Partida Rol por web

Acompañado por su sobrino, Lord Evan fue al edificio contiguo al de la posada, dicho edificio hacía la función de establo y estaba totalmente acondicionado para tal fin. Unas grandes puertas de madera en uno de los laterales permitía la entrada, y una vez dentro el espacio estaba repartido en pequeños habitáculos suficientes para dar cabida a unos cuantos caballos.

Allí encontraron a un muchacho pelirrojo de cara redondeada con el que previamente había hablado Whalen, se trataba del nieto de los dueños de la posada y respondía al nombre de Colin. Con él estaban hablando Whalen y Galdrin inclinados sobre uno de los mapas del maestro de armas que el muchacho miraba con una expresión entre asustada y estupefacta como la de alguien que contempla un jeroglífico. Seguramente era el primer mapa que veía en su corta vida.

- Temo que sea lo mejor. - 

Ser Roshar bebió de su copa, acabando el contenido, y se levantó.

- Un placer haber compartido un trago contigo. - 

Sonrió, se despidió con un ademán y salió de la posada fingiendo paso tambaleante. Una vez fuera del local se apoyó contra la pared, justo al lado de la puerta y esperó. Tenía pocas cosas relevantes que decir a Lord Evan, aunque sus palabras podían provocar que cancelara cualquier expedición tras el hombre del zorro. 

De pronto la estupefacción de la cara de Colin se acentúo todavía más, si es que tal cosa era posible. Su atención se había desviado del mapa a la puerta de los establos y se había quedado petrificado como si hubiera visto a un fantasma. Cuando Whalen y Galdrin se giraron para comprobar que era lo que había vuelto al muchacho una especie de estatua con cara de cándido vieron que allí estaba Lord Evan Crogall en persona, acompañado por su sobrino Ser Adrik.

Por un instante tuvo la tentación de pararse a observar pero no era lo suficiente paciente aún como para eso. Con paso seguro, pero algo más torpe de lo que desearía, se acercó el Lord a el resto de la comitiva que estudiaban el mapa. Miró al joven muchacho que no era de la casa y preguntó a su heredero con tono solemne.

- ¿Supongo que este es el joven que nos ha proporcionado la información? Y espero que haya sido recompensado por ello. - hizo una breve pausa - Y bien a que conclusiones habeis llegado? - Ya sabia la respuesta y también el desenlace pero prefirió dejar hablar a los asistentes por si había algo que se le hubiera escapado.

Whalen siguió la mirada de Colin, y se sorprendió de ver a su padre allí... Su cara casi podía competir con la del mozo de cuadras.

Lo sigue con la mirada mientras se acerca, incapaz de discernir si debe decir algo, o qué coño hace allí su padre... Y más sin su madrastra que la había cambiado por ser Adrik. Nunca le había gustado mucho Adrik. Entre él y y su madre eran capaces de expulsar a Whalen y su mujer para quedarse con las tierras Crogall. Y estaba seguro que hasta iban a encontrar placer con ello. No lo harían mientras Evan viviera... pero una vez muerto...

Voy a tener muchos problemas cuando eso ocurra... Y espero tener de mi lado a gente como Galdrín cuando llegue ese momento... Y mi esposa puede pedir ayuda a los Tully... Sí, sin duda padre fue astuto al casarme con Scarlett... Además, no se puede decir que sea fea precisamente... Si no fuera tan altiva sería la esposa ideal...

Las palabras de su padre rompen sus pensamientos.

¿Recompensado? Aquello lo había cogido por sorpresa y ahora se sentía como un idiota. Había estado dándole vueltas a una cosa pero no sabía qué hacer...

Mi señor... Había pensado en pedir permiso a los Moleskin para que el joven Colin nos acompañe hasta Desembarco. Tiene buena mano para las bestias y es un chico sincero y bueno. Su talento nos iría bien para cuidar de los caballos.

Deja caer... Whalen cree que el muchacho agradecerá mucho más una aventura como asistir a un torneo que no unas monedas. Las monedas las gastará y se olvidará de ellas, pero asistir a un torneo es algo que recordará toda su vida.

Sobre las conclusiones, mi señor... No sabría decirle. Habíamos pensado en salir ya mismo en pos del mercenario que huye. Justamente íbamos a preguntarle a Colin por el mercenario que vino preguntando por un caballo.

No está muy seguro si se refiere a lo que se ha de hacer ahora o bien a lo sucedido hasta ese momento.

Colin... ¿Sabríais decirnos donde hay caballos disponibles si se va hacia el sur, como aquel hombre? ¿O posibles paradas si se va hacia el sur?

El maestro de armas no se sobresalto al ver entrar al señor de los Crogall, en cierta manera esperaba aquella visita, pues debía de haber sido su intención revisar los datos antes de acostarse.

Lo que no le gusto fue la respuesta de Whalen. Robar a un sirviente, fuera pariente lejano o cercano de unos campesinos, para llevárselo a otro sitio, privándoles de mano de obra, y de algo que seguramente consideraran suyo, incluso cuando se trataba de una persona que sin duda, accedería a seguir a Whalen hasta el mismo "muro", era sin duda una afrenta bastante grave.

No le gustaba, pero tampoco dijo nada, porque no dependía de si mismo quitarle la razón o no en asuntos de esa índole.

Mi señor, estaba revisando el mapa de la zona. Según mis cuentas y dada la descripción del asesino, no puede haberse movido más que por esta zona de aquí.

Dijo realizando un circulo no demasiado amplio por el mapa con el dedo.

Si yo fuera él, no pasaría por las cercanías de estas dos rutas, por si se encontrara con nosotros, y dado el tiempo que nos saca de ventaja, yo escogería una ruta indirecta por aquí.

No es que hubiera acotado una parte del mapa muy pequeña, pero al menos había descartado buena parte de posibilidades.

Aun así, no tenía muy claro que era lo que estaba pasando. Solo sabía que habían asesinado a un grupo de hombres de armas, y que el culpable estaba por la zona. El resto de los detalles se le escapaban. 

Al escuchar que Whalen quería llevarlo con ellos, Colin se quedó todavía más pasmado. No entendía nada de lo que estaba pasando y mucho menos que el mismo Lord de una casa se presentara en los establos junto a su hijo heredero, su sobrino caballero y el maestro de armas de la casa. Aquello jamás le había ocurrido y estaba seguro que cuando se lo contase a la gente nadie le creería, y menos si asegurara que le había propuesto ir con ellos a Desembarco. Aunque lo cierto era que le hacía mucha ilusión poder presenciar el torneo del que todo el mundo hablaba.

Entonces Whalen se dirigió a él para preguntarle donde se podría haber hecho con un caballo el hombre que viajaba hacía el sur, y la respuesta del chico fue tan simple e inocente como lo hubiera sido la de cualquier niño:

-Cualquier viajero con quien se encontrara podría haberle vendido uno si le ofrecía una buena suma. -Además añadió más datos para que tuvieran en cuenta. -O a algún campesino. Hay varias granjas por aquí cerca.

Igual el muchacho se pensaba que aquel hombre iba a tener la buena voluntad de pagar por un caballo en lugar de tomarlo mediante la fuerza bruta o robarlo, aunque lo cierto era que a él le había preguntado si había alguno en venta y no había robado ninguno ni lo había tomado por la fuerza, la prueba es que allí estaba Colin, respirando y todo.

-A una jornada de aquí hay otra posada, El Gran Venado. - Dijo respondiendo a la segunda pregunta de Whalen, aunque esto ellos ya lo sabían pues Galdrin había previsto que el grupo pararía allí al día siguiente.

Colin, armado de valor y confianza después de que sus palabras fueran escuchadas por audiencia de tal envergadura, empezó a soltar la lengua con mayor ligereza. A pesar de que no sabía porque la familia Crogall quería dar con ese hombre se propuso ayudarles con todo lo que se le ocurría.

-Yo le vi marchar hacía el sur, pero pudo haber cogido otro camino o... -Sus palabras se vieron interrumpidas cuando cayó en la cuenta de lo que Galdrin acababa de decir. -¿A... asesino?. Tartamudeó y notó como un escalofrío le sacudía la espina dorsal.

Whalen entorna los ojos mientras Galdrín le muestra las rutas en el mapa y puede sentir la mirada inetnsa de su padre a su lado. Mira fugazmente a Colin cuando cita lo del Gran Venado y vuelve a mirar el mapa.

Sí, asesino, Colin, asesino. Como mínimo de sus compañeros, y creo que también el asesino de toda esa aldea que le atribuyen a los Crogall... Pero eso se ha de confirmar, y para eso necesitamos tener unas palabras con ese Sven... Sten o como diablos se llame.

Va desgranando sin apartar la vista del mapa. Tras lo cual se dirige a Galdrín.

Quizás deberíamos hacer dos grupos. Uno de ellos por esa ruta que decís, y otro directo al Gran Venado. Es posible que no sepa que estamos detrás de su pista y que su máxima prioridad sea conseguir ese caballo para poner la máxima distancia posible entre él y su carnicería... ¿Qué opináis?

Pregunta dirgiéndose a Galdrín... quiere parecer firme y sereno ante su padre, que mantiene el control, pero no puede evitar una última mirada hacia él, como buscando su aprobación. Siempre la ha buscado desde que tiene uso de razón. Siempre intentando agradar a su padre y siempre recibiendo ese desprecio velado... Siempre tan duro y severo.

¿Es que este día no va a acabar nunca? Pensó mientras escuchaba las explicaciones de Whalen. Y por su mente pasó una idea sobre algo que le había comentado hace un instante Lady Varya.  No dijo nada, siguió escuchando.  Empezó a frotarse la pierna a causa de una súbita punzada que le vino. Y volvió a la realidad, siguió escuchando. Cogió aire con la nariz y la expulsó lentamente por la boca.  Dirigió su firme mirada sobre el joven Moleskin y dijo en tono neutro:

- Sal fuera un instante. - Y espero que el chiquillo saliera del lugar. 

Una vez tuvieron  más intimidad se acercó al mapa y lo miró con poco interés. Giró un par de veces su dedo índice derecho en la sien para reflexionar sobre como debía actuar. Han hecho lo que les he dicho, me han dado opciones. Intentando no retrasar más lo inevitable empezó a hablar:

- Bien, si no he entendido mal, la mejor opción seria prescindir de dos hombres para ir por sendas rutas. Si tenemos en cuenta que nuestro objetivo no hubiera conseguido un caballo tal vez tardaríamos unas horas en encontrarlo, en el mejor de los casos. - Sus palabras sonaban a una reflexión en voz alta, como si quisiera transmitir algo. Hizo una breve pausa y prosiguió - Hemos de tener en cuenta que todos nosotros estamos agotados por el viaje y que él, presuponiendo lo mejor, habrá parado a descansar. Debemos asumir que no será ningún problema para el hombre que lo encuentre una vez lo alcance, si lo alcanza. También hay que tener en cuenta que somos una pequeña comitiva y hacerla más pequeña no seria prudente. - Dijo con énfasis en la última palabra - ¿Realmente es tan importante ir tras él asumiendo que todo el beneplácito de los siete sea con nosotros? ¿Es tan urgente prescindir de recursos por un solo hombre? Lo dejaremos pasar, debemos descansar tras esta dura jornada. No sabemos que más inconvenientes nos encontraremos por el camino y actuar a la ligera es un lujo que no nos podemos permitir.

No era de su agrado dar explicaciones de sus órdenes, pero algo le decía en su interior que aquella ocasión lo requería para evitar un mal mayor, tal y como se estaban desarrollando los acontecimientos. Hizo una breve mirada a los asistentes para asegurarse que nadie discutiría la última orden que había dado. Cerró los ojos un momento y pensó en como enfocar las siguientes palabras para evitar enfurecerse.

- Los que han difundido los falsos rumores sobre nuestra casa son los Dannett, - Anunció con total convencimiento. Ojalá llegue el día en que su casa sea arrasada hasta lo cientos -  nos llevan cierta ventaja en el camino a desembarco. Por lo que se su comitiva es más numerosa que la nuestra. Así que deberemos de enfrentarnos a sus palabras tal como ha hecho Whalen hoy... con buen humor. - Sus palabras carecían por completo de un tono gracioso.

Por un instante pensó en enviar fuera a Galdrim y a Ser Adrik pero tenia más ganas de acabar con aquello cuanto antes. Se dirigió a Whalen. 

 - En cuanto a tu petición a llevar al chico con nosotros la respuesta es no.- Le hubiera gustado darle una buena reprimenda sobre su tendencia a hablar sin sopesar sus peticiones pero no se sentía con fuerzas para lidiar con aquello en aquel momento. - Es hora de que volvamos.  Buenas noches.

Dió por concluida la reunión y se dirigió en dirección a sus aposentos. 

Los Dannett... Nos la tienen jurada... Jodidos cabrones... No vale la pena replicar a mi padre. Nunca ha servido de nada... Siempre igual...

Piensa el joven heredero, intentando ocultar la depceción bajo una máscara de indiferencia. Lleva toda la vida haciéndolo.

Siempre igual. No habría sido tan difícil atrapar a ese mercenario. Va a pie y va solo... Piensa en su candidez. Habría sido bonito traer a ese asesino atado de pies y manos sobre mi caballo y lanzarlo a los pies de Scarlett... Pero noooo, ya ha de salir padre con otro de sus arranques de cabezonería orgullosa... Y de propina tampoco se viene el chico. Me acaba de hacer como aquella vez cuando era crío y me rompió aquel cesto para aquellos gatitos, para que no perdiera el tiempo con ellos y me ejercitara en las armas... Parece que disfrute haciéndome esto...

Asiento, con los labios fruncidos, a sus palabras antes de salir para volver a la posada.

Los cuatro hombres salieron de los establos con rostros serios y caras algo largas, algunos más que otros. Colín los miró extrañado conforme se alejaban y les dio las buenas noches, su intuición le decía que la aventura por aquella noche había terminado, por tanto volvió al establo y terminó sus tareas.

Lord Evan y los demás volvieron a la posada con intención de dar por finalizado ese intenso día. Ahora que la noche cubría con su oscuro manto todo el cielo se daban cuenta de lo cansados que estaban realmente tras esa jornada tan intensa de viaje, intrigas y maquinaciones con ellos. Necesitaban un buen descanso.

En la puerta de la posada había alguien apoyado, cuando la luz de un candelabro que iluminaba la entrada le dio en la cara vieron que se trataba de Ser Roshar. El caballero se incorporó al paso de la pequeña comitiva y se quedó mirando al Lord con una de esas miradas que sólo entendían entre ellos.

Ser Roshar estuvo esperando un buen rato antes de que el Lord volviera a aparecer. No le importó esperar, así podía ordenar sus ideas en la cabeza y analizar todo lo que había descubierto antes de contárselo a Lord Evan. Unos minutos más tarde, el grupo formado por Lord Evan, Whalen, Galdrín y Ser Adrik apareció regresando al edificio de la posada. Ser Roshar se incorporó al paso de la pequeña comitiva y se quedó mirando al Lord con una de esas miradas que sólo entendían entre ellos.

Whalen le devuelve las buenas noches a Colin con una sonrisa cansada, sin apenas mirarlo, y al llegar a la entrada de la posada no le pasa desapercibida el intercambio d emiradas entre ser Roshar y su padre.

Es una de "esas" miradas... Que se joda. Que se jodan los dos.

Piensa, dejándose llevar por la ira que lleva dentro, pero lo cierto es que después del subidón de adrenalina ante la perspectiva de salir a la caza del mercenario ahora le viene todo el cansancio de golpe, y la coraza le pesa como si fuera una losa.

Sin decir nada más a nadie se dirige hasta su habitación, cansado, tanto física como espiritualmente.

Entra enfurruñado en su habitación, esperando que su mujer aún esté despierta, pero si no lo está pronto lo estará pues entra como una tromba, haciendo ruido mientras se desata la coraza y la deja caer al suelo con estrépito. Luego se queita las botas y el resto de su impedimento con igual discreción.

Parece que la noche por fin a terminado, mi señora... Mierda... A la mierda todos.

Masculla entre dientes.

¿Os podéis creer que mi buen padre piensa dejar escapar a la única pista que nos puede liberar del cargo de arrasar una aldea? La razón? A saber... Lleva toda su vida queriendo recordarme que he de ser menos que él... A la mierda... Dice que todo es cosa de los Dannett... ¿Qué mejor, entonces, que agarrar a ese desgraciado que huye y hacer que lo cante todo? Los Dannett empleando mercenarios para su trabajo sucio... ¿Sabéis si los Dannett tienen como siervo a un caballero con un zorro en su blasón?

Le va diciendo a su esposa, sin tener en cuenta si quiere dormir o no...

El maestro de armas había realizado su labor encomendada, pero cuando el señor de la familia Crogall hablo de concentrar sus fuerzas no pudo estar más de acuerdo.

No tenia pensamiento de discutir, porque encontraba sobradas razones para no salir a la caza de un hombre que si fuera su caso particular, los estaría esperando para matarlos uno a uno.

Puso una cara muy seria y procuro no mostrarse más a favor que en contra de dejar al caballerizo en donde debían. A fin de cuentas, nada bueno podía salir de todo aquello.

La aclaración sobre la familia Dannet sin embargo sí que produjo en su persona una reacción física palpable, pues tenso todos sus músculos incluido el de la mandíbula, que casi se parte por los primeros segundos de tensión.

Ojala tuvieran la oportunidad de destrozar a aquellos enemigos jurados en Desembarco, temía que urdieran planes contra ellos en la ciudad, no se esperaba que lo pudieran hacer de camino.

Sin embargo, viendo el cansancio en los ojos del Lord, se obligo a serenar su furia, para no preocuparlo en exceso.

Recogió los mapas con diligencia, y se acerco a la posada, dejo que Whalen se fuera, al tiempo que frenaba el paso, para que Adrik pudiera hacer los propio.

Antes de irse a descansar, que era algo que necesitaba como todos los demás, a pesar de estar más acostumbrado a llevar la armadura, y a estar todo el día haciendo trabajos físicos quiso comentarle algo al señor de la casa.

Con vuestro permiso, Ser Roshar.

El joven tomo la palabra. Al tiempo que inclinaba la cabeza.

Mi señor, con vuestro permiso mañana cambiaremos el orden de marcha, y realizare una serie de cambios en cuanto a la formación. De manera que avanzare medio kilometro por delante de la comitiva para cerciorarme de que no nos encontramos con alguna otra sorpresa imprevista.

Espero que sea de vuestro agrado.

No dijo mas, esperando una respuesta, o un simple gesto para dejar al señor de la casa, al que sin duda debían de informarle de noticias, que no presumían de ser buenas. 

Scarlett se había bañado, perumado y acostado furiosa con su marido. Le había costado concicliar el sueño pensando en que la había dejado sola en la posada. Cuando éste la despertó a gritos tardó unos segundos en reaccionar, patidifusa ante su poca vergüenza.

Un cojín salió disparado.

-¡Vete! ¡Vete con tu padre ya que tanto te importa lo que piense o lo que diga! ¡Vete, creo que te ha llamado como llama a sus perros! No tengo ni jodida idea de si los Danett tienen ese emblema pero si que se que el de mi marido debería ser el de un pelele sin criterio! ¡Que abandona a su mujer sola para hacerse el heroe pero cuando su padre le da un cachete, se arrodilla y pone panza arriba como un chucho sumiso!

A medida que se encaminaban hacia la entrada del establecimiento Lord Evan notaba como el peso de todo el día le dejaba más exhausto pero mantuvo la compostura como pudo. Cada vez le sorprendía más como el lento pasar de los años hacia mella en si mismo y las pequeñas ideas que se despuntaban claras para el resto del viaje empezaban a ser difusas. 

Al acercarse a la entrada la tenue luz llegaba con disimulo a la pequeña comitiva, si alguien hubiera mirado al Lord en aquel momento hubiera dado la impresión de que era diez años más viejo. Esperó a escuchar las palabras de Galdim con atención e hizo un leve gesto de asentimiento con la cabeza.

- Ve con cuidado, puedes retirarte. - Las palabas brotaron de su boca sin apenas pensar.

Cuando se quedó a solas con Ser Roshar instintivamente se relajó y soltó el aire en tono cansado.

- Los años no perdonan. - Comentó sin ninguna pretensión.

En realidad esta conversación que se produciría ahora era la que había estado esperando toda la noche. Ladeó la cabeza, se recompuso y cogió fuerzas, necesitaba de toda la atención que le quedaba.

- Parece que nos llevan la delantera... cuéntame. - En aquel momento no había demasiado rastro del Lord de la casa y sus palabras sonaban a las de un viejo amigo dirigiéndose a otro.