Partida Rol por web

Te dedicas a dar vueltas por la ciudad, y a beber en alguna cantina hasta que decides hospedarte en una habitación del hotel a pasar la noche. Una vez por la mañana te diriges a la cita señalada, en la cantina, donde van a estar todos los cazarrecompensas.

Cuando llegas a la cantina ves un grupo espectácular de aguerridos cazarrecompensas, con la más variopinta colección de armaduras, algunas de buena calidad, otras hechas con retales, y todos compitiendo por ver quién es el más bruto.

Te colocas por allí observando los grupos. Hay alienígenas por un lado, gente calmada y silenciosa por otro, ineptos y bocazas por casi todos sitios, y Jax en medio mirando unos papeles. Finalmente Jax manda a todos callar y empieza a hablar.

-Bien muchachos. Si estáis aquí es porque habéis sido seleccionados para este trabajo, por lo que se os presupone adiestramiento marcial, valor y aptitudes de combate. A partir de ahora obedeceréis órdenes, así que callad si no se os habla.

Cerca de aquí tenemos vehículos dispuestos para los que no tengan medio de desplazamiento. Así que mientras se terminan los preparativos, quiero que cada representante de los grupos contratados, venga y me diga si cuentan con vehículo o no, para proceder a realizar el reparto de hombres.

En cuanto se me dé la información, se procederá a recoger los vehículos inscritos y a llevarlos al lugar señalado, a la salida de Mos Eisley por el norte. El resto se alineará en formación de a dos y saldremos al paso de la ciudad.

¿Todo claro? Pues adelante.

No parece haber rastro de Zadra ni de Sono y el ratón parlante.

Aquello parece sin duda un patio de recreo para los mercenarios. No se exactametne cuento pide el imperio por el hombre ese que estan buscando, pero tiene que ser  una verdadera fortuna si pueden pagar a tanta gente. Aunque se le esta ocurriendo que matar a todos esos mercenarios seria la manera perfecta de quitarse los competidores de encima y poder investigar ellos tranquilamente.

Parecia que lo que habia oido era cierto. Ese tal Jax habia organizado un verdadero ejercito, pero no tenia intencion de hacerle mucho caso. El estaba alli por culpe de una mujer. Y hasta que ella apareciera lo demas carecia de importancia.

Aquello seguia siendo una cantina, asi que se acerco a la barra. Mientras esquivaba imbeciles paso si y paso tambien se pregunto porque no encontraba a su supuesta jefa. No creia que lo hubiera dejado en la estacada.

La situacion no pintaba nada bien. Pidio un bebida y se fue a un rincon. Queria saber que clase de idiotas habian picado con semejante plan. Porque si tanta gente supiera de verdad donde estaba el tipo, los que irian serian los soldados de asalto del imperio. Aquello no tenia ni pies ni cabeza.

Busco con la mirada gente conocida, no pensaba dejarse ver con nadie, pero seria interesante ver donde estaba la gente.
Estaba seguro de que sus antiguos compinches estarian por alli. Asi que busco a los gamorreanos de la sala.

Y de paso a ver si veia tambien a el tipo ese de ayer. El sargentucho suicida que solo queria demostrar que la tenia mas grande y mas gorda que un caza recompensas y dar todas las ordenes el. Sinceramente esperaba que en la alianza rebelde no todo el mundo fuera igual de gilipoyas.

Bebiendo busco con la mirada. Mientras la jefa no llegara no tenia nada que hacer.

Toda la gente está fuera de la cantina, pero tú te despreocupas de ellos y te diriges al interior. Efectivamente allí se encuentra Zadra, Pugles y Sono, en su mesa habitual. Al verte Zadra te hace unas señas para que te acerques.

-Ah, estás aquí. Perfecto, tú vendrás con nosotros. Deja al otro grupo que se vaya, y esperanos en la barra. Cuando te avise nos sigues. Vendrás en nuestro esquife. Vamos, a qué esperas, a la barra.

Se acerca a la barra no sin antes poner cara de, genial es mi dia de suerte.
Sabe que la jefa no estara de demasiado buen humor despues de lo de ayer. Pero que demonios, el solo queria sacar informacion.

En la barra pide algo ligerito, no quiere embotarse la cabeza. Y espera pacientemente. Le gustaria saber que mas va a ocurrir, pero prefiere mantener la cabeza ocupada. Esta jugandose el culo solo, y esas actividades en plan heroe no son sanas la mayoria de las veces.

Pasados unos minutos ves que aparece en la puerta un tipo cubierto por una armadura mandaloriana, y yelmo cerrado. Su aspecto es impresionante, con un arsenal encima. Allí parado, solo le basta hacer un gesto, y zadra y sus otros dos compañeros se levantan. Al pasar al lado tuya Zadra te dice:

-Síguenos, encanto.

El tipo de la armadura sale de la cantina, seguido por los tres secuaces y por ti un poco más atrás. Al salir a la puerta ves que ya el pequeño ejército se ha ido, y sigues a los cuatro entre unas casas hacia las afueras de la ciudad.

Conforme se acaba el espaciopuerto, ves una explanación donde hay unos 15 hombres en formación, y unos deslizadores estacionados. También ves como un convoy se aleja hacia el desierto, son una barcaza de navegación y dos o tres deslizadores a sus costados.

Cuando ves el grupo de hombres, te das cuenta de que los rebeldes no están ahí. Debía haber un twilek, y tres humanos, uno de ellos mujer, pero no hay una sola mujer ni ningún twilek entre los hombres que os esperan. Mucho te temes que los rebeldes han sido tan ineptos de ir con el grupo equivocado, a pesar de estar avisado. Necios.

Ves como el tipo de la armadura mandaloriana se mete en un deslizador aéreo un Incom biplaza con un buen cañón bláster. Conoces el modelo porque Jabba tiene algunos de esos. Zadra, Puggles y Sono se suben al Esquife Bantha II, y la mujer te invita a subir con ellos, junto a diez hombres más. Los otros cinco suben a un deslizador de transporte Mobquet bastante desvencijado.

-Bien muchachos. Vamos a por la presa. Sabemos donde se encuentra, pero seguramente será duro. Recordad, acción rápida, intervenir, destruir y capturar. Queremos a la presa viva, así valdrá más créditos.

Tras la corta charla el convoy se pone en marcha, encabezado por el deslizador aéreo. No te sorprende descubrir que no lleváis el mismo rumbo que la expedición anterior.

Kal esta cayado durante un buen rato, conoce las dunas y sabe que este donde este el objetivo estará lejos. Cuando hace ya bastante que han salido de la zona "civilizada" se erguió un poco y se puso a la altura de la mujer. Tenía cosas que averiguar, y aquel era el momento. Parecía que su tapadera no había sido descubierta y era el momento de enterarse de que le esperaba más adelante.

Oye, se que casi todo el mundo se ha largado en otra dirección. Soy lo suficientemente listo para saber que seguramente nos lo hemos quitado de en medio. Ya sabes, más dinero para nosotros. Pero lo cierto es que aun no sé bien cuál es el plan, y si no quieres que únicamente me dedique a mirar, agradecería un poco de información.

Hablaba con ella con naturalidad, como si fueran viejos amigos. Quizás fuera presuntuoso por su parte tratarla de aquella manera, pero qué demonios, solo unas horas antes había visto hasta la parte más profunda de su cuerpo. Y aunque no conociera su alma, no necesitaba mucho para saber que no era precisamente una princesita. Y seguramente se sintiera mas cómoda sabiendo que él no estaba todo el día recordándole el penoso polvo que ella se llevo.

Así que mientras esperaba la respuesta miro por encima de la baranda de la nave. Se suponía que él era el que concia la zona, pero no le había preguntado ni una sola cosa acerca del planeta. Acerca de lo que sabía. Era como si solo lo hubiera utilizado para follar. Eso no le importaba, y no lo haría nunca. Pero necesitaba saber más cosas sobre el objetivo. Tenía que saber algo mas para poder hacer un buen plan de rescate si la cosa se ponía fea.

Había una veintena de hombres en aquella expedición. Y no se engañaba, era bueno con el blaster, pero uno contra 20 siempre ponía las cosas muy cuesta arriba. Podía cargarse a un par discretamente, quizás una docena a tiros, pero seguramente la palmaria antes de matarlos a todos. Así que tenía que contar con toda la información que pudiera. Tenía que salir vivo de allí, para poder cobrase su venganza contra el imperio.

El pelo de Kal se movía al tiempo que el viento, impulsado por el movimiento de la barcaza arremolinaba la ropa que llevaba puesta. Era un buen día, sin dudas, pero no era un buen día para morir. Eso también estaba claro.

-Pues sí, ya te puedo contar. Ya sabemos dónde se esconde ese desgraciado, y vamos a por él. Se esconde en un fuerte, y con las fuerzas que tenemos nos sobra para liquidar a la escolta que pueda tener, y traer a objetivo para cobrar la recompensa. Lo cierto es que he estado tentada de enviarte con el otro grupo a pasear por las dunas, pero... bueno, quizás te dé otra oportunidad, depende de cómo te portes.

El esquife y el deslizador terrestre viajan a su máxima velocidad, mientras que el deslizador aéreo va a su ritmo, adelantándose en muchas ocasiones, y volviendo con vosotros al poco tiempo. Por el comunicador de la nave oyes fragmentos de conversaciones con el piloto, en las que informa del estado del terreno por el que vais a pasar vosotros. El viaje es largo, y os dura casi todo el día, pero pronto paráis los motores, y la silueta de un fuerte se recorta en mitad del desierto.

Kal estubo callado durante el resto del viaje. La verdad era que le importaba muy poco si ella pensaba que era un buen amante o no. El se lo habia pasado en grande.

Se suponia que lo habian seleccionado porque podia conocer el terreno, y resulta que ya lo tenian todo controlado. Lo que significaba que era un tipo muy prescindible. Estaba solo, con un grupo de mercenarios, y sus objetivos era completamente distintos a los que el tenia.

Ahora empezaria el asalto. Intentaria no meterse en el ajo. Dejaria que capturaran al tipo ese. Moriria gente inocente eso era evidente, pero el no podia hacer nada el solo. Con suerte se cargarian a algunos o bastantes de los mercenarios que alli habia. Eso seria bueno.

Durante la trifulca intentaria cargarse alguna de las naves pequeñas, o sabotear al grande, eso podria facilitar las cosas. Pero tambien tenia claro que no le dejarian campar a sus anchas, ya veria como lo lograba. Porque en cualquier momento podian decidir que el no era importante y cargarselo para repartir los creditos entre menos.

De echo esa idea la tenia muy clara.

Mirando el fortin supo, que tendria que tener mucho cuidado y un buen plan para salir de alli con vida.

Cae la tarde, y luego los dos soles se ponen quedando en la oscuridad mientras viajáis a través del desierto, hasta que al fin reducís marcha y paráis tras una duna.

Con los binoculares veis vuestro objetivo, el fuerte colmilludo.

La sórdida fortaleza de estilo antiguo se encuentra sobre una pequeña cuesta, dominando los restos quemados de unos asentamientos abandonados desde hace mucho tiempo. El edificio cuadrado y de una sola planta tiene dos torres, cuyos emplazamientos para armas están vacíos. Las paredes están remendadas en algunos sitios, demostrando la teoría que el fuerte está deshabitado. Mientras lo observáis, aparece una figura en la ventana de una torre. Tiene algo metálico junto a la cara y otea el horizonte antes de retirarse en el interior oscuro.

Kal no se engañaba. Estaban lejos de la civilización. Lo que suponía una ventaja para que nadie supiera si traicionaba a los mercenarios, claro que para ello tenía que salir con vida. Y teniendo en cuenta lo lejos que se encontraba tenía serias dudas de que fuera capaz de lograrlo sin ayuda. Pero ahí estaba el, firme como un soldado ante la adversidad.

Cuando miro distinguió a alguien dentro. Parece estar claro que el o los que estuvieran dentro mantuvieran precauciones. Y seguramente ya sabían que estaban allí.

Esta todo abandonado. Es una trampa, seguramente ya sepan que estamos aquí. Quieren que nos acerquemos para darnos caza.

Su frase perdida entre las dunas tenía la intención de asegurarse de que los mercenarios veían fantasmas y complicaciones. No porque fueran a tener más cuidado. Sabía que sería como un rancor enfurecido cuando se pusieran en marcha. Sino para ver si destapaban parte de su plan.

Seguramente se habían traído algún especialista, alguien experto en fuego pesado o en sistemas. Quizás un droide de batalla rearmada para esta especial ocasión. No lo sabía con exactitud. Pero sabía que algún as se guardaban en la mano. Y no pensaba quedarse esperando a que lo sorprendiera.

Además, con esa velada advertencia conseguía parecer intimidado por los peligros, y preocupado por su vida y la de los demás, a los que su vida les importaba poca cosa. Pero claro, era importante hacer mantener su tapadera.

Hizo otro gesto, uno para mantener la compostura y que le diera tiempo a pensar, saco su arma y la reviso, como si de ella dependiera su vida. No se engañaba, en cierto modo, un modo practico, así era. Pero esa noche era su ingenio el que lo mantendría con vida. Y de el dependía en aquellos instantes.

-Tenemos fuerza suficiente para machacarlos si nos esperan. No temas, hombretón. Uhm? Qué diablos? Con los binoculares ves que una unidad droide astromecánico pulula por las cercanías de una de las puertas del fuerte. En ese momento se abre una puerta y aparece un humanoide bajito y con casco protector de toda la cabeza, que da paso al droide. Es R5, el robot que iba con el ingeniero de la nave de Tixani, el tal Deeheron.

-¿Qué demonios hace ese robot ahí?

Kal tenía que pensar algo rápido. Definitivamente estaban allí, y seguramente el era su única ayuda fuera del lugar.
Tenía que mantenerse a flote y tenía que hacer parecer aquel robot algo inofensivo.

Seguramente lo esté usando para salir al exterior a confirmar que no hay gente. Si el Droide por lo que sea no vuelve, se dará cuenta de que hay alguien fuera. Hay que evitar levantar sospechas hasta que caigamos sobre ellos.

Había hecho un plural, pero esperaba que los tiparracos con los que estaba no notaran que sabía de quien se trataba, y que pensaran que simplemente contaba con oposición firme.

La cosa pintaba bastante mal por el momento. Y si era verdad que contaban con fuerza suficiente para joderles vivos, tenía la misión de equilibrar la balanza y no morir en el intento.

Así que como si esperara la orden para atacar, reviso su material y el equipo con que contaban para la incursión. Tenía que seleccionar donde atacar primero, para causar el mayor caos posible.

-Ah sí? y quienes son esos ineptos que se acercan por aquel lado?

Dice el que parece el jefe señalando a una posición. Cuando los demás miran por los binoculares ven como un grupo en el que están Tilak, Tixani, Dheeron, Jack y Amiya se acerca por un lateral de la edificación, intentando ser sigilosos, pero con poco éxito.

-Esos imbéciles pretenden adelantarsenos. Pero... van a morir, a ver si al menos matan a algunos antes de que nosotros nos llevemos a Tallon.

Kal asintió. Pero hecho un vistazo atrás. Tenía que tener claro quienes llevaban granadas. Donde estaban las piezas susceptibles de salir volando por los aires.

Si no salía todo bien milimetrado morían gentes que sinceramente el prefería no ver morir.
Ahora estaba con el bando ganador, era evidente. Y aunque no le gustara pensarlo, se sentía seguro. Pero sabía que aquella situación cambiaria de un momento a otro.

Nadie vendría a echarle una mano si las cosas se ponen mal.

No obstante cuando vio a los otros, pensó que su suerte estaba a punto de dar un vuelco. No podía contactar con ellos. Además de que sería una verdadera tontería. Avisarlos de que iban a ser atacados. Eso ya deberían de saberlo. Nadie se llevaría a ese tipo, ni los buenos ni los malos, sin pelear. Y allí estaba el, a punto de entrar en acción.

Si esos idiotas, nos resuelven parte del trabajo, perfecto.

No lo dijo muy alto, tampoco quería ganarse el respeto del líder, ni mucho menos. Pero intentaba dar la sensación de que coincidía con el jefe de todo aquel operativo. Y no era para menos, si la situación fuera como la estaban pintando, seguramente sería una gran ventaja.

Aquello lo incomodaba. Quería moverse, tenía que aprovechar ese nerviosismo para seguir en su papel.

A ver si se dan prisa y podemos meterles mano cuanto antes, oído estar parado.

Tampoco lo dijo muy alto. Su situación era precaria, y si le escuchaban muchos hablar así, seria la clásica pieza prescindible que usarían para carne de cañón. Y esa no era su intención. El tenía que quedarse en la retaguardia y crear el caos. Si no, no solo su vida correría peligro.

Jodo mira a Kal como diciendo "y quién coño es este que me habla?" pero algo pasa que le distrae un momento.

-Es la señal convenida -dice cuando ves que un comunicador pita en su mano-. Nos movemos chicos.

Era el momento esperado, y la tropa se pone en movimiento a paso ligero y en formación de a dos. Se ve que los hombres que ha reunido aquí Jodo no son en absoluto ineptos, y que tienen adiestramiento marcial. Son 15 cazarrecompensas, además de Jodo, Zadra, Puggles, Sono y tú. En total 20 hombres bien pertrechados con armaduras de combate y armas pesadas. Tus compañeros las llevan crudas.

Pronto la formación llega a una de las puertas, y Sono la abre con facilidad, saltandose la protección, la cual, por otro lado, no parece muy importante.