña escarcela de su cinturón -¿ez una coztumbre de tu tierra? ¿De donde erez?- pregunta mientras parece preparar todo para escribir las respuestas, abre el tintero, chupa el cálamo, tiñe la punta con suavidad, abre el libro.