Partida Rol por web

- ¡Hermanos! ¡A mi! - grito llamando para pedir refuerzos.

Preparo mi Tetsubo y me dirijo hacia los Ronins.

- Ya tenía yo ganas de desentumedecer los músculos. - susurro mientras una sonrisa se dibuja en mi cara.

Aunque varios parecían ya listos para aguantar el envite del Cangrejo, aguardaron a su llegada para contar con la ventaja numérica.

A medida que me acerco por la Retaguardia de los Ronin alguno empieza a darse la vuelta al oir mis pesados pasos que no consigo amortiguar adecuadamente.

Finalmente llego hasta uno de los que se están girando y le Golpeo con el Tetsubo provocando el crujimiento de varias costillas y lanzándole a un par de metros de distancia.

- Uno menos. - pienso satisfecho.

Uno de ellos cayó, no se sabía si estaba sólo herido o si había abandonado el mundo de los vivos, resultando imposible para algunos maniobrar para defenderse del valeroso ataque del cangrejo se reorganizaron buscando una posición más favorable.

-Vamos, sólo es uno -Gritó uno animando a sus compañeros- Recordad que tendremos la vida resuelta si esto sale.

No tardó en abalanzarse el más cercano al cangrejo, resultó inútil, tras él siguió otro, y otro, y otro... Y otro más. Todos los esfuerzos fueron en vano, sin embargo no parecía avistarse ayuda en las proximidades...

Varios Ronin se lanzan a por mi pero no consiguen impactarme.

- ¿Eso es todo lo que sabeis hacer? - pregunto mientras golpeo con fuerza con mi Tetsubo el costado del último de esos incautos que se abalanzó hacia mi.

La caminata fue larga y ardúa pues el dúo procuró darse toda la prisa que fue capaz para recorrer los senderos que conectaban su lugar de origen hasta tierras cangrejo, varios días pasaron y la prueba de que no andaban tan desencaminados las tenían entre los transeúntes y los propietarios que regentaban diferentes locales: Nadie había visto aún pasar a la comitiva liderada por Hida Takeo.

Aquella noche contra todo pronóstico habían sido desafortunados y no habían encontrado ninguna villa cercana, hasta que unas piedras apiladas a un lado del camino señalaban un templo budista. Como si los Onis hubieran avistado a los recién llegados, una voz cargada de un acento peculiar en el lugar rasgó el silencio de la noche dándoles la bienvenida:

-¡Alerta! ¡Intrusos en el claro! ¡Hermanos a mí!

La voz lastimera de otro caído volvió a hendir la noche, los huesos protestaron por el impacto, sin embargo el samurái fue capaz de permanecer en pie.

Los invasores parecieron dudar por un instante, pues luces empezaron a aparecer en el templo, sin embargo no tardaron en comprender la celeridad con la que debían acabar con aquel escollo inesperado. Avanzó primero el ronin que Akeno pudo reconocer como el primero en haber recibido su envite, sin embargo su impacto ni tuvo fuerza ni precisión, a diferencia de sus compañeros que aunque torpes fueron más eficaces, sólo su armadura impidió que las armas reclamaran su sangre.

- A este paso no necesitaré refuerzos. - pienso mientras una sonrisa se dibuja en mi cara.

De repente una idea se me pasa por la cabeza. ¿Y si estos ronin no son más que un mero entretenimiento?

- Espero que no sea así pues de lo contrario mis hermanos podrían tener problemas.

Con ese pensamiento decido tomar la iniciativa y golpear brutalmente con un golpe ascendente en la mandíbula al que parecía el líder de esta panda de descerebrados, el cual aterriza de espaldas en el suelo con la mandíbula completamente destrozada.

Takeshi no estaba seguro, pero la señal del templo que habían visto y la referencia a "hermanos" que hizo la voz le hizo pensar que alguna orden religiosa controlaba este territorio, no teniendo ningún problema con estos supuestos monjes Takeshi levantó las manos en señal de NO agresión y dijo - Perdonad, si nos hemos metido en vuestras tierras, solo estábamos buscando una villa donde pasar la noche, pero hemos acabado aquí al no encontrar ninguna...

Kurai mantuvo la calma ante la situación. Apoyó la mano sobre su Katana, colocándola en posición y asumiendo posición central por lo que pudiera suceder pero sin querer parecer amenazados. Mantuvo la posición y se quedó inmóvil en el lugar en el que estaba, esperando que los monjes se mostraran y buscando con la miradad de dónde pudieran aparecer, para evitar ser cogidos por la espalda.

Cuando su compañero Takeshi habló decidió, por el momento, dejarle a el llevar el peso de la conversación mientras el se mantenía atento a lo que pasaba.

Silencio... Y nuevos golpes de armas, nadie parece haberse percatado de vuestra presencia, alguien está siendo atacado ladera arriba y llamaba a sus hermanos

Takeshi le hizo un gesto silencioso a su compañero para que le siguiera, y salió tan rápido y silenciosamente como pudo hacia donde habían oído la voz y los ruidos.

Kurai, que ya se disponía a correr en pos de las voces vio el gesto de su compañero y se detuvo, Takeshi le pedía que acudieran con sigilo en aquella dirección y Kurai le miró extrañado mientras hablaba en susurros avanzando junto a su compañero :-"Que forma de avanzar es esta, es deshonroso atacar a un enemigo por sorpres o por la espalda."- Dijo con tremenda solemnidad minetras seguían avanzando, desde luego el no tenía pensado hacer un ataque de ese tipo.

Mientras avanzaban Takeshi movió la cabeza con gesto incrédulo ante el comentario de Kurai - Poco honor podremos llevar a nuestras casas si morimos por ser impulsivos, no pretendo atacar sino enterarme de que esta pasando. La información antes de una batalla es más valiosa que el oro...