Partida Rol por web

Está histérico... Ora vuelve a disparar, esta vez a la mujer que avanza a por Jarno, no puede permitir que llegue hasta él.

Centrando mi atención en la mujer herida , disparo contra ella , apoyando una rodilla en el suelo , para afinar la punteria y acabar el trabajo iniciado instantes antes .

Zorra te dije que lo pagarias caro - Grito mientras observo los efectos de mi disparo .

La cazarrecompensas corre hacia Jarno, en zig zag, lo que hace que ninguno de vuestros disparos le alcance. A su vez ella abre fuego contra Kotar, aunque también sin éxito.

El tiempo apremia, el oficial seguro que ha dado la voz de alarma y en breve todo esto se llenará de imperiales, por lo que vuestra única salida será rendirse o morir. De cualquier modo es un triste final, para unos rebeldes que aspiran a mucho más.

La peligrosa mujer se lanza al suelo donde está Jarno. Parece que va a agarrarlo, porque centra sus acciones en moverse rápidamente, olvidandose de dispararos, y de vuestros disparos.

Tenéis un solo segundo para pensar qué hacer antes de que ella teremine su estirada y consiga agarrar la cabeza de Jarno.

¿Qué hacéis?

Mierda esa zorra quiere un parapeto , de eso nada . Sin dudar un instante disparo sobre la tia esperando reventarle la cabeza .

De esta no te salvas maldita , espero ver tu cabeza esparcida como la de tu compañero . - Grito despues de disparar .

Luego corro para acercarme a la posición de Jarno y Dana .

El disparo de Wendy alcanza en la cabeza de la escurridiza mujer, abriendole una fea brecha. Ha sido un disparo certero y la chica queda inconsciente en el suelo. Los disparos de los compañeros ya carecen de importancia al estar abatido vuestro último enemigo. Es hora de recoger los tiestos y salir por patas, o, quizás esperar a que lleguen las fuerzas imperiales y tratar de charlar sobre lo ocurrido, lo que los rebeldes prefieran.

Los supervivientes se mueven rápido, dos se lanzan sobre Jarno, aplicándole un Medpac que reanima al piloto "atrevido", quien recupera la conciencia, un tanto atolondrado todavía. Los otros tres corren hacia Dana para descubrir que... está muerta. Un rápido examen os delata un dardo en la nuca de Dana, el causante de su muerte y de que no hayáis visto rastro de sangre. Dana, con uniforme de oficial imperial, lleva encima varios papeles de identificación del imperio, un bláster de bolsillo y un registrador de información.

Cogéis el registrador, pues es muy posible que tenga información en clave para vosotros. En ese momento escucháis los pasos, ese sonido que tiene hastiado a los habitantes de cualquier rincón de la galaxia, la cacofonía resultante de la carrera de los soldados de asalto imperiales en formación de ataque. Vienen hacia aquí, por la derecha, y están cerca. No hay mucho tiempo para pensar. Vuestra nave está hacia la izquierda, quizas tengáis una oportunidad.

¿Qué hacéis? ¡¡RÁPIDO!!

Aun medio grogui por el impacto recibido, miro en dirección a los pasos que se aproximan y digo.
Gente, creo que toca correr. A juzgar por el sonido de botas, yo diría que se aproxima una escuadra entera. No nos queda otra opción. Hacia la nave ya mismo.
Y empiezo a trotar como puedo por el pasillo en dirección a nuestra nave.
Y por cierto, gracias a todos por salvarme el culo.

Mientras los demás se hacen con Jarno y con Dana, me limito a acercarme al caído escamoso. Ya había avanzado aproximándome bastante, así que en apenas un par de pasos más puedo llegar al cuerpo inerte. El icor que es su sangre lo mancha todo, es curioso lo frágil que es el cuerpo. Agito la cabeza para dejar de pensar estupideces sin sentido y me agacho rebuscando entre sus cosas. Sin esforzarme mucho simplemente le arranco el cinturón y me encamino hacia el cruce de pasillos mientras tanteo las pertenencias. Con satisfacción resuelta me hago con dos granadas, una de ellas la guardo rápidamente mientras la otra la levanto en la mano.

- ¡A cubierto! Abandonad el lugar y corred. Esto se va a poner demasiado feo. ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!

Activo el mecanismo de la granada que aún sostengo y la lanzo por el pasillo de la derecha, el mismo por el que aparecerán en breve los imperiales. En cuanto la lanzo desenfundo nuevamente el arma y retrocedo encogiendo el cuerpo a sabiendas de la próxima explosión. Una mano sostiene el arma y la otra la granada que aún guarda, un nuevo regalo para sus viejos amigos los imperiales.

Encogido, corro por el pasillo siguiendo al resto y cubriéndoles la retirada. Todo eso merece una paga extra, vaya que sí.

Te lo dije zorra , digo mientras le escupo con rabia a su deformada cabeza .

Luego de ver como registran a Dana y reaniman a Jarno , corro hacía la nave dispuesta a despejar el camino a esta .

Por el rabillo del ojo, veo como Kotar prepara la recepción de los imperiales que puedan perseguirnos y digo.
Bien hecho. Espero que eso sea suficiente. No obstante, sera mejor que estemos preparados para lo peor. Pues aunque logremos llegar a la nave, quizá nos encontremos con algún peloton de tropas de asalto desplegado ante ella.
Y mientras sigo corriendo, compruebo la carga de mi blaster. Solo hice un disparo en el tiroteo anterior. Aun queda, por tanto, suficiente carga.
Eso si, espero que, si logramos huir, no nos persigan demasiados Tie.
Y continuo corriendo junto al grupo en dirección a la bodega en donde se halla nuestra nave.

Salís del callejón hacia la izquierda, y los veis llegando por la derecha. Son ocho soldados de asalto. Kotar asoma el pescuezo y lanza la granada, lo que os da tiempo a todos para salir corriendo hacia el lado opuesto.

Vamos, vamos.

Y yo, tras ver el lanzamiento de nuestro compañero, no puedo evitar decir.
Ahora sera mejor que aceleremos. Lo digo por que me parece, que esa granada no va a llegar muy lejos.
Miro entonces hacia delante pues solo faltaria que apareciera un segundo pelotón de imperiales interceptándonos el paso.

Ora corre hacia la nave dolorida, sin poder evitar cogerse el costado donde le ha dado la metralla. Mira ansiosa hacia todos sitios, esperando no encontrar más resistencia que la que ya han tenido

Seguimos corriendo por un pasillo que parece inacabable. Aunque, afortunadamente, no parece que los Imperiales vayan a atraparnos.
Me doy cuenta del gesto de dolor de Ora y digo.
No se como andaremos de equipos de primeros auxilios en nuestra nave. Pero no olvides que llevo encima un med pack. En cuanto tengamos un minuto libre, miraremos esa herida.
Y vuelvo a mirar brevemente hacia atrás para comprobar si aparecen los imperiales y para ver, si estamos algo lejos de la granada.