Partida Rol por web

Ser Roshar se sentó y brindó con aquel hombre alegre. 

- Salud.-

Mantuvo la copa sobre su boca más de lo necesario. Decidió que era hora de controlar la cantidad que ingería pero no quería que se notara demasiado. Por eso, como otras veces, simularía un primer trago largo para después espaciar los posteriores.

- Yo soy Roshar y prefiero no saber como me conocen. -El caballero optó por bromear para mantener aquella actitud distendida. - ¿Eres de por aquí? - 

-Pues bienvenido Roshar. -Dijo ofreciéndole asiento en su mesa mientras desplazaba una de las sillas para que el caballero se sentara. -Los apodos son como el propio nombre. Otros deciden por ti y van ligados a tu existencia por poco que te gusten. Así que yo trato de hacerle honor al mio y espero que algún día logre llenar del todo este barril. -Dijo golpeándose la barriga. -Eso sí, espero llenarlo de cerveza o buen vino. -Soltó una risotada. 

Brindó con Ser Roshar y se llevó la copa a los labios para dar un largo trago, pero a diferencia del caballero él si dejó la copa temblando tras engullir la mitad de una tacada. Ante la pregunta de Ser Roshar de si era de por allí asintió gesticulando con la cabeza y exclamó rotundo:

-Sí, señor. Vivo aquí cerca y todas las noches me paso por la posada de Dag para dejarme aquí el jornal. -Lo decía como si fuera digno de orgullo.

Hola Colin.

Dijo el hombre de armas tendiendo una mano al joven muchacho con mirada sincera y gesto firme.

Tendréis que disculpar a Sir Whalen, no soy más que un humilde siervo de la familia, que intenta emular el estoicismo de los hombres más regios.

Tras aquel saludo, espero a que el muchacho se pusiera lo suficientemente cómodo para preguntar.

Iba a entrar a matar, y no pretendía perder mucho tiempo. Así que mientras el muchacho le miraba saco un mapa y lo tendió en algún sitio plano donde pudiera verlo en su extensión.

Era el mismo plano que usaba desde la salida de Heavybridge, con el que había estudiado la ruta y marcado los puntos del camino donde harían las paradas.

-Hola Ser. - Le dijo el muchacho a Whalen cuando volvió a verlo dejando su trabajo a mitad.

Al presentar a Galdrin lo miró un poco extrañado ya que no sabía a que habían venido los dos hombres a los establos pero estrechó la mano que este le tendía y la apretó con firmeza. Después se quedó expectante dirigiendo su mirada de uno a otro hasta que Galdrin sacó el mapa y lo extendió sobre los montones de paja. El mapa le llamó mucho la atención, parecía que era la primera vez que veía uno y su cara, que de normal ya era de pazguato, incremento su grado de estupefacción.

- Que menos que hacerle honor. - Ser Roshar rió ante los comentarios de aquel hombre y se alegró al saber que era un asiduo de la posada. Era posible que tuviera información. - Pues esa es mi contribución. - Señaló con su copa la de Garth y luego se la llevó a la boca para dar un nuevo sorbo. - Parece que por aquí no son muy bienvenidos... ¿eh? - indicó con la mirada hacia los Crogall en un primer intento por sonsacar datos de aquel hombre. 

-¿Quién?. -Preguntó el rechoncho hombre mirando en la dirección a la que apuntaba Ser Roshar con su mirada. -Ah esos. No lo sé, parece que no. - Se encogió de hombros y dio otro largo trago a su copa. -Vaya... se lamentó. Parece que ya no me queda mucho...

Ser Roshar era la discreción personificada, hablando en susurros, controlando sus movimientos... Garth era todo lo contrario, se movía bruscamente y hablaba en voz alta sin importarle que los demás le escucharan.

Ser Roshar rió con ganas ante la desfachatez de aquel hombre. Quería bebida y el caballero información, era un trato justo. Siempre que la información valiera las monedas gastadas en alcohol. 

- Puedo continuar contribuyendo a llenar ese barril si empiezo a escuchar una buena historia. - 

Era un trato sencillo, hecho para Garth el Barril. Cada uno tenía sus aspiraciones y la suya parecía ser hacer honor a su nombre ¿quién era Ser Roshar para disuadirlo? 

Lady Varya asintió cuando oyó que el mercenario era uno de los muertos, no es que le agradase que cualquiera se tomase la justicia por su mano pero tenía que reconocer, al menos para sí misma, que el mundo era un lugar mejor sin personas de su calaña. Ante la pregunta sobre el talante del heredero puso cara de sorpresa y cuando el lord se disculpó, se apresuró a contestarle.

- Ya sabes que cuando es sobre el bienestar de la casa no me aburres, en realidad nunca lo haces.

Se quedó un momento perdida en su mirada y escuchó su surruro mientras un escalofrío le ponía el vello de punta. Una sonrisa de complicidad asomó a su rotro envuelto en las sombras de la noche y, viendo que se acercaban a la puerta, se apresuró a responder.

- Respecto a Whalen... no lo creo, ¿has visto su cara después de la pelea con los lobos?

Al entrar y ver que su hijastro y el maestro de armas no estaban, Varya se temió que ya hubiesen salido en pos del mercenario; era un tema en el que ella no podía hacer nada y esperó que su marido pudiese controlar la situación. Al ver a Scarlett sentada sola en la mesa, se dirigió hacia allí de nuevo para sentarse a su lado al menos durante un poco antes de ir a dormir, mientras se acercaba no le pasó desapercibida la nueva ubicación de ser Roshar y afinó el oído para escuchar lo que se decía.

- Hace una noche preciosa.

Comentó al llegar junto a la pelirroja, se sentó a su lado y cogió la copa de vino para tomarse una última antes de subir.

-Dichosas aquellas que pueden disfrutar de ella en compañia de su esposo -dijo brindando con Varya. Entre tu y yo, estaria mas tranquila si Whalen dejara las funciones de campo a Galdrin y Ser Roshar. Los dioses no le han bendecido con un cuerpo para la guerra - dijo sonriendo.

-¿Una buena historia?. -Repitió el hombre. -Si llenas el barril, amigo mio, te cuento como Aegon conquistó los Siete Reinos. -Dijo entre estruendosas risotadas.

Después de brindar con su nuera, lady Varya sonrió de vuelta al comentario.

- Creo que por eso mismo, se siente mejor después de hacer algo físico bien. Todos los hombres se creen mejores después de hacer algo físico bien.

El último comentario es dicho en tono irónico y acompañado de un guiño.

Ser Roshar se mantuvo sonriente y, sin dejar de mirar a Garth, alzó la mano para que sirvieran a este otra copa. 

- Ya he escuchado demasiadas historias de Aegon. - hizo una pausa, estudiando los gestos de su cara. - Hoy prefiero una sobre el caballero del zorro. - 

-Ah, ¿conocéis a ese viejo canalla?. -Masculló el Barril. -Vino hace unos días para reclutar gente y me ofrecí a acompañarle porque ofrecía un buen dinero. Pero el caballero dijo que no estaba interesado en trabajar con "lugareños", fuera lo que fuese lo que quería decir.

Tomó la nueva jarra que acababa de llegar hasta él y dio un largo trago. Realmente parecía un barril difícil de saciar.

El caballero agradecía cada dato. Más tarde analizaría toda la información para intentar descubrir las posibles verdades tras las historias.

- ¿Y sabes que tenía en mente, hacia donde se dirigía? ¿y algo sobre su grupo? ¿quizás un arma que te llamara la atención, algún otro blasón...?

Ser Roshar alzó su copa y dio un buen trago. Tendría que darse prisa si quería obtener sus respuestas antes de dejar sin existencias a la posada, o antes de que aquel grandullón quedara sin sentido. 

Garth dio otro trago mientras pensaba en las preguntas que había formulado Roshar. Finalmente negó con la cabeza.

-No. No dijo nada de hacía dónde se dirigía. Tampoco sé para qué estaba reclutando gente, lo único que dijo fue que era para un "trabajillo fácil", como él mismo dijo. Fue por eso que yo me interese. Reclutó a unos cuantos hombres pero no me fijé en ellos, eran de fuera. El único blasón que vi fue el del propio caballero, ese hombre ya era lo suficientemente raro de por si. 

En un último intento le describió al hombre muerto del bosque que había sido comida de lobos y portaba la espada del venado. Tras obtener una respuesta decidió abordar el otro asunto.

- Bien, entonces pasemos a otra distinta... ¿Quién contó la historia sobre... ellos? - volvió a indicar a los Crogall con la mirada, no quería que la mención de su nombre los alertara. Más por seguir en su papel que por verdadera preocupación. 

-Dicen que los Dannett pasaron por aquí esta mañana y contaron la historia esa de la masacre en sus tierras y todo eso. -El hombre se volvió a encoger de hombros y volvió a dar un trago a su bebida. - Yo esta mañana estaba trabajando mis tierras y de todos modos no presto mucha atención a las historias, algo que no se puede beber ni cambiar por oro no merece la pena.

Ignoraba aquel hombre el oro podría llegar a valer una historia adecuada.

Lord Evan asintió a la palabras de su bella esposa y acarició suavemente su mano antes de entrar. Le daba a entender que retomarían la conversación en el momento oportuno, El Lord tenia otra cosas en mente más apremiantes.

Giró a cabeza para ver donde se encontraba su sobrino y le hizo una leve seña para que esperara. Acompañó a Lady Varya junto a su nuera y reprimió un pequeño bostezo. Con tono amable dirigió sus palabras, demasiado tranquilas para su gusto, a Lady Scarlett.

- Espero que disculpéis estas horas, ahora mismo zanjaré el tema para que vuestro marido se reuna con vos. - A medida que las palabras salían de su boca le daba la impresión de que estaban más cerca de significar que tenia sueño a una disculpa formal - Veo que el viejo maestre muestra más sabiduría que el resto de nosotros - se permitió bromear - Mañana nos espera un día duro. -  Y los que nos quedan.

Hizo un pequeño asentimiento con la cabeza a la señoras a modo de despedida. Movió el dedo incide y medió hacia su sobrino en señal de que le acompañara. Salió con paso decidido de la posada en dirección a los establos para reunirse con su hijo y su maestro de armas.

Ser Adrik entendió de inmediato el gesto de su tío y permaneció unos metros por detrás como un fiel guardián mientras el Lord se disculpaba ante las damas y les informaba con cierta sutileza que ya era hora de dormir. Después, un leve gesto con el dedo índice bastó para que Ser Adrik fuera en pos de Evan hacía la salida de la posada.