Partida Rol por web

El bar piscina del hotel Ritz Paris. Entre columnas y escalinatas de mármol, respetando el omnipresente estilo extremamente refinado de todo el hotel, la piscina llena toda esa gigantesca sala cubierta iluminada por las lámparas incluidas en el techo.

Varias mesas, camareros perfectamente uniformados, platos asquerosamente ricos y precios desorbitadamente caros. Sin embargo, para los elegidos para el Peregrinaje, parece estar todo incluido.

Tras unas horas gastando dinero a costa del señor JM, era momento de relajarse e intentar conocer a la gente con la que parecía que iba a compartir peregrinaje.

Cuando Ralph pasó a recogerle, aprovecharon para picar a Breixo en la habitación de al lado y bajaron al bar.

Joder. La exquisitez de aquel lugar no dejaba de soprenderle. Ese bar tenía poco que ver con los antros que solía frecuentar. Casi daba reparo pisar el mármol del suelo.

-Oye, ¿creeis que aquí servirán una simple cerveza? -les pregunta en un susurro cómplice-. No sé si será lo bastante sofisticado para esta lugar.

La sirven -contesta rápidamente Freeman-, pero cuesta unos 11 dólares -se ríe mientras hace hacia sí una silla y se sienta a la pequeña mesa, desabrochándose la chaqueta en cuanto lo hace.

Bueno, me alegro mucho de que hayan aceptado, de veras se lo digo, es todo un placer poder tener conocimiento de sus progresos a lo largo del peregrinaje.

Sonrío a mis compañeros.

-La verdad, ya que tenemos las cuentas pagadas, me parece que me voy a pedir el mejor whisky de la casa.-

La piscina es realmente impresionante. Aún recuerdo mis primeros días en Madrid donde todo me parecía muy distinto de mi aldea, muy grande, frío y distante. Pero esto es diferente, la riqueza de la piscina es abrumadora, podría estar días admirando sus paredes y adornos y siempre encontraría algo nuevo para sorprenderme.

Intento centrarme en la conversación de mis nuevos compañeros, sin dejar de fijarme en las mujeres del bar.

-La verdad, yo tengo muchas ganas de empezar para ver lo que nos depara este viaje.-

¡Once euros! Hay que joderse. Pero tiene razón aquí el compañero, pagando otro como si valen 50. Es momento de darse algún lujazo.

Cuando llega el camarero le pide champán.

-Siempre he tenido curiosidad por probarlo. Bueno Ralph, no nos obliges a tener que emborracharte. Venga, cuéntanos algo de lo que nos espera. Algo concreto. No sé tú, Breixo, pero a mi tanto enigma y tanto misterio me vuelve loco.

-La verdad, tengo tantas ganas de empezar el viaje que casi prefiero que sea sorpresa lo que nos depara. Pero un poco de información tampoco nos vendría mal.-

Me pido el mejor whisky que tengan, con hielo y doble.

-Asi que Ralph, algo que no quieras contar...-

Ralph pide un café vienés mientras escucha sus preguntas con una sonrisa.

No puedo contarles nada en concreto, lo tengo terminantemente prohibido -dice, manteniendo la sonrisa-, aunque les puedo decir que deberán fijarse bien en los detalles, comprender los símbolos y entender los mensajes. Hay mucha historia detrás de todo esto, y ustedes van a vivirla -acaba por conceder, al tiempo que su tono se va volviendo más vehemente y profundo.

-Puede parece una tontería, pero mi abuela siempre decía que el mundo nos muestra siempre sus verdades, somos nosotros los que nos engañamos y nos negamos a verlas ante una fachada de lo qeu consideramos normalidad. Abrá que estar atentos entonces.-

-Era la segunda vez, desde que me he juntado con esta gente, que me da la impresion de que me abro demasiado. Una vez más. si hacemos un viaje largo juntos, tal vez no sea mala opción, por lo menos mientras no me está desprotegiento.-

-No sé... -comento no muy convencido-, creo que soy demasiado pragmático para todo esto. Te voy a ser sincero, Ralph, aunque seguro que no te digo nada que no supongas ya, si es que has estudiado mínimamente mi perfil. Todo esto me escama mucho y, la verdad, no sé porque me escogieron a mi precisamente. Creo que no encajo nada aquí, y eso es lo que más me desconcierta del asunto.

¿No se fijó ninguno de los dos en la gente que estábamos allí? ¿Acaso creen que teníamos algo en común antes de ser incluidos? -dijo-. A mí me encontraron en el momento en que fui Iluminado y me han guiado para ser una persona que haga algo por este mundo que está próximo a su fin si nadie hace nada.

Mientras termina de hablar, traen el pedido, perfectamente presentado en los recipientes dignos del hotel, totalmente acordes con el resto de la decoración, como si todo aquel hotel fuera un universo distinto, casi parecía algún tipo de reino ajeno a la Tierra: demasiado lujo, una atmósfera atemporal, y luz amarillenta, que, a pesar de iluminar perfectamente, daba una sensación ligeramente agobiante para quienes están más acostumbrados a las luces de los fluorescentes o de lámparas típicas de un piso normal y corriente.

-Menuda presentación, desde luego normal que sea tan caro.- digo admirando el ambiente una vez más - estoy de acuerdo con Ralph, no tenemos nada que ver entre nosotros. Yo  creo que no pinto nada con un hombre lleno de tatuajes y que parece un gran devoto, solo por escoger el que, en un principio, me parece más diferente. No, creo que la razón para ser escogidos está en otra parte, y espero descubrirlo durante el viaje.-

Espero la respuesta de mis compañeros, tal vez mi percepción sea equivocada, pero no me veo con mucho en común con ninguno. Ya para empezar, parezco el más inexperto en todos los sentidos.

El señor Cuervo... sí, el mismo Remy fue a buscarlo, parece un hombre muy devoto, y según la información que tengo, lo es; pero no sé si ha sabido enfocar su fe. En cualquier caso, durante el Camino, ustedes podrán conocerse lo suficiente como para aprender a confiar. Son un grupo variopinto: aparte de ustedes dos hay un médico, un violinista y un joven miembro de un grupo de rock, aparte del señor Cuervo. En principio iban a participar dos mujeres, bastante especiales, todo ha de decirse, pero han tenido que retirarse por causas de fuerza mayor -hace una ligera mueca de resignación, mientras mira la nata de su café.

-Ah, que definitivamente no hay chicas- digo sin poder disimular mi decepción - bueno, yo estoy en segundo de Medicina, parece que al final si que voy a tener algo en común con uno de mis compañeros. Y si no es mucha pregunta, ¿a qué os dedicabais antes de esto?-

-Menuda putada lo de las tías, pues nada, aprovecharé para conocer mejor a mis compañeros.-

-Jaja -río de bueno humor ante la decepción de Breixo-. Bueno, seguro que podrás encontrar alguna chica por el camino. Pero, Ralph, ahora que comentas eso de conocernos por el camino, aclárame una cosa. ¿Esto va a ser una competición, donde "gana" el primero en llegar? O se trata "sólo" de completar el camino en grupo.

El sabor dulzón del whiskey de malta recorre mi garganta. Lo necesitaba. Tantas experiencias extrañas en tan poco tiempo han causado mella en mis nervios. Me encuentro apoyado en la barra del bar del hotel, con la mirada perdida en el fondo de mi vaso, mientras dos de mis compañeros, sentados a pocos metros de mi, conversan, con el tema común de lo peculiar de nuestra situación. Me giro hacia ellos y me introduzco en la conversación.

- No se qué tenemos en común... Bueno sí - hago una pequeña pausa para ganarme el interés de ambos - que si me permitís la observación, creo que todos nosotros somos un tantooo... como decirlo... extravagantes, ¿no os parece? - dibujo una sonrisa en mi boca al tiempo que alzo parcialmente mi copa.