Partida Rol por web

Eredhir aterriza pesadamente y recibe un buen golpetazo al intentar poner tierra de por medio. Vuelve a caer, derribado sobre el suelo del laboratorio e inconsciente.

Eran señala los puntos débiles del Retoño Oscuro, luego vuela y permite con su flanqueo que Zaev tome por sorpresa al Perro de Tíndalos, eviscerándolo con media docena de rápidos cortes. Gavros canaliza una vez más, curando las heridas y trayendo a Eredhir de vuelta al mundo de los vivos… por poco.

En el combate principal, Montaña y Garin descargan con furia todos sus golpes. Icor verdoso vuela por doquier, salpicando a todos los combatientes hasta que con uno de los ataques cercena la rodilla del Retoño. La bestia cae por fin, con un rugido de desafío.

A su espalda, un portal comienza a brillar. Es obvio que es posible ya atravesar el umbral de vuelta hacia los túneles que el grupo

Las aguas parecen solidificarse cuando una criatura de enorme tamaño y maldad, compuesta de tentáculos ondulantes y extraños apéndices como patas rematadas en pezuñas, comienza a rodear la cúpula. El Vigilante de la Bahía se manifiesta una vez más como una verdadera forma de un dios alienígena. Los héroes no consiguen penetrar con su mirada las oscuras aguas en los escasos segundos en que Shub-Niggurath, la Cabra Negra de los Bosques con Un Millón de Retoños, intenta desesperadamente aferrarse al Plano Material Primario antes de desaparecer, quizás para siempre...

... sin embargo, Eran está bendecido con unos notables poderes de observación. Esta habilidad, que le ha servido tan bien en sus tiempos de formación como arcanista, resulta ser una maldición en este preciso momento.

El arcanista contempla a Shub-Niggurath en toda su escalofriante gloria: una masa ambulante de carne, pelo y tentáculos colosales, alternándose con bocas, aletas, pezuñas y otros apéndices. Miles de ojos oscuros parecen mirarle directamente, mostrándole visiones de oscuridad inimaginable salpicada de estrellas y atravesando su misma alma antes de perderse en el vacío, desapareciendo igual de rápidamente de lo que ha aparecido.

Gavros trató de entender lo que estaba pasando. 

¿Esos tentáculos?  ¿El retoño? ¿La cabra?  ¿El plano material?

¿Compañeros, regresamos?   ¿El portal?

Trató de ver si había algo en el lugar que le serviría para la contínua lucha contra esta locura.  

Utilizó la varita para curar a Eredhir un poco más y quitar de él y de si mismo todo resabio de lo enredado.

Garin no sabía que se le había insinuado esta vez a sus ojos, pero estaba seguro que esta vez sus ojos le habían ayudado a no acabarse de volver loco vislumbrando más seres de otras dimensiones o de donde quiera que pudieran provenir.

Tengo ganas de salir de este lugar, pero antes busquemos bien posibles respuestas a todo esto, pues cuando salga no tengo intención de volver jamás, ni siquiera en mis propios recuerdos. Dijo el enano con cierta resignación, asco y prisa...

- ¿Ya está? ¿De verdad? ¿Hemos acabado? -Preguntó aún incrédula la gárgola 1.

Su cabeza de Gargola miró fijamente hacia el infinito y acto seguido empezó a balbucear, suavemente al principio, y después cada vez más alto mientras se agarraba la cabeza. ¡No, no, no, no, no!

Todos sus conjuros, los que tenía activos, desaparecieron al instante mientras el mago caía de rodillas y empezaba a escupir espuma por la boca. Tras unos segundos de agonía, quedó insconsciente.

Gavros vio la reacción de Eran y pensó que era locura.  Se acercó, listo con su plegaria para recuperar la cuerda de la cordura. 

Tras la momentánea oscuridad, Eredhir abrió los ojos y se incorporó pesadamente, contemplando, entre horrorizado y satisfecho, cómo la enorme criatura tentacular liberaba la cúpula y era absorbida de nuevo hacia su plano de origen. A pocos metros, el retoño yacía desparramado por el suelo, abatido por sus compañeros. ¿Estaba todo conectado? ¿Habían conseguido detener el advenimiento de Shub-Niggurath acabando con aquella planta?

El elfo asintió ante las palabras de Garin - Sí, salgamos de aquí cuanto antes. Acabaremos antes si te ayudo con esto... - dijo acercándose a la mesa dónde había yacido el jinete oscuro.

(Saber: arcano) Sin ser un experto, Gavros deduce que el experimento de los mi-go buscaba atraer al Acechante de la Bahía a este plano de existencia de manera permanente. Una vez eliminado el Retoño, el aspecto de la diosa exterior Shub-Niggurath carecía del poder suficiente para materializarse, por lo que fue devuelto al averno del que procedía.

(Percepción) Los temblores parecen haberse detenido, pero no hay manera de saber cuántos de esos extraños humanoides acuáticos acechan en los oscuros túneles. Uno de los suyos ha quedado fuera de combate y han estado a punto de sufrir más bajas, así que en cierta medida pueden considerarse afortunados, pero no conviene tentar a la suerte más de lo necesario...

Gavros recuperó un poco la cordura con la desaparición de la Madre de los Retoños. 

Eso le hizo acercarse a Eran.  Le habló suave, despertándolo con pequeñas sacudidas y un poco de agua en la frente.   Todo estará bien, compañero.  Sólo te tienes que centrar en la misión y la Diosa del Osario estará contigo, respaldándote, en todo el camino.

Primero rezó la corta plegaria de Guía, para que pudiera guiar mejor su voluntad en estos momentos.  Después, en un más elaborado ritual, pidió el favor de su Restauración*, con las manos impuestas sobre su frente y corazón.   Muy serio se veía el clérigo durante todos estos pasos del ritual.  Hasta sacó un poco de incienso para que sirviera en llamar a la Diosa hacia ellos.  

Montaña vio como la caída de Eran le devolvía de nuevo a su aspecto horrorosamente feo, pero humano. Eso le preocupó, pero excepto preocuparse, no había mucho más que pudiese hacerse por él.

- Deberíamos irnos.

Parece ser que no hay nada más para nosotros en este lugar, salgamos cuanto antes... tras una breve búsqueda por la sala, Garin no vió nada de mayor relevancia para ellos ni que explicase mejor todo lo que sucedía, que para ellos era bastante desconcertante.

Se dirigió a Eran y Eredhir para preocuparse por ellos y ver si necesitaban algún tipo de ayuda para moverse. Cómo estáis amigos? podéis apoyaros en mi si no estáis del todo recuperados.

Sorprendentemente para Garin, en un extraño cubo de metal situado en un rincón se encuentran varios objetos. Probablemente es el equipo del malogrado Jinete Negro. (Conocimiento de conjuros: tomando 10) Eran, una vez recuperado, identifica sin dificultad dichos objetos¹. Hay además un tubo portador de pergaminos en cuyo interior se encuentra un pergamino con el siguiente texto:

"Los necrófagos susurran secretos mientras se postran

A través de las crónicas de la lengua del Cuervo"

Estas palabras, que sin duda te resultarán familiares, constituyen tu siguiente tarea. Debes llevar la Efigie Marina a G.L. en Illmarsh. Allí te será intercambiada por la legendaria maza. Cuando la tengas en tu poder reúnete con tu compañero en Califas para completar la Corona Cadavérica.

Por la gloria del Susurrador,

A.

Además, en el fondo del cubo, descartada como si fuese un desecho inútil, se encuentra un extraño ídolo de piedra verde. Representa a una criatura octopoide con siete tentáculos. Por la descripción, no hay duda de que se trata de la Efigie Marina,(Saber (historia): tomando 10) también conocida como el Rostro de Dagón, una reliquia sagrada de la fe ulat-kini de Dagón y (Conocimiento de conjuros: tomando 10) un poderoso objeto mágico por derecho propio².

En aquel momento, la presión exterior y los daños estructurales hacen que la cúpula comience a ceder. Una pequeña grieta parece desde el centro de la estructura y se va expandiendo. El agua del exterior comienza a filtrarse lentamente y es probable que esa cámara quede sumergida en pocos minutos.

Pues varias de estas cosas las tendremos que destruir, pero mejor ahora, ¡a salir de aquí!   -La recia voz del padre Aximandias siguió a su movimiento para ayudar a todos a movilizarse fuera de aquel sitio de locura.

¿A donde iremos ahora?  -Lo primero, a recuperarnos bien como se debe. 

¿Esa maza de la que habla?  ¿Será la de los Picos de Cuervo?

A Califas iremos.

No había más tiempo para preguntarse cosas, por el momento. 

- Totalmente de acuerdo con vos, padre! - exclamó el elfo, que no apartaba la vista de la grieta que se había abierto en la cúpula - Crucemos ese portal y salgamos de aquí! Sólo espero Croon siga esperándonos en su cacharro...

Eran volvió en si desorientado,muy confundido y con un dolor de cabeza terrible. Agradeció el gesto al enano y se apoyó en su hombro.

-Gracias, este viaje no está siendo muy amable para mi...

Se acercó hacia los objetos e identificó facilmente lo que eran. Necesitaba olvidar lo que había visto y rapido, abstraerse en sus profundos conocimientos ayudó bastante.

Montaña lanzó un suspiro de alivio cuando el mago pareció ser capaz de recuperarse. Luego un gruñido de preocupación cuando la cúpula se resquebrajó. Y por último un ladrido de miedo cuando el agua empezó a filtrarse.

- Vámonos ya o nos ahogaremos!