Partida Rol por web

A él la historia de aquél hombre le había llamado la atención. Seguía sin entender demasiado como llegaría un pueblo a aquella situación, pero podía comprenderlo. No en todos los lugares se vivía como dónde él había crecido, y era demasiado fácil, lo había visto con sus ojos, que alguien se corrompiera. Si eso avanzada y crecía, aquella semilla transformaba una sociedad humilde y unida en un infierno del que unos pocos sacaban ventajas. 

Con un leve asentimiento hacia el semielfo dio por concluida su historia y escuchó la del saqueador de tumbas. Era curioso, pero aquél mercenario llegaba a parecer incluso un buen tipo. Sin embargo el elfo seguía sin inspirarle demasiada confianza, y tardaría tiempo - si es que duraban tanto juntos - en verle con buenos ojos. Con un nuevo cabeceo hacia él cuando acabó pensó en lo que ambos hombres habían dicho. Sus historias eran claras, tenían un comienzo y parecían continuar hacia un final. Se preguntó si la suya también acababa de iniciarse y pronto emprendería una aventura que le llevara hacia su lugar, pero rápidamente desechó aquél pensamiento, diciéndose que él no era un trotamundos, sólo era un aldeano demasiado inquieto que no había sabido encajar. 

Dispuesto a dejar de pensar en esas cosas, volvió a darle una vuelta a los relatos de aquellos dos, y mirando de nuevo a Caedum preguntó aquello que le había intrigado.

- Uhm, ¿por qué J.R? 

Sonrió levemente. ¿Qué podría significar? 

Sonrío ante la pregunta de Nox, ya que fue lo que yo opino una idea mia.

En realidad es muy simple, porque no tiene nada que ver conmigo, los guardias buscaran a las personas con iniciales de JR, sin embargo, será en vano, pues no hay nadie con esas iniciales que tenga la culpa.

Digo, mientras tomo un sorbo de cerveza. Gracias a eso, nunca tuve excesivos problemas con los guardas gracias a esa idea.

Ladeó la cabeza, pensando en el propósito de algo así e hilvanando aquello con lo que había contado el bardo. Si Kalimash tenía razón, cuando alguien se erigía paladín de los pobres habitualmente eran estos los que acababan sufriendo hasta que daban con el responsable de semejante ofensa. Si los poderosos veían la JR y buscaban a alguien con sus iniciales jamás acertarían con la persona, pero eso, seguramente, no quitaría que encontraran a alguien. 

- Uhm, ¿y que ocurre si atrapan a alguien con esas iniciales? - Centró su mirada en los ojos del semielfo -. No creo que haya tantos tampoco del lugar de donde vengas, y aunque los hubiera, seguro que uno tras otro caen como chivos expiatorios por tus acciones - Sonrió tranquilamente, como si fuera un simple rompecabezas donde fuera juntando piezas, no había maldad ninguna, sólo intriga ante el comportamiento de los demás -. ¿No caerán sobre ti las muertes de inocentes que no saben ni cómo defenderse? Al menos tú podrías protegerte, ¿por qué no dar la cara?  

Escucho muy atenta de que hablan, aunque disimulo mi interes mientras doy sorbos a la bebida. Al escuchar la historia de Caedum arqueo una ceja con la expresión de sorpresa en mi cara.
-¿Y quién te dice que aquí no haya algún guardia buscándote? ¿o que no te vayamos a entregar? La verdad es que yo iría con más cuidado de lo que cuentas, podrías meterte en problemas... comento, aunque la verdad es que no le doy demasiada importancia.
Sigo escuchando entretenida lo que cuentan mis compañeros de mesa, entretenida y agradeciendo pasar desapercibida.

Samay tiene razón. ¿Qué te garantiza que nuestras historias son ciertas? Quizá somos guardias o cazadores de recompensas tras tu cabeza y tu no lo sabes. - comento iniciando un viejo juego que aprendí durante mis días de mercenario. - Acabo de decirt que trabajé como espada de alquiler, quizá aún siga siéndolo.

¿Acaso no notas mis ropas? Un largo saco negro con capucha, lentes para ocultar mi identidad, un estoque afilado y una armadura ligera. Por otro lado, no te sorprende un semi orco que dice ser bardo. Sí sus modales son refinados, pero sus brazos tan fueres que podría partir un roble sin necesidad de un hacha. - digo con seriedad mirándolo a los ojos.

Además mi querido defensor de los pobres, no sabes si tengo un cartel de: "Se busca" en mi bolsillo con tu imagen y tus crímenes. Quizá sea una caza recompensas honorable, quién sólo estaba esperando tu confesión para hacer esto. - digo llevando mi mano a mi bolsillo de manera lenta y pausada, intentando poner nervioso a Cadeum, para luego sacar tres monedas de plata.

Toma y bebe una en mi nombre amigo, estoy de broma. - agrego con una sonrisa - Pero trata de ser más cauto en tu futuro, tu lengua puede meterte en líos.

Es evidente que el buen Kalimash y yo tenemos nuestras historias, pero ninguno ha hecho algo como lo que tu nos acabas de confesar y si lo hubieramos hecho no os lo contaríamos hasta tener suficiente confianza con vosotros, pero como tu has confiado en mi, yo confiaré en ti. Si alguien viene a buscarte, prometo cubrirte mientras te piras. Ya sabré yo como responder por eso. Jajajaja.

En mi cazo me darían un premio por matar a mi hermano, dezpuéz me zugerirían amablemente que ziguieze mi camino, con loz mejorez dezeoz para que terminaze igual.- dice con tono ligero.
¿pero un noble? Ezo zon palabraz mayorez, exizten conjuroz de adivinación y loz noblez tienen muchoz parientez cercanoz y lejanoz dizpueztoz a zoltar el oro nezezario, deberíaz vigilar tuz ezpaldaz y viajar de incógnito

Viene la posadera con una bandeja y os da a Kalimash una cerveza, a Nox un estofado de ternera con verduras e hidromiel de beber, y a Eladamri y Caedum un estofado de ternera con verduras.

Después se dirige a Kalimash Si es verdad que vas a contarnos una historia o tocar música te invito a la cerveza, si no dos piezas de plata grandullón y sonrie. 

Disculpe señorita, traígame también una bebida, pues el viaje fue largo y mi garganta está seca, aquí tiene. Cóbrese por favor. - digo mientras me dispongo a comer.

Al momento trae la bebida de Eladamri y se cobra también la de Caedum.

La tensión que parecía estar generándose en torno al asesino de ricos se disipó rápidamente cuando la tabernera trajo al fin la comida y la bebida. Como si llevara días sin comer en condiciones, lo cual era en parte cierto, se lanzó a devorar el estofado con grandes cucharadas que le sabían como los guisos de su hogar. Tardó apenas cinco minutos en comerlo todo, rebañando al final y sin haber tocado la bebida, y al final, cuando acabó, se acomodó en la silla y sonrió. Con un guiño complice a Samay, asintió dando a entender que estaba tan bueno como le había dicho, y sólo entonces cogió la jarra y tomó un pequeño sorbo de hidromiel. 

Luego miró al bardo mientras este se acababa la cerveza y sacó con calma su flauta de pan. Era un instrumento simple, carente de la calidad de los que podían encontrarse en manos de verdaderos trovadores y músicos, pero la había fabricado el mismo y le tenía cariño. Había aprendido a tocarla por sí solo, aunque llevaba ya bastante sin hacerlo y estaba seguro de que apenas sería capaz de hilar dos notas seguidas, mucho menos una canción. Sin esperar nada en especial sopló un par de veces en los pequeños tubos, probando el paso del aire, y un sonido chirriante aunque corto le dio la pista que necesitaba para darse cuenta de que estaba sucia por dentro. Seguramente en su camino se habría metido barro y se había endurecido, o podría ser que un golpe fortuito la hubiera astillado por dentro en algún lugar. Como fuera, no estaba listo para tocar nada en esos momentos y era mejor no intentarlo hasta que hubiera arreglado su pequeño tesoro. 

Con un gesto de decepción la dejó sobre la mesa y habló para Kalimash. 

- Me temo que no voy a poder servir de acompañamiento para ti, tendrás que ser el único que nos alegre la noche... 

Dicho esto sacó 1 pieza de oro y se la entregó a la tabernera aprovechando que volvía con la bebida de sus dos compañeros y les cobraba también, decidiéndose al final por la habitación comunitaria, no porque le faltara dinero, sino porque si quería conocer lo que el mundo le deparaba, era mejor no seguir sólo demasiado tiempo.

Me hace gracia la situación de la flauta y no puedo evitar que se me escape una tímida risa floja. Estos chicos cuanto menos, son divertidos. Hacía tiempo que no disfrutaba de buena compañía, así que sigo escuchando sus historias. Y aunque el cansancio empieza a pesarme, no puedo irme sin ver al semi orco actuar, me llama muchísimo la atención todo lo que sabe hacer. Siempre había escuchado historias sobre los orcos, pero no había tenido la suerte (o la mala suerte) de cruzarme con ninguno. 

-Oh una pena- le digo a Nox cuando le comenta a Kalimash que no puede acompañarle -habría estado bien veros a ambos actuando...- es una pena que aquí solo se pueda ayudar cantando, tocando instrumentos o contando buenas historias, para eso no sirvo, y mañana tendré que buscar algún trabajo aquí, a ver si encuentro algo. No puedo permitirme el lujo de pagarme una habitación todos los días y tampoco me fío de la comunitaria... 

Espero sonriente la actuación, mientras voy dando sorbos de mi hidromiel, sin llegar a terminarla. 

En el momento que conté la historia, sabía que había sido un error, la cerveza era más potente de lo que esperaba. Y mis sospechas no mermaron cuando el resto de los presentes empezaron a "bromear", hasta el punto de que llegue a tocar el mango de mi espada con la punta de mis dedos, pero la tensión se disipo al instante cuando eladamri sacó las monedas para una cerveza más. En cuanto a la pregunta de Nox, de porque no daba la cara y el peligro de las iniciales, no tuve demasiados problemas en contárselo.

JR son las iniciales del guardia que asesinó a mi amigo, que era como mi padre, por lo tanto si lo matan, será un asesino sangriento menos en el mundo.

Tras la breve explicación, cogí la cerveza, y le dí un sorbo más, esperando la actuación de Kalimax con impaciencia

Creo que yo también cenaré y dormiré en la habitación comunal jefa - dice a la posadera antes de añadir -quizá me gane una propina y me zalga gratiz la noche. Maz me apunto ya la cerveza- dice antes de guiñar uno de sus ojos y beberse la cerveza apurándola hasta el final.

Una vez terminada se levanta pesadamente y se dice a si mismo -mucha mierda - antes de recoger todas sus cosas y dirigirse cerca de la barra, si se tiene que remojar el gaznate mas veces mejor tener a mano a la posadera.

Una vez allí deja todo en el suelo y formula unos sencillos y musicales pases mágicos; de pronto a sus pies aparece un gran cajón sobre el que se sienta y empieza a dar golpes rítmicos para reclamar la atención de la gente. Pasa un minuto en el que el ritmo va in crescendo y justo cuando el semiorco vuelve a ponerse de pie la caja se desvanece como si nunca hubiese existido.

Entonces entona con voz clara y sin atisbo de ceceo:

En lucha postrera y solitaria,

Contra la caída de la larga noche,

Las montañas montan guardia,

Y los muertos estarán en vela,

Pues la tumba no es frontera a mi llamada.

Innumerables historias se narran sobre los artefactos de los dioses, caídos sobre el mortal mundo cuál bendiciones o desgracias, perdidos y reencontrados. Más de éste cuyas búsquedas han creado cien veces cien historias yo como humilde bardo os narraré sus inicios.

De cómo Yamas la parlanchina de lengua afilada y estoque de plata se abrió camino entre huestes infernales engañando a unos, ensartando a otros.

De cómo Mudeac el veloz cazó junto a los centauros, superó a los delfines nadando y buscó hasta los confines del mundo raudo como un halcón.

De cómo Xon el Místico removió cielos y tierra con poderosos arcanos, la suya pronto se convirtió en una lucha de fé y magia contra los mismísimos entrópicos slann y las Abominaciones del Más Allá.

Pues el Cuerno de Valerian ha generado éstas y más historias, cada Héroe una posible Leyenda, un Cazador del Cuerno, todos buscando tan ansiado precio, que sólo aparecerá en el momento de Gran Necesidad.- su voz se modula suavemente mientras narra las increibles historias de tan intrépidos aventureros.

Yamas la pequeña y astuta, dicen que poseía poderes mágicos pues era capaz de convencer a cualquiera a comprar arena en un desierto. Más dejad que os cuente que no era así, sin embargo era profunda conocedora de la mente, capaz de incitar el deseo de cualquier mortal pues incluso arena en un desierto podía vender.

Su búsqueda comenzó joven, pero los terrenos mortales no revelaron sus frutos y pronto puso sus ojos en los inmortales, no en los benignos, aquellos de dulces y apacibles canciones infinitas, sino en el fétido Abismo de los mil estratos, el Pandemonio de los vientos aullantes de dolor y el Infierno de diablos casi tan astutos como ella.

Junto a ella estaba su fiel estoque Plataguja capaz de perforar a todas las inmundas bestias que se le encontraban cuando su lengua no era suficiente. Su rastro se perdió cuando logró engañar en un juego de acertijos al Señor del Segundo y obtuvo la Corona de la Maestría. 

Cuando lleva unos diez minutos hace una pequeña pausa para beberse otra cerveza y limpiarse la garganta antes de seguir narrando.

Mudeac el veloz, arco certero, un gran rastreador y cazador prefería los terrenos salvajes donde su flecha jamás yerraba. Se dice que de los animales que cazaba adquiría sus capacidades, pronto era veloz como el guepardo, resistente como el feroz jabalí, poderoso cómo un toro, imponente cómo león.

En tierra no encontró su destino, el Cuerno se le escapaba y decidió sumergirse en la mar, las profundidades tampoco tenían secretos para él, que era más feroz que un tiburón y mas ágil que el delfín. Pero tampoco la mar dió frutos a su búsqueda, sólo quedaba un último destino y cuál águila se alejó en el aire para continuar la búsqueda.

El tercero mas no el menos poderoso, Xon el Místico carecía del poderío físico de los anteriores, sin embargo era uno de los escasos elegidos, capaz de aunar los poderes divinos y los arcanos en una amalgama sin igual entre mortales. Nada escapaba de sus hechizos de adivinación, podía encontrar la aguja en un pajar en un suspiro a dos montañas de distancia o reclamar a cualquiera por su nombre, mas el Cuerno no respondía y no se dejaba encontrar.

Viajó por aquellos lugares donde pocos mortales pueden hollar la tierra sin que sus mentes queden rendidas, derrotó a los Ancianos Elementales tierra contra aire, aire contra tierra en titánicas tempestades de elementos que creaban y destruían montañas. Viajó por los planos que configuran el ethôs y parece ser que en las interminables tormentas de creación del Limbo escuchó Su llamada. Pero hay un motivo por el que los mortales no deben salir de su dimensión designada por los dioses, terribles creaciones le acechaban y sus poderes tuvieron una feroz lucha para dar cuenta de ellos, hasta que finalmente accedió a otro sitio, uno del que nadie tiene conocimiento ni recuerdo. ¿Encontró el Cuerno?

Nadie puede saberlo, pero incontables nuevos Héroes parten en su búsqueda continuamente, incluso vosotros podríais convertiros en Cazadores del Cuerno y un día vuestras historias ser contadas por alguien como yo durante milenios.

Sus tonos son altos y gloriosos en sus narraciones, graves y oscuros en sus advertencias, termina con una de ellas -Y recordad, si encontráis el Cuerno de Valerian recordar su escritura en la lengua de los dioses "Que Aquel que sople en mí no piense en la gloria, sino en la salvación".

Con ésto da por concluido el relato y vuelve a la mesa de sus conocidos.

La gente estaba distraída hablando. Pero el tambor del bardo y la aparición de este hicieron que callaran y todos prestasen atención a su interpretación. Al terminar todos estallaron en aplausos y algunos lanzaron monedas de plata a Kalimash en agradecimiento.

Al poco se acerca la posadera a Kalimash No sólo la cerveza, te has ganado la cena y la habitación.

Como todos, prestó atención al semiorco cuando empezó a tocar los tambores, aunque al contrario que la mayoría, él - y los de su mesa claro - pudieron ver como hacía aparecer el instrumento de la nada. Era algo ciertamente asombroso, pero aquél comienzo bien ensayado quedó rápidamente relegado a un segundo plano cuando empezó a narrar, con una voz potente y clara - casi parecía de otro -, las hazañas de varios héroes de leyenda sacados de la nada. 

A medida que escuchaba aquello y veía el potencial del bardo, sus cambios de entonación, sus gestos, se alegró de no haber tocado la flauta, pues le habría, sin lugar a dudas, fastidiado la interpretación. Además, de esa manera apenas tardó un par de minutos en darse cuenta de que los protagonistas que buscaban el Cuerno no eran otros que ellos mismos, lo que le hizo sentirse aún más inmerso en el cuento. 

Cuando su compañero acabó no pudo menos que aplaudir junto al resto mientras regresaba a la mesa junto a ellos y una vez en ella se levantó e inclinó la cabeza en señal de respeto y disculpa. 

- Kalimash, debo disculparme contigo. Cuando te he visto he pensado que eras otra bestia salvaje y descerebrada como las que atacaban mi pueblo desde las montañas - Sonrió, volviendo a sentarse -. Pero me doy cuenta de que no eres ni lo uno ni lo otro. Tienes un gran talento, y me alegro de haberte conocido, me queda mucho por ver y aprender del mundo - Miró al resto de los que se sentaban junto a ellos, y levantó su jarra, que aún no había terminado, para brindar -. Por Kalimash y más noches como esta. 

Una vez hecho el brindis se acabó la hidromiel - la poca que le quedaba - y se volvió a recostar en la silla pensando en la historia. Se daba cuenta de que todos habían aparecido en ella excepto Eladamri, y no tenía claro si era porque el nombre no daba mucho juego o porque el elfo no terminaba de caer en gracia a ojos del trovador. Como fuera, si él se había dado cuenta los demás también, y prefería no hacer comentario alguno sobre eso, prefiriendo, por si el saqueador se había dado cuenta, desviar sutilmente la atención. 

- Por cierto, Xon el Místico, decidme la verdad, Nox queda mejor, ¿a que si? - Rió por lo bajo, aunque se dio tarde cuenta de que si pretendía no meter el dedo en la llaga iba por mal camino, tendría que cambiar de tema -. Como sea, ¿existe de verdad ese Cuerno? ¿Quién es Valerian?

Sonrío sorprendida al escuchar al bardo relatando, por un momento pensé que iba a ser un circo, pero no, me sorprende gratamente. Cuando termina aplaudo. 

-Guauuu todo un artista, si señor- comento por la sorpresa -enhorabuena Kalimash, ha estado muy bien-  le dedico una amable sonrisa y un divertido guiño. 

Me fijo curiosa en el grupo que se ha formado en un momento, que la camarera nos ha reunido y me alegro de no sentirme tan sola como de costumbre. 

Cuando Nox habla -¿Xon el místico?- se me escapa una risilla -mejor Nox, si- en el fondo me lo estoy pasando muy bien con ellos. 

Sinceramente, esperaba que el semiorco no lo hiciese demasiado bien, y tal vez fueron mis bajas expectativas lo que hizo que me sorprendiera tanto. Nada más terminar, espere a que se sentara en la mesa.

Madre mia, ha sido increible. Eres mucho mejor de lo que jamás habría pensado, de verdad que tienes un gran talento, Kalimash.

Digo, mientras brindo con mi cerveza por Kalimash.

Vaya habilidad para narrar maese Kalimash. En verdad me agrado mucho la historia,  sólo me pregunto qué parte de la historia es real y qué parteves ficción. - digo de forma animada mientras sonrío con entusiasmo.

Recibe con una sonrisa todo colmillos los halagos, hinchado como un pavo real. Mientras vuelve a sentarse aprovecha para pedir otra cerveza, quizá luego le vuelta tocar actuar pero la vida del bardo en las posadas es maravillosa y no es quien para discutir su suerte.

Claro que exizte, Valerian ze dice que fue un avatar de la primera dioza de la vida y la muerte, la dioza ya no exizte máz zi zu creación. Un Cuerno capaz de invocar a los héroez de leyenda para luchar junto a zu portador. Rezpecto a los héroez de quien he narrado zu hiztoria... ¿quien zabe? Ya zon realez, cuando a la gente le guzta una hiztoria la vuelve a contar y ezparcir, en un futuro Xon el Míztico podría zer toda una leyenda... y laz leyendaz tienen vida propia. Quizá un eztudiozo de loz planoz mejor que yo oz pueda narrar de extrañoz lugarez donde hazta el penzamiento cobra vida.

Entonces da una palmada y exclama -maz oz habéiz portado de forma educada conmigo y Kalimash paga zuz deudaz, ¡oz invito a un par de rondaz! Cuando Shelyn le zonríe a uno ez bueno compartir zu bendición. Y máz aún con Birgh como mi muza inzpiradora. ¿Zabéiz? Ze dice que exizten magiaz poderodaz que te permiten viajar a loz otroz planoz, incluzo aquelloz donde viven loz diozez, ¿quien zabe zi algún día podría lograr viajar a zu cozpecto?- aclara rápidamente - zin haber muerto, claro eztá.

Acepto la invitación de Kalimash -Vaya... muchísimas gracias- le digo -me vendrá bien para dormir- pienso para mi. 

-Es genial todo esto que cuentas ¿que tienes pensado hacer? ¿vas a quedarte por aquí? quizá podrías sacarte un extra en el festival de la mariposa... ¿y vosotros? - a los demás -yo quisiera informarme, a ver si encuentro algún trabajito que hacer para poder pagarme al menos la estancia- me río leve, este sitio me gusta, y si se quedan ellos también quizá es nuestro hogar... o no, quien sabe. 

Me quedo un tanto pensativa, pensando en que voy a hacer "con mi vida", realmente es un misterio... supongo que la hidromiel empieza a hacerme efecto, y un pelin de sueño empieza a entrarme.